Etiqueta: calentamiento global

  • Crucero por el Círculo Polar Ártico

    Cuantas veces hemos odio del círculo Polar Ártico, tanto en canales de ciencia, de investigación, articulos de fondo, etc pero no en guias de turistas. Para algunos se trata de un viaje de ensueño por el “techo del mundo”, para otros muestra y evidencia del calentamiento global, lo cierto es que el crucero por el círculo Polar Ártico es una realidad.
    Para otros, el viaje turístico que llevará a más de un millar de personas a bordo del barco Crystal Serenity en una travesía de 32 días a través de aguas deshieladas del Círculo Polar Ártico es sólo “el crucero de la extinción”.
    Y es que para los organizadores del crucero, el visitar y conocer el daño irreparable al círculo Polar Ártico es un momento en que se puede comenzar a hacer reflexion en el mundo entero y con ello todos los turistas se conciertan en voceros de una situación insostenible en el planeta.
    El viaje puede ser ya contratado en internet, hay diversos operadores turisticos que lo tienen y efectivamente se busca como “el crucero de la extinción”, no como una estrategia de venta mercadologica sino más bien como una señal del gran deterioro del medio ambiente.
    Crucero por el Círculo Polar Ártico

  • Revela informe que el humano es culpable del cambio climático

    La influencia humana ha sido la principal causa del calentamiento global observado en los últimos 60 años, que ha provocado efectos sin precedentes en la Tierra, reveló un informe de un grupo especial de Naciones Unidas.
    Se puede afirmar «con extrema confianza» que la actividad humana es la principal causa del calentamiento climático observado desde la década de 1950, alertó el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, que ganó el premio Nobel de la Paz en 2007.

    Revela informe que el humano es culpable del cambio climático
    Revela informe que el humano es culpable del cambio climático

  • Mexico solicita velocidad en fondos contra Cambio Climatico

    El Gobierno mexicano pidió hoy a los países desarrollados «acelerar» la transferencia de los 10 mil millones de dólares que acordaron aportar durante la pasada cumbre de cambio climático en Copenhague para que los países más vulnerables hagan frente al cambio climático.

    El secretario de Medio Ambiente de México, Rafael Elvira, señaló en conferencia de prensa en Cancún, donde participa en la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que tales recursos permitirán que las naciones lleguen con «mayor confianza» a la próxima reunión sobre Cambio Climático (COP16) en México.

    Destacó, asimismo, que dicho desembolso permitirá presentar planes estructurados en dicha cumbre.

    El acuerdo de Copenhague estableció un fondo total de 10 mil millones de dólares entre 2010 y 2012 para los países más vulnerables para hacer frente a los efectos del cambio climático y de 100 mil millones anuales a partir de 2020 para mitigación y adaptación.

    A juicio de Elvira, quien será el anfitrión de la COP16 a finales de noviembre en Cancún, «es tiempo de empezar a presionar» para que estos recursos se liberen y sean canalizados a las naciones en vías de desarrollo, especialmente en las áreas de mitigación, conservación de bosques y selvas, y para transferencias de tecnología, entre otras cosas.

    «México solicita a los países que hicieron este ofrecimiento que lo hagan válido para llegar a Cancún con acuerdos importantes», sostuvo.

    «Realmente las señales están en el aire, si los países ven que hubo la transferencia, que hubo acuerdos y que hubo entendimiento, podremos llegar a Cancún con el ánimo bien dispuesto y podremos llegar a mayores acuerdos», puntualizó.

    Previamente a la conferencia de prensa, durante un seminario sobre cambio climático que se celebró hoy en el marco de la reunión del BID, Elvira indicó que los países en desarrollo «están esperando por la ayuda, ya que necesitan trabajar en sus planes de adaptación» al cambio climático

  • Iceberg gigante a la deriva

    Un iceberg del tamaño de Luxemburgo, de unos 2 mil 550 kilómetros cuadrados, se desprendió del glaciar Mertz, en la Antártida del Este, informó hoy el Centro Nacional de la Investigación Científica de Francia (CNRS).

    Esta escisión en la lengua de hielo del glaciar, que tuvo lugar entre los pasados 12 y 13 de febrero y que ayudará a estudiar la circulación de las aguas y el cambio climático, se debió a la colisión de un iceberg aún más grande del que ahora navega por las aguas del Antártico.

