El Día Mundial sin Automóvil es una iniciativa ecológica que busca concientizar sobre otros medios alternativos de movilidad para desalentar el uso excesivo del auto.
La fecha surge en 1974 como producto de la guerra de Yom Kipur, que puso a Europa y Estados Unidos en una situación de desabasto de combustibles.
Al terminar la Semana Internacional de la Movilidad Sustentable en 1998, Francia, Islandia y Reino Unido instauraron el día a nivel nacional prohibiendo la circulación de autos particulares cada 22 de septiembre.
Desde la última década el movimiento de conciencia ambiental ha tenido más relevancia, ya que se han ido sumando otros motivos por los cuales es indispensable reducir al máximo el uso del automóvil.
La principal razón sigue siendo ambiental ya que se ha llegado a la conclusión de que tener un auto para movilizar a una sola persona es por demás insostenible, ni siquiera moviendo a cuatro personas al mismo tiempo se justifica la huella de carbono que genera, tanto como la fabricación, compra, mantenimiento e infraestructura automotriz.
Además de que los autos son uno de los principales generadores de contaminación atmosférica, lo que provoca que la población de las ciudades tenga o no auto, respire diariamente toxinas que les recortan años de vida y salud.
Otro aspecto importante que se ha ido vislumbrando con el tiempo es la convivencia de los autos, los mismo que son fuente de estrés por el tráfico, vuelven agresivas a las personas al conducir, generan contaminación auditiva, provocan accidentes viales que muchas veces tienen consecuencias económicas y mortales, no existen suficientes estacionamientos para todos y generan multas de tránsito.
Señalando todos los motivos que existen para dejar de utilizar el auto en distancia cortas o en circunstancias innecesarias, la propuesta es buscar una alternativa sustentable, algunas son:
Bicicleta: este medio de transporte es el mejor porque no solo es ecológico, barato y accesible, también contribuye a la salud.
Se ha comprobado que toda la Ciudad de México se puede transitar en bicicleta, las recomendaciones son respetar los espacios de peatones, transporte público y circular en el mismo sentido que los autos.
Transporte público: este medio suele ser el más barato y es en donde más tolerancia se debe de tener a los demás usuarios y cuidar las instalaciones que son compartidas.
Caminar: muchas veces las distancias son demasiado cortas o utilizar multimodal, lo que significa combinar la caminata con transporte público o bicicleta.
El rey Carlos III lleva 13 días como monarca y ya ha estado envuelto en tres escándalos que lo reflejan como una persona racista, agresiva e intolerante.
El más reciente ocurrió el día 19 de septiembre durante el funeral de su madre la Reina Isabel II, se encontraba agradeciendo a la audiencia que llegó a despedir a su reina, todo marchaba con regularidad, se detenía un momento con cada persona, intercambiaban algunas palabras, les daba la mano o una sonrisa.
Hasta que en la fila se encontró con una persona de ascendencia afroamericana, que seguramente era de nacionalidad francesa, cuando el Rey Carlos III llegó a su lugar cínicamente lo salto para evitar saludarlo y tocarlo, ante ese desplante el hombre joven se estiró para lograr alcanzarlo y el monarca lo detuvo con su brazo y siguió saludando a las demás personas.
Este desliz comprobó los rumores de que la máxima autoridad de la corona es una persona discriminatoria y racista, pues ya se había comentado de su rechazo a Meghan, esposa de su hijo Enrique, quien es de tez morena y a la cual la familia nunca aceptó.
Su primer acto de cólera evidenciado fue al día siguiente de la muerte de su madre, el nueve de septiembre cuando se molestó con el personal de apoyo, por no quitarle las cosas del escritorio donde firmó el nombramiento como Rey.
La segunda escena donde resultó regañada hasta su esposa la Reina Camila, fue al firmar un documento, donde se equivocó de fecha, escribió 12 de septiembre en lugar de 13, además que la pluma con la que firmaba se le chorreo, manchando sus manos.
En esta escena maldijo con palabras como: “¡Oh Dios, ¡odio esto!”, “¡No puedo soportar esta maldita cosa!” y “Lo hacen cada vez ¡Es apestoso!”.
