Después de mucha insistencia de parte del presidente de Ucrania VolodímirZelenski y los medios de comunicación internacionales, Alemania cedió el día de ayer al ejército ucraniano 14 tanques “Leopard 2”, un armamento considerado de alto alcance.
A su vez el presidente de Estados Unidos, John Biden prometió el envío de 31 tanques “Abrams” para la defensa y protección del territorio ucraniano, aunque cayendo en contradicción también declaró que Rusia no debería de ver esta acción como un ataque.
Esta decisión abre las puertas a que otros países europeos envíen este tipo de cargamento pesado, el continente europeo cuenta con dos mil tanques de guerra “Leopard” en todas sus versiones, distribuidos en 13 países.
Los países que además de Alemania podrían prestar o donar este armamento a Ucrania son: Suecia, Finlandia, Holanda, Países Bajos, Dinamarca, Polonia, Eslovaquia, Hungría, Turquía, Grecia, Portugal, España.
En redes sociales funcionarios del gobierno ucraniano celebran la decisión principalmente de Alemania, ya que son los fabricantes de ese armamento y aseguran que con el equipo de guerra adecuado podrían ganar esta guerra.
El gobierno ruso por su parte sentenció las acciones de Estados Unidos como “el cruce de un límite” y “una flagrante provocación” porque, aunque el occidente ya le había enviado armamento a Ucrania, como artillería y sistemas de defensa, estos nuevos y renovados tanques de guerra sí representan un riesgo significativo para el ejército ruso.
Thank you @POTUS for another powerful decision to provide Abrams to 🇺🇦. Grateful to 🇺🇸 people for leadership support! It's an important step on the path to victory. Today the free world is united as never before for a common goal – liberation of 🇺🇦. We're moving forward
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) January 25, 2023
El café ha demostrado en múltiples ocasiones ser un excelente aliado para la salud, no solo retrasa el envejecimiento por sus antioxidantes y protege de la diabetes tipo II, recientemente se descubrió que una proteína de esta bebida podría ayudar a evitar contagiarse de Covid-19.
A casi tres años del descubrimiento del virus del Covid-19 que provocó una pandemia, la comunidad científica se ha enfocado en estudiarlo y por tal motivo ha salido a la luz nueva información que podría ser de utilidad para la mayoría de las personas.
Resulta que beber solo una taza de café al día ayuda a alentar el proceso de infección por coronavirus, esto debido a la presencia de la proteína “ácido clorogénico”, esto fue descubierto en el mes de noviembre por la Universidad Jacobs ubicada en Bremen, Alemania.
De ser confirmado el hallazgo científico el beber café pasaría de ser un gusto a una medida de prevención.
La curadora de arte Susanne Meyer-Büser expusó su teoría de que llevaban al menos 75 años malinterpretando el arte del pintor abstracto Piet Mondrian, ya que su obra titulada “New York City 1” ha sido colgada al revés en el museo de arte contemporáneo “Kunstsammlung Nordhrein Westfalen” en Düsseldorf, Alemania.
En conmemoración por los 150 años de nacido del pintor (1872-1944), el museo puso cerca de 90 obras de la exposición “Mondrian.Evolution”, la cual retrata la historia del pintor neerlandés desde sus comienzos pintando paisajes hasta sus últimos días como icono de arte abstracto.
Entre los motivos que llevaron a la curadora alemana a asegurar que todo este tiempo el cuadro ha sido fijado al revés, se encuentra una fotografía del autor en su taller en 1944, donde se puede apreciar cómo se encontraba pintando el cuadro en su caballete y se ve claramente como los cuadros de menor tamaño quedan en la parte superior, no en la inferior.
Otro motivo es que el cuadro que fue realizado en 1941 y está compuesto por tiras de pegamento, las tiene totalmente alineadas al principio y un poco desprolijas al final, lo que significa que el pintor inició de arriba hacia abajo y no viceversa como se había creído.
Aún después del descubrimiento, el museo se niega a colgar el cuadro de forma correcta, ya que aseguran que lleva más tiempo en esa posición que en la correcta, por lo cual su historia marca que continúe como estaba.