    El bloque de hielo -de una longitud de 78 kilómetros, una anchura de entre 33 y 39 kilómetros y un espesor medio de 400 metros- y el que le golpeó, al ser ambos de gran tamaño, pueden afectar a la circulación oceánica y al equilibrio de los ecosistemas de la región, precisó el CNRS en un comunicado.

    En la Antártida se están registrando, de manera cada vez más frecuente, desprendimientos de plataformas de hielo, con lo que se ha incrementado el número de icebergs y, como consecuencia, el nivel de agua dulce en el Océano Austral.

    La zona oceánica costera situada inmediatamente al oeste del Mertz es de fundamental interés para los científicos puesto que en ese punto nace una parte de las aguas que alimentan la circulación oceánica mundial.

    Por ello, añade la nota, estudiar la deriva del nuevo iceberg «representa una oportunidad única»

  • Fondo mundial para reducción de C02 en peligro

    La falta de normas y garantías legales en el mecanismo internacional para la transferencia de fondos a los países ricos en bosques tropicales puede generar, especulación y conflictos sin fin.

    Tal es la advertencia contenida en un informe presentado hoy en la londinense Chatham House por un grupo de trabajo conocido como Rights and Resources Initiative (Iniciativa de Derechos y Recursos): siglas inglesas RRI.

    Según ese grupo, la falta de claridad existente en los derechos de propiedad de las tierras en algunos países, sumada al peligro de corrupción, puede hacer fracasar el programa de tres mil 500 millones de dólares destinado a reducir las emisiones de C02 en la atmósfera evitando la destrucción de la selva tropical.

    Los autores del informe, titulado «El final del Hinterland: Conflicto y Cambio Climático» citan numerosos estudios que indican que en 2010 el enorme potencial de lucro intensificará la competencia entre los gobiernos e inversores más poderosos y los actores locales como las comunidades indígenas.

    «Será como el Salvaje Oeste. Un caos total en los mercados de carbono, pero también sobre el terreno», advierte Andy White, coordinador de la RRI.

    La iniciativa «Reduced Emissions from Deforestation and Degradation» (REDD) fue elogiada el pasado diciembre como uno de los raros puntos de consenso de los participantes en la conferencia de Copenhague.

    Los negociadores confiaban en que posibilitase reducciones fáciles y a bajo costo de las emisiones de CO2 así como financiación e inversiones para los países en desarrollo ricos en bosques, pero el hecho de no haber acordado estándares y salvaguardas legales hace presagiar lo peor.

    «Los bosques seguirán estando lejos de los centros de poder, pero serán divididos, controlados y utilizados como moneda de cambio política a nivel global como no había ocurrido nunca antes», afirma el coautor del informe, Jeffrey Hatcher.

    Según Hatcher y White, toca a su fin la época en la que los bosques eran áreas remotas y casi olvidadas excepto para la provisión de recursos naturales baratos.

    Las materias primas como los alimentos, el combustible, la fibra, pero también el carbono son cada vez más valiosos y los satélites y la nueva tecnología en general permite analizar, monitorear y, llegado el caso, controlar a distancia los bosques.

    Y los dirigentes nacionales y locales pueden ser objeto de intentos de soborno para arrancarles acuerdos relacionados con su explotación que hagan caso omiso de los derechos de los afectados, advierte el informe.

    Ya ha habido casos de conflictos entre comunidades locales y gentes de fuera, señalan sus autores, que citan la llamada «matanza de Bagua» , choque violento en la Amazonía peruana entre manifestantes indígenas y la policía militar, que dejó cerca de cien muertos.

    También en la India, pese a la promulgación en 2009 de una ley de derechos forestales que se presentó en su día como un éxito para los grupos tribales, las informaciones llegadas desde el terreno indican que prácticamente nada ha cambiado.

    Las comunidades locales y los pueblos indígenas se están organizando y exigen que se respeten sus derechos, pero si éstos no se les garantizan de acuerdo con el derecho internacional, REDD no va a funcionar», avisa Marchus Colchester, de la ONG Forests People Program.