King Carlos III gets angry because he got the date wrong. In less than 3 days, it has already happened 2 incidents. Will London society forgive him for such arrogance? pic.twitter.com/PUqU1aP3WD
Fiona se convirtió este miércoles en huracán categoría 4 después de azotar las islas caribeñas Turcas y Caicos y de causar varios muertos, inundaciones y graves daños materiales a su paso por Puerto Rico y República Dominicana.
Según el Centro Nacional de Hurananes de Estados Unidos (NHC), el huracán avanza con vientos de 210 km/h hacia las Bermudas, donde deberá llegar mañana jueves.
En NHC indicó que Fiona se encontraba a primera hora de este miércoles a 170 km al norte de Turcas y Caicos y que se fortaleció a categoría 4, la segunda más alta en la escala Saffir-Simpson.
«Las marejadas de Fiona deben alcanzar Bermuda la mañana del jueves. Las marejadas podrían causar condiciones de oleaje y corriente que ponen en peligro la vida», según el último aviso del NHC.
«El huracán Fiona ha demostrado ser una tormenta impredecible», dijo Anya Williams, vicegobernadora de Turcas y Caicos. El ciclón no causó muertos en ese territorio británico de ultramar.
Hasta el momento, el huracán dejó cinco muertos: uno en el territorio francés de ultramar de Guadalupe, dos en Puerto Rico y otros dos en República Dominicana.
El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, declaró tres provincias como zonas de desastre: La Altagracia, hogar del popular balneario de Punta Cana, El Seibo y Hato Mayor.
Fiona afectó viviendas y dejó serios daños en la infraestructura de servicios básicos del país de 10.5 millones de habitantes. Las autoridades reportaron el martes que más de 10,000 personas fueron movilizadas a áreas seguras y que unas 400,000 están sin electricidad y 1.2 millones sin agua.
Las imágenes de los medios locales mostraron a los residentes de la ciudad de Higüey, en la costa este, con el agua hasta la cintura, tratando de salvar sus pertenencias personales.
«Pasó a mucha velocidad», dijo a la AFP Vicente López, en la playa de Bibijagua, en Punta Cana, lamentando los negocios destrozados en la zona.
El NHC alertó que fuertes lluvias e inundaciones repentinas con riesgo de muerte continuarán este martes en partes de República Dominicana, un día después de que Fiona alcanzara el país.
En Puerto Rico, donde el huracán tocó tierra el domingo, el gobernador Pedro Pierluisi calificó este martes de «devastadores» los estragos causados por el temporal.
«Esto es duro, hay muchos daños y aún estamos evaluando el alcance de los mismos», dijo en rueda de prensa.
Fiona provocó deslizamientos de tierra, bloqueó carreteras y derribó árboles, líneas eléctricas y puentes a su paso por la isla de tres millones de habitantes, un territorio libre asociado a Estados Unidos.
El martes por la tarde, apenas 300,000 usuarios tenían luz en sus hogares (un 20% del total) después del apagón general provocado por la tormenta el domingo, informaron las autoridades.
Y unas 760,000 personas carecían de agua potable en sus viviendas como consecuencia de cortes de energía y desbordamiento de ríos.
Jorge Cintrón, un habitante de La Parguera, en la costa suroeste de Puerto Rico, sufrió daños materiales en su casa y en su negocio, un salón de belleza. «La experiencia fue horrible. Fue bien impresionante sentir los vientos y ver cómo se levantaban las cosas», contó por teléfono a la AFP.
«Me destruyó el patio que acababa de remodelar. Ahí sí que lloré, porque después de los sacrificios que uno hace para tener sus cosas, no es fácil perderlas. Pero me voy a levantar. Yo si tengo vida y mi mamá está bien, lo demás viene por añadidura», dijo ese hombre de 57 años.
Tras la muerte de la reina Isabel II, el Reino Unido se paralizó y medios de todo el mundo han hecho la cobertura del luto del pueblo británico que finalizará el lunes con el funeral de estado de la monarca que en 2021 celebró su jubileo 70 como soberana del Reino Unido y la Commonwealth.
