Categoría: Seguridad

  • Lizeth Aracely Fuentes fue encontrada, muerta y violada

    La Procuraduría General de Justicia del estado (PGJE) de Sonora informó que fue localizado el cuerpo de una mujer, desaparecida desde el pasado 31 de octubre, en Ciudad Obregón, el cual presentó evidencias de tortura y violencia sexual.
    De acuerdo con el fiscal de la entidad, Rodolfo Montes de Oca Mena, el cadáver de la víctima, de nombre Lizeth Aracely Fuentes, fue hallado la noche del pasado miércoles, en un dren cercano a un ejido de Bácum, en el municipio de Cajeme.
    Detalló, que el presunto homicida, identificado como Luis G, mismo que ya fue capturado, fue quien guió personalmente a los elementos de la Policía Estatal Investigadora (PEI) hasta el lugar en dónde se encontraba el cadáver de la víctima. Asimismo confesó ser el responsable de violar a otras tres mujeres, la cuales, al parecer, identificaron al agresor.
    Lizeth Aracely Fuentes, de 23 años de edad, se desempañaba como maestra de danza del Instituto Tecnológico del Valle del Yaqui, y desapareció el pasado 31 de octubre, momento en el cual sus familiares iniciaron su búsqueda.
    Montes de Oca Mena señaló que la forma en que operaba el presunto homicida era ofreciéndoles a las víctimas transportarlas, y si ellas aceptaban, ya dentro del vehículo, las violaba.
    Lizeth Aracely Fuentes fue encontrada, muerta y violada

  • Abaten en Jalisco a un sicario del Cártel de Jalisco Nueva Generación

    La Fiscalía General de Jalisco abatió a un presunto integrante del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) el pasado miércoles, luego de un enfrentamiento a balazos registrado en el municipio de Tonalá.
    El fiscal Jesús Eduardo Almaguer Ramírez informó que la persona fallecida tras el enfrentamiento era investigada por su presunta responsabilidad en la ejecución de cerca de 15 crímenes, ocurridos en lugares y momentos diferentes en la zona oriente del área metropolitana de esta capital.
    “El día de ayer, personal de la Fiscalía, en labores de vigilancia e investigación, avistó a un sujeto identificado como Erick ‘N’, quien está vinculado a 12 ó 15 homicidios que se han registrado en la zona metropolitana, en Tonalá, Tlajomulco y Tlaquepaque”.
    Según el funcionario, al presunto sicario se le marcó el alto en los momentos en que viajaba con una mujer en un vehículo, pero el sujeto, lejos de hacer caso a la indicación de la autoridad, abrió fuego contra los policías y “los elementos respondieron y el agresor fue abatido”.
    Almaguer también informó del desmantelamiento de una banda de secuestradores ligados al mismo cártel del crimen organizado que operaba en el municipio de Degollado. Argumentó que ese grupo había privado de su libertad en forma ilegal a un empresario de la zona, por quien pedía un rescate de 10 millones de pesos.
    En las labores de investigación, la Fiscalía ubicó a los secuestradores y a raíz de ello se suscitó un enfrentamiento en una de las brechas del municipio de Degollado, donde se pudo detener a dos maleantes, mientras que otros dos fueron capturados con el apoyo de autoridades en La Piedad, en territorio michoacano.
    Abaten en Jalisco a un sicario del Cártel de Jalisco Nueva Generación

