Las personas que se dedican a elaborar manualidades con diversos materiales como madera, aluminio o porcelana no son valoradas como debieran, aseguró la artesana Alejandra Jaime Mosqueda, habitante de León, Guanajuato, quien trabaja en esta profesión desde hace 15 años
Etiqueta: artesanía
-
Manualidades en madera merecen más reconocimiento
-
La guerra amenaza la artesanía de Damasco
En un pequeño local de Damasco, Mohamed Abdalá pule un marco de madera que adorna con incrustaciones de nácar. La guerra le obligó a abandonar su taller de marquetería y, como muchos otros, teme la desaparición de este oficio.
«Ya no puedo hacer mi trabajo como antes porque la mano de obra escasea», se queja Abdalá, de 43 años, en una fábrica del centro de la ciudad en la que se apilan láminas de distintas formas y conchas marinas de las que extrae el nácar. Tuvo que abandonar su taller de Babila, en un suburbio de la capital siria, «porque no estaba seguro» en ese bastión rebelde bombardeado por el régimen del presidente sirio, Bashar al Asad. «Pasé de contra con 17 obreros a 3, algunos engrosaron las filas del ejército, otros emigraron o tuvieron que dejar el oficio», lamenta Abdalá.
La marquetería tradicional consiste en la incrustación de nácar, marfil o hueso en la madera dibujando formas geométricas siguiendo la tradición árabe. «El costo de nuestra producción es elevado y el suministro de materias primas, difícil», añade.
Al igual que él, decenas de artesanos ven amenazado su oficio por la guerra que arrasa el país desde 2011, con más de 260.000 muertos.
«Si esto sigue así, desaparecerán los artesanos en Siria», suelta Mohamed Fayad, un investigador especializado en artes y tradiciones populares.
Siria fue uno de los grandes centros de la artesanía árabe durante siglos. En 2009, contaba con unos 57.000 artesanos, de los que entre el 70 y el 80% tuvo que dejar su trabajo, explica el experto.
Muchos se fueron «tras la destrucción de sus talleres, sobre todo en las afueras de Damasco y en Alepo, los pilares de la artesanía tradicional», añade Fayad.
En su tienda familiar del célebre zoco Al Hamidiya de Damasco, Samer al Noqta teme tener que reciclarse profesionalmente. Desde hace más de un siglo, su familia trabaja en el sector textil, pero los combates le hicieron perder su fábrica de la localidad rebelde de Ain Tarma, al este de Damasco. «Llevamos cinco años sin producir un solo metro» de tela, asegura Samer, que heredó el comercio en 1992. «Vendemos las reservas», añadió.
-
La artesanía de México a España
La artesanía de México, así como el interés por potenciar su creatividad y talento para el trabajo manual, llevó a 19 mexicanas a crear una plataforma en España que les permite vender sus productos y difundir la cultura mexicana.
El primer Mercadito Cultural Mexicano se realizó este sábado en el Centro Asturiano de Madrid con la participación de 19 artesanas mexicanas residentes en España que tiene en esta iniciativa una forma de ganar un espacio para la artesanía mexicana.
La variedad de la muestra la integran bolsos, ropa, accesorios, complementos, plata de Taxco, decoración, ilustración y diseño gráfico, muebles y productos alimenticios de comercio justo.
Entre ellos se encuentran algunos muebles ecológicos y decoración de maderas, así como un proyecto de plantas entre libros.
“Somos todas mexicanas viviendo en España, era necesario reunirse porque no nos conocíamos y lo hicimos por los espacios en internet en los que se promueven actividades de los paisanos residentes aquí”, dijo Maribel Rojas, una de las promotoras de la iniciativa .
El grupo decidió llamarse Artesanas Mexicanas en Madrid y entre sus proyectos figura crear un espacio en internet en el que puedan difundir sus productos y ser contactadas.
La idea de impulsar este primer encuentro era también “diferenciarse del resto de mercados en los que hay productos industrializados, otros que son locales o de artesanías que son otros países”, explicó.
Comentó que “los trabajos de este grupo tienen respeto por la artesanía mexicana, en algunos casos hay que elaborar esto solo con materiales traídos de México, son todas producciones pequeñas y todo está hecho a mano”.
Del grupo de artesanas, algunas tienen esta labor como complemento a otro trabajo profesional que desarrollan en España, las que “necesitaban una plataforma de este tipo porque no es fácil colocar sus productos”.
Para generar interés por el trabajo que hace este grupo, el mercadito ofreció a sus visitantes algunos talleres como elaboración de jabón ecológico, pulseras con tela y otros materiales para la salud y bienestar, así como decoración de galletas.
El mercado incluyó un festival artístico con representantes de las colonias mexicana, ecuatoriana, colombiana, boliviana y paraguaya que se solidarizaron con las artesanas mexicanas.