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  • Aniversario de Barack Obama en el poder

    Hace un año, en un ceremonia inaugural única, Barack Obama puso su mano sobre la Biblia de Abraham Lincoln y le aseguró a la nación que, con esperanza y virtud, se podrían «sortear las corrientes heladas y soportar lo que traiga la tormenta». En el otro extremo del país, en Seattle, Glen Boyd ya sabía lo que traía la tormenta económica. Dos semanas atrás se había quedado sin trabajo este vendedor de DIRECTV, que apoyaba a Obama y tenía grandes esperanzas en su gestión. «Me sentí muy orgulloso. Pensé que era la persona indicada. Estaba optimista», recuerda Boyd.

    Ahora, un año después, Boyds escribe en su blog: «Creímos todo lo que decía en sus discursos de ‘sí, se puede’. Mi única pregunta es ¿dónde están todos esos discursos ahora?». «Decir que me siento decepcionado con la presidencia de Obama no basta para describir lo que siento». Olvídese de las palabras «se puede», «cambio» y, sobre todo «esperanza». Si algo describe hoy la actitud de la gente hacia Obama es la palabra desencanto. Las encuestas muestran un constante declive en los índices de popularidad del mandatario desde que asumió la presidencia el 20 de enero pasado. De hecho, según la consulta más reciente de Gallup, inicia su segundo año de gobierno con los índices más bajos que ha tenido un presidente a la misma altura de su gestión en los últimos 50 años. Hacia el 1ro de enero, un 50% de los consultados aprobaba su gestión y un 44% la desaprobaba.
    La decepción es especialmente fuerte entre quienes esperaban grandes cosas de Obama.

    «De repente estábamos hablando de cosas realmente importantes, de cuestiones sociales que habían sido olvidadas por años. Era emocionante, refrescante», comenta Matt Sullivan, concejal de Pleasanton, California. Un año después, se siente defraudado. «¿Qué pasó con este tipo?», pregunta. «¿Qué pasó con su visión del país y del mundo? Todo se esfumó». Sullivan expresa desencanto con la política de salud, la economía y los programas de energía. Pero lo que más le molesta es que Estados Unidos siga librando dos guerras que, según él, dañan la imagen del país en el exterior y perjudican su seguridad.

    «Esencialmente, es la misma retórica de (George W.) Bush, solo que expresada más inteligentemente», dijo Sullivan. El concejal se siente frustrado con el sistema político en general y cree que si Obama, con sus cualidades, su carisma y su determinación, no puede cambiar nada, nadie puede hacerlo. «Terminas dudando de que la democracia representantiva funcione para la gente común», manifestó. Beverly Wardell se siente frustrada, pero piensa que hay que darle tiempo a Obama. «Si se generaron demasiadas expectativas, no es su culpa», dijo Wardell, una jubilada de 65 años de Clifton, Nueva Jersey. «Creo que la gente estaba tan desesperada después de Bush que Obama parecía un rayo de esperanza. Tal vez esperamos demasiado de él». A Wardell le interesan sobre todo el plan de salud y la promesa de Obama de retirar los soldados de Irak. Los tropiezos con el proyecto de reforma al plan de salud la frustran enormemente y cree que el gobierno no está haciendo la suficiente fuerza para frenar a los republicanos.

    «Esperaba que Obama siguiese la línea de un Franklin Roosevelt e hiciese cosas que ayuden a la clase media», declaró. A pesar de sus frustraciones, Wardell pronostica que dentro de tres años volverá a votar por Obama, aunque sin depositar tantas ilusiones en él. Charleszetta Lewis sufre con los padeceres de su madre, una viuda de 82 años que debe tomar diariamente más de media docena de medicinas. Debido a lagunas en el plan de salud del gobierno, la anciana debe costear en su totalidad las medicinas después de superar cierto límite y hasta llegar a otro. Se siente furiosa porque el partido y el presidente por los que votó no logran hacer pasar una reforma amplia al programa de salud pese a tener mayoría en el Congreso. Lo que más acongoja a esta ex capataz de una planta de Chrysler, de 62 años, hoy jubilada, no obstante, es la actitud del pueblo estadounidense.

