China, El Bebé Gigante que Crece, Crece yâ?¦ Por Luis Antonio Jiménez

El crecimiento económico de China ha sido inmisericorde. Desde hace diez años, y apoyándose en sus abundantes exportaciones, ha crecido a tasas de dos dí­gitos. En el 2009, cuando todos los paí­ses parecí­an reventar económicamente, el planeta salió adelante, entre otras cosas, gracias a la buena disposición para adquirir bonos de deuda estadounidenses y a su trabajo hacia adentro invirtiendo en fomentar su consumo interno, generando créditos y desarrollando infraestructura; carreteras, construcción de puentes, casas; urbanización. Claro, gracias a una liquidez que se les desborda de las manos.

En estos últimos meses el gigante asiático ha desplazado a Japón del lugar que mantuvo durante cuarenta años, atrás de Estados Unidos, como segunda economí­a a nivel global. Alemania pasó de ser el paí­s primer lugar del mundo en exportaciones al siguiente lugar, dejando la plaza de honor a China. En este año han pasado a ser la potencia compradora número uno de automóviles en el mundo; más que los mismí­simos norteamericanos. Primera productora de acero; y el paí­s que más exportaciones hace en todo el orbe. Cuenta en las arcas de su banco central con la mayor cantidad de reservas en divisas del globo. Y nada más y nada menos que el mayor acreedor de los Estados Unidos, al poseer bonos del Tesoro por un valor cercano a los 800 mil millones de dólares.

Gran parte de los habitantes de China viven en zonas rurales. Pero cada vez es más común que la gente emigre hacia las grandes ciudades buscando algo que tienen al alcance de sus manos: el trabajar y lograr ser personas que dejen la pobreza y alcancen la clase media en pocos meses.

En las proyecciones que hacen los analistas especializados del banco de inversión Goldman Sachs, creen que para el año 2027, China logrará haber quitado del podio a los Estados Unidos como la economí­a número uno. Este banco, creador del concepto BRIC´s, hace referencia a los paí­ses de economí­as emergentes que están creciendo espectacularmente (Brasil, Rusia, India, China) a ritmos de dos dí­gitos anualmente y a los que hay que seguir de cerca porque están cambiando al planeta financieramente.

Pero no sólo crece China. Sus proveedores van de la mano en un viaje de gran vértigo y beneficio. Tal es el caso de Alemania, Brasil, Chile y Argentina.

China abrió la cartera y compró autos a Mercedes Benz, alemana, creciendo las ventas de estos en el primer semestre de este año en un 177%, con respecto al mismo perí­odo del año anterior.

El 25% del total de las exportaciones de Chile son a China y han exportado a China este año, el doble de lo que han enviado a Estados Unidos.

Para Argentina, China es su segundo socio comercial.

Brasil es el principal beneficiado de esta derrama económica, con exportaciones de 11 mil millones de dólares en este 2010. Empresas chinas están invirtiendo en petróleo, energí­a, terrenos agrí­colas y lo más interesante: están ya en lí­nea formados para las concesiones que ya están próximas para la infraestructura y organización del Mundial en 2014 y de los Juegos Olí­mpicos de 2016.

No todo es felicidad. El gobierno de Barack Obama no acepta que los chinos no comercien con un yuán (moneda china, oficialmente llamada Renminbi) más competitivo para todo el mundo, o sea, más elevado de lo que en estos dí­as está, porque acusan al gigante asiático de poner aranceles a las importaciones y de favorecerse grandemente con una moneda más barata las exportaciones, provocando así­ un superávit formidable que no es bien visto en occidente. Todos quieren ganar.

Timothy Geithner, secretario del Tesoro norteamericano, ha actuado muy pasivamente a juicio del premio Nobel de Economí­a 2008, Paul Krugman, quien afirma: â??Estados Unidos tienen miedo a que los chinos dejen de comprar bonos del Tesoro si se les reclama el impuesto a las importaciones. Las empresas americanas temen represalias por parte del gobierno Chino y a ellos no les conviene pelearse con su mayor socio comercialâ?.

El tema está más abierto que nunca. Será importante conocer cuánto tiempo más Estados Unidos va a dejar operar como lo ha venido haciendo, cuando menos los dos últimos años a China, viendo cómo los asiáticos salen muy favorecidos en cada transacción comercial. Un socio que ahora lo ven con mucho, muchí­simo respeto.

Luis Antonio Jiménez
Twitter: @filipino1967

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