  • A Enrique Peña Nieto no le importa la seguridad de México

    A Enrique Peña Nieto no le importa la seguridad de México
    El actual gobierno de la república mexicana está demostrando no ser el más sensible, ni el más comprometido con la seguridad de los gobernados. Teniendo el país un grave problema de narcotráfico y crimen organizado, eso no ha sido una prioridad para la administración de Enrique Peña Nieto. Se notó desde el inicio de su sexenio y hoy se palpa con sangre.
    A diferencia de países de América Latina como Colombia, que le apostaron todo, estrategia, recursos, ideas y objetivos, a combatir el narcotráfico cuando este ya había acaparado distintos sectores sociales, económicos, productivos y políticos en el primer lustro de la década de 1990, y que hoy les permite tener paz, desarrollo y crecimiento en cierta medida, en México la Presidencia de la República parece manejarse con la premisa de que si ignora el tema desaparecerá, o acaso le apuesta a que, de plano, los criminales se autorregulen hasta lograr un acuerdo ilícito por encima del Estado mexicano.
    México atraviesa por una crisis de inseguridad que va de la mano con la incertidumbre económica. A mayor violencia, menor certeza para la inversión. Más asesinatos y secuestros incrementan el costo de mantenerse seguros en las empresas, comercios y familias de este país. El dinero que se destina a equipos de seguridad se retira de la inversión y los beneficios para patrones y trabajadores se esfuman.
    Sin embargo, para el gobierno de la república ese no parece ser un asunto de importancia. En raras ocasiones Peña Nieto toca el tema de la inseguridad en México. Y hasta desapareció la Secretaría de Seguridad Pública Federal y la redujo a una Comisión Nacional de Seguridad que dentro de la Secretaría de Gobernación poco puede hacer.
    El diputado Jorge Ramos Hernández, presidente de la Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados, reflexiona sobre el caso: hay cuatro etapas de la seguridad, la prevención, la procuración, la administración de la justicia y la rehabilitación en penales. En México, en el ámbito federal, no tenemos prevención. Esa labor era de la Secretaría de Seguridad Pública Federal.
    A la par, la Procuraduría General de la República ha canalizado esfuerzos a intentos fallidos por resolver y dar certeza jurídica en los casos de violencia de alto impacto, donde han sido asesinados o ejecutados por decenas, hombres y mujeres. Tlatlaya, Ayotzinapa, Tanhuato, Apatzingán, son referencias claras que los mexicanos recordamos y ahora asociamos con la violencia sangrienta que impera en este país. Y todos, a pesar de tres procuradores generales de la república, permanecen en la impunidad.
    Por eso extraña, aunque padeciendo la insensibilidad de este gobierno federal no debería extrañarnos, que las únicas fuerzas de proximidad y preventivas en los municipios y los estados se vayan a quedar o vean disminuidos sus recursos para el combate a la criminalidad organizada y el narcotráfico.
    De 100 000 millones de pesos en los que se pauta la reducción
    del presupuesto federal para 2017 en comparación con 2016, unos
    11 000 millones serán retirados al presupuesto de seguridad pública de acuerdo con la estimación y propuesta de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que comanda José Antonio Meade Kuribreña, que ha resultado en el cargo más insensible que su antecesor, Luis Videgaray Caso, con todo lo que la comparación signifique.
    La decisión del recorte en el presupuesto no fue una decisión tomada en aras de la austeridad republicana con que todo gobierno debería desarrollarse, sino una medida urgente ante la recesión económica que vive el país. La baja en los precios del petróleo fue determinante, y la devaluación de nuestra moneda frente al dólar, otro aliciente.
    Al gobierno federal ya no le basta con los impuestos recabados entre los mexicanos. Aun cuando a fuerza de persecución, terrorismo fiscal y hostigamiento el número de causantes ha incrementado, el dinero que genera el gobierno ya no es suficiente. El recorte planteado por la Secretaría de Hacienda, sin embargo, no demuestra el compromiso que debiera tener para las causas sociales de los mexicanos, menos para la estabilidad y tranquilidad de las comunidades, ni hablar de la educación.