    «La inmadurez del diálogo, donde abundan la hostilidad, el rencor y la maldad, da un mal ejemplo a la juventud», escribió Lewis, de 63 años, en una carta al diario Tribune de Kokomo, Indiana. Lewis, quien es negra, como Obama, dice que no se pueden esperar resultados inmediatos. Obama «nunca dijo que todo lo haría en los primeros seis meses», afirmó. «Ni en los primeros ocho, nueve meses, o el primer año. Dijo que lo haría en su primera gestión». «¿Dónde quedó el sentido común? Dénle tiempo al presidente Obama y dejen de actuar como mocosos inmaduros».

    El desencanto de Jenny Hartz es de tal magnitud que hace poco se detuvo a escuchar lo que decían unos militantes de la organización del republicano conservador Ron Paul en una feria de Lawrence, Kansas, y se sintió interesada en su mensaje. En el pasado, consideraba a la gente de Paul «un grupo de libertarios locos, con ideas poco realistas». Esta vez, en cambio, le gustó lo que decían acerca de un gobierno limitado y más responsabilidad individual. Hartz, de 22 años y quien se graduó de la Universidad de Kansas en mayo, dice que no responsabiliza a Obama personalmente por no haber cumplido sus promesas y que piensa que esperó demasiado de él. «Otra vez nos prometieron una cosa y nos dieron otra», afirmó.

    David Bernstein nunca se dejó encandilar por Obama, pero de todos modos tenía esperanzas en que trajese un cambio. Este profesor de leyes de la George Mason University de Virginia, de 42 años, dice que Obama «cambió algunas políticas de Bush, pero no la forma en que se maneja Washington». Bernstein, quien afirma tener «inclinaciones libertarias», pero votó por el republicano John McCain, dice que Obama se dejó influenciar por las mismas políticas de cabildeo de determinados sectores que él había denunciado. Y cuestiona el presupuesto que aprobó.

    Considera que debió haberlo vetado, diciendo «le demostraré al pueblo que tendré un manejo fiscal responsable». Lamenta que Obama no haya reducido lo que considera gastos innecesarios ni haya hecho más transparente el gobierno. «Dejé de darle el beneficio de la duda cuando faltó a su palabra en todos estos temas», expresó.

    David Katz, un cirujano vascular jubilado de 73 años con ideas liberales, que apoyó firmemente a Obama, se siente desconcertado por todo el terreno que ha cedido el presidente en relación con el plan de salud. «Dígame, ¿qué ha hecho Obama? El hombre de la esperanza y el cambio ha perdido toda esperanza y ha cambiado muy pocas cosas por su deseo de quedar bien con ambos bandos en el Congreso», declaró. Katz dice que comprende que las cosas no son sencillas y que hay que transar, pero no puede ocultar su desencanto. «Uno pone a alguien en un pedestal, piensa que tiene esta o aquella cualidad, y resulta que o no las tenía, o lo engañaron a uno, o el tipo cambió», expresó.
    Katz, quien vive en Oxnard, California, dice que él y sus amigos se preguntan si Obama necesita más tiempo, es un incompetente o le falta experiencia. Admite, no obstante, que hay que darle más tiempo y que todavía puede cumplir muchas de sus promesas.

    «No se le pueden tirar los lobos porque no hizo todas estas cosas en un año», manifestó.

  • Rusia y EU avanzan en desarme

    Las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia para un nuevo tratado de control armamentista son arduas, pero las dos partes han avanzado para lograr un acuerdo que limite sus arsenales nucleares, dijo el sábado el presidente ruso Dmitry Medvedev.

    El nuevo acuerdo sucederá al Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START por sus siglas en inglés) de 1991, que expiró el 5 de diciembre. Los dos países no pudieron llegar a un acuerdo antes del vencimiento, como esperaban.

    «Las negociaciones continuarán», dijo Medvedev. «No avanzan completamente con suavidad, pero en general hemos llegado a un acuerdo con los estadounidenses sobre muchos de los puntos».

    Se tiene prevista otra ronda de negociaciones para el 25 de enero en Ginebra.

    Medvedev hizo estas declaraciones durante un mensaje transmitido por televisión con los líderes de cuatro partidos en el parlamento ruso, que tendrá que ratificar cualquier acuerdo sobre control de armas antes de que pueda entrar en efecto.

    Los líderes de los partidos argumentaron que los procedimientos para que ambos países vigilen los arsenales nucleares del otro no deben ser muy intrusivos, según reportó la agencia estatal de noticias rusa.

    El tratado de 1991 requería que cada país redujera sus ojivas nucleares al menos a un cuarto, a unas 6.000, e implementar procedimientos para verificar que la contraparte cumpliera lo acordado.