    Armados con nuevas tecnologías y herramientas, como los GPS, los pueblos indígenas han tomado medidas para lograr que se les reconozcan legalmente sus derechos, especialmente en Latinoamérica, porque África y Asia están muy atrasadas al respecto.

    Los autores del informe señalan que en Brasil, el Tribunal Supremo reconoció oficialmente el pasado marzo los derechos de propiedad de la tierra de la reserva indígena Rapos Serra do Sol, y un estudio del derecho brasileño e internacional indica que la tribu Surui puede reclamar lo mismo la propiedad legal de los derechos del carbono forestal asociados con sus tierras de Rondônia

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  • 2009 y el cambio climatico

    El año 2009 fue el segundo más caluroso de la historia moderna y una prueba de que el calentamiento global persiste sin tregua, reveló ayer la NASA.

    Además, este 2010 podría ser el más caluroso de la historia por la influencia de los fenómenos meteorológicos de El Niño y la Niña. Según el Instituto Goddard de Estudios Espaciales, 2009 fue el año más candente para el hemisferio sur desde 1880

  • Una deceda perdida en la ecologia

    Cuando se ponga el sol en la víspera de Año Nuevo, habrá concluido la década con las temperaturas más altas de la historia de la Tierra y por delante habrá temperaturas superiores todavía, según los científicos. A lo largo de una década de grandes cambios, de guerras y divisiones, los pueblos de todo el mundo enfrentaron un enemigo común: el incremento en los emisiones de gases con efecto invernadero, el alza en las temperaturas, el peligro de un clima cambiante, mareas cada vez más altas y daños monumentales al medio ambiente causados por la humanidad. Sobre el fin de la década, las Naciones Unidas reúnen a los gobernantes de casi 100 países para tratar de concertar una acción mancomunada con el objetivo de reducir el consumo de carbón y de otros combustibles fósiles.

    El secretario general de la ONU Ban Ki-moon les dijo que tienen delante de sí «una gran oportunidad» de hacer algo por la humanidad en la conferencia climática de Copenhague. Sin embargo, sigue sin haber unidad de criterios y no parece probable que se tomen decisiones históricas. «En el fondo, sabemos que ustedes no están escuchando», les dijo el presidente de las Maldivas Mohamed Nasheed a sus colegas en una conferencia realizada en septiembre. Las Maldivas corren peligro de desaparecer por la crecida de los mares. La patria de Nasheed, un grupo de islas en el océano Indico, será una de las primeras víctimas de esa crecida generada por la expansión que produce el calor y por el derretimiento de los glaciares. Los residentes de numerosas islas y de zonas costeras ya están buscando refugio en otros lugares.

    Los mares, además de más cálidos, son más ácidos por el dióxido de carbono, el principal de los gases de efecto invernadero que contaminan la atmósfera. La acidez y las aguas calientes matarán arrecifes y harán peligrar la vida marina. En los primeros nueve años de la década, las temperaturas mundiales promedio fueron 0,6 grados centígrados (1,1 Farenheit) más altas que el promedio de 1951 a 1980, según la NASA y las temperaturas subieron a ritmo más acelerado en el extremo norte del planeta. En los últimos tres veranos del hemisferio norte se derritió más hielo que nunca antes en los tiempos modernos en el mar Artico. La cantidad de agua derretida que arroja al mar la enorme masa de hielo de Groenlandia aumenta un 3% todos los años.

    Con cada año que pasa se debilita la capa de permahielo en el Artico, amenazando con liberar grandes cantidades de metano, un gas que calienta el ambiente. Al disminuir el hielo, se refleja menos el sol y la Tierra absorbe más calor. En el extremo sur, a fines de la década los científicos comprobaron que la Antártida también se está calentando. Las masas de hielo de las costas se desprenden y permiten que los glaciares empujen más hielo hacia el mar. En la década del 2000 los glaciares se derritieron, reduciendo las fuentes de agua para miles de millones de indios, chinos y sudamericanos. También pierden agua los grandes lagos de Africa debido a las temperaturas más altas, la evaporación y las sequías. En todo el mundo, las plantas florecen más temprano y los lagos tardan más en congelarse. En el Artico, sorprendidos esquimales ven aparecer petirrojos, un pájaro de regiones más al sur.