    Los 11 000 millones de pesos recortados a la seguridad pública impactarán de manera negativa los esfuerzos y recursos destinados al combate de la criminalidad en la Procuraduría General de la República, la Secretaría de la Marina, la Secretaría de la Defensa Nacional, las secretarías o direcciones de seguridad pública y policía de los municipios del país, así como las secretarías, fiscalías o comisiones de seguridad en los estados.
    Once mil millones de pesos menos para combatir al narcotráfico, al crimen organizado, a las bandas de secuestradores, de trata de personas, de tráfico de humanos, de delincuentes menores que desvalijan hogares, automóviles, todos los días, en todas las calles de México.
    ¿De qué tamaño será la falta de compromiso del gobierno de Peña Nieto para desaparecer el Programa Nacional de Prevención del Delito? Si en 2016 a tan importante área se le destinaron 2015 311 796 pesos, para el presupuesto 2017 presentado a la Cámara y que deberán aprobar como tope el 15 de noviembre, el gobierno de Peña Nieto destinó cero pesos, lo cual significa que el Programa Nacional de Prevención del Delito desaparece en esta administración, justo cuando los delitos están incrementando según la encuesta nacional de seguridad pública urbana que determina que ocho de cada diez mexicanos se siente inseguro, además de que millones de personas son todos los días víctimas de algún delito.
    Otro recorte igual de grave que va en el mismo sentido: menos 1403 327 294 pesos en Operativos para la Prevención y Disuasión del Delito. Además, propone Hacienda una disminución de 952 697 849 pesos a los subsidios en materia de seguridad pública, lo que llega a municipios y estados, pues 162 302 007 pesos menos para el Programa de Derechos Humanos, y un recorte de 60 526 269 pesos a la promoción, la atención y la prevención de la violencia contra las mujeres.
    El gobierno de Enrique Peña Nieto le está apostando a la burocracia y restando importancia a la prevención y el combate de la inseguridad pública.
    Peor quienes no sufrieron recortes, por el contrario, registraron incrementos, fueron los sueldos de algunas entidades del Estado mexicano. Por ejemplo, el propio presidente no disminuyó un centavo de los 3 460 000 pesos que percibe anualmente, mientras incrementó el salario que devengan los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en un 2.5 por ciento hasta llegar a cobrar 4 658 000 pesos por año. De igual manera, los consejeros del Instituto Nacional Electoral fueron beneficiados con un aumento de 2.3 por ciento en su sueldo para cobrar, por año,
    4 292 000 pesos, mientras los del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se llevarán al año 4 564 000 pesos a sus cuentas personales.
    La resta en el presupuesto destinado a la seguridad pública en el gobierno de Enrique Peña Nieto es equiparable al crecimiento del narcotráfico y el crimen organizado en el país. Mientras hay menos retenes, menos armas, menos recursos para operativos policiacos, de investigación o ministeriales, aparecen más células de los cárteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, Arellano Félix, los Beltrán Leyva, Los Zetas, que se pelean por territorios de México para la venta, distribución, trasiego de droga, y el control de la comisión de delitos como el secuestro, la extorsión y el cobro de piso.
    A diferencia del gobierno, el narcotráfico invierte en la corrupción de agentes policiacos, asesina jueces, mata policías y amedrenta a funcionarios para actuar con toda impunidad en el crecimiento del ilícito negocio que genera cientos de miles de millones de dólares en América Latina, y que utiliza a México como puente de tráfico hacia Estados Unidos.
    Ni las más de 78 000 ejecuciones registradas en los tres primeros años de gobierno de Peña Nieto, ni las constantes balaceras en pueblos y ciudades, ni el éxodo de familias y empresas a un ámbito de mayor seguridad le dan al presidente una idea del país que desconoce, de las calles que no ha pisado, del dolor que no ha padecido producto de la inseguridad.
    De otra manera no se explica el recorte de 11 000 millones de pesos a la seguridad pública, y la desaparición de los programas de prevención del delito. A menos que Enrique Peña Nieto de manera real le esté apostando cínicamente a que el crimen se organice, mientras que los mexicanos seguimos pagando la inimaginable factura.