    Medvedev y el presidente estadounidense Barack Obama acordaron en julio reducir las ojivas nucleares a entre 1.500 y 1.675 para cada país en los próximos siete años como parte de un nuevo tratado más amplio.

  • Latinos en EU comienzan a desencantarse de Obama

    Los hispanos ocupan una razonable cuota de poder en el gobierno de Barack Obama y el nivel de aprobación del presidente sigue siendo muy elevado tras un año en el cargo, pero la crisis económica y la reforma migratoria pendiente amenazan con ensombrecer ese balance. A finales de 2009, Obama había propuesto a 49 hispanos en puestos de alta responsabilidad en su gobierno, de los cuales 35 fueron aprobados por el Senado, en comparación con los 34 bajo George W. Bush y 30 bajo Bill Clinton, según datos de la Casa Blanca.

    En el gabinete de Obama hay dos secretarios latinos, Hilda Solís (Trabajo) y Ken Salazar (Interior). Durante la presidencia del republicano Ronald Reagan (1981-1989) llegaron a ser tres, pero al inicio de su presidencia, Obama consiguió algo realmente histórico: lograr que entrara en la Corte Suprema por primera vez una juez hispana, Sonia Sotomayor.

    El propio Obama llegó a confesar luego que era la decisión que más le llenaba de orgullo, ante una durísima oposición republicana que no le dio tregua en ningún frente. Nunca antes la comunidad hispana en Estados Unidos se movilizó tanto en favor de un presidente en unas elecciones: cerca del 67% de los hispanos que acudieron a las urnas (10 millones, cifra récord de participación) votaron por Obama.

    Un año después, el nivel de popularidad de Obama entre los hispanos, la principal minoría en el país (unos 46 millones) sigue siendo muy alto. Un 73% aprueba la gestión del primer presidente negro estadounidense, en comparación con apenas un 49% de aprobación entre la población a nivel general, según Gallup. Pero la crisis pesa: los hispanos cerraron 2009 con una tasa de desempleo del 12,9%, casi tres puntos porcentuales por encima de la media del país. Algunos estudios calculan que cerca de medio millón perdieron sus casas en el naufragio inmobiliario.

    Las organizaciones de presión como La Raza exigen políticas particulares para la minoría hispana. «Los trabajadores latinos y los de otras minorías han estado haciendo todo lo que pueden para encontrar un trabajo», expresó recientemente la presidenta de La Raza, Janet Murguía, «pero si el gobierno no hace su parte, el desempleo continuará plagando nuestras comunidades».

    «¿En qué se traduce que haya más latinos en posiciones de poder?» se pregunta Arnoldo Torres, consultor y analista político independiente. Aunque el gobierno ha promovido acciones específicas para la comunidad, como ayudas en el sector de la construcción, sus responsables insisten en que deben ofrecer las mismas soluciones a los hispanos que al resto de la población.

    Esa fue la intención del paquete de estímulo económico aprobado a principios de la presidencia, y también de la ambiciosa reforma sanitaria.
    Pero esa reforma sanitaria, aún a debate en el Senado, no incluirá con toda probabilidad a los 12 millones de indocumentados, lo que empieza a despertar irritación en organizaciones y líderes de la comunidad. Es en el Congreso donde la suerte política de Obama en la comunidad hispana puede decantarse hacia el desencanto.

    Los demócratas dominan de forma histórica ambas cámaras del Congreso, pero la reforma migratoria aparece cada vez como menos prioritaria. Obama dijo que quería que se presentara alguna iniciativa en el primer año de gestión, pero ese plazo no se ha cumplido, a excepción de un proyecto de ley presentado por el representante demócrata Luis Gutiérrez.

    «Dependemos de una sola persona para resolver nuestros problemas. Tenemos que ser más prácticos», critica Torres en referencia a las esperanzas de reforma migratoria de la comunidad, que ya fueron derrotadas en dos ocasiones, en 2006 y 2007.

  • Obama esta bajo presion por fallas de seguridad

    Dos senadores opositores estadunidenses señalaron hoy que el presidente Barack Obama no ha hecho lo suficiente para imponer una rendición de cuentas dentro de su administración, en lo que se refiere a la seguridad nacional.

    Al hablar en el programa ‘Estado de la Unión’ de la cadena CNN, el senador republicano John McCain, y el independiente Joe Lieberman, consideraron insuficientes los resultados preliminares de la revisión de las fallas que condujeron al frustrado atentado del 25 de diciembre pasado.