Por segunda ocasión en menos de un mes el grupo de activistas alemanes en contra del cambio climático denominado “Última Generación” atacó una pieza de arte, ahora se trató de un cuadro perteneciente a la colección de “Los parajes“ del pintor francés Claude Monet.
El suceso ocurrió ayer domingo 23 de octubre; cuatro personas participaron en el acto siendo dos las que lanzaron puré de papas y se pegaron de pies y manos a las paredes y suelo del museo “Barberini” en Berlín, Alemania, mientras las otras dos personas grababan y compartían el video vía Twitter.
El mensaje de la acción es “tomar medidas políticas en apoyo al cambio climático y frenar la avaricia empresarial”.
La obra tiene una antigüedad de 133 años y aunque el portavoz del museo Carolin Stranz aún no declara si existe daño permanente, lo más probable es que suceda lo mismo que con la pintura de “Los Girasoles” de Vincent Van Gogh que no tuvo daño significativo al ser rociada por puré de tomate.
Los activistas se han dedicado a “estropear” los cuadros de pinturas famosas por que pertenecen a la comunidad de empresarios más ricos del mundo, como en el caso de esta última pintura que es propiedad de Hasso Plattner, empresario al cual se le atribuye gran responsabilidad de la avaricia empresarial que ha deforestado bosques y contaminando ríos.
We make this #Monet the stage and the public the audience.
If it takes a painting – with #MashedPotatoes or #TomatoSoup thrown at it – to make society remember that the fossil fuel course is killing us all:
Con la organización de los Juegos Olímpicos de verano de 1972, Alemania quería mostrarle al mundo que era un país muy diferente a aquel de 1936, cuando Adolf Hitler inauguró unas controvertidas olimpiadas en Berlín en las que quiso demostrar la «magnificencia» alemana, lo que posteriormente desató la cólera de Dios.
El 5 de septiembre de 1972, tras una semana sin incidentes durante los Juegos Olímpicos de Múnich, un grupo de ocho terroristas pertenecientes a la organización Septiembre Negro se colaron en la Villa Olímpica y asaltaron la residencia de los atletas israelíes, matando a dos y reteniendo como rehenes a otros nueve para exigir la liberación de 200 presos palestinos a cambio de las vidas de los deportistas.
Tras 21 horas de infructuosa negociación y el traslado de los secuestradores y sus rehenes al aeropuerto de la ciudad para escapar, una fallida operación de rescate de la policía alemana desembocó en una masacre en la que murieron los nueve atletas, cinco terroristas, un policía y un piloto.
El final de la tragedia supuso el principio de la venganza. Habían desatado la Cólera de Dios.
El Gabinete X
Unas semanas después de la masacre acontecida en Múnich, antes de que se enfriaran los ánimos, la primera ministra israelí Golda Meir organizó un comité clandestino junto al ministro de Defensa Moshe Dayan para localizar y eliminar a los responsables directos o indirectos del atentado, así estuvieran en algún país de Oriente Próximo o escondidos en Europa.
Nació así la Operación Cólera de Dios, un dispositivo formado por fuerzas especiales del Mossad, el servicio de inteligencia israelí, supervisado por el veterano agente Mike Harari que cometería cerca de una decena de asesinatos selectivos a lo largo de los años. Estos operativos, menos de 20 soldados de élite cuyo nombre en clave era kidon (‘bayoneta’ en hebreo) se infiltraban de incógnito en los países sin el conocimiento de las autoridades y eliminaban a los sospechosos antes de desaparecer como fantasmas.
No era la primera vez que el gobierno israelí decidía saltarse los formalismos y la legislación internacional para poder satisfacer sus ansias de venganza. En 1962, el entonces primer ministro David Ben-Gurión orquestó una misión encubierta (Operación Finale) en la que miembros del Mossad viajaron hasta Argentina y secuestraron a Ricardo Klement, identidad falsa bajo la que se escondía el líder nazi e ideólogo de la Solución Final Adolf Eichmann. El genocida alemán fue trasladado a Israel, enjuiciado y ahorcado.
El primer objetivo de las bayonetas de Harari fue Wael Zwaiter, miembro de la Organización por la Liberación de Palestina (OLP)y primo de su líder Yasser Arafat. Fue tiroteado en octubre de 1972, cuando se disponía a entrar en su apartamento de Roma.
