Meses antes de que Freddie Gray falleciese a consecuencia de una fractura de cuello sufrida durante lo que la fiscalía de Baltimore calificó de detención ilegal, la alcaldesa de la ciudad y el comisario de la policía dijeron que el departamento de policia en Baltimore necesitaba reformas y pidieron al Departamento de Justicia de Estados Unidos ayuda para revisar el mal comportamiento de los agentes.
Ahora que Gray está enterrado, seis agentes enfrentan cargos por su muerte y las calles de la ciudad han recuperado una precaria calma, los críticos se preguntan si los dirigentes locales son capaces de implementar el cambio que la policia en Baltimore necesita sin la supervisión directa e intensiva asociada a una investigación completa sobre derechos civiles que resultaría en un decreto extrajudicial.
La alcaldesa, la demócrata Stephanie Rawlings-Blake, ya se manifestó en contra de esta posibilidad alegando que privaría a los líderes de Baltimore de su capacidad de decidir en la lucha contra el crimen en una de las ciudades más violentas del país, con más de 200 homicidios al año.
«Nadie quiere que el Departamento de Justicia venga y se haga cargo de nuestra ciudad», dijo la semana pasada.
Los líderes de la ciudad deberían dar la bienvenida a la supervisión federal, porque se duda que cualquier departamento de policía pueda solucionar este problema desde dentro, dijo Erwin Chemerinsky, decano de la Universidad de California-Escuela de Derecho Irvine.
Los decretos extrajudiciales han sido mayoritariamente efectivos desde que el Congreso respondió a la golpiza a Rodney King en 1994 en Los Ángeles concediendo al Departamento de Justicia poder para denunciar a los departamentos de policía por violaciones de los derechos civiles. Los Ángeles superó el trance y demostró su efectividad, dijo Chemerinsky, que estudió los esfuerzos de reforma allí.
«Creo que en Los Ángeles hay menos probabilidad de un uso excesivo de la fuerza hoy en día, hay una policía menos racista, que antes del decreto extrajudicial», dijo.
El Departamento de Justicia ha cerrado acuerdos con otros 21 departamentos de policía desde entonces; Seattle y Nueva Orleáns están actualmente sometidos a uno de estos acuerdos mientras que en Cleveland se está negociando.
Funcionarios de Justicia están en conversaciones también con la policía de Ferguson, en el estado de Missouri, donde la muerte del joven negro de 18 años Michael Brown por disparos de un agente blanco inició un debate nacional sobre el uso de la fuerza policial contra negros. La investigación federal sobre derechos civiles en Ferguson encontró patrones de prejuicios raciales y tácticas policiales discriminatorias.
Un decreto extrajudicial es una forma de acuerdo negociado con el Departamento de Justicia que evita una demanda de derechos civiles mientras que los departamentos de policía afectados acceden a implementar una serie de reformas bajo la supervisión de una entidad independiente.
El Departamento de Justicia ya anunció una investigación federal independiente sobre la muerte de Gray. Y una investigación más amplia sobre derechos civiles no comenzaría a menos que las autoridades federales concluyan que la revisión voluntaria actual es insuficiente.
Este tipo de acuerdos crean también nuevos retos. Puede tomar más de una década que los departamentos de policía cumplan sus requerimientos y mientras los gastos aumentan: El reciclaje de agentes, nuevas contrataciones y la modificación de políticas de uso de la fuerza pueden costar decenas de millones de dólares.
«Las ciudades no quieren invertir sus escasos recursos en el costoso proceso de reformar un departamento de policía», dijo Stephen Rushin, profesor adjunto externo de Derecho en la Universidad de Illinois que trabaja en un libro sobre reformas en la policía. «Habitualmente, consume las inversiones en escuelas, carreteras, parques y otras cosas que la ciudad va a valorar».
