Bernie Sanders gana caucus en Washington y Alaska. El precandidato presidencial demócrata Bernie Sanders ganó las asambleas electorales de Washington y Alaska, dos de los tres caucus que se celebraron este sábado, reportaron medios de comunicación.
“Sabíamos que teníamos que mejorar cuando nos dirigiéramos a las elecciones en el oeste de Estados Unidos”, aseguró Sanders, quien también se proyecta como vencedor en la asamblea electoral de Hawái.
Durante un mitin realizado en Wisconsin este sábado, el senador por Vermont agradeció el apoyo a sus seguidores en Washington y Alaska, en lo que calificó como “una victoria resonante”.
En Washington, la ventaja de Sanders era de 72 por ciento sobre 23 por ciento para Hillary Clinton, quien no obstante aún sigue adelante en el número de delegados por la nominación demócrata a la Casa Blanca.
El porcentaje fue más sólido en Alaska, con 79 por ciento para Sanders contra 20 por ciento para Clinton.
De concretarse su triunfo en los tres caucus de este sábado, el senador por Vermont se alzará con 142 delegados en total.
Clinton ha logrado mil 711 de los dos mil 383 delegados que se requieren para obtener la nominación presidencial de su partido, mientras que Sanders ha acumulado 952.
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Hillary Clinton y Bernie Sanders por el voto hispano en Florida
Hillary Clinton y Bernie Sanders por el voto hispano en Florida. De cara a las elecciones primarias en Florida y otros estados, Hillary Clinton y Bernie Sanders se enzarzaron en un intenso debate el miércoles sobre quién es el auténtico amigo de los hispanos estadounidenses, cruzando acusaciones sobre programas de trabajadores invitados «semejantes al esclavismo» y la aceptación de «vigilantes» contra inmigrantes.
Ambos tenían cosas aún peores que decir sobre el favorito republicano, Donald Trump.
En la confrontación seis días antes de las primarias en Florida, Clinton acusó a Sanders de votar varias veces contra una amplia propuesta migratoria de 2007, mientras que el senador la criticó a ella por oponerse a una iniciativa en 2007 para permitir que personas que viven en el país sin permiso de residencia obtuvieran licencias para conducir.
Si entonces se hubiera aprobado la reforma, afirmó Clinton, «muchos de los problemas que seguimos discutiendo hoy estarían en el espejo retrovisor».
Sanders replicó que se había opuesto a la reforma porque contenía un programa de trabajadores invitados «semejante al esclavismo».
El debate comenzó con una pregunta que pareció desconcertar a Clinton.
El periodista de Univision Jorge Ramos preguntó si se retiraría de la campaña en caso de que se presentaran cargos en su contra por la gestión de su correo electrónico cuando era secretaria de Estado.
«Oh, por Dios, eso no va a ocurrir», aseguró Clinton. «Ni siquiera voy a responder esa pregunta».
El FBI investiga la posibilidad del mal manejo de información secreta, que pasó por el servidor privado de email de Clinton.
Sanders, como lo ha hecho antes, declinó tocar el tema y se limitó a decir: «El proceso seguirá su curso». Señaló que prefería hablar sobre la riqueza y la desigualdad de ingresos.
Ambos candidatos dijeron estar ganando impulso, después de que Sanders sorprendiera con una victoria en Michigan el martes.
Clinton insistió en que tiene una amplia ventaja en la carrera por los delegados. «Esto es un maratón y es un maratón que solo puede realizarse con el tipo de campaña que llevo», indicó.
Sanders afirmó que su triunfo en Michigan es la prueba de que su mensaje ha tenido eco.
«Seguiremos con actuaciones extremadamente buenas», aseguró y añadió que espera convencer a los superdelegados que respaldan a Clinton de que cambien su apoyo.
La inmigración acaparó buena parte del debate por un buen motivo: en Florida viven casi 1,8 millones de hispanos, incluidos aproximadamente el 15% de los demócratas del estado.
Los votantes hispanos han sido por ahora en torno al 10% de los asistentes a las primarias demócratas en lo que va de campaña y Clinton ha conseguido aproximadamente dos tercios de sus apoyos, frente al tercio que optó por Sanders. El senador por Vermont insistió en que hace progresos entre los hispanos jóvenes.
En un momento dado, Clinton acusó a Sanders de apoyar legislación que habría llevado a la detención indefinida de personas expuestas a la deportación y de apoyar al grupo de patrullas de voluntarios Minutemen. El senador describió esa idea como «ridícula» y «absurda», y acusó a Clinton de tomar pequeños fragmentos de grandes paquetes legislativos para tergiversar su historial de votación.