Ahora una carta escrita por la reina Isabel II en 1986 causa expectación entre propios y extraños, pues la rodea un misterio, una peculiar instrucción de la reina: que la misiva fuera abierta hasta 2085, dentro de 63 años.
Si bien los datos curiosos sobre la reina como sus mascotas corgi, su paso por el Servicio Auxiliar de Transporte durante la Segunda Guerra Mundial y una infinidad de sucesos durante sus 70 años de reinado, inundaron los medios de comunicación, esta carta, en particular, creó revuelo pues en 2085, quizás pocos de quienes conocieron a la reina vivan para conocer el contenido de la carta.
¿Cómo surgió la misteriosa carta de la Reina Isabel II?
Resulta que en 1986 hizo un viaje oficial a Australia, nación que forma parte de la Commonwealth (Mancomunidad de las Naciones), para asistir a la reapertura del edificio Reina Victoria que sirve como centro comercial.
El Queen Victoria Building se construyó entre 1893 y 1898 en un estilo para celebrar el aniversario 60 del reinado de Victoria I, ancestro de Isabel II que en los registros es la segunda monarca con el reinado más largo en el trono británico.
La reina Isabel II redactó para la ocasión una carta de la que ni los colaboradores más cercanos a la monarca en ese entonces conocían su contenido; por instrucciones escritas por reina en el sobre de la carta, esta no se puede abrir hasta 2085.
“Al Justo y Honorable Lord Alcalde de Sydney, Australia. Saludos. En un día adecuado seleccionado por usted en el año 2085 d.C., por favor abra este sobre y transmita a los ciudadanos de SYDNEY mi mensaje para ellos. Isabel R.”, se lee mensaje en el sobre cerrado que contiene una nota.
Actualmente la misiva se encuentra enmarcada y por indicaciones de la reina prevalecerá a lo largo de 63 años más para que el alcalde en turno de Sidney transmita su mensaje al pueblo.
Se mantendrá la expectativa hasta 2085
La pregunta durante las décadas previas a la apertura de la carta será ¿Qué escribió la reina Isabel II? Y aunque probablemente, la carta no contenga un mensaje revelador y trascendental crea expectación.
Esta mañana un edificio de cuatro niveles ubicado en el vecindario de Austin en West Side, Chicago fue parcialmente derrumbado debido a una explosión de la cual aún se desconoce su origen.
Los apartamentos fueron desalojados en su totalidad y hasta el momento se contabilizan ocho personas adultas heridas, tres de ellas con un estado de salud grave.
Al lugar de los hechos acudieron 10 ambulancias, el departamento antibombas, la policía y la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego.
Varios autos que estaban estacionados sobre la acera sufrieron pérdida total.
Aunque hasta el momento se desconoce si fue una amenaza de bomba o el resultado de un error al cocinar drogas sintéticas, la comunidad estadounidense se mantiene a la expectativa de la noticia.
Después de todas las millas que recorrió su féretro, de los días de luto y de recuerdo, de las horas que estuvieron formados cientos de miles de personas que querían presentar sus respetos en su velatorio, la Gran Bretaña y el mundo dieron el lunes el último adiós a la reina Isabel II.
Momentos más importantes en el funeral de la Reina Isabel II
Suena la campana tenor durante 96 minutos
La campana tenor sonó cada minuto durante 96 minutos, una por cada año de vida de la reina Isabel II, antes de que comenzara el funeral de Estado en la Abadía de Westminster, en el centro de Londres.
La abadía es el edificio en el que históricamente los reyes y las reinas británicos son coronados, entre ellos la propia Isabel II en 1953. La monarca también celebró allí su boda con el príncipe Felipe en 1947.
No se había celebrado una ceremonia funeraria por un monarca en la abadía desde el siglo XVIII, aunque el funeral de la reina madre tuvo lugar allí en 2002. El rey Jorge II fue el último monarca en recibir este honor.
Ceremonia en la Abadía de Westminster
El féretro de la reina Isabel II estaba cubierto por el estandarte real, un orbe, el cetro y la corona imperial del Estado.
