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  • Calzada Xochicalco a exploracion

    Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropologí­a e Historia (INAH-Conaculta), emprendieron la exploración de una calzada prehispánica de aproximadamente 240 metros que conduce a un templo ceremonial dedicado a Quetzalcóatl, en la Zona Arqueológica de Xochicalco, trabajos con los que se amplí­a el área de investigación en ese sitio del estado de Morelos.

    Las labores se comenzaron durante los meses de julio y agosto, con una inversión de poco más de un millón de pesos aportados por el Programa de Empleo Temporal (PET), que desarrollan el INAH y la Secretarí­a de Desarrollo Social, destinados a la limpieza del antiguo empedrado de más del mil años de antigí¼edad que lleva a la cima del cerro La Bodega o Coatzin (serpiente), al oriente del área monumental de la ciudad prehispánica de Xochicalco, y donde se localiza un templo, aún sin excavar, similar en relevancia a la Pirámide de la Serpiente Emplumada.

    El arqueólogo Marco Antonio Santos, director del sitio arqueológico, informó que por crónicas del siglo XVII se tiene conocimiento de la calzada y dicha edificación, así­ como por un croquis de 1980 y fotografí­as de los años 30, â??que muestran dicho camino que con el tiempo se fue cubriendo de vegetación; sin embargo, es hasta ahora que a través de los trabajos de desyerbe del PET se tienen datos precisos de su longitud, ancho, composición y descripción arquitectónicaâ?.

    Señaló que con este â??redescubrimientoâ? cambia la hipótesis del patrón de asentamiento que se tení­a de este sitio prehispánico, que planteaba que los centros ceremoniales estaban ubicados en el centro y que en las áreas periféricas se encontraban las edificaciones de los agricultores y artesanos.

    â??La calzada está delimitada por dos muros de piedra caliza, recubiertos con piedra de andesita y luego con estuco, los cuales alcanzaban una altura de un metro y medio; en su centro tiene, a manera de â??alfombraâ?, 5 metros de empedrado, lo que sugiere que los xochicalcas le dieron un uso sagrado y emplearon ese diseño para que quedara perfectamente diferenciado este espacio ritual de lo profano, ya que sus caracterí­sticas son totalmente distintas a las de otras cuatro calzadas halladas en el área monumentalâ?.

    El arqueólogo del INAH deduce que la calzada se empezó a construir al mismo tiempo que se edificó la parte central de Xochicalco, porque también tiene varias etapas constructivas; la cronologí­a que han determinado para este lugar es del 650 a 900 d.C., igual que la del área monumental de este sitio arqueológico declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, en 1999.

    Santos destacó que con estos nuevos datos se avanza en la construcción de la historia del sitio, que a 100 años de que iniciaron sus exploraciones sólo se conoce en un 10 por ciento, â??a partir de este nuevo proyecto se empieza a explorar el primero de los cuatro sitios periféricos detectados hasta ahora, y se ampliará a 15 por ciento el área de exploración de Xochicalco, lo que va a portar información sobre la constitución de la ciudad en términos polí­ticos, económicos, sociales y religiososâ?.

    El director de la zona arqueológica consideró que la calzada conducí­a a un área sagrada muy importante, localizada justo en el punto más alto de Xochicalco, desde donde se tiene una vista panorámica de toda la zona y donde se encuentra un templo dedicado a Quetzalcóatl aún no excavado.

    â??Antes se pensaba que en el centro estaban los templos dedicados al culto y que los cerros contiguos eran donde viví­a la gente, sin embargo, ahora vemos que no, que éstos también eran sitios sagrados. Ahora la duda es ¿en dónde viví­a la gente?, habrá que buscar en otros lados el punto donde se pudieron haber asentado, y con ello determinar exactamente cuál era la extensión del sitioâ?, destacó.

    Así­ mismo, una vez más se comprueba que Xochicalco fue construido como un espejo del universo en términos simbólicos, en donde la alineación de los edificios con algún punto en el horizonte, ya sea relacionado con la salida del Sol, con la Luna o con algunos planetas, determinó el diseño de la antigua ciudad.