«No, no apoyo a justicieros y esa es una afirmación espantosa y una afirmación injusta», dijo.
Pese a todos sus desacuerdos, el tono general de los candidatos fue mucho menos tenso que en su debate del domingo. En un momento dado, Sanders incluso se rio de la forma como pronuncia «enorme», una de sus expresiones más conocidas. El demócrata dice algo parecido a «ennnorme».
Ambos encontraron un punto en común en señalar que el favorito republicano, Trump, es mucho peor en materia de inmigración que cualquiera de ellos.
También coincidieron en la necesidad de reducir la deuda de los estudiantes.
En total, el 15 de marzo estarán en juego 691 delegados, incluidos los 214 de Florida, que en el campo demócrata se reparten de forma proporcional a los votos.
Clinton ha ganado 762 delegados frente a los 549 de Sanders, con 10 delegados aún por asignar de las últimas primarias. Cuando se tienen en cuenta los superdelegados, Clinton tiene 1.223 frente a 574, más de la mitad de los 2.383 necesarios para obtener la candidatura demócrata.
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Hillary Clinton y Bernie Sanders se enfrentan por economía norteamericana
Hillary Clinton y Bernie Sanders se enfrentan por economía norteamericana. Hillary Clinton y Bernie Sanders se atacaron agresivamente sobre asuntos económicos durante un nuevo debate presidencial demócrata. Clinton acusó a su rival de dar la espalda a la industria automotriz y Sanders respondió que los amigos de Clinton en Wall Street «han destruido esta economía».
El debate de la noche del domingo mostró un cambio de tono notable entre los dos demócratas. Mostró a un Sanders con cada vez más problemas para detener el avance de quien encabeza las preferencias de su partido. Ambos candidatos se interrumpieron frecuentemente uno al otro y se lanzaron acusaciones de tergiversar sus historiales.
«Para variar, hablemos de hechos y no solo palabras», dijo Clinton a Sanders.
«Déjeme contar mi historia, usted cuente la suya», respondió Sanders. «Su historia es la de votar por cada enmienda comercial desastrosa y votar por un país corporativo».
En más de una ocasión, Sanders respondió a las interrupciones de Clinton al decirle: «Discúlpeme, estoy hablando» o «Déjeme terminar, por favor».
Sus desacuerdos fueron evidentes, pero lejos del panorama en el debate republicano en Detroit hace tres días, un enfrentamiento entre cuatro protagonistas definido por crecientes ataques personales, insultos e incluso referencias sexuales. En comparación, el debate demócrata fue un enfrentamiento más civilizado.
Clinton dijo que aunque tiene diferencias políticas con Sanders «comparen la sustancia de este debate con lo que se vivió la semana pasada en el escenario republicano».
Sanders también opinó al respecto. «En caso de ser electos, vamos a invertir mucho en salud mental y cuando uno ve los debates republicanos, se da cuenta de por qué».
Ambos rieron tras ese comentario.
Cada uno de ellos mostró sus credenciales como el mejor candidato para vencer al favorito en las primarias republicanas, Donald Trump, en una eventual elección general en noviembre.
Clinton dijo que ha recibido más votos que Trump en las primarias y pronosticó que su «intolerancia, abusos y bravuconería no van a sentar bien entre el pueblo estadounidense».
«Me encantaría competir contra Donald Trump», dijo Sanders. «Sanders contra Trump es mucho mejor debate que Clinton contra Trump».
Sanders, quien debatió con mucha más agresividad que en el pasado, criticó desde el comienzo a Clinton, hablando sobre la necesidad de mantener las fuentes de empleo en el país.
«Me alegra que la secretaria Clinton haya descubierto la religión al respecto», dijo antes de criticar a su rival por sus respaldos en el pasado a acuerdos comerciales que, aseguró, tuvieron consecuencias «desastrosas».
De igual forma, Clinton comenzó una ofensiva desde el comienzo, pero a menudo se encontró defendiéndose de las acusaciones de Sanders.
En su ataque más agudo, Clinton dijo que Sanders votó en contra de un rescate financiero en 2009 a la industria automotriz: «Yo los respaldé. Usted no. Si todos hubieran votado como usted, creo que la industria automotriz habría colapsado, llevándose con ella cuatro millones de empleos».