    Todos estos fenómenos suceden a un ritmo mucho más rápido que el anticipado, según los científicos. Hacia el final de la década, las emisiones de dióxido de carbono correspondían al peor de los siete escenarios que planteó en 2001 el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas. Todos los años se emiten casi 29.000 millones de toneladas de gas, un 23% más que hace una década. Al ritmo actual, para 2060 las temperaturas serán cuatro grados centígrados (siete Farenheit) más altas que en la era preindustrial, de acuerdo con científicos británicos. A fines de 1800, usando un lápiz y una regla de cálculos, el genial científico sueco Svante Arrhenius demostró que el dióxido de carbono podría calentar el planeta en un lapso de… 3000 años. No vislumbró el nivel a que llegaría el uso de combustibles fósiles en el siglo XX.

    Las supercomputadoras de hoy le dicen a los científicos que para revertir el fenómeno de las emisiones y evitar una crisis planetaria, la década que comienza puede ser vital, una última oportunidad de corregir el daño que se ha hecho.

  • India en Copenhague

    India consiguió su objetivo de que no hubiera un acuerdo vinculante sobre la reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero en la Conferencia sobre el clima de Copenhague, declaró el martes, ante el Parlamento, el ministro indio de Medio Ambiente Jairam Ramesh.

    «Podemos mostrarnos satisfechos de haber conseguido nuestro objetivo en la cuestión» de las metas de reducción de emisiones obligatorias, dijo Ramesh.

    «Lo hemos hecho bastante bien», agregó Ramesh, visiblemente satisfecho con los resultados de la conferencia de Copenhague.
    Según los expertos, India es uno de los países más contaminantes del mundo.

    El acuerdo de último minuto obtenido el sábado pasado en Copenhague ha sido calificado por muchos observadores como insuficiente y decepcionante pues no incluye los objetivos de reducción de los países industrializados recomendados por los científicos ni las metas a largo plazo para el conjunto del planeta.

    Los grandes países en desarrollo, India y China, están contra el establecimiento de objetivos vinculantes.

    Para India, con una población de 1.100 millones de habitantes, los países ricos son históricamente responsables del calentamiento climático y deben financiar los esfuerzos de los países desarrollados.

  • ¿Que es el Acuerdo de Copenhague?

    El Acuerdo de Copenhague permite por primera vez enrolar a todos los grandes países contaminantes –tanto industrializados como emergentes– en la lucha contra el cambio climático, pero no fija metas ambiciosas ni un marco vinculante.
    Estos son los principales puntos de este acuerdo de mínimos:

    OBJETIVOS:
    – El alza de la temperatura media del planeta deberá quedar por debajo de los 2C respecto a los niveles preindustriales (1800). Pero esta meta no está acompañada de garantías, ya que el acuerdo no menciona dividir por dos las emisiones contaminantes antes de 2050 ni fija la fecha en la que deberían de dejar de aumentar.
    – Antes del 31 de enero, los países industrializados deberán comunicar sus objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para 2020 y los países en desarrollo han de anunciar lo que piensan hacer para atenuar las suyas. El texto no incluye objetivos cifrados.

    VERIFICACION:
    – Los compromisos de los países industrializados deben ser «medibles, notificables y verificables» (reglas MRV) para poder controlar que sean reales.
    – Los países en desarrollo comunicarán ellos mismos, cada dos años, las informaciones sobre sus políticas nacionales, aportando los elementos que permitan «consultas y análisis internacionales» en «el respeto de su soberanía nacional» (una concesión a China).
    Sólo las medidas que necesiten apoyo internacional, tanto financiero como tecnológico, estarán sometidas a las reglas MRV.
    Este ha sido uno de los puntos más difíciles de negociar.

    FINANCIACION:
    – Una ayuda inmediata de 30.000 millones de dólares de 2010 a 2012 debe fomentar la adaptación de los países en desarrollo al impacto del calentamiento. Se concederá de forma «prioritaria» a los más vulnerables, sobre todo de Africa, y a las islas pequeñas.
    – De 2013 a 2020, los países desarrollados se han comprometido a movilizar de forma progresiva hasta 100.000 millones de dólares. Estos fondos provendrán de «fuentes diversas, públicas y privadas, bilaterales y multilaterales, incluyendo las financiaciones innovadoras». No se mencionan tasas.
    – Creación del «Fondo Verde Climático» de Copenhague que apoyará proyectos de los países en desarrollo para reducir las emisiones, como por ejemplo la protección de los bosques y la lucha contra la deforestación, la adaptación, el refuerzo de las capacidades y la transferencia de tecnología.