    â??Esta calzada y el templo superior tienen esa vocación astronómica ya que durante la limpieza de la calzada se localizó una estela con una degradación al centro de una de sus caras, lo que parece indicar que se trata de un marcador astronómico que señalaba a través de un juego de luces y sombras alguna fecha importante en el calendario mesoamericanoâ?.

    La estela â??de 1.50 metros de alto por 35 centí­metros de anchoâ??, está elaborada en andesita, tallada por sus cuatro caras y pintada de rojo, aparentemente con óxido de mercurio; se encontró tirada en la parte inferior de la calzada. Santos informó que además de la estela, identificaron cinco elementos arquitectónicos que quizá formaron parte del templo en su parte superior, elaborados con la misma técnica decorativa de la estela.

    Otra aportación del estudio de esta área periférica, dijo el arqueólogo, es que â??nos da elementos para reafirmar la hipótesis de que el dios principal del sitio fue Quetzalcóatl. Uno de los aspectos en discusión entre los especialistas es determinar cuál era la deidad más importantes del sitio; algunos investigadores afirman que fue Tláloc y otros optamos por Quetzalcóatl, esta área nos da más fundamentos para decir que este último fue el dios principalâ?.

    El templo dedicado a Quetzalcóatl se sugiere que es el más alto del sitio y está ubicado a mil 325 metros sobre el nivel del mar, desde ahí­ se tení­a un dominio visual de todo el sitio, al mismo tiempo que era un espacio de protección, ya que la arquitectura del recinto, ubicado en la cima del cerro Coatzin es de estilo fortaleza: con una serie de fosos y murallas que lo resguardan, detalló el especialista.

    Otro elemento más de esta construcción que le confiere relevancia y que refuerza la hipótesis de que Xochicalco estuvo dedicado a Quetzalcóatl, por encima de Tláloc, es la orientación este-oeste que tiene tanto la calzada como el propio templo.

    Además de los trabajos de liberación y limpieza en la calzada sagrada, la aplicación del PET permitió dar mantenimiento a las áreas de servicios y se construyó una palapa a la entrada del área monumental, donde se colocaron bancas y se arreglaron áreas verdes, lo que se tradujo en la contratación de 130 personas de la localidad. Finalmente adelantó que el templo al que conduce esta calzada se prevé excavarlo en 2011

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  • Rescatan osamenta de hace 10 mil años en Yucatan

    Un grupo de arqueólogos mexicanos logró, después de tres años de estudios, extraer el esqueleto de un hombre de más de 10 mil años que se hallaba a 542 metros en el interior de una cueva inundada en el sureste de México, informó hoy el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

    El esqueleto, uno de los más antiguos de América, vivió durante la Era de Hielo y fue hallado en una cueva inundada de la Península de Yucatán, «junto con toda la información que guardó por siglos, y que revelará nuevos datos sobre el poblamiento del continente», señaló el INAH en un comunicado.

    «El Joven de Chan Hol», como ya se le conoce entre la comunidad académica por el escaso desgaste del esmalte de sus dientes, que indica corta edad, «es el cuarto esqueleto de uno de nuestros predecesores más remotos en el continente americano», estudiado por el INAH, destacó esa dependencia.

    Luego de casi tres años de estudios in situ, la osamenta de Chan Hol fue traída a la superficie por un grupo de expertos encabezado por el biólogo Arturo González, coordinador del proyecto Estudio de los Hombres Precerámicos en la Península de Yucatán.

    También participaron los espeleobuzos Eugenio Acévez, Jerónimo Avilés y Luis Martínez, del Instituto de la Prehistoria de América.

    El Joven de Chan Hol, llamado así por el nombre del cenote donde se encontró, fue extraído a 8.3 metros de profundidad, «en una caverna donde abundan las estalagmitas y a la que sólo se llega por intrincados laberintos, también inundados y completamente oscuros», explicó la dependencia.

    Los antropólogos físicos de la Universidad Nacional Autónoma de México que lo analizaron en la superficie piensan que el cuerpo fue colocado en la cueva en una ceremonia funeraria realizada al final del Pleistoceno, cuando el nivel del mar estaba 150 metros más abajo, y antes de que se inundaran esas cavernas que, probablemente, el «Joven de Chan Hol» conoció y recorrió.

    Los expertos recuperaron el 60% del esqueleto, huesos representativos de las cuatro extremidades, vértebras, costillas, cráneo y varios dientes, lo que no es común en osamentas de más de 10 mil años.

