Etiqueta: california

  • Costa sonorense del Alto Golfo de California

    Más de 30 mil visitantes de Sonora, Baja California y Arizona se espera que arriben a la costa sonorense del Alto Golfo de California en Semana Santa, por lo que pondrán en marcha un operativo para tener saldo blanco, informó el ayuntamiento local.
    Costa sonorense del Alto Golfo de California

  • Cumbre Cali-Israel

    Empresarios de Israel, California y Baja California se reunieron para tratar asuntos de negocios en el «Cali-Israel», encuentro realizado en las instalaciones del Bit Center de Tijuana.
    Cumbre Cali-Israel

  • Preparandose para el Desfile de las Rosas

    Con un gigantesco Calendario Azteca, el carro alegórico de Done Vida del Desfile de las Rosas, que este año llevará el nombre «El Regalo del Tiempo», rendirá homenaje a decenas de donadores y receptores de órganos, cuando recorra las calles de Pasadena el 1 de enero próximo.
    Preparandose para el Desfile de las Rosas

  • Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California

    Un lugar que no puede dejar de visitarse en el noroeste de Sonora, es la Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California, donde es posible un encuentro con la naturaleza, escuchar música en la playa y pasear en vehículos todo-terreno en la arena
    Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California

  • La presa Oroville en California amenaza a varios pueblos

    El enorme embalse del norte de California, mantenido por una gigantesca presa, siempre ha sido clave para la vida de las localidades que lo rodean.
    Ahora el lago donde han disfrutado de fuegos artificiales y festivales del salmón podría llevarles el desastre.
    Casi 200.000 personas evacuaron sus hogares el domingo debido al riesgo de que el aliviadero del lago Oroville pudiera colapsar y desatar una riada. Los vecinos tendrán que quedarse alejados hasta nueva orden, mientras las autoridades se apresuran a hacer reparaciones antes de la llegada de más lluvias el jueves.
    A los evacuados les parecía extraño el lunes ver a su apreciado lago asociado con el tono de urgencia de los noticieros nacionales.
    «Nunca en nuestra vida pensamos que podría ocurrir algo como esto», dijo Brannan Ramirez, que vive desde hace cinco años en Oroville, una localidad de unas 16.000 personas.
    La población, fundada durante la Fiebre del Oro a los pies de Sierra Nevada, unos 112 kilómetros (70 millas) al nordeste de Sacramento, se encuentra cerca de la base de la presa, la más grande del país con 235 metros (770 pies) de altura. Casas e iglesias se alzan en calles arboladas cerca del río Feather. Viejas casas victorianas se ven junto a bungalós más pequeños.
    «Todo el mundo va allí para el 4 de Julio», dijo sobre el lago una de las evacuadas, Crystal Roberts-Lynch. «Luego hay festivales en torno a la temporada del salmón». Roberts-Lynch, que tiene tres hijos y lleva 10 años viviendo en Oroville, estaba alojada en un centro de evacuación de Cruz Roja en Chico.
    Empresas locales, como un negocio que vende suministros para filtrar oro, dominan una zona céntrica que abarca varias manzanas. Una larga serie de tiendas de cadenas se alinea junto a la autopista principal.
    «El lago trae una parte enorme de la economía de la ciudad. Definitivamente atrae a la gente», comentó Brannan Ramírez. «Recibimos gente de todo el país.
    También otras ciudades y pueblos a lo largo del río Feather están en peligro.
    Yuba City, con 65.000 habitantes, es la ciudad más grande evacuada. La ciudad alberga la mayor planta de procesamiento de frutos secos del mundo y una de las mayores poblaciones de sijs fuera de India.
    La región es en gran parte rural y su política está dominada por los productores de arroz y otros intereses agrícolas, como plantaciones de frutales. La región sufre las altas tasas de desempleo endémicas de las comunidades agrícolas.
    Hay grandes bolsas de pobreza y áreas de bosques poco pobladas que son populares entre pescadores, campistas y excursionistas.
    Por ahora, todo está a merced de la presa que por lo general da sustento a la zona y que proporciona el agua para buena parte del estado.
    «Al menos, habríamos pensado que la presa habría estado mejor construida», dijo Ramirez.
    Ramirez dijo que había sido «extremadamente frustrante» oír noticias el lunes sobre que ecologistas y miembros del gobierno habían expresado sus quejas por el posible peligro hace una docena de años.
    Esas advertencias describían exactamente la misma situación que amenazaba con presentarse, aunque reguladores estatales y federales restaron importancia a esos temores y expresaron su confianza en que la presa y sus aliviaderos podían soportar fuertes tormentas.
    El responsable en funciones del Departamento de Recursos Hídricos dijo desconocer el reporte de 2005 que recomendaba reforzar con concreto el aliviadero de tierra que ahora se está erosionando.
    «No estoy seguro de que algo saliera mal», dijo Bill Croyle. «Esto fue un suceso nuevo, que no había ocurrido antes».
    Roberts-Lynch rechazó esas explicaciones.
    «Sé que alguien no prestó atención a las señales de aviso», afirmó. «Alguien responsable no estaba prestando atención. Era su trabajo prestar atención a lo que pasaba en la presa».
    Durante el fin de semana empezó a liberarse agua del lago crecido por el aliviadero de emergencia, que nunca se había utilizado antes, durante casi 40 horas. Eso dejó el conducto muy erosionado y con un enorme agujero causado por un trozo de concreto.
    Helicópteros y camiones trataron el lunes de rellenar la zona afectada con grandes bolsas llenas de piedras. El nivel de agua bajaba poco a poco y la cantidad de agua que salía del aliviadero principal era la normal para esta época del año.
    Por otro lado las autoridades defendieron la decisión de ordenar evacuaciones masivas repentinas el sábado por la tarde, obligando a las familias a empacar y marcharse a toda prisa apenas unas horas después de decir que la situación era estable.
    «Había mucho tráfico. Había caos», dijo Robert Brabant, un vecino de Oroville que evacuó con su esposa, su hijo, sus perros y sus gatos. «Hubo muchos accidentes. Era como que la gente no prestaba atención a los demás».
    El gobernador Jerry Brown dijo el lunes que había enviado una carta a la Casa Blanca pidiendo asistencia federal directa en la emergencia, aunque algunas agencias federales ya estaban asistiendo.
    Brown ha hecho duros comentarios sobre el presidente, Donald Trump, y el estado ha prometido a resistirse a muchas de las iniciativas del gobierno.
    Sin embargo, el gobernador dijo en una rueda de prensa que estaba seguro de que «California y Washington trabajarán de una forma constructiva. Ésa es mi actitud. Habrá puntos de vista distintos, pero todos somos un único Estados Unidos».
    El gobierno dijo que no tenía previsto visitar Oroville para no causar distracciones en las tareas en la zona, pero intentó tranquilizar a los evacuados.
    «Mi mensaje es que estamos haciendo todo lo que podemos para poner esta presa en condiciones y que puedan volver y vivir de forma segura sin temor», dijo Brown.
    Sin embargo, Kelly Remocal, una de las personas desalojadas, dijo creer que las autoridades públicas que gestionan el problema están «restando importancia a todo para que la gente no se asuste».
    «Sinceramente, no creo que vayan a poder hacerlo, arreglar el problema», dijo. «Esto requiere un poco más que una curita. En este momento no tienen más opción que hacer un arreglo de curita».
    La presa Oroville en California amenaza a varios pueblos