La corona imperial del Estado simboliza la soberanía del monarca y está hecha de oro y adornada con 2 868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, 269 perlas y cuatro rubíes. El orbe es un globo dorado con una cruz, que recuerda al monarca que su poder viene de Dios. La cruz sobre el globo representa que el mundo es dominio de Cristo y que el monarca es representante de Dios en la Tierra. Se hizo para la coronación de Carlos II en 1661. El cetro por su parte es uno de los dos que se usan en la ceremonia de la coronación y es conocido como el Cetro del Soberano con la Cruz que representa el poder temporal del rey o la reina y se asocia con la buena gobernanza. Se ha usado en todas las coronaciones desde 1661. El estandarte real que cubre el féretro es el que los monarcas usan en Inglaterra, Irlanda del Norte y Gales. La enseña está dividida en cuatro campos: dos de ellos están ocupados por tres leones que representan a Inglaterra, uno por un león rampante que simboliza a Escocia y otro por el arpa de Irlanda. En Escocia, dos campos de la bandera real están ocupados por el león rampante, uno por los tres leones ingleses y otro por el arpa irlandesa. La corona de flores sobre el ataúd de la reina contenía -a petición del rey- romero, roble inglés y flores de mirto, que se ha cortado de una planta cultivada a partir del mirto que estaba en el ramo de novia de la reina. También tenía flores, en tonos dorados, rosas y burdeos intenso, con toques de blanco, cortadas de los jardines de las residencias reales. Estaba acompañada de una tarjeta del rey para su difunta madre: «En cariñoso y devoto recuerdo. Carlos R».
La música ocupó una parte importante de la ceremonia.
El Coro de la Abadía de Westminster y el Coro de la Capilla Real, bajo la dirección de James O’Donnell, organista y maestro de coristas, fueron los encargados de la música donde se pudo escuchar, entre otros himnos, «El Señor es mi pastor, nada me falta», basado en el Salmo 23, que se entonó en la boda de la entonces princesa Isabel y el teniente Philip Mountbatten en 1947. La reina perdió a su esposo en abril del año pasado, tras más de 70 años de matrimonio.
La ceremonia concluyó con dos minutos de silencio seguidos del Himno Nacional y un lamento del gaitero de la Reina, «Duerme querida, duerme» (Sleep, dearie, sleep). La gaita es un reconocimiento al afecto de Isabel II a Escocia donde falleció la monarca y a sus raíces familiares.
El grupo de portadores volvió a llevar el féretro de la reina de vuelta a través de la Gran Puerta Oeste de la Abadía de Westminster y fue colocado en el carruaje de armas para emprender la procesión desde la abadía hasta el Arco de Wellington acompañada de marchas fúnebres de Ludwig van Beethoven, Felix Mendelssohn y Frédéric François Chopin.
Pasa por delante del Palacio de Buckingham
El cortejo fúnebre pasó por delante del Palacio de Buckingham. de 775 habitaciones, el principal hogar familiar de la reina durante 67 años, desde su coronación hasta el inicio de la pandemia en 2020 y donde se convirtió en madre.
Los miembros del personal del Palacio de Buckingham se reunieron frente al edificio mientras el féretro de la reina Isabel II pasaba por el monumento a la reina Victoria.
El monumento, de unos 25 metros de altura y construido con más de 2.000 toneladas de mármol, se instaló en 1901 para conmemorar la muerte de la tatarabuela de Isabel.
Los encargados de llevar el «State Gun Carriage», el carro de artillería de la Marina Real, fueron 142 marineros. La última vez que se vio este armón de artillería fue en 1979 para el funeral del tío del príncipe Felipe, Lord Mountbatten. También se usó con el padre de la reina, Jorge VI, en 1952.
La tradición de los marineros tirando del carro de artillería se remonta al funeral de Estado de la reina Victoria, en 1901, cuando los caballos que tiraban del féretro se asustaran durante la procesión, y casi volcaron el féretro.
La reina fue el primer miembro femenino de la familia real que sirvió en las fuerzas armadas, en 1945. Como jefa de las Fuerzas Armadas, ostentó más de 50 rangos y nombramientos en el Servicio Armado de Reino Unido y la Commonwealth.