    Junto con los huesos de la Mujer de Naharon, La Mujer de las Palmas y El Hombre del Templo, descubiertos en años anteriores también en el interior de cuevas inundadas, el «Joven de Chan Hol» es pieza clave para entender el poblamiento de América, «ya que fortalece la hipótesis de que el continente americano se pobló a partir de varias migraciones provenientes de Asia», según el INAH.

    Las antigüedades de esos esqueletos oscilan entre los 10 mil y 14 mil años.

    González detalló en la nota que estas cuatro osamentas, halladas en cuevas inundadas del estado Quintana Roo, «revelan migraciones procedentes del sureste asiático anteriores a las conocidas hasta ahora como grupos clovis, que habrían cruzado desde el norte de Asia, también por el Estrecho de Bering, al final de la Era de Hielo«.

    El Joven de Chan Hol era un adulto joven posiblemente de sexo masculino, y fue hallado con las piernas dobladas a la izquierda y los brazos extendidos a ambos lados del cuerpo, lo que es considerado novedoso ya que a la fecha no se había encontrado un esqueleto en postura similar.

    Los huesos deberán reposar varios meses, antes de ser sometidos a estudios morfoscópicos (de la forma de los huesos y cráneo) para confirmar si comparte características morfológicas y físicas con los otros tres esqueletos extraídos de las cuevas, y para comprobar su antigüedad, sexo, causas de fallecimiento y edad al morir.

    La antigua osamenta fue descubierta en 2006 por una pareja de espeleobuzos alemanes, que hallaron el esqueleto mientras reconocían la cueva de Chan Hol, que en lengua maya significa «hoyo pequeño»

  • Falta de seguridad talon de aquiles en trafico de material historico

    Era por la adrenalina, la sensación de ser el primero en penetrar tumbas indí­genas y ver esos â??monitosâ? resguardar huesos sin olor. Aunque el saqueo era por el dinero, por la necesidad de alimentar a sus nueve hijos cuando Ramón Gómez Maldonado ya habí­a intentado casi todo para sobrevivir: jornalero en Sinaloa, Sonora, California y Arizona, deportado a ratos en Tijuana, obrero en Guadalajara.

    A Ramón le tocó una época dorada de los descubrimientos arqueológicos en México, pero de eso no sabe, sólo recuerda que por una pieza, en la década de los 50, le daban mil pesos. Todas tení­an su precio y sus clientes, que iban hasta su casa en el pueblo de Santa Rosalí­a o a Magdalena, en Jalisco. â??Ahora esas piezas son muy valiosas, de 50 mil o 100 mil pesos. Habí­a de muchas, habí­a unas como de guerreros, grandes; todos esos monos que tení­an lanzas valí­an muchos centavos, a nosotros nos pagaban por mitad, los que hací­an negocio eran los que vení­an por ellasâ?.

    Antes de que llegaran los primeros arqueólogos a la zona, él encontró desde vasijas de barro pintadas y puntas de flecha de obsidiana, hasta figuras de indí­genas de medio metro. â??Habí­a muchos pozos con monosâ?, es la manera en que Ramón explica el naciente auge del saqueo de las â??tumbas de tiroâ? (túnel de cuatro a seis metros que conduce a dos cámaras labradas bajo tierra; son parte de la â??tradición Teuchitlánâ?, que data de 300 a 400 años d.C.).

    A sus 81 años de edad, Gómez Maldonado prefiere dejar la actividad a los jóvenes; hace un año todaví­a acompañó a un grupo, pero la experiencia ya no es como antes, como cuando sacaban de hasta 30 piezas por excavación.

    El Instituto Nacional de Antropologí­a e Historia (INAH) no dio respuesta oficial sobre el tema; especialistas nacionales e internacionales coinciden en que México es uno de los paí­ses con mayor saqueo de bienes culturales y su región occidente una de las más afectadas por ello en América Latina.

    De los 42 mil 991 sitios arqueológicos registrados por el INAH a junio de este año, se considera que 40% de ellos han sufrido saqueos, según Blanca Paredes, investigadora de la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas, quien comparte estadí­sticas personales a falta de cifras oficiales. Con base en el seguimiento de noticias y casos denunciados, la arqueóloga calcula que se presentan de 20 a 30 destrucciones de sitios por dí­a.