  • Más de 100 mil personas evacuadas por la presa Oroville

    Más de 100 mil personas estaban la madrugada de este lunes fuera de sus hogares tras la orden de evacuación ante el peligro que representa la presa Oroville, en el norte de California.
    Un desagüe de emergencia podría afectar de forma severa la estructura de la presa y generar un desbordamiento incontrolable, señaló el Departamento de Recursos Hidráulicos del estado de California.
    La orden de evacuación, que podría alcanzar hasta más de 180 mil personas, alcanzó a todos los lugares habitados en torno al lago Oroville, ante el peligro del desbordamiento de las aguas del río Feather.
    La situación de emergencia inició la mañana del sábado y se espera que este lunes se regrese a una relativa normalidad.
    La presa es solo un caso ya que todos los embalses de California necesitan desfogar sus caudales, señaló un reporte del sitio noticioso hoylosangeles.com.
    El invierno 2016-2017 ha sido un contraste con los registrados en los cinco pasados años, pues tras el lustro de sequía las precipitaciones han superado registros previos.
    Hace un año la presa Oroville estaba a la mitad de su capacidad y a un tercio en 2014, pero ahora está superando niveles récord de almacenamiento.
    La presa se asienta en el río Feather, el cual va de la Sierra Nevada que proporciona más del 60 por ciento del agua que abastece a California, en la costa occidental estadunidense.
    Más de 100 mil personas evacuadas por la presa Oroville