    La semana pasada Obama asumió la responsabilidad personal de las fallas de inteligencia que permitieron a un joven nigeriano ingresar con material explosivo escondido bajo su ropa a un avión que despegó de Amsterdam con destino a Detroit.

    ‘Creo que alguien debe ser responsabilizado por los errores, por los errores humanos que el presidente reconoció, y que permitieron que el terrorista nigeriano ingresar a Detroit y tenemos que cambiar algunas cosas en el sistema, dijo Lieberman.

    El nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab se declaró inocente de los cargos de intentar hacer explotar el avión.

    Al ser cuestionado en forma directa sobre quién debería ser responsabilizado, Lieberman sugirió que el Departamento de Estado, por sus fallas para determinar que Abdulmutallab tenía una visa para ingresar a Estados Unidos.

    La dependencia no retiró la visa aun cuando el padre de Abdulmutallab acudió a la embajada de Estados Unidos en Nigeria para expresar sus preocupaciones sobre su hijo, señaló Lieberman.

    El senador por Connecticut también dijo que ‘algo estuvo mal’ en el Centro Nacional Contra el Terrorismo.

    ‘Ese es el lugar que creamos luego (de los ataques) del 11 de septiembre. Nos ha servido muy bien, pero no lo hizo en este caso. De forma que, si se cometieron errores humanos, creo que algunos humanos que hicieron esos errores tienen que ser disciplinados de forma que (los errores) nunca pasen otra vez’.

    Los comentarios de Liberman fueron secundados por el senador John McCain, el ex candidato republicano a la presidencia que fue derrotado por Obama.

    ‘Alguien debe ser responsabilizado por lo que pasó’, dijo McCain, ‘y no podemos regresar al viejo modelo de tipo de rutina de Washington: todos somos responsables, y por ello nadie es responsable’, señaló en el programa televisivo de CNN

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  • NO habra tolerancia dice Barack Obama

    El presidente Barack Obama dijo el martes que el gobierno tenía suficiente información para impedir el intento de atentado a un avión en Navidad, pero las agencias de inteligencia no lograron vincular los datos. Obama calificó de inaceptable esta falla que dejó a casi 300 pasajeros y tripulantes en peligro. «No lo toleraré», afirmó. El presunto atacante nigeriano, Umar Faruk Abdulmutalab, de 23 años, ha afirmado tener vínculos con al-Qaida.
    Según los testigos encendió una mezcla explosiva pero no logró hacer un daño serio al avión de la aerolínea Northwest ni a las personas a bordo. Abdulmutalab fue sometido por otros los pasajeros y los tripulantes del vuelo hasta que lograron aterrizar.
    El presidente, que hizo sus declaraciones después de una junta con su gabinete y su equipo de seguridad nacional, dijo: «Tenemos que mejorar y vamos a mejorar. Y lo haremos rápidamente».
    Obama también dijo que suspendería la transferencia de algunos de los detenidos de la base naval de la Bahía de Guantánamo a Yemen, pues Abdulmutalab ha dicho que actuó bajo instrucciones de los integrantes de al-Qaida en ese país.
    Casi la mitad de los 198 sospechosos de terrorismo detenidos en la base naval en Cuba son originarios de Yeme cerrar en algún momento la prisión.
    «No se equivoquen, cerraremos la prisión en Guantánamo», afirmó el mandatario, y agregó que la base «fue una razón explícita para que se formara el grupo de al-Qaida que opera en Yemen».
    En cuanto al intento de ataque de Navidad, Obama dijo que exponía una falla de seguridad «potencialmente desastrosa».
    El mandatario habló tras reunirse en la Casa Blanca con altos funcionarios gubernamentales a cargo de efectuar dos revisiones sobre lo qué salió mal que fueron ordenadas por él mismo.
    Obama también describió los cambios recientes en los protocolos de seguridad para los vuelos y los cambios en la lista de sospechosos de terrorismo del gobierno.
    El presidente dijo a los reporteros que la falla en la seguridad no tenía nada que ver con la recopilación de información, sino con la imposibilidad de integrar y analizar lo que habían descubierto. A fin de cuentas, lo importante es que el gobierno tenía «suficiente información para descubrir este plan y posiblemente impedir el ataque del día de Navidad».
    «Nuestra comunidad de inteligencia falló al conectar aquellos puntos (vincular los datos) que podrían haber hecho que el sospechoso estuviera en la lista de las personas a las que no se les tiene permitido subir a aviones», agregó. «No fue una falla en la recopilación de la información, sino en integrar y entender los datos de inteligencia con los que ya contábamos».
    Obama agregó que estaba claro que el gobierno sabía que el sospechoso Abdulmutalab había viajado a Yemen y que ahí se había unido a los extremistas.
    «Resulta que nuestros organismos de inteligencia sabían otras cosas alarmantes de que al-Qaida en la Península Arábiga buscaba atacar no sólo a objetivos estadounidenses en Yemen sino al mismo Estados Unidos. Contábamos con la información de que este grupo trabajaba con un individuo (…) que, ahora sabemos, era de hecho la persona involucrada en el ataque de Navidad», dijo Obama.
    Antes de las declaraciones del presidente, el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo que éste todavía tiene plena confianza en sus tres funcionarios de seguridad más importantes: El director de Inteligencia Nacional, Dennis Blair, el director de la CIA, Leon Panetta, y la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano.
    Los tres estaban entre los 20 funcionarios de alto nivel que se reunieron con Obama en la Sala de Situación, diseñada para tratar asuntos delicados, de la Casa Blanca para una junta de 90 minutos de duración.