    Entre todos los sitios registrados como lugares de vestigios prehispánicos, sólo 176 en 19 estados de la república son considerados â??zonas arqueológicasâ? abiertas al público.

    Para el director de la División de Objetos Culturales y de Patrimonio Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Edouard Planche, la situación de alto saqueo en México sólo se compara con paí­ses en conflictos bélicos como Irak, Camboya, Afganistán y Colombia, o con Guatemala.

    La arqueóloga de la Universidad Estatal de Nueva York, Elizabeth Stone, que ha estudiado el saqueo en Irak, compara el peligro de robo de los bienes culturales mexicanos con lo que ocurrió en aquel paí­s en guerra; además, se lamenta: â??El saqueo es un problema de los paí­ses pobres, que son los que tienen mayor riqueza arqueológica. La gente rica en el Occidente compra y no le importa de dónde vienen las piezas; nadie piensa que es ilegal, arrestan a muy pocos, hay la complicidad de académicos en algunas ocasiones, que van con donadores ricos en lugar de llevar la pieza al museoâ?.

    En los pueblos de la región occidente del paí­s se sale a los campos no sólo a sembrar, sino a buscar monitos, es decir, figuras antropomorfas de hasta 2 mil años de antigí¼edad que los habitantes de la zona excavan a solicitud de intermediarios que a su vez las llevan a coleccionistas de México y el extranjero.

    Antes y después de la Ley sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artí­sticos e Históricos de 1972 (que, entre otras cosas, prohí­be el saqueo, posesión sin permiso, comercialización y tráfico de piezas arqueológicas por considerarse patrimonio nacional), las figuras que los campesinos saquean de sus tierras y venden a 500, 3 mil o hasta 50 mil pesos aparecen luego en catálogos de galerí­as o en páginas de internet de paí­ses donde comercializar bienes muebles arqueológicos no es un delito federal.

    Si un europeo compra en su paí­s una pieza prehispánica y el gobierno mexicano quiere reclamarla, éste puede argumentar que la compró â??de buena feâ? sin conocer su procedencia ilegal.

    â??Existe una falta de claridad en la propiedad estatal, en el ví­nculo que une al Estado con su patrimonio arqueológicoâ?, considera el abogado Jorge Sánchez Cordera, integrante del comité de expertos de la Convención de Tráfico Ilí­cito de Bienes Culturales de la UNESCO.

    El catálogo en lí­nea de piezas precolombinas de la casa de subastas Sothebyâ??s, con sedes en Londres y Nueva York, muestra una â??mujer de Jalisco sentadaâ? que se vendió en 3 mil 738 dólares, y un â??jorobado de Jalisco agachadoâ? en 2 mil 875 dólares, ambas originarias de la región occidente mexicana y vendidas junto con lotes de de los estados de Veracruz, Colima, y las regiones maya y olmeca, con precios de hasta 600 mil dólares por pieza.

    La galerí­a parisina Binoche Renaud Giquello â??que ya tuvo una denuncia del gobierno mexicano por una subasta de piezas producto de excavaciones clandestinas realizadas el 14 de junioâ?? exhibe en su página web una pieza de â??actualidadâ?: una máscara funeraria teotihuacana en piedra verde a 125 mil euros. Aunque de dudosa autenticidad, también es fácil observar ofertas de objetos prehispánicos a la venta en portales de internet como eBay o Mercado Libre, entre otros.

    â??No hay nada especial para internet, aplicamos la ley con las figuras delictivas que puedan adecuarse… Mucha de esta comercialización se realiza desde portales del extranjero y resulta muy complejo; son muchas cuestiones técnicas que no están reguladas en nuestro paí­s ni en otrosâ?, explica René Salazar Montes, ministerio público y director de la Unidad Especializada en la Investigación de Delitos contra el Ambiente y Previstos en Leyes de la PGR.

    El problema es también de desconocimiento. Si no se sabe qué se tiene, tampoco se puede saber qué se saquea o comercializa ilegalmente. Para la arqueóloga Blanca Paredes, no basta con declarar zona arqueológica un lugar si se quiere proteger de saqueo, sino hacer inventarios de lo que se posee en cada sitio.

