Etiqueta: acoso

  • Esto es lo que debes de hacer ante un caso de ciberacoso o fraude virtual

    Esto es lo que debes de hacer ante un caso de ciberacoso o fraude virtual

    En estos tiempos donde el celular y la computadora se han vuelto una extensión de nuestras vidas, los delincuentes han aprovechado la comodidad del anonimato para aplicar y crear nuevas maneras ya sean para acosar o extorsionar a los cibernautas. 

    Lamentablemente las víctimas en la mayoría de los casos son personas con algún tipo de vulnerabilidad, como adolescentes, personas de la tercera edad y mujeres entre los 18 y 30 años de edad. 

    El ciberacoso es una acción constante, esto significa que se molesta a la víctima durante más de una vez, ya sea con mensajes intimidantes, con el chantaje de revelar información o fotos confidenciales o realizando críticas constantes ya se al cuerpo o actividades de la persona, el objetivo además de sembrar miedo puede ser la obtención de favores sexuales ya sean presenciales o virtuales. 

    Las personas que realizan este delito han “estudiado” a su víctima y existe la posibilidad que incluso convivan con ella en la vida real, he aquí la importancia de limitar la información personal a un número cercano de personas de confianza. 

    Lo ideal en estos casos es tomar todas las pruebas que se puedan, capturas de pantalla de las conversaciones y guardar los archivos que manden para entregarlos a la policía cibernética. 

    Mientras que la extorsión se realiza en un único momento y la mayoría de las veces proviene de personas privadas de su libertad, estos delincuentes se inventan situaciones fantasiosas como que la víctima se ha ganado un premio por el que nunca participó, que se comunican de parte de un banco o que están ayudando a un familiar suyo que cayó en el hospital, el ministerio público o “vió algo que no tenía que ver”. 

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    En estos casos lo primero que se recomienda es guardar la calma y como estas personas llaman desde la cárcel lo mejor es cortar la llamada (así insistan mucho en no hacerlo) y bloquear el contacto, después ponerse en comunicación con los familiares cercanos para avisar de la situación y saber si ellos también fueron víctimas. 