  • Cientos de pueblos en México abandonados por el narcotráfico

    Cientos de pueblos en México abandonados por el narcotráfico
    En la sierra de Guerrero, entre la Costa Grande y la Tierra Caliente, decenas de poblados y núcleos ejidales se encuentran abandonados o en poder de la delincuencia organizada. Están prácticamente deshabitados, salvo por los pobladores que aceptaron o fueron obligados a trabajar para los criminales. Manuel Olivares, director del Centro Regional de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón (Centro Morelos), con sede en Chilapa, Guerrero, describe la situación con elocuencia.
    Señala que detrás de esta condición están los intereses de las empresas mineras, tanto trasnacionales como nacionales. La delincuencia organizada opera como brazo paramilitar de ellas. Aunque no existe un registro completo de los afectados, se trata de centenares de familias en circunstancias trágicas, muchas de ellas dispersas en la entidad, el resto del país o en Estados Unidos.
    En la llamada región Sierra de Guerrero hay comunidades deshabitadas por completo, en los municipios de San Miguel Totolapan, Ajuchitlán del Progreso, Arcelia y Coyuca de Catalán, refiere Olivares. La Laguna, por ejemplo, se encuentra deshabitada desde 2011. Lo mismo en las partes serranas de la Costa Grande, en los municipios de Petatlán, Coyuca de Benítez y otros.
    Entrevistado por La Jornada, Olivares destaca sin ironía alguna: Casualmente, en todas esas localidades existen varias concesiones mineras que no se habían podido instalar a causa de los ejidos y poblados que se resistían. Casi todos los ejidos que actualmente sufren ocupación de la delincuencia organizada se habían negado a titular sus parcelas con los programas de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos (Procede) y el de Certificación de Derechos Comunales (Procecom) del gobierno.
    Para las mineras resulta más sencillo operar en tierras despobladas que lidiar con asambleas ejidales y comunitarias, así que los ejidos fueron dispersados. Comisariados y delegados ejidales han huido con sus familias, al igual que los demás ejidatarios o comuneros. Muchas veces dejan atrás la documentación del territorio que tienen. En los hechos se volvieron tierras desocupadas, algunas hace más de cinco años. De acuerdo con la ley, si nadie las habita ni trabaja, se consideran abandonadas.
    Un caso: Guajes de Ayala. Salieron casi todos, incluidas sus autoridades. Ahora no tienen documentos que prueben su calidad de ejidatarios. Pero “no toda la gente dejó los anexos. De 16 mil hectáreas, sólo 5 mil están sin dueño. En las otras, la gente que se quedó paga ‘impuesto’ o trabaja para las organizaciones criminales”, agrega el director del Centro Morelos, el cual lleva decenas de casos de desaparición en la región, todos en el contexto de la invasión de la delincuencia organizada. Las familias que buscan a sus hijas e hijos suman decenas.
    “Las mujeres son un verdadero botín de guerra. Ahí ve uno a las muchachitas viviendo con los narcos. Las mujeres y los niños son los que más sufren; no queda ningún código de honor, ningún derecho. Los hombres y jóvenes sirven para el sicariato, cultivan amapola o mariguana, les trabajan”.
    Olivares expone que otro factor de esta situación desesperada es “la lucha entre las organizaciones criminales por el control de territorio y la ‘necesidad’ que tienen de mayores extensiones de tierra. Y como también requieren mano de obra, incorporan la población al grupo o le exigen recursos económicos. Por eso tantos se van; es insoportable”.
    La dispersión de las comunidades llega ser total. Algunas decenas de familias se han refugiado en otros municipios de Guerrero. Pero son incontables las familias que migraron a Michoacán, Jalisco, Baja California o Estados Unidos, y ahora son jornaleros. El Centro Morelos trabaja ahora con grupos de nueve, 16 o 34 familias desplazadas en la misma entidad, que reclaman sus tierras y el derecho a vivirlas y trabajarlas.
    A la pregunta de si se trata de comunidades indígenas, Manuel Olivares responde terminante: No lo son. Los lugares abandonados estaban habitados por campesinos mestizos o pueblos que dejaron sus lenguas y costumbres hace tiempo. Resulta más fácil que ellos abandonen sus ejidos. Los pueblos indígenas tienen una cosmovisión diferente respecto de la tierra y la oposición a las minas y la delincuencia organizada. En las comunidades indígenas de la Montaña, la Sierra y la Costa se han formado policías comunitarias para contener la delincuencia y la minería.
    Así, las comunidades indígenas se defienden y no abandonan tan fácil sus lugares en estas y otras regiones de Guerrero, también asoladas por la delincuencia y codiciadas por las mineras.

  • Alcalde Rolando Espinosa es asesinado a tiros

    Un alcalde de Filipinas acusado de tráfico de narcóticos fue muerto a tiros en el interior de una prisión cuando la policía y las autoridades del recinto penitenciario llevaban a cabo una inspección en busca de armas y drogas.
    Rolando Espinosa, el alcalde de la ciudad Albuera en la isla central de Leyte, y su hijo, fueron acusados por el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, de tráfico de drogas y exigió que se entregaran, y podían ser «liquidados» si se oponían al arresto.
    Espinosa entonces se entregó al jefe de la policía nacional, tras advertir que temía por su vida, y fue arrestado el mes pasado.
    Este sábado Espinosa murió en su celda en la prisión provincial después de que él disparó contra los agentes durante una búsqueda de armas de fuego y drogas.
    Según el inspector en jefe de la policía, Leo Laraga, Espinosa murió después de haber disparado contra los miembros del Grupo de Investigación Criminal y Detección.
    La policía mató a otro alcalde la semana pasada, Samsudin Dimaukom, y a nueve hombres en una balacera en el sur de Filipinas.
    Espinosa y Dimaukon estaban entre los más de 160 funcionarios mencionados expresamente por Duterte en agosto dentro de una campaña para avergonzarlos.
    Duterte, de 71 años, ganó las elecciones en mayo pasado con la promesa de matar a decenas de miles de delincuentes para evitar que las Filipinas se convierta en un narcoestado, y ha puesto en marcha una guerra sin precedentes contra las drogas.
    Alcalde Rolando Espinosa es asesinado a tiros