No obstante, la ciudad gasta ya millones de dólares en acuerdos legales con personas que supuestamente sufrieron lesiones o muertes en sus familias a manos de la policía. La alcaldesa y el comisario de policía, Anthony Batts, pidieron la revision del Departamento de Justicia el año pasado luego de que el diario The Baltimore Sun cifrase en 5,7 millones de dólares los pagos efectuados para resolver más de 100 demandas por mala conducta policial desde 2011.
La revision voluntaria debería resultar en recomendaciones y dar a la ciudad acceso a fondos federales para ponerlas en práctica, pero no serán aplicadas por ninguna orden tribunal o monitor independiente.
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Reestructura de la policia en Baltimore será costosa
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Se preparan en Baltimore marchas de la victoria
La gran marcha convocada para protestar el sábado por la muerte de un hombre bajo custodia policial empezó a anunciarse como una «marcha de victoria», luego de que la fiscal jefe de Baltimore emprendiera un proceso penal contra los seis agentes implicados en la detención del fallecido.
Se espera que miles de personas tomen las calles este fin de semana, ahora con un ánimo de celebración tras la decisión de la fiscal Marilyn Mosby de acusar a los policías de delitos que van entre la agresión y el asesinato.
Freddie Gray murió por una lesión medular una semana después de su detención el 12 de abril, y se convirtió en un símbolo de la lucha contra la brutalidad policial y la desigualdad social en la ciudad.
El anuncio de Mosby el viernes desencadenó celebraciones en las mismas calles de Baltimore Este que ardían apenas cuatro días antes, cuando el funeral de Gray terminó en disturbios y saqueos.
La procuradora dijo que tras revisar los resultados de una investigación policial que se le entregó apenas un día antes, había concluido que el arresto de Gray fue ilegal e injustificado. El detenido se rompió el cuello porque estaba esposado, con grilletes en los pies y se le colocó con la cabeza por delante en un furgón policial, donde sus reiteradas peticiones de atención médica fueron ignoradas mientras rebotaba en el pequeño compartimento de metal del vehículo, afirmó la fiscal.
Los agentes dejaron pasar cinco oportunidades de ayudar al prisionero, herido y detenido sin causa justificada, antes de que llegara a la comisaría sin respirar, añadió Mosby. Incluso cambiaron su ruta en el furgón para recoger a otro pasajero.
La fiscal alegó que la policía no tenía motivo para detener o perseguir a Gray. Además, lo acusaron falsamente de poseer una navaja desplegable ilegal cuando en realidad era un cuchillo legal, y no le colocaron el cinturón de seguridad en el vehículo oficial, una violación directa de la política del departamento, añadió.
El padrastro de Gray, Robert Shipley, dijo que la familia está satisfecha con que se presentaran cargos, y reiteró su petición de que las manifestaciones públicas fueran pacíficas.
«Estamos satisfechos con los cargos de hoy; son un paso importante para conseguir justicia para Freddie» dijo Shipley. «Pero si no van a venir en paz, por favor, no vengan».
El abogado de la familia, Bill Murphy, dijo que la presentación de cargos es «un primer paso, pero no el último», y añadió que ahora Baltimore tiene una oportunidad de dar ejemplo a ciudades de todo el país que lidian con la brutalidad policial.
«La abrumadora mayoría de la gente que ha protestado estos días no conocía personalmente a Freddie, pero la gente de Filadelfia, Nueva York, Cincinnati y numerosas ciudades y pueblos expresa su indignación por que haya demasiados Freddie Grays», dijo Murphy. «Para que Freddie Gray no muriera en vano, debemos aprovechar esta oportunidad de reformar los departamentos de policía en todo el país, para que no haya más días y momentos como éste».
Un abogado contratado por el sindicato de policías insistió en que los agentes no habían hecho nada mal. El abogado Michael Davey dijo el viernes que Mosby había emitido un «escandaloso juicio apresurado».
Pero para otros que vieron el arresto y la muerte Gray como un reflejo de los amplios problemas económicos y sociales de la ciudad, la noticia sobre los cargos provocó celebraciones en las calles.
La organización Abogados Negros por la Justicia espera que al menos 10.000 personas acudan a la marcha del sábado en el centro de Baltimore.