Las campanas del Big Ben sonaron a intervalos de un minuto mientras el cortejo se movía lentamente por las calles de la capital. También se dispararon cañonazos cada minuto desde Hyde Park.
Antes del Palacio de Buckingham, el cortejo pasó por delante del Cenotafio (que recuerda los sacrificios de los miembros de las fuerzas armadas y los civiles en tiempos de guerra, específicamente desde la Primera Guerra Mundial), un lugar importante para la reina que venía aquí cada año para el Domingo del Recuerdo a depositar coronas de flores.
Un acto al que rara vez faltó durante sus siete décadas en el trono.
Atraviesa el Arco de Wellington
La procesión llegó a su destino tras una marcha solemne de unos 45 minutos.
El Arco de Wellington se construyó originalmente en la década de 1820 como entrada al Palacio de Buckingham, pero se trasladó a su ubicación actual seis décadas más tarde, para conmemorar la derrota de Napoleón por el Duque de Wellington.
Es uno de los monumentos más conocidos de Londres y está coronado por la mayor escultura de bronce de Europa, que representa al ángel de la paz.
Allí terminó el cortejo fúnebre de la reina Isabel II. A continuación fue colocada en el coche fúnebre de Estado para ser trasladada al Castillo de Windsor.
El castillo, que ha sido habitado sin interrupción por 40 monarcas a lo largo de casi 1.000 años, ha tenido una importancia especial para la reina a lo largo de toda su vida.
Cuando era adolescente, fue enviada allí durante la Segunda Guerra Mundial cuando Londres se enfrentaba a la amenaza de los bombardeos.
Más recientemente, lo convirtió en su hogar permanente durante la pandemia.
Recorre el «Long Walk»
El sonido de los cañones y el tañido de las campanas marcaron la llegada de la reina.
El coche fúnebre recorrió el famoso «Long Walk» del Castillo de Windsor en dirección a la Capilla de San Jorge, donde se celebró un nuevo servicio fúnebre. Esta icónica avenida de 5 kilómetros estuvo flanqueada por miembros de las fuerzas armadas.
Miles de personas se reunieron en Windsor, la ciudad al oeste de Londres donde la difunta reina Isabel vivió la mayor parte del año, para despedir a la monarca.
Encabezando la procesión y caminando delante del féretro de la reina hubo miembros desmontados de la Guardia Granadera, que es la más veterana de la Guardia de Infantería y lleva a cabo deberes ceremoniales para la monarca.
También hubo gaitas y tambores de los Regimientos Escocés e Irlandés, y miembros del personal de la reina.
Ceremonia y retirada de símbolos reales en la Capilla de San Jorge
La ceremonia se celebró en la Capilla de San Jorge. Se trata de una capilla del siglo XV en el castillo de Windsor donde tuvieron lugar los funerales de Jorge VI, el padre de la reina, Jorge V, su abuelo, y Eduardo VII, su bisabuelo.
El año pasado, la capilla fue también el lugar donde se celebraron los funerales del príncipe Felipe, duque de Edimburgo y marido de la reina, que murió el año pasado a la edad de 99 años.
Más de 800 dignatarios se agolparon en la capilla para el entierro.
Gran parte de la música para el servicio de entierro fue compuesta por William Harris, que fue el organista de este lugar desde 1933 hasta 1961. También fue el profesor de piano de la infancia de la reina.
El punto culminante de la ceremonia llegó con la retirada del cetro, el orbe y la corona imperial, en este orden, de encima del féretro por parte del joyero real, separando así a la reina de su corona por una última vez. Se colocaron en el altar después de ser retirados.
Al final del último himno, el rey depositó la bandera de la Guardia Granadera sobre el féretro.
A la vez, el Lord Chamberlain, el antiguo jefe del MI5, Baron Parker, «rompió» su bastón de mandoy lo depositó sobre el féretro. El chasquido del bastón marcó el final del servicio del soberano como el funcionario más importante en la Casa Real.
El féretro de la reina descendió entonces a la bóveda real acompañada de un lamento tocado por el gaitero de la soberana, Paul Burns. La participación del gaitero en Windsor es algo que la reina había pedido personalmente, según el palacio de Buckingham.