  • Capturan lider yemenita de Al Qaida

    Las fuerzas de seguridad yemeníes, presionadas por Washington para obtener resultados en la lucha contra Al Qaida, capturaron el miércoles a uno de los líderes de la red islamista en el país y a otros dos yihadistas heridos. Mohamad Ahmed al Hanak, presunto jefe local de Al Qaida, considerado como el artífice de las amenazas de atentado que provocaron el cierre de varias embajadas, fue detenido en un hospital de Raida (80 km al norte de la capital Saná) junto a dos de sus hombres heridos el lunes en una operación de la policía yemení.

    «Mohamad al Hanak y otros dos que estaban heridos fueron capturados en el hospital de Amran», declaró a la AFP un responsable de la seguridad yemení, que pidió el anonimato. Las fuerzas de seguridad detuvieron asimismo a otros tres islamistas que se entregaron a las autoridades.

    Un alto responsable de los servicios de seguridad declaró a la AFP que dos presuntos miembros de Al Qaida se rindieron en la provincia de Marib (este de Saná) y un tercero lo hizo en Arhab (40 km al norte de la capital). Según esta fuente, las rendiciones son el resultado de «presiones de las tribus» que controlan esas regiones y cierran las puertas de sus territorios a esos elementos.

    Unidades yemeníes que perseguían el lunes a Al Hanak se habían enfrentado a éste y su grupo en la región de Arhab. Dos guardaespaldas de Al Hanak murieron y dos resultaron heridos en los combates, pero el sospechoso había logrado huir. Cerrada desde el lunes debido a las amenazas de atentado lanzadas por Al Qaida de la Península Arábiga (AQAP), la embajada de Estados Unidos había vuelto a abrir el martes, al tiempo que sus responsables elogiaban las «operaciones antiterroristas» efectuadas la víspera, en referencia a la ofensiva de Arhab.

    El miércoles volvió a abrir la embajada británica, tras tres días de cierre, aunque sus servicios consulares permanecían suspendidos. Por su parte, la misión diplomática de Francia en Yemen recuperó un funcionamiento normal. El ministerio de Interior yemení anunció que sigue en curso una vasta operación en varias provincias, para «presionar a los terroristas e impedirles que reconstituyan sus células y retomen aliento».

    Según una fuente de seguridad, las operaciones se concentran en las provincias de Juf, Marib, Chabwa y Abyan, al noroeste y al este de Saná. El ministerio había afirmado el martes haber rodeado a «los elementos de la red Al Qaida en todos los lugares y todas las regiones donde se puedan encontrar».

    «La persecución de estos elementos se lleva a cabo las 24 horas del día y se lanzan a diario operaciones contra su escondrijos», afirmó, precisando que se reforzó la seguridad en torno a las embajadas y los lugares frecuentados por los extranjeros.

    El presidente estadounidense, Barack Obama, hizo alusión el martes a la situación en Yemen, afirmando que «hay allí problemas desde el punto de vista de la seguridad a los que nos enfrentamos desde hace algún tiempo, al igual que nuestros socios yemeníes».

    La víspera, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ya había considerado que «la inestabilidad» en Yemen amenaza «la estabilidad regional e incluso mundial»

  • EU sabia la intencion del nigeriano

    El gobierno de Estados Unidos tenía información procedente de Yemen en el sentido de que ‘un nigeriano’ estaba siendo preparado para cometer un atentado terrorista, publicó hoy el diario The New York Times.