Malik Shabazz, presidente del grupo, dijo esperar que acudiera más gente ahora que se ha acusado a los policías.
«Nuestra marcha continuará como una marcha de victoria», afirmó. «Será una marcha por la justicia y contra la brutalidad policial».
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Freddie Gray prueba de fuego para la fiscal de Baltimore
La fiscal jefe de Baltimore, de apenas 35 años y que lleva menos de cuatro meses en el cargo, se enfrenta al mayor desafío de su carrera: decidir si las pruebas respaldan un proceso penal contra varios agentes de policía por la muerte de Freddie Gray.
La fiscal del estado Marilyn Mosby derrotó en las urnas a un asentado rival blanco tras prometer que exigiría responsabilidades a la policía. La procuradora acusó a su predecesor de ser demasiado blando con los agentes y estar demasiado desconectado de los ciudadanos de Baltimore. Mosby y su esposo, concejal de Baltimore, son negros y viven a unas cuadras de la empobrecida comunidad donde estallaron los disturbios el lunes tras el funeral de Gray.
Pero incluso sus partidarios creen que sus estrechos lazos con la comunidad no le evitarán críticas.
«Más vale que esté preparada. Va a ser un bautismo de fuego», dijo J. Wyndal Gordon, un veterano abogado defensor de Baltimore que ha litigado contra agentes en casos sobre uso excesivo de la fuerza. «Cómo gestione esto definirá su mandato y su futuro en el cargo».
Los seis agentes de policía quedaron suspendidos con sueldo mientras Mosby decide qué hacer. La policía le entregó su informe interno el jueves, pero la fiscalía realiza su propia investigación. La procuradora no ha dado un plazo para su decisión.
Mosby creció en Boston y conoció a su marido, el concejal Nick Mosby, cuando eran estudiantes en la Universidad de Tuskegee de Alabama. Tras trabajar en las fiscalías de Boston y Washington, se unió a la oficina del fiscal de Baltimore en 2005 y ascendió en el escalafón antes de marcharse para trabajar en una aseguradora. Derrotó al entonces fiscal Gregg Bernstein en las primarias demócratas del pasado junio y sólo afrontó una oposición técnica en las elecciones generales.
Su biografía oficial señala que es «la fiscal jefe más joven de una ciudad importante en Estados Unidos».
«Es muy poco habitual una fiscal jefe tan joven como ella que vive en una comunidad con un alto índice de violencia. Eso es muy poco habitual y probablemente ella sea la única en todo el país», dijo Nick Mosby. «Es de un barrio pobre, vive en un barrio pobre, conoce el barrio pobre».
Mosby tiene tres opciones legales: presentar cargos contra los agentes, declinar los cargos o pedir una decisión de un jurado de instrucción.
En la práctica, es casi seguro que optará por la última opción, señaló Andrew Levy, abogado defensor en la ciudad y profesor adjunto en la Facultad de Derecho de la Universidad de Maryland.
Acusar a los agentes sin pasar por un jurado obligaría a la fiscalía a convencer a un juez de que hay causa probable de que se cometiera un crimen, un paso que los procuradores suelen evitar en casos que despiertan un gran interés.
Si no presenta cargos, podría parecer una traición para los manifestantes que tomaron las calles de la ciudad tras la muerte de Gray.
Mosby podría ofrecer una serie de opciones a un jurado de instrucción con posibles cargos como agresión, homicidio voluntario e involuntario, o incluso asesinato. Los jurados en los procesos penales de Baltimore tienden a desconfiar de los agentes de policía, una actitud que podría jugar en favor de Mosby si decide que los agentes cometieron un delito.
«La sabiduría popular sería que un jurado de instrucción de la ciudad de Baltimore no sería reacio a acusar a un agente de policía», señaló Levy.
Algunos de los detractores de Mosby afirman que sus promesas electorales y su éxito político podrían poner en peligro la justicia del proceso por la muerte de Gray.