De acuerdo con funcionarios británicos, 500 dignatarios extranjeros asistirán al funeral de Estado de la reina Isabel II el próximo lunes 19 de septiembre, sin embargo, se reservaron el derecho de invitar a ciertos países.
El funeral el próximo lunes en la Abadía de Westminster en Londres será el mayor evento internacional realizado por Gran Bretaña en varias décadas, dijeron los funcionarios.
El presidente estadounidense Joe Biden anunció que asistirá con su esposa, Jill Biden, también asistirá Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores de México.
Asistiré al Funeral de Estado de S.M. la Reina Isabel II el lunes en Londres, también a la Recepción que ofrece S.M. el Rey Carlos III en Buckingham Palace y la del Secretario de Relaciones Exteriores en la Abadía de Westminster. Será Un gran honor representar a México.
Se espera la presencia de los jefes de gobierno de la mayoría de los países de la Mancomunidad de Naciones, entre ellos Australia, Nueva Zelanda y Canadá.
El francés Emmanuel Macron, el alemán Frank-Walter Steinmeier, el italiano Sergio Mattarella, el turco Recep Tayyip Erdogan y el brasileño Jair Bolsonaro, entre otros presidentes, también asistirán.
Entre los miembros de la realeza se espera al emperador Naruhito de Japón, el rey Felipe VI y la reina Letizia de España, así como los anteriores reyes Juan Carlos I y Sofía.
La reciente muerte de su Majestad la Reina Isabel II ha marcado el fin de una era, en donde el símbolo de la monarquía británica seguía presente en los 56 países independientes que formaban parte de la Mancomunidad Británica de Naciones (mejor conocido como el Commonwealth en inglés). Recordemos que esta es una comunidad de Estados que previamente fueron colonias británicas pero que, a pesar de haber logrado su independencia, aún reconocían a la Reina Isabel II como su cabeza de Estado. Sin embargo, su fallecimiento trae nuevamente a discusión sobre la necesidad de mantener y financiar monarquías en pleno siglo XXI. ¿Acaso será el fin de la presencia británica en Canadá?
Aún es muy temprano para dar respuesta, especialmente al considerar todo lo que involucraría. En primera instancia, Canadá, a diferencia de otros Estados americanos, es una democracia parlamentaria, en donde la o el jefe de Estado es el monarca en turno de Reino Unido. La transición hacia una república democrática o alguna otra forma de gobierno basada en un sistema parlamentario sería ardua y costosa labor, una que involucraría referéndums a nivel nacional para conocer la opinión de la ciudadanía, el apoyo unánime de las 10 provincias y, por supuesto, una fuerte campaña política de parte de las élites políticas a favor de tal cambio.
Una encuesta realizada a principios de año por Instituto Angus Reid demuestra que esta sí es una posibilidad, siendo que, de las personas encuestadas, el 51% expreso estar a favor de la abolición del sistema monárquico. De igual manera, la baja popularidad de Carlos, con opiniones negativas de parte del 54% de las y los encuestados, podría jugar un rol importante en esta decisión. A pesar de todo el trabajo para reparar su imagen pública, no ha podido conseguir el mismo apoyó con el que contó Isabela. Veinticinco años tras la muerte de la Princesa Diana y el público aún no logra perdonarlo. Inclusive se podría inferir que el rechazo sea mayor debido a que la nueva reina consorte es la polémica Camila, siendo que fue ella la amante del príncipe durante su matrimonio con Diana, la popular “Princesa del pueblo”.
Asimismo, se ha visto un fuerte apoyo hacia el republicanismo en las redes sociales canadienses. Críticas que han retomado el pasado colonial impuesto por la corona al igual que sus recientes escándalos. De entre ellos destaca la entrevista publicada el año pasado entre el Príncipe Harry, Meghan Markle y Oprah Winfrey, en donde se exponen las actitudes racistas y discriminatorias de la familia real al preguntar cuál sería el tono de piel de su futuro bebe. Las acusaciones en contra del Príncipe Andrés tampoco han sido olvidadas, al contrario, aumentó la opinión negativa cuando se hizo público que fue nada más y nada menos que Isabela quién financió la defensa de su hijo.