    MGG

  • En Argentina quieren penalizar el acoso sexual callejero

    Todas las mañanas, cuando salía de casa, Aixa Rizzo tenía que mentalizarse para tolerar un aluvión de expresiones y comentarios inapropiados de carácter sexual de los electricistas que trabajaban en una construcción en su barrio.
    Al principio eran observaciones inocuas, aplausos o silbidos. Pero luego de varias semanas se convirtieron en un sartal de vulgaridades sobre su cuerpo o fantasías sexuales expresadas en público.
    Un día, tres de los hombres la siguieron a casa y Rizzo no tuvo otra salida que rociarles gas pimienta en la cara. Los hombres la insultaron y le dijeron que estaba loca, pero al final se fueron.
    «Fue todo un mes que me gritaban cosas. No podía salir tranquila de mi casa», dijo Rizzo en entrevista con The Associated Press. «Duró un montón de tiempo la obra. Primero eran cuchicheos, aplausos, ruidos, silbidos. Y después guarangadas (vulgaridades) más contundentes. Era como una pasarela para que me gritaran cosas».
    Frustrada por esta actitud tan común en Argentina, Rizzo subió un video a YouTube que tuvo más de medio millón de visualizaciones, en el que la joven de 20 años relataba que aún después de hacer hecho una denuncia por acoso ante las autoridades, que en un principio no querían recibirle argumentando un vacío legal, «los señores ahora están cantando» consignas que la invitan a tener una relación sexual.
    Su caso tuvo fuerte impacto en la opinión pública en momentos en que los medios de comunicación reportan, casi a diario, casos de mujeres asesinadas brutalmente. En Argentina, un país de 41 millones de personas, ocurre un feminicidio cada 30 horas según cifras de La Casa del Encuentro, organización no gubernamental dedicada a tratar esta problemática.
    Pese a la gravedad del asunto, no hay estadísticas oficiales.
    La impotencia frente a los feminicidios llevó a que miles de mujeres se movilizaran en todo el país el pasado miércoles bajo la consigna «Ni una menos», en una enorme manifestación contra la violencia de género.
    El Congreso argentino y la legislatura de Buenos Aires iniciaron el debate de sendos proyectos de ley para prevenir y castigar el acoso sexual callejero, con penas que van desde multas económicas de 10 a 800 dólares a tareas comunitarias.
    «Las mujeres salimos todos los días a la calle y recibimos groserías, tocamientos, un montón de situaciones violentas que están naturalizadas», dice Rizzo. «Todas nos quejamos y nadie nos da importancia, piensan que es algo natural, parte del folklore argentino y que va a existir siempre…. La cultura de la violación existe y hay una impunidad total».
    Hasta la propia presidente Cristina Fernández se pronunció contra estos piropos. «Hay otras violencias previas, anteriores, que van creando silenciosamente las condiciones del golpe final. Algunas son cotidianas y hasta festejadas: el piropo?», dijo en su cuenta de Twitter que tiene 3,8 millones de seguidores.
    «Grosero, soez, bajo, que una piba tiene que `aguantar’ porque… si después de todo iba con esa minifalda, ¿qué querés que le digan?». Justificación cínica escuchada no solamente entre hombres», se lamentó la mandataria.
    En Argentina, así como en la mayoría de los países latinoamericanos, la igualdad de género afronta muchas dificultades, cuando no profundas contradicciones. Ante la ley, las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres y, al menos en el país austral, hay más mujeres que hombres matriculadas en las universidades.
    La persona más poderosa del país es mujer, pero la cultura machista es un fenómeno generalizado. Desde taxistas y obreros hasta ejecutivos de traje y corbata silban a las mujeres con frecuencia o les dicen cosas en la calle.
    Para la diputada Victoria Donda, del partido de izquierda Proyecto Sur, e impulsora de uno de los proyectos de ley para combatir el acoso callejero, «el piropo es la punta de iceberg donde se manifiesta la violencia de género», dijo.
    «¿Por qué los hombres comentan sobre el cuerpo de las mujeres en la vía pública, ¿para seducirlas? ¿Para empezar una relación? No, eso es mentira», dice Donda. «Es una forma de sentir que tienen el poder sobre el cuerpo de la mujer».
    La legisladora también propone realizar campañas de concientización en escuelas y lugares de trabajo.
    Como estas conductas no se encuentran penalizadas por la ley, un grupo de mujeres creó en Facebook Acción Respeto, un canal de denuncias para los casos de acoso callejero.
    Allí pueden leerse cientos de testimonios como el de una embarazada de seis meses que dice que «un hombre me siguió desde un comercio hasta mi casa diciéndome cosas. Entonces me doy vuelta y le digo: `¿No ve que estoy embarazada?’ y me contestó: `Justamente, mamita, así me gustan…’».
    Son también numerosos los casos de estudiantes adolescentes que confesaron padecer traumas por hombres que las seguían mientras les susurraban al oído groserías en alusión a su vestimenta de colegialas.
    Una encuesta realizada por Acción Respeto en 2014 reveló que el 94% de las 1,169 mujeres consultadas fueron acosadas sexualmente en la calle y que el 38% dijo que la primera vez que enfrentó el acoso tenía menos de 13 años.
    El 89% manifestó que no le gustan los comentarios sobre su cuerpo o su aspecto en el espacio público, una elocuente cifra que contradice la creencia de muchos hombres de que a las mujeres les agradan esta clase de piropos.
    «A mí que me digan `que linda sonrisa’, bueno me río y no digo nada. Ya que te digan `ay mamita’ o esas cosas no me gusta para nada», dijo la estudiante Susana Godoy, 20 años, a la AP. «Aunque parezca una cosa mínima hay tipos que ya se sacan, que te dicen guarangadas con una violencia y parece que te van a pegar. Voy caminando y un señor me dice cosas en el oído, pero ya no gusta, te da miedo».
    «Si van sacar una ley me parece perfecto. Ojalá sea un freno para estos tipos que están locos», agregó.
    Según el proyecto de ley de la diputada Donda, que tiene la finalidad de combatir los comentarios sexuales agresivos pero no los elogios a la ropa bonita o a un corte de pelo, las mujeres podrán denunciar en una fiscalía o una comisaría una situación de acoso sexual en la vía pública.
    Un juez evaluará la queja, entrevistará a testigos, si los hay, determinará si el acusado cometió la contravención y fijará una multa. La normativa no prevé penas de prisión.
    Sin embargo, a Orlando Britez, un trabajador de la construcción de 23 años, le preocupa que los hombres puedan ser castigados si las mujeres creen que sus comentarios son demasiado agresivos.
    «No me gusta, que no lo pongan. Uno se va a tener que aguantar y no da gusto, a veces hay que descargar lo que uno quiere decir realmente», dijo mientras trabajaba en la reparación de una calle.
    «Si decimos cosas buenas, ¿qué hay de malo en eso?», se preguntó su compañero Elio Borlio. «Las cosas como, `Mira lo hermosa que eres».
    Perú aprobó en marzo una ley para prevenir y sancionar el acoso sexual en espacios públicos, incluido el transporte, que castiga conductas hasta con 12 años de prisión. Los agravantes son mayores si la víctima tiene menos edad, si hubo violencia, amenazas o si el acosador es profesor o tiene alguna autoridad académica sobre la víctima.
    Al momento no hay sancionados, ni cifras oficiales. El último sondeo conocido en 2013, realizado por un colectivo llamado `Paremos con el acoso callejero’, encontró que en la capital nueve de cada diez mujeres fueron víctimas de acoso, mientras que en otras regiones del país lo eran siete de cada diez.
    «Cuando se introdujo en el Código Penal la figura del acoso laboral también fue muy controvertido. `¿Cómo probás el acoso sexual?’, decían. Es siempre la palabra de uno contra otro. Y hoy nadie lo discute», aseveró la diputada Donda.
    acoso sexual

  • El CJF hace su trabajo

    El CJF hace su trabajo

    hace bien su trabajo
    ¿Felicitar a los que hacen su trabajo bien?, ¿ha eso hemos llegado?, mencionare que me da gusto que dentro de lo mal que esta el sistema judicial mexicano el Consejo de la Judicatura Federal le negó una ratificación a un magistrado porque en su expediente acoso a una mujer que trabajaba para él. ¿Hay que reconocer públicamente a los que hacen bien su trabajo y sirvan de ejemplo a los demás?, en la Iniciativa Privada tenemos un dicho â??sino das resultados, adiósâ?, creo que el gobierno deberí­a hacerlo.