Warren Brown, un veterano abogado defensor de Baltimore que apoyó al rival de Mosby, dijo que la decisión de la fiscal quedaría ligada a las aspiraciones políticas del matrimonio Mobsy. Brown afirmó que la fiscal está bajo presión para acusar a los agentes de asesinato u homicidio voluntario por la muerte de Gray, algo que en opinión del abogado no respaldan las pruebas.
Tanto Brown como Ivan Bates, ex fiscal y actual abogado de defensa en Baltimore, expresaron su preocupación por la relación entre Mosby y el abogado que representa a la familia de Gray, Billy Murphy.
Murphy fue uno de los colaboradores de campaña más señalados de Mosby el año pasado, y en junio donó la cantidad individual máxima, 4.000 dólares. También formó parte de su equipo de transición tras los comicios, y Bates lo describió como un mentor para ella.
La oficina de Mosby no respondió a solicitudes de entrevistas. En un comunicado el jueves, la fiscal dijo que su oficina sigue investigando y pidió paciencia al público.
Cuando fue elegida en noviembre, Mosby dijo al diario The Daily Record que estaba emocionada por la oportunidad de «cambiar lo que ha ocurrido en la comunidad».
«Vivo mi sueño de reformar el sistema de justicia penal», dijo Mosby, hija y nieta de agentes de policía.
La alcaldesa, Stephanie Rawlings-Blake, expresó su confianza en Mosby el jueves y dio la bienvenida a otra investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, ahora dirigido por la fiscal general Loretta Lynch.
«Si, con el país observando, tres mujeres negras en tres niveles diferentes no pueden conseguir justicia y reparación para esta comunidad, ustedes dirán dónde vamos a conseguirla en nuestro país», dijo la alcaldesa.
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Miles marchan en Baltimore en segundo día del toque de queda
Miles de personas se manifestaron hoy de manera pacífica en Baltimore para protestar por la muerte del afroestadunidense Freddie Gray y exigir cuentas a la policía implicada en su arresto, mientras la ciudad sigue bajo toque de queda.
Ríos de gente se dirigían por las calles aledañas a la estación ferroviaria Baltimore Penn Station, donde inicialmente fue convocada la manifestación, en el segundo día de vigencia del toque de queda.
De manera espontánea, oradores se dirigieron a las multitudes en diferentes puntos de la ciudad debido a la masiva asistencia en las principales arterias de la ciudad.
Este miércoles, se observó un alto número de manifestantes blancos que participaron en la protesta al lado de los afroestadunideses.
Pancartas y consignas reprodujeron la frase “Sin justicia no hay paz”, para hacer eco de la demanda de justicia para Gray y la rendición de cuentas para la policía.
En la jornada no se observaron choques verbales o físicos entre manifestantes y policías, a diferencia del lunes pasado, cuando estudiantes arrojaron piedras, botellas y otros objetos a los agentes y se registraron incendios y saqueos de comercios y vehículos.
Los disturbios dejaron 250 detenidos, 140 vehículos incendiados y al menos 20 oficiales heridos, así como decenas de comercios saqueados e incendiados.
Este miércoles hubo protestas también en Nueva York, Boston, Chicago y Washington para exigir la inmediata libertad de los manifestantes encarcelados, la detención de los oficiales involucrados en la muerte de Gray y el cese del toque de queda en Baltimore.
El gobernador de Maryland, Larry Hogan, llamó en rueda de prensa a la población a respetar el toque de queda impuesto para este miércoles a las 10 de la noche.
Apuntó que el martes, las protestas fueron pacíficas, pero advirtió que la ciudad está preparada para todo.
La víspera, Hogan se trasladó de Annapolis, la capital del estado, a Baltimore a fin de tomar el control de la situación y anunció que tres mil elementos de la Guardia Nacional y la policía de diferentes localidades se encargarían de evitar más violencia y disturbios.
La procuradora federal Loretta Lynch, en su primeras declaraciones públicas desde que asumió el cargo el lunes pasado, indicó que ha estado en contacto con autoridades en Maryland, incluido el gobernador.