    OBLIGACION JURIDICA:
    – Ante la altísima probabilidad de que la próxima conferencia de México, a finales de 2010, no dé a luz un nuevo tratado vinculante, el protocolo de Kioto es por ahora el único instrumento legal contra el calentamiento climático a pesar de que no concierne más que un tercio de las emisiones mundiales.

  • Acuerdo de Copenhague

    La histórica conferencia climática a duras penas se libró el sábado del fracaso total, al aceptar un acuerdo político que otorga ayuda financiera a los países más pobres para que enfrenten el calentamiento global, pero que no incluye más recortes en la emisión de gases de efecto invernadero.
    Después de dos semanas de discusiones enconadas y una maratón final de 31 horas de negociaciones, que sacaron a la luz las profundas diferencias entre países pobres y ricos, la casi totalidad de las 193 naciones en la conferencia de la ONU aceptaron un acuerdo presentado por Estados Unidos que apunta a mayores recortes de las emisiones de los países ricos, pero no impone límites vinculantes.
    Las exitosas negociaciones de última hora entre los mandatarios de Estados Unidos, China, India, Brasil y Sudáfrica sentaron las bases para la futura cooperación entre países desarrollados y en desarrollo, aunque el «Acuerdo de Copenhague» fue rechazado por varios delegados, que reclamaron más recortes y se sintieron excluidos.
    El acuerdo estuvo al borde de naufragar frente a las objeciones de Bolivia, Cuba, Sudán y Venezuela, por las cuales estuvo a punto de quedar excluido del foro.
    La frenética diplomacia del presidente estadounidense Barack Obama en la nevada capital danesa, donde se habían reunido un centenar de jefes de estado o gobierno, dio lugar a un documento que promete que los países ricos donarán 30.000 millones de dólares en ayuda climática a los más pobres en los próximos tres años y eventualmente 100.000 millones de dólares anuales hacia el 2020.
    El acuerdo incluye un método para verificar las reducciones de emisión de dióxido de carbono y otros gases de invernadero por cada país, un reclamo clave de Washington porque China se ha negado a la supervisión internacional de sus medidas voluntarias.
    Bajo el Protocolo de Kioto de 1997, rechazado por Estados Unidos, 37 países industrializados ya habían emprendido una reducción modesta de las emisiones. Bajo el nuevo acuerdo no vinculante, esos países, entre ellos Estados Unidos, deben presentar sus metas en cuanto a reducción de emisiones y los países en desarrollo deben declarar las medidas que tomarán para reducir el aumento de la contaminación global.
    El jefe de clima de la ONU, Yvo de Boer, dijo a la prensa en los últimos minutos de la conferencia que el acuerdo de Copenhague «es un acuerdo impresionante, pero no es un acuerdo vinculante».
    Un tratado que requiera mayores recortes por los países industrializados debe aguardar a la continuación de las negociaciones en 2010.
    La conferencia tampoco tomó medidas sobre un asunto que se creía estaba cercano a lograrse: un plan para proteger las selvas tropicales del mundo, vitales para la salud del clima, pagando a unos 40 países pobres la protección de sus selvas.
    La deforestación para la industria maderera, la ganadería y la agricultura ha convertido a Brasil e Indonesia en el tercer y cuarto emisores de carbono del mundo.
    El documento dijo que deben reducirse las emisiones de gases de carbono lo suficiente como para mantener el aumento en las temperaturas mundiales promedio debajo de los dos grados centígrados (3,6 grados Fahrenheit), lo que significa que es por arriba de los niveles preindustriales.
    Las temperaturas promedio ya han aumentado 0,7 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.
    Algunas naciones que son más vulnerables al cambio climático, incluyendo las islas de baja altura, creen que el límite debe sostenerse en no más de 1,5 grados centígrados (2,7 grados Fahrenheit).

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