  • Un colgado en Veracruz, cosas de las que ya no hablan los medios

    El cuerpo de un hombre junto a un narcomensaje, fue colgado en un puente peatonal localizado sobre el bulevar Benítez, a la altura de la Comisión Federal de Electricidad, en Tijuana.
    El macabro hallazgo fue denunciado a la central de emergencias alrededor de las 22:30 horas de miércoles 2 de noviembre e indicaba que, el cuerpo de una persona pendía de un puente, en donde en septiembre pasado fueron expuestos restos humanos y un mensaje. El cuerpo, ante la custodia de militares.
    Al lugar arribaron municipales, elementos del Ejército y agentes de la división de Gendarmería de la Policía Federal. Hasta el momento se desconoce la identidad de la víctima, así como el contenido del mensaje.
    Con este hecho ya son dos ocasiones en que los delincuentes utilizan ese pasadizo para amedrentar a cárteles rivales.
    Un colgado en Veracruz, cosas de las que ya no hablan los medios

  • Aumenta la inseguridad en Nuevo León

    Aún faltan dos meses para que concluya el año 2016 y la estadística de inseguridad ya rebasó las del año 2015, en una comparativa dada a conocer por el Observatorio Ciudadano de Nuevo León, en el período de enero a septiembre.
    Sergio Anguiano, director de la Cámara de Comercio en Monterrey, dijo que los números que reflejan la realidad son contundentes.
    «Las estadísticas pues son muy evidentes, no hay margen de error y lo que estamos viendo es que son totalmente coincidentes las cifras de percepción del pulsómetro, con las cifras duras de la Procuraduría, vamos a decir no hay diferencia, nos están marcando ambos indicadores, aunque son diferentes, nos están marcando exactamente lo mismo, pero los datos son contundentes», enfatizó.
    En los delitos de alto impacto de enero a septiembre, en el de homicidio doloso se presentaron 315 denuncias en 2015, contra 511 en 2016; en el de secuestro aumentó de 17 a 19 en el mismo periodo; por extorsión se presentaron 357 denuncias en el 2015 contra 446 en el 2016 y el de violación aumentó de 470 denuncias a 516.
    Sandrine Molinard, del Consejo Cívico de las Instituciones de Nuevo León (CCINLAC) , dijo que preocupa cómo la violencia puede generar delitos relacionados al narcotráfico.
    En los delitos patrimoniales cometidos de enero a septiembre del 2015 al 2016 se registraron 2 mil 920 robo con violencia a persona, casa, negocios o vehículos, contra 4 mil 656 en este año; por robo a vehículo se presentaron denuncias por 2 mil 325 contra 3 mil 117 de este año.
    En el robo a negocio se presentó en el 2015, 2 mil 099 denuncias contra 3 mil 654 de este año en el mismo periodo.
    El robo a casa-habitación se presentaron 2 mil 143 denuncias en el 2015, contra 2 mil 578 en 2016.
    Y en el delito de robo, el observatorio ciudadanos reporto un crecimiento de 6 robos a 38 en el mismo periodo.
    «Nos preocupa este indicador, porque, puede ser representativo de otros fenómenos que suceden en la entidad como la participación de bandas de delincuencia organizada vinculadas a otras actividades como el narcotráfico en la entidad, ese es un dato que se viene analizando a nivel nacional, definitivamente no solamente afecta a Nuevo León, afecta a muchos Estados del país», reiteró Molinard.
    Desde el Centro de Integración Ciudadana se tiene una estadística generada por la última Encuesta Nacional de Victimización, dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática del porqué no se denuncia.
    «En un 60% de los casos los ciudadanos declaran que no presentan una denuncia por causas atribuibles a la autoridad, tales como la pérdida de tiempo, la desconfianza, los trámites largos y difíciles, por actitud hostil o por miedo a extorsiones a la víctima durante el trámite», comentó Eduardo Garza, del Centro de Integración Ciudadana.
    Los números lo dicen, ya no sólo es percepción, la realidad se vive en la calle, sin confianza en quienes vigilan y sin mayor escudo que el miedo porque los ciudadanos recorren las calles sin escoltas.
    Aumenta la inseguridad en Nuevo León