Dijo que ordenó al Departamento de Justicia ofrecer cualquier asistencia que pueda ser útil para la restauración de la calma y la resolución del malestar en Baltimore.
Lynch indicó que la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia y la Oficina de Investigaciones Federales (FBI) ya realizan una investigación independiente sobre la muerte de Gray.
La primera procuradora afroestadunidense indicó que los hechos de Baltimore son un símbolo de los problemas que Estados Unidos tiene que atender, y que “la situación difícil destaca los muchos problemas que son parte del debate nacional”.
Apuntó que la ciudad de Baltimore, como muchas otras, lucha por balancear las grandes expectativas de necesidades con los recursos limitados, y equilibrar “los retos de la seguridad pública y la expresión de la comunidad”.
La policía de Baltimore anunció este día que a raíz del toque de queda, vigente desde el martes, fueron arrestadas 35 personas.
Apuntó que de los detenidos en actos de violencia, manifestaciones y ataques a la policía desde el lunes, 111 personas todavía esperan encausamiento legal.
Señaló que de no presentarse cargos dentro de la 48 horas que marca el debido proceso, serían dejados en libertad para no violar sus derechos constitucionales.
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Toque de queda en Baltimore calma las calles
Las calles de Baltimore, sacudidas en días recientes por disturbios, estaban en calma el miércoles después de que se levantara un toque de queda nocturno que fue vigilado por 3.000 policías y guardias nacionales.
El toque de queda terminó a las 5 de la madrugada sin noticias de altercados en las primeras horas del día. El tráfico matinal circulaba en la mayoría de las calles del centro.
La norma, que entró en vigor a las 10 de la noche del martes, comenzó de forma poco prometedora cuando unos 200 manifestantes ignoraron las primeras advertencias de la policía y las súplicas de activistas de la comunidad de que se dispersaran.
Algunos lanzaron botellas de agua o se tumbaron en el suelo. Policías protegidos por escudos antimotines lanzaron latas de gases lacrimógenos y emplearon gas pimienta contra la multitud, y avanzaron poco a poco para repeler a la gente. Los manifestantes recogieron las latas y las devolvieron a los agentes. Pero la muchedumbre se dispersó con rapidez y en cuestión de minutos se vio reducida a unas docenas de personas.
Los enfrentamientos se produjeron tras un día de alta tensión pero relativa calma en Baltimore, que sufrió saqueos e incendios el lunes, en los peores disturbios en la ciudad desde 1968.
Policías, líderes comunitarios y muchos vecinos condenaron los actos de violencia, y cientos de voluntarios acudieron el martes para barrer las calles de cristales y otros restos.
El comisario de policía de Baltimore, Anthony Batts, declaró justo antes de la medianoche del martes el éxito del toque de queda, que finalizaba a las 5 de la madrugada.
«No tenemos mucho movimiento activo en la ciudad en su conjunto (…) Esta noche, lo más importante es que los ciudadanos están a salvo. La ciudad está tranquila», dijo. «Esperamos mantenerla así».
Sólo 10 personas fueron arrestadas tras la aplicación de la norma por emergencia, explicó el responsable policial. Siete de ellos violaron la medida, dos fueron detenidos por saqueos y uno más por alteración del orden público.
El gobernador, Larry Hogan; la alcaldesa Stephanie Rawlings-Blake; y otros cargos públicos hicieron comparecencias a lo largo del día y prometieron recuperar y restaurar el orgullo a la ciudad. El responsable de las escuelas públicas de Baltimore, Gregory Thornton indicó en un aviso colocado en el sitio web internet del sistema escolar que las escuelas abrirán el miércoles. El aviso agregó que también se reanudarían las actividades deportivas y de clubes que se realizan después de clases.