Por el momento, lo único que podemos hacer es observar y estar atentos a las redes sociales y las respuestas de los activistas canadienses. Pero, personalmente, dudo que en diez años Canadá podría lograr alejarse de este sistema plagado de violencia en contra de la población indígena local.
Los ojos de todo el mundo se han dirigido estos días sobre el rey Carlos III, quien cumple sus primeros días al frente del trono del Reino Unido, y el heredero de la reina Isabel II ha sido ‘balconeado’ en redes sociales por diversos temas.
Desde la preocupación por los ‘dedos de salchicha’ de Carlos III hasta el gesto de molestia que hizo durante una de sus primeras ceremonias de firma de documentos, el monarca no la está pasando del todo bien.
De nueva cuenta una ceremonia de firma ha mostrado que el soberano británico sigue afectado por lo que ha sucedido desde la muerte de la reina Isabel II, pues batalló demasiado para firmar unos papeles.
En redes sociales y medios internacionales se difundió que el rey Carlos III primero se equivocó en la fecha, pues colocó septiembre 12 cuando se trataba de un documento de este martes 13 de septiembre, incluso una persona que se encuentra en el lugar le recuerda que el del día 12 ya lo había firmado antes.
Después, el monarca se molesta porque la pluma fuente que utilizó se le ‘chorreó’ en la mano, y se la pasa a la reina consorte Camila, quien la entrega a uno de los ayudantes.
“No puedo soportar esta maldita cosa. Lo que hacen, cada apestosa vez”, dice molesto Carlos III antes de retirarse de la sala, mientras Camila recibe otra pluma para firmar.
Si creen que han tenido una pésima semana piensen en Carlos III 😕
El jueves ocho de septiembre murió la reina Isabel II en el castillo de Balmoral, Escocia en este lugar empezó la gira del féretro junto con una comitiva real compuesta por el actual monarca Carlos III, su esposa la reina Camila, los príncipes Ándres y Eduardo y la princesa Ana, todos acompañados de sus respectivas parejas.
El día de hoy los ciudadanos podrán acercarse al féretro abierto ubicado en la catedral Saint Giles a rendir sus respetos, el día de mañana martes 13 de septiembre el cadáver y la comitiva real se trasladaran a Londres para continuar con las exequias.
Se prevé una presencia de hasta 80 mil escoceses y se estima que el periodo de espera en la fila para entrar al palacio es de hasta ocho horas.
El martes 13 de septiembre el féretro llegará a las 20:00 horas al Palacio de Buckingham, donde Carlos III, la reina Consorte y otros miembros del clan Windsor llevarán a cabo las oraciones junto con el Decano de las Capillas Reales y un grupo de portadores llamados The Queen’s Company.
Después de la ceremonia se colocará el ataúd sobre caballetes en el centro de la Sala de Proa para que descanse durante toda la noche.
El miércoles 14 se llevará el cuerpo de la reina a una extraordinaria procesión silenciosa que llevará el ataúd en un carruaje de armas desde el Palacio de Buckingham hasta el Hall de Westminster.
El ataúd será adornado con la Corona del Estado Imperial y una corona de flores.
La ruta de la procesión comenzará a las 09:22 horas y tendrá una duración de 40 minutos, será trasladada a lo largo de The Mall, cruzando Horse Guards Parade y pasando por Downing Street hacia Westminster.
El ataúd de la reina se colocará en una plataforma elevada en el medio de la sala y será custodiado las 24 horas por oficiales de la Guardia Real del Rey este evento será a puerta cerrada y respetando la intimidad de la familia.
Del jueves 15 al domingo 18 de septiembre se abrirá el paso al público en general.
El lunes 19 de septiembre se declarará día feriado en todo el Reino Unido el ataúd viajará en procesión una vez más a la Abadía de Westminster para el funeral de estado.
Terminando el ataúd viajará en procesión hasta Wellington Arch, donde los restos descansaran en la Bóveda Real, ubicada debajo de la capilla, donde descansan muchos miembros de la familia real.