    El presidente Barack Obama dijo el martes que hubo una «falla sistémica» del aparato de seguridad de la nación después de ser informado de más señales ignoradas e información que debieron evitar que un presunto terrorista abordara un vuelo hacia Estados Unidos.

    Durante una breve reunión privada el martes por la mañana durante sus vacaciones en Hawai, Obama fue informado de que antes del fallido atentado del viernes pasado el gobierno tuvo información que hubiera sido una clara señal de alarma si se hubiera compartido entre las agencias, dijo al diario un funcionario de alto rango.

    Dos funcionarios dijeron que el gobierno tuvo información procedente de Yemen antes del viernes en el sentido de que líderes de una rama de Al Qaeda en ese país hablaban de «un nigeriano» que estaba siendo preparado para un ataque terrorista.

    Aunque la información no incluía un nombre, los funcionarios dijeron que habría sido evidente si se hubiera cotejado con los datos acerca de Umar Farouk Abdulmutallab, el nigeriano de 23 años acusado de tratar de destruir un avión con destino a Detroit el día de Navidad.

    El gobierno también tuvo más información acerca del lugar donde Abdulmutallab había estado y cuáles eran algunos de sus planes.

    Parte de la información era parcial o incompleta, y no era obvio que estuviera conectada, dijo un funcionario, pero en retrospectiva está claro que de haberse examinado en conjunto hubiera apuntado a un ataque inminente.

    El funcionario dijo que el gobierno está «cada vez más convencido» de que Al Qaeda tuvo un papel en el ataque, como reconoció públicamente la propia rama de la organización en Yemen.

    Poco después de ser informado, Obama habló a la prensa en su segunda declaración pública sobre el asunto, y anunció que un examen reveló que el sistema de inteligencia no identificó adecuadamente al sospechoso como extremista peligroso a quien se debió impedir volar a Estados Unidos

  • Rusia pide informacion de misiles a EU

    El primer ministro ruso, Vladimir Putin, afirmó el martes que Rusia construirá nuevas armas para compensar el proyectado sistema antimisiles de Estados Unidos y pidió a Washington compartir información detallada de ese escudo en un nuevo acuerdo sobre el control de armas. Las declaraciones de Putin, colocadas en el cibersitio del gabinete, conllevaban un tono desafiante y señalaron nuevas dificultades en la negociación bilateral sobre un convenio que sustituya al Tratado para la Reducción de Armas Estratégicas de 1991, que expiró el 5 de diciembre.

    Moscú y Washington esperaban lograr el convenio antes de que terminara el año, pero los problemas persisten. Putin dijo que las conversaciones sobre el control de armas transcurren en forma positiva y añadió que el presidente ruso Dmitry Medvedev y el mandatario estadounidense Barack Obama decidirán finalmente si hay un nuevo acuerdo.

    Sin embargo, Putin advirtió que un sistema defensivo de misiles daría una ventaja a Estados Unidos y podría debilitar el factor disuasivo de las fuerzas nucleares de Rusia. «Después de que el equilibrio se rompa (con el escudo de misiles), ellos harán lo que quieran y se volverán más agresivos», dijo el premier ruso.

    Obama retiró este año un elemento negativo en las relaciones cuando eliminó el plan del gobierno anterior de instalar misiles interceptores en Polonia y un radar en la República Checa, aspectos considerados por Rusia como amenazantes.

    El Kremlin encomió a Obama por la decisión, pero las autoridades rusas desean saber más de los sistemas marítimos y terrestres que Estados Unidos proyecta establecer a cambio.

    Putin dijo que Rusia no tiene la intención de instalar un escudo de misiles, pero que deberá crear nuevas armas ofensivas para amortiguar el futuro sistema defensivo de misiles de Estados Unidos

  • Los hispanos en EU, una decada decadente

    Hace 10 años las cosas eran más fáciles para José García. A este mexicano de 48 años, que llegó a Estados Unidos en 1996 desde el estado de Guerrero, no le costaba cambiar de un empleo a otro y lograba ahorrar algo. «A cualquier rato me vuelvo», dijo una tarde de diciembre mientras cortaba rosas en la entrada de un supermercado del alto Manhattan. «En México está mejor porque tenemos casa y lo que cultivamos lo vendemos. Aquí hay muchos gastos y estoy separado de mi esposa y tres hijos». García fue uno de los millones de hispanos que, a los albores del siglo XXI, vio movilizaciones sin precedentes en defensa de los derechos de los inmigrantes. Presenció cómo los hispanos llegaron al Congreso y a la Corte Suprema, se convirtieron en la minoría más grande de Estados Unidos y alteraron el panorama laboral del país.