  • Regresará la Policía Federal a Tamaulipas

    Los aproximadamente 800 elementos de la Policía Federal que fueron retirados de Tamaulipas en meses anteriores, para reasignarlos en otras entidades con problemas de inseguridad, regresarán paulatinamente a esta entidad fronteriza durante noviembre, confirmó el gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca.
    Entrevistado a su llegada al Palacio de Gobierno en esta ciudad capital, el Ejecutivo Estatal dio a conocer que sostuvo una reunión con el Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, con quien abordó entre otros temas el relativo al regreso de los elementos de la corporación federal.
    Luego de reiterar que existe una buena relación y comunicación con el funcionario federal, García Cabeza de Vaca, señaló que solo están a la espera de la confirmación del número de agentes que habrán de volver a labores de vigilancia en Tamaulipas.
    Regresará la Policía Federal a Tamaulipas

  • Este año el más violento del sexenio

    De enero a octubre de 2016 se han registrado nueve mil 103 asesinatos. La cifra ya superó la de todo el año pasado (ocho mil 393 casos), pues en 10 meses se ha perpetrado un promedio de casi 30 muertes violentas cada día.
    De mantenerse ese ritmo en los homicidios, 2016 se ubicará como el año más sangriento en lo que va del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto y de los gobernadores en funciones o que recién dejaron su cargo, pues rondarán los 11 mil delitos que superarán por mucho los siete mil 993 casos de 2014 y los 10 mil 95 de 2013.
    Los asesinatos desde diciembre de 2012 hasta octubre pasado suman 36 mil 566, lo que equivale a un promedio mensual de 778 casos. En el gobierno de Felipe Calderón esa cifra se ubicaba en 737, es decir, ya fue rebasada la media mensual del sexenio pasado.
    Octubre fue el mes más violento de los últimos cuatro años: se consignaron mil 84 homicidios dolosos relacionados con el crimen organizado en las 32 entidades. También rebasó los mil 48 casos que se documentaron en marzo de 2013
    Este año el más violento del sexenio

  • Lentamente y de manera sigilosa regresan los Zetas

    “Loz mizmoz” continúan con la serie de ejecuciones en La Chontalpa, Tabasco; luego que la mañana de ayer fuera hallado el cuerpo de un hombre con un disparo de arma de fuego en la cabeza y sobre su cuerpo un narcomensaje, donde la ejecución se la atribuye este grupo delincuencial.
    La víctima fue identificada como Fabián Alejandro Torres Hernández, de 29 años de edad, quien tenía su domicilio en la calle Cunduacán, de la colonia Buena Vista, de Comalcalco, lugar donde el occiso y sus familia son conocidos como “Los Gavilanes”, y donde se presume fue levantado por un grupo armado la noche del viernes.
    Fue a las seis de la mañana, cuando elementos de la Policía Municipal serían alertado sobre el hallazgo de un cuerpo sobre el camino a Chichicapa, a escasos metros del Cecyte, donde un grupo de campesinos se percató del cadáver que estaba sobre el acotamiento de la carretera, cubierto con una cartulina rosa.
    Personal de la Fiscalía local, se presentó hasta la escena del crimen, donde realizaron el levantamiento de evidencias, encontrando en el lugar un casquillo percutido de arma de fuego, y el narcomensaje en el que amenazaban a personas, apodados como “El Cando”, “El Flaco” y “El Patrón”, quienes se presumen se tratan de los encargados de venta de enervantes en el estado.
    De acuerdo a los primeros datos vertidos por peritos, el cadáver de Fabián Alejandro presentaba un impacto de bala en la cabeza, al parecer de un calibre 9 milímetros, sus restos fueron trasladados hasta el Servicio Médico Forense.
    Cabe hacer mención que durante el segundo semestre del 2016, las ejecuciones realizadas en La Chontalpa han sido acompañadas con narcomensajes, donde las muertes violentas se las acudida el grupo delincuencial “Loz mizmoz”, los cuales, de acuerdo a fuentes policiales, se presume son células de avanzada del cartel de los Zetas proveniente de Las Choapas, Veracruz.
    Lentamente y de manera sigilosa regresan los Zetas