  • Ley federal del Trabajo de hace 40 años, basura

    El pasado 1º de mayo se conmemoró el 40 aniversario de la entrada en vigor de la Ley Federal del Trabajo de 1970, entonces existí­a la mitad de la población que hoy hay en México. La económicamente activa pasó de menos de 14 millones a más de 47 millones de personas.

    La Secretarí­a del Trabajo señala que â??a 40 años de la entrada en vigor de una ley es conveniente hacer una reflexión seria y profunda sobre la impostergable necesidad de adecuarla a nuestra realidad, pues acusa signos evidentes de anacronismoâ?.

    La Ley Federal del Trabajo vigente, tiene algunas peculiaridades como las siguientes:

    -En sus 1010 artí­culos que la componen, únicamente en 3 ocasiones hace referencia al concepto de â??productividadâ? y en ninguna al de competitividad.

    -No sanciona expresamente el acoso y hostigamiento sexual, así­ como que una trabajadora sea removida por estar embarazada, o que por esa condición no sea contratada.

    -No inhibe el trabajo infantil.

    -No regula con claridad las medidas necesarias dentro de la relación laboral, ante contingencias sanitarias.

    -No prevé un procedimiento especial y breve para el trámite de conflictos de seguridad y previsión social que, sin ser estrictamente conflictos obrero patronales, en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje representan más del 50% del total de los asuntos individuales que se tramitan.

    -No tiene un mecanismo que permita el uso de herramientas tecnológicas en los procesos laborales para agilizarlos, ni regula el ofrecimiento y desahogo de pruebas contenidas en medios electrónicos.

    -No prevé que los litigantes en materia laboral tengan que ser abogados o licenciados en derecho, con lo que tolera el â??coyotajeâ? en perjuicio de los trabajadores

  • Se pide ayuda a bloggeros y periodistas cubanos

    Los blogueros y los periodistas independientes sufren un «acoso sistemático» en Cuba, por lo que la comunidad internacional debe aumentar el cabildeo en su favor, pidió el jueves un grupo activista.

    El Comité para Proteger a Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York, señaló que es sorprendente la activa comunidad de blogueros que ha surgido en la isla, a pesar de la intimidación gubernamental, los obstáculos impuestos por el gobierno y el alto costo de conectarse a la red. Cuba tiene el índice más bajo de uso de internet en el continente.

    «Los blogueros, principalmente adultos jóvenes de diversas profesiones, han creado un nuevo espacio para la libertad de expresión en Cuba, al tiempo que brindan una nueva esperanza de que renacerán ideas independientes en el cerrado sistema cubano», señaló el comité.

    La organización también hizo un llamado para que Cuba libere sin condiciones a los periodistas independientes presos y a que honre sus acuerdos internacionales por los que, en teoría, debería permitir que todos los periodistas reporten libremente, sin miedo a represiones.

    El gobierno cubano no ofreció de inmediato sus comentarios al informe, pero de manera rutinaria descarta los reportes y comunicados de organismos internacionales como el CPJ. Alega que son agentes de Washington y forman parte la política hostil de Estados Unidos hacia Cuba.

    Algunos blogueros cubanos se van vuelto famosos en años recientes por criticar abiertamente al gobierno y escribir sobre temas sensibles como la escasez de comida, los bajos salarios, las viviendas deterioradas y la ineptitud gubernamental.

    El solo hecho de escribir sobre esas dificultades puede ser peligroso. Un hombre cubano que se quejó de la falta de comida en YouTube fue sentenciado a dos años en prisión por «peligrosidad». Apeló su caso el jueves.

    Según el informe, 22 periodistas digitales están presos en Cuba. El gobierno tolera a muchos otros, pero sus páginas electrónicas son infiltradas por hackers y varios han sido interrogados por las autoridades o sus blogs son bloqueados en la isla.

    El CPJ indicó que ha identificado a 25 blogs periodísticos escritos por cubanos, y otros 75 que se enfocan en temas personales y familiares.

    El informe dice que la respuesta del gobierno hacia los blogs ha sido leve en comparación con la fuerte represión que en el 2003 se llevó a cabo contra 75 periodistas independientes y activistas políticos.

    El CPJ señaló que la reacción relativamente lenta del gobierno puede deberse a que la mayoría de los líderes de la isla -como Raúl y su hermano Fidel Castro- son demasiado viejos para comprender el impacto de internet y los blogueros. Puede que tampoco los consideren un gran peligro porque gran parte de sus lectores están en el extranjero.

    Pero esta tolerancia relativa podría no durar mucho, alerta el informe

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