  • Milagro decembrino para poblanos

    Como un regalo de Navidad calificaron un centenar de poblanos el poder reencontrarse en Los Ángeles, California, con sus familiares, después de años de separación, algunos por décadas, como parte del programa «Raíces», que organiza el gobierno de Puebla
    Milagro decembrino para poblanos

  • Clinton gana California y es candidata democrata

    Hillary Clinton fue declarada hoy ganadora de las elecciones primarias en California, lo que sumó cuatro triunfos en la jornada electoral que la proyectó como nominada presidencial del Partido Demócrata.
    Con 96 por ciento de las urnas contabilizadas, la ex primera dama aventajaba a su rival socialista Bernie Sanders con 56.0 por ciento de los votos contra el 43.1 por ciento, una ventaja insuperable.
    Con sus triunfos en Nueva Jersey, Nuevo México, Dakota del Sur y California, la ex primera dama se convirtió virtualmente en la primera mujer en la historia en ganar la candidatura presidencial de uno de los dos mayores partidos políticos de Estados Unidos.
    Pero Sanders, quien ganó las elecciones primarias en Dakota del Norte y las asambleas electorales de Montana, no dio sin embargo indicios de conceder la derrota y sugirió que se mantendrá hasta la convención partidista de julio en Filadelfia.
    Anoche el presidente Barack Obama felicitó a Clinton por la hazaña de haber ganado la nominación presidencial del Partido Demócrata para las elecciones del 8 de noviembre.
    Obama destacó que la campaña de la ex primera dama de Estados Unidos inspiró a millones de estadunidenses y es una continuación de su lucha por la Casa Blanca.
    Poco antes la propia Clinton se proclamó como la primera mujer en ganar la nominación presidencial de un partido político mayor de Estados Unidos.
    Clinton, quien perdió la nominación presidencial demócrata en 2008, consideró su victoria como un momento histórico para las mujeres al haber logrado obtener la mayoría de los delegados necesarios. Aunque no dio cifras, el número reglamentario es dos mil 383 delegados.
    A petición de Sanders, el presidente Obama lo recibirá en la Casa Blanca este jueves para proseguir la conversación que iniciaron sobre los retos de Estados Unidos
    Clinton gana California y es candidata democrata

  • California sigue sumida en la sequía

    California sigue sumida en la sequía. A pesar de las lluvias dejadas en los últimos meses por El Niño, la histórica sequía que afecta a California desde hace más de cuatro años no tiene visos de desaparecer, de acuerdo con los expertos estadounidenses.
    El Niño, fenómeno climatológico provocado por un aumento de las temperaturas en el Pacífico que termina desencadenando fuertes precipitaciones, solo ha sido «un vendaje para la herida abierta», explica a la AFP el paleoclimatólogo Julien Emile-Geay, de la Universidad del Sur de California (USC).
    En su opinión, se necesitan varios años seguidos de intensos chubascos y abundante nieve para revertir el déficit de agua. Sólo el norte de California ha recuperado la media estacional durante el invierno boreal; el sur sigue vacío.
    La crisis generada por la sequía, que ha provocado terribles incendios, amenazado la flora y fauna y dejado miles de hogares sin agua potable, está lejos de terminarse.
    Ante este panorama, las autoridades intentan por todos los medios que los 39 millones de habitantes que tiene este gran estado del oeste del país acepten el cambio climático como un hecho.
    La agencia que gestiona el agua en California (DWR, por sus siglas en inglés), anticipa que el volumen de nieve en las montañas de la Sierra Nevada, esencial para llenar los ríos y las capas freáticas, se reducirá en un 25% de aquí a 2050 y un 50% hasta fines del siglo.
    La perspectiva empeora si se tiene en cuenta la subida de las temperaturas y el aumento de la evaporación de los subsuelos, destaca Emile-Geay.
    California sigue sumida en la sequía