La siguiente víctima fue Mahmoud Hamshari, representante de la OLP en París. Miembros del Mossad se colaron en su apartamento e instalaron un pequeño dispositivo explosivo conectado con su teléfono. Después, uno de los miembros se hizo pasar por un periodista italiano que quería entrevistarle y, en el día y la hora acordados, las bayonetas llamaron a Hamshari.
Una vez se hubo identificado, activaron el explosivo de forma remota y lo hicieron volar por los aires, matándolo en el acto. En los siguientes meses, la Cólera de Dios acabó con otros cuatro sospechosos (Basil al-Kubaisi, Hussein Abad al-Chir, Zaid Muchassi y Mohammed Buida).
Sin duda, la misión más conocida del operativo (y también la que supuso un mayor despliegue) fue la que llevaron a cabo en Beirut en 1973. Con Ehud Barak a la cabeza, que más tarde sería primer ministro de Israel, los agentes de la Cólera de Dios se infiltraron en la ciudad a través de un discreto desembarco anfibio y se reunieron con agentes de campo que ya estaban allí.
Camuflados con ropa de civiles (algunos de ellos vestidos como mujeres para poder llevar cubierto todo el cuerpo y esconder sus armas), el operativo se dividió en varios escuadrones que realizó una acción coordinada: mientras se realizaban redadas por toda la ciudad y paracaidistas israelíes asaltaban la sede del Frente Popular para la Liberación de Palestina, la fuerza principal de las bayonetas localizó y eliminó a Muhammad Youssef Al-Najjar, Kamal Adwan y Mala Nasser, tres importantes líderes de la organización Septiembre Negro.
Se desconoce el número exacto de operaciones llevadas a cabo y asesinatos cometidos por los miembros de la Operación Cólera de Dios. Hubo muchos ataques y atentados durante los años en los que estuvo activo en los que, si bien no se podía confirmar la participación del Gabinete X, cuadraban con su modus operandi.
Además de estos ataques, se cree que el Mossad también empleó tácticas de guerra psicológica acosando y amenazando a miembros de las organizaciones palestinas (estuvieran o no metidos en grupos terroristas), recopilando información personal con la que chantajearles y enviándoles cartas bomba de poca potencia para asustarles.
En 1973 un escuadrón de bayonetas viajó a Lillehamer, Noruega, para acabar con Ali Hassan Salameh, presunto cerebro de decenas de operaciones del Septiembre Negro y Al-Fatah (organización político-militar palestina). Como si de cualquier otro operativo se tratase, los miembros del Mossad localizaron al sujeto y lo mataron disparándole cuando paseaba por la calle con su mujer.
El problema llegó cuando se dieron cuenta de que la información era errónea y aquel no era Salameh sino un camarero de origen marroquí que se le parecía lo justo y necesario. La Cólera de Dios había matado a un inocente.
El escándalo fue inmediato y de proporciones colosales. Las autoridades noruegas detuvieron y condenaron a prisión a cinco de los miembros del Mossad que habían participado en la operación y una investigación internacional destapó la compleja red de agentes, objetivos y pisos francos que el gobierno israelí tenía por toda Europa para llevar a cabo su guerra sucia.
La presión internacional obligó a la primera ministro Golda Meir a desarticular y suspender la Operación Cólera de Dios pero nada más. Apenas hubo responsabilidades de ningún tipo para los involucrados y todavía hoy en día sigue sin saberse a ciencia cierta el alcance que tuvo el Gabinete X y sus escuadrones de la muerte.
Regresa la Operación Cólera de Dios
La Operación Cólera de Dios regresó temporalmente en 1979, cuando el Mossad localizó (esta vez sí) a Ali Hassan Salameh. Para asegurarse de que no volvían a fallar, las bayonetas infiltraron a Erika Chambers, una ciudadana británica en Beirut, en las organizaciones de apoyo a los refugiados palestinos de las que Salameh era miembro. Chambers logró ganarse su confianza y acercarse lo suficiente a él como para aprender sus rutinas. Cuando estuvieron lo bastante seguros, los miembros del Mossad destinados a esta misión colocaron un coche bomba en una calle por la que Salameh solía pasar todos los días. La explosión mató al objetivo y a otras ocho personas.