Pero era improbable que la vida volviera a la normalidad tan pronto. El toque de queda volverá a instaurarse a las 10 de la noche del miércoles, y en lo que podría ser un récord en 145 años de historia del béisbol, las autoridades deportivas anunciaron que el juego del miércoles entre los Orioles de Baltimore en Camden Yards se disputaría sin público.
En una reflexión sobre la violencia, líderes comunitarios y otros dejaron entrever que la agitación rebasaba un problema de racismo o el proceder policial, es un reflejo del elevado desempleo, la alta tasa de delincuencia, la mala situación de la vivienda, escuelas en mal estado y la falta de oportunidades en los vecindarios marginales de Baltimore.
Los activistas también señalaron que seguirían presionando a las autoridades para pedir respuestas en el caso de Freddie Gray, un hombre de 25 años que murió una lesión en la médula espinal sufrida en circunstancias desconocidas cuando estaba bajo custodia policial. Su caso desencadenó los disturbios del lunes.
Varios pastores anunciaron sus planes de celebrar una marcha y una vigilia por la ciudad y la familia de Gray el miércoles a mediodía, y «llamar la atención pública sobre las 17 normas de responsabilidad policial que la legislatura del estado no aprobó durante la reciente sesión legislativa».
En una entrevista el miércoles en «The Steve Harvey Morning Show», el presidente Barack Obama dijo que los disturbios en Baltimore muestran que la policía necesita mejorar la confianza entre las comunidades de negros para hacer «responsables a las personas cuando hacen algo mal» y agregó que la secretaria de Justicia, Loretta Lynch, está acercándose a los alcaldes para conocer sus recursos para capacitar a policías y proveerlos con cámaras.
Agregó que también deben abordarse temas sociales subyacentes como una educación pobre, las drogas y limitadas oportunidades de empleo.
Mientras tanto, y dentro de la declaración del estado de emergencia, el gobernador Larry Hogan declaró el lunes que las 200 personas detenidas en Baltimore podrían tener que esperar más de lo normal antes de comparecer ante un tribunal de distrito.
Por lo general, la ley del estado requiere que los detenidos sin orden judicial comparezcan ante un funcionario judicial en las 24 horas siguientes a su detención. Pero dentro de las medidas del estado de emergencia declarado el lunes por Hogan, ese plazo se extendió a no más de 47 horas. La medida estaba incluida en una carta que envió el martes el gobernador a la juez Barbara Baer Waxman, la juez administrativa para el Tribunal del Distrito de Baltimore.
«Este ejercicio de mi autoridad es necesario para proteger la seguridad pública y abordar los más de 200 arrestos realizados por el departamento de policía de Baltimore y otras fuerzas de seguridad», indicó Hogan en la misiva, de la que Associated Press obtuvo una copia.
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Surgen nuevas denuncias en muerte de Freddie Gray en Baltimore
Mientras las protestas en Baltimore crecen por la muerte el fin de semana pasado de Freddie Gray mientras se encontraba en custodia policial, nuevas pistas de su caso han surgido en las últimas horas.
El abogado Michael Davey, quien defiende a uno de los funcionarios policiales que es investigado por el caso, dijo que la muerte del joven Freddie Gray podría deberse a que no le fue colocado el cinturón de seguridad cuando fue transportado desde el sitio de su detención hasta la comisaría, a pesar de las normas que exigen tal protección para los pasajeros detenidos.
Freddie Gray tenía esposas en las manos y otros sostenedores en sus piernas cuando fue ingresado en una camioneta para ser trasladado. Un video aficionado muestra cómo los funcionarios lo detuvieron a la fuerza y se escuchan sus gritos de dolor antes de ser ingresado. Sin embargo se presume que las heridas que eventualmente llevaron a su muerte se dieron en la camioneta, ya que al llegar a la estación policial fue remitido de inmediato en un hospital por una fractura en su columna.
Las protestas del jueves frente a la sede de la alcaldía de Baltimore obligaron a la alcaldesa Stephanie Rawlings-Blake a enviar al personal a sus hogares antes de tiempo, y requirieron del refuerzo de funcionarios del estado de Maryland para ser controladas.