    García, sin embargo, al igual que muchos otros, siente ahora que estos logros han quedado en polvo. El 2009 termina sin haberse logrado una reforma integral a las leyes de inmigración y bajo el aún fuerte martillazo de la crisis financiera global, que ha reducido el envío de remesas a Latinoamérica y sacudido el sector de la construcción estadounidense, una importante fuente de empleo para los hispanos. «Sentimos que estamos perdiendo fuerza en nuestra comunidad», señaló Angelo Falcón, presidente del Instituto Nacional para la Política Latina. «Que aunque hemos progresado, deberíamos haber logrado mucho más».

    Se habla mucho del poder de voto hispano, del creciente mercado hispano y del aumento en el número de hispanos que han accedido al sector político en la última década, ¿pero se ha traducido todo esto en verdadero poder para la comunidad hispana considerando su tamaño?
    «Siento que tenemos los recursos, pero que de alguna manera, no hemos encontrado la forma de usarlos para ayudar al hispano común», indicó Falcón. La crisis económica se ensañó con fuerza con los inmigrantes de Estados Unidos: el nivel de desempleo para hispanos nacidos en el extranjero pasó de un 5,1% en el último trimestre de 2007 a un 8% en el último trimestre de 2008.

    La esperanza inicial que generó la elección del presidente Barack Obama no se ha traducido aún en resultados tangibles: los crímenes racistas contra hispanos se sucedieron en el noreste del país durante el último año, y aumentaron la deserción escolar, las denuncias de abusos de inmigrantes en el sistema carcelario y las quejas por las nuevas medidas de seguridad en la frontera con México, incluido el envío de agentes federales. Aún así, los hispanos – casi 47 millones en Estados Unidos, es decir, un 15,4% de la población – representan una comunidad difícil de ignorar. A través de marchas bajo lemas como «hoy marchamos, mañana votamos» y un intenso debate político, los hispanos y otras comunidades inmigrantes llevaron el movimiento para reformar las leyes de inmigración a las más altas esferas de Washington.

    El proyecto de ley – con el objetivo de legalizar a unos 12 millones de indocumentados – llegó al Senado en 2007 con el apoyo del entonces presidente George W. Bush, pero quedó estancado allí por falta de apoyo. Más tarde, la guerra en Afganistán y la crisis financiera global que azotó al país relegó el tema a un segundo plano. «Sin el voto latino, el presidente Obama no hubiera sido elegido», dijo el congresista Luis Gutiérrez, un demócrata de Illinois que prepara una propuesta legislativa de reforma migratoria. «Trabajamos muy duro para elegir a un presidente que estuviera comprometido con la reforma. El compromiso fue de un año y ahora que ha llegado el momento esperamos que se cumpla esa promesa».

    Se espera que la propuesta – descrita por Gutiérrez como «un símbolo de esperanza y fuente de unidad para los inmigrantes» – reciba más de 80 patrocinadores. Podría quedar secundada por otra del senador Charles Schumer a principios del 2010. Las esperanzas son muchas, pero también el miedo a que se fracase de nuevo. «Nunca llega la reforma esta. Al revés, están sacando a más hispanos del país», lamentó García, el mexicano del supermercado de Manhattan. «La última década fue una década de extremos», indicó Chung Wha-Hong, directora ejecutiva de la Coalición de Inmigrantes de Nueva York.

    «Pasamos por momentos de discriminación, crímenes racistas, comentarios como los de Lou Dobbs o el sentimiento antiinmigrante tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Sin embargo, también experimentamos un impulso histórico de participación democrática sin precedentes. Ha sido una moneda de dos caras». Aunque Wha-Hong describió los últimos 10 años como una época de «sueños aplazados», destacó la importancia cada vez mayor del Bloque Legislativo Hispano, dirigido ahora por la congresista Nydia Velázquez y encargado de impulsar el debate de la reforma.

    La representante de la cámara baja no dudó en expresar su optimismo respecto al futuro de los hispanos, de los cuales dijo «tienen más poder económico que en cualquier otro momento de la historia». Velázquez nombró la designación de Sonia Sotomayor a la Corte Suprema y los éxitos musicales de Marc Anthony como ejemplos de los progresos de los hispanos. «Aunque nuestra comunidad continúa enfrentando desafíos, los hispanos se han asegurado un puesto en la mesa de negociaciones y desempeñan un papel clave en todos los debates importantes en nuestro país», afirmó.