  • Los acantilados californianos, un drama para sus moradores

    Los acantilados californianos, un drama para sus moradores. Sonja Thompson vive tan cerca del borde de un acantilado de 25 metros (80 pies) junto al océano Pacífico que casi puede darle la mano a los parapentistas que pasan volando frente a su casa. Semejantes vistas del Pacífico tienen sus beneficios y también sus riesgos. Los derrumbes han hecho que decenas de personas abandonen sus viviendas y Thompson podría tener que seguirles los pasos ante la furia de las tormentas asociadas con El Niño.
    El año pasado se divisaron una cantidad de ballenas y la gente que vive junto a la costa disfrutó de más de 200 vistas de delfines. Son experiencias espectaculares, que hacen que uno se sienta a miles de kilómetros de distancia de las ciudades y su smog.
    «Toda la vida silvestre de la que leía en Nueva York la tengo aquí en persona», dijo Druth McClure, quien se mudó de la costa este a un departamento sobre el mar hace 20 años.
    Sin embargo, en enero algunos residentes regresaron a sus casas y se encontraron con carteles amarillos que decían «uso restringido» en sus puertas, con indicaciones de que comenzasen a empacar.
    «Va a llegar el momento en que no vamos a poder vivir aquí. Estos acantilados son básicamente arena comprimida y se van a erosionar», expresó Jackie James, quien de vez en cuando se queda con su prometido en un departamento con vista al océano que todavía es considerado seguro. «¿Qué se puede decir de la naturaleza? La suya es una marcha implacable».
    Cuando llueve fuerte, grandes olas azotan esta localidad de gente humilde, de unos 40.000 habitantes, a 16 kilómetros (10 millas) al sur de San Francisco.
    Se encuentra en una de las zonas para proclives a sufrir erosiones de la costa, junto con Monterey Bay, según Patric Barnard, geólogo del U.S. Geological Survey.
    Los sedimentos de las líneas divisorias que históricamente sostuvieron estas playas y protegieron los acantilados se han visto afectados por la actividad humana, como la construcción de represas, el control de inundaciones y el dragado, de acuerdo con Barnard.
    El aumento del nivel de las aguas agravó el problema y se pronostica que seguirán subiendo, lo que expondrá a la costa a más oleajes y erosión, dijo.
    Los acantilados de Pacífica se están cayendo a pedazos desde hace décadas, como se puede comprobar observando fotos aéreas del California Coastal Records Project.
    Las consecuencias han sido graves en los últimos años. en 2010, dos construcciones de departamentos tuvieron que ser evacuados y corren peligro de ser demolidos. En enero, durante las tormentas de El Niño, residentes de otro edificio y de dos casas tuvieron también que irse. La continua erosión ha hecho que los construcciones queden inestables al borde de un acantilado de 25 metros.
    «No tenemos miedo de caer. Han sido tan diligentes que nos van a decir si hay peligro inminente», declaró Thompson, quien vive en un departamento frente al mar con su esposa Karlie. Para ellos, los beneficios de la hermosa vista pesan más que la inquietud en torno a la posible inestabilidad del complejo.
    «Los parapentistas pasan tan cerca que casi podes chocar cinco con ellos», manifestó Thompson, agregando que para las fiestas de fin de año vio pasar uno disfrazado de Papá Noel.
    Varias autoridades han dicho que buscarán ayuda del gobierno a nivel estatal y federal.
    Sin embargo, algunos residentes que tuvieron que dejar sus viviendas dicen que se sienten abandonados, obligados a conseguir dinero para mudarse y a buscar casas en barrios más caros de la bahía de San Francisco.
    «Algunos de nosotros intentamos volver a nuestras viviendas sin permiso la primera noche y casi nos meten presos», dijo Gordon King, veterano de Vietnam inválido de 73 años y exmarino mercante que vivía en un atestado departamento con su esposa Lana.
    «Luchamos contra el tiempo», acotó mientras empacaba sus cosas.
    La Cruz Roja les dio 250 dólares, pero los hoteles de la zona cobran casi 200 dólares la noche, por lo que pensaban irse a lo de amigos mientras buscan una nueva vivienda.
    Jeff Bowman se encuentra en una situación similar.
    «No tengo trabajo ni adónde ir», manifestó. Dijo que tiene 55 años y que había sido despedido por un supermercado.
    «Quedarme o irme debería ser algo que decido yo en lugar de que vengan y me digan ‘te tienes que ir»’, se quejó mientras observaba una pizza fría sobre la mesa y unas latas de cerveza en la basura.
    Bowman pagaba 1.200 dólares al mes por un departamento subsidiado, mucho menos de lo que tendrá que abonar en San Francisco o en otras zonas vecinas.
    Cuatro meses antes de que se le dijese que se tenía que ir, Michael McHenry, de 41 años, coach de adictos en recuperación, se mudó a un departamento de un dormitorio sobre el mar.
    «Voy a seguir peleando», advirtió. «No voy a permitir que me tiren en un refugio para indigentes para que me vaya».
    Parado junto a la puerta trasera de su departamento, miró el terreno y comentó: «¿Ven esa depresión que empieza allí? Esto pronto va a ceder».
    Sabía que el departamento sería declarado inseguro algún día, pero esperaba ganar tiempo.
    «Pensé que tenía un año», dijo.
    Los acantilados californianos, un drama para sus moradores