    â??Todo el paí­s es una zona arqueológica… la institución (INAH) no se da abasto. Se habla de que el saqueo ocupa entre el tercer y cuarto lugar en delitos en el mundo, después del tráfico de drogas. Mucha gente lo relaciona con quienes se dedican al narco, porque se toma como otro elemento de poder el vender estos objetos, de obtener ganancias, pero también cierto prestigio. Estas redes son más fuertes y sólidas de lo que podemos suponer, pero como institución no nos hemos abocado sobre un control o una base de datos de lo que está pasando a nivel de denunciasâ?, opina Paredes.

    Esa base de datos de denuncias tampoco está en la Procuradurí­a General de la República (PGR). Según René Salazar, no hay denuncias por saqueo y las denuncias por robo de piezas se realizan en cada delegación o municipio. No se tiene a nivel federal una lista.

    La PGR descarta el ví­nculo del tráfico ilí­cito de bienes culturales con el narcotráfico, incluso la existencia misma de â??redesâ? de saqueadores y comerciantes de piezas arqueológicas, pero tampoco han descubierto cómo operan exactamente saqueadores y comerciantes, dice René Salazar Montes.

    â??Si tuviéramos identificadas bien las formas, tendrí­amos ya mejores resultados. Lo que nosotros creemos es que se sacan por aduanas, por carretera o por avión, pero haciéndolas pasar por artesaní­as… Si la droga la sacan en grandes cantidades, pues a veces figuras pequeñas pueden salir ocultas bajo cualquier coberturaâ?, complementa Salazar.

    Para Edouard Planche, de la UNESCO, â??el tráfico de objetos culturales está estrechamente vinculado al tráfico de drogas y armas, e involucra el mismo tipo de personas y es difí­cil cuantificar qué tan grande es y cuánto dinero generaâ?.

  • Descubrimiento maravilloso en Mexico

    Noticias así no se leen o saben en todo momento y por eso cuando se encuentran, hay que mencionarlas ya que es parte de la cultura que nos da identidad.

    Arqueólogos mexicanos rescataron 358 manuscritos del siglo XVI y más de mil libros del siglo XIX de entre el polvo y el guano de murciélago en un convento del estado de Michoacán, lo que hará que varios restauradores y curadores tengan trabajo extra puesto que nadie se imaginaba que estaban en el interior.

    Si bien el Instituto Nacional de Antropología e Historia (si, sus siglas son INAH), saben que este hallazgo es el acervo que pertenece al fondo bibliográfico del ex convento de Cuitzeo y que esta considerado uno de los más importantes ejemplos de la arquitectura religiosa de los primeros años de la Nueva España y que está siendo restaurado por el INAH, estos libros que podemos sin problema alguno mencionar, no son incunables pero si muy antiguos (término ‘incunable’ hace referencia a la época en que los libros se hallaban en la «cuna», haciendo referencia a la «infancia» de la técnica moderna de hacer libros a través de la imprenta. Así, son reconocidos como incunables los libros impresos entre 1453 (fecha de la invención de la imprenta moderna) y 1500, procedentes de unas 1.200 imprentas, distribuidas entre 260 ciudades, con un lanzamiento aproximado de 35.000 obras distintas).

    Estos manuscritos pertenecen a la orden eclesiástica Agustina, están sumamente afectados y necesitan reparaciones mayores y unos será imposible rescatarlos en su totalidad lo que lleva a que sean evaluados por expertos en la materia de los cuales, hay un buen numero de ellos en México, lo que enorgullece a las escuelas de tratamiento de material histórico, para su disección y rescate por partes.

    Hay que mencionar que el subdirector de documentación de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH), Miguel Nájera, explicó que el primer paso «consistió en limpiar hoja por hoja cada uno de los libros, después de retirar todo el polvo, se les hizo una fumigación general y se procedió a su guardado en mejores condiciones de conservación».

    Pensemos por un solo momento mis amigos y apreciables lectores, que tesoros no habrá desperdigados por la república mexicana en bibliotecas antiguas de caserones o monasterios y simplemente, están echándose a perder, triste, ¿verdad?, de todos modos, mil felicitaciones por estos trabajos que están realizándose en pro de toda esta biblioteca descubierta.

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