    La campaña Reforma de Inmigración para Estados Unidos (Reform Immigration for America) -impulsada por docenas de organizaciones – pretende impulsar esos debates. A través de uno de sus programas, más de 100.000 personas han mandado un mensaje de texto al 69866 con la palabra «justicia» para unirse a una red de alertas al celular sobre la potencial reforma. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos los hispanos necesitan una dosis de realismo en el futuro, señalan algunos.

    «Los estadounidenses están preocupados por el desempleo y la economía. Este no es el mejor momento para aprobar la reforma migratoria», dijo César Perales, presidente de Justicia Latina-PRLDEF (Fondo Puertorriqueño para la Defensa Legal y la Educación). «La gente es deportada todos los días, necesitamos una reforma. ¿Estamos dispuestos a negociar?», señaló. «Los hispanos han de entender que será una negociación difícil. Tienen que estar dispuestos a ceder algo».

  • EEUU se cuestiona por seguridad

    El gobierno de Estados Unidos, sorprendido por el fallido ataque contra un avión con 290 ocupantes, se cuestionó este lunes por las fallas de seguridad que permitieron al agresor nigeriano entrar a su territorio con visado pese a que aparecía en una lista de sospechosos.
    El asunto centra la atención de las autoridades mientras se espera un pronunciamiento del presidente Barack Obama, de vacaciones en Hawai, quien no aparece en público desde el viernes de Navidad, cuando se registró el fallido ataque.
    El joven nigeriano que intentó hacer volar el avión con 290 ocupantes de la compañía Northwest, que aterrizó en Detroit procedente de Amsterdam, puso en entredicho las medidas de seguridad en los vuelos impuestas desde los mortíferos atentados de 2001.
    Al igual que en esa oportunidad, los controles fueron reforzados, ocasionando retrasos en el tránsito por los principales aeropuertos -donde se observan largas colas- y de algunos vuelos en plena temporada de vacaciones del fin de año.
    El nigeriano Umar Faruk Abdulmutallab, quien fue doblegado por los pasajeros y sufrió quemaduras en su intento de activar el explosivo, ingresó a territorio estadounidense con visado pese a que figuraba en una lista de sospechosos de terrorismo, emitida en junio de 2008.
    La secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, se preguntó este lunes cómo las autoridades no revocaron el permiso de entrada.
    «Todos queremos saber la respuesta a esa pregunta», dijo Janet Napolitano a la cadena CNN.
    Ese asunto «será parte del proceso (de revisión) que conduciremos bajo la dirección del presidente durante los próximos días y semanas», agregó.
    Napolitano reiteró que a su juicio hubo fallas en el sistema para evitar que la gente considerada peligrosa no suba a los aviones.
    «Queremos solucionar ese problema», afirmó.
    Abdulmutallab aparecía en una lista general de vigilancia conocida como TIDE, que contiene unos 550.000 nombres pero no prohíbe de manera automática tomar vuelos aéreos internacionales.
    La lista de prohibición de vuelo, más estricta, incluye unos 4.000 nombres.
    Sin embargo, el nigeriano sí tenía prohibida la entrada al Reino Unido desde que le fuera denegada una nueva visa de estudiante, indicó este lunes el ministro británico del Interior.
    Agregó que sospecha que el hombre no actuó solo, e indicó que la policía británica trataba de determinar «lo que pasó cuando estuvo en este país, si se radicalizó en este país, si tuvo vínculos con alguien que podría estar detrás de este complot».
    La familia de Abdulmutallab indicó asimismo en un comunicado que el padre del presunto terrorista alertó incluso a agencias de seguridad extranjeras.
    Una fuente oficial norteamericana indicó durante el fin de semana a la AFP que el padre de Umar Faruk Abdulmutallab estaba tan preocupado por la radicalización religiosa de su hijo que había advertido a la embajada de Estados Unidos en Abuja.
    En cambio, un portavoz de la policía nigeriana declaró el lunes que el padre de Abdulmutallab no la alertó antes de que tuviera lugar la tentativa de atentado.
    El domingo, la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano, dijo que «no hay indicios» de que el frustrado atentado sea parte de un plan mayor, y que sería «inapropiado» especular sobre nexos con Al-Qaida.