Ileana Cruz, escritora del vecino estado de Querétaro y amiga de un servidor, me envía la presente imagen/invitación, tomándome el atrevimiento de compartirla con ustedes para que asistan de ser posible.
Suerte y éxito Ileana
Ileana Cruz, escritora del vecino estado de Querétaro y amiga de un servidor, me envía la presente imagen/invitación, tomándome el atrevimiento de compartirla con ustedes para que asistan de ser posible.
Suerte y éxito Ileana
¿Ya escuchaste las noticias del día? Qué bueno, porque aquí las vamos a desmenuzar contigo. Juntos haremos la í?ltima Emisión. Pasaremos revista a los acontecimientos diarios, con una óptica distinta. Con análisis, pero sin rollos mareadores, prédicas insulsas, o las opiniones propias de la intolerancia. Con humor e ironía, pero sin chistes predecibles y los lugares comunes de la risa fácil (o sea, el pastelazo).
Transmisión por Imagen 90.5 FM martes a viernes de 21:00 a 22:30 hrs.
Co-conducen: Paty Rodríguez Calva, Ivonne Melgar, Erika Aponte, Morris, Héctor Suarez Gomís, Gerardo Mendoza, Rodrigo Pacheco y Carlos Meraz. Reporteros y colaboradores invitados
Seguimos con los ecos del Foro Económico Mundial, donde Rudolph Murdock, el reportero que comenzó como eso, pero hoy es el CEO (Cheef Executive Officer o presidente mundial) de News Corporation (dueño de Fox y algunos periódicos como por ejemplo Daily Telegraph, Fiji Times, Gold Coast Bulletin, Herald Sun, Newsphotos, Newspix, Newstext, NT News Post-Courier Sunday Herald Sun Sunday Mail Sunday, Tasmanian Sunday, Territorian Sunday Times, The Advertiser The Australian, The Courier-Mail, The Mercury, The Sunday Mail, The Sunday Telegraph, Weekly Times, News International, News of the World, The Sun, The Sunday Times, The Times, Times Literary, Supplement, United States, New York Post… y los mundialmente famosos The Wall Street Journal, Dow Jones en el Foro Económico Mundial lo dijo simple; «la crisis empeora y economía real, se ve terrible».
Es ahí donde personas como Rudolph Murdock o Warren Buffett (el oráculo de Omaha, banquero, financiero, y el segundo hombre mas rico del mundo, disputándose el primer sitio con el ingeniero Carlos Slim) se encargan de dar estas verdades tautológicas que pueden evidenciar de forma sencilla, simple, lo que en el mercado pasa o reflejar lo que la mente del ciudadano común, piensa.
Warren Buffett, dijo hace poco mas de un año (días después de que un servidor lo dijera) señalo que Estados Unidos estaba ya en recesión y no necesitaba que las autoridades lo hicieran oficial, lo veía en el bolsillo de sus empleados.
La economía real, mi estimado lector es aquella usted y yo enfrentamos día a día en el transporte publico, el comprar alimentos, el pago de servicios, etc. por lo cual la recesión si se ve terrible en las cifras, en la economía real, que es su bolsillo y el mío, hasta un poco mas feo se ve, ya que es donde la temperatura de los costos se ven reflejados…
Si, Rudolph Murdock lo dijo bien y en la cara de todos los congresistas de Davos.
Los consejeros Marco Antonio Gómez Alcántar y Marco Antonio Baños coincidieron en que ni el IFE ni las nuevas reglas electorales vulneran o pretenden violentar la libertad de opinión o la línea editorial de los medios de comunicación.
El organismo electoral, señalaron, respeta la libertad de expresión y promueve un esquema que garantiza las prerrogativas de los partidos, además de que provee un sistema de seguimiento de pautas eficiente y certero, sin polémicas ni acusaciones infundadas.
Convocados al foro «Los medios de comunicación y la reforma electoral» , organizado por la Universidad Iberoamericana (UIA) , señalaron que el Instituto Federal Electoral (IFE) también reconoce límites a la libertad de expresión para evitar campañas políticas sucias que dividen y polarizan a la sociedad.
Los funcionarios electorales indicaron que la legislación en la materia promueve la equidad y evita que el dinero sea la única opción para dar voz a los candidatos de los partidos políticos.
Al destacar el papel de los medios de comunicación en el fortalecimiento de la democracia, alertaron sobre los riesgos de campañas proselitistas centradas en la denigración, el insulto o la descalificación del adversario en lugar de referirse a ideas, propuestas y críticas basadas en argumentos.
Baños Martínez sostuvo que el instituto no aplica la censura previa a los promocionales de los partidos políticos. La libertad de expresar puntos de vista es total y está vigente, aseguró.
Dijo que en todos los medios de comunicación, tanto en sus noticieros como en espacios de entretenimiento o en cualquier tipo de programación, pueden formularse expresiones sin ninguna clase de restricción, siempre y cuando no sea una modalidad de publicidad o propaganda política.
A su vez Gómez Alcántar indicó que las llamadas «campañas de contraste» , sustentadas en críticas entre partidos o candidatos, son necesarias para construir una ciudadanía mejor informada, por lo que la ley electoral no sólo no las censura sino que las promueve.
Subrayó que a un año de la entrada en vigor de la reforma electoral el IFE está en la ruta de construir, en los hechos, un sistema equilibrado que permita el ejercicio óptimo entre los concesionarios, fuerzas políticas y autoridades comiciales
Respeto mucho al Instituto Federal Electoral, tanto, que le he venido defendiendo desde aun, el sexenio de Vicente Fox cuando, arranco de forma a priori el voto en el extranjero.
Luego, la falta de apoyo que recibiera Luis Carlos Ugalde, le trajo una falta de confianza y fortaleza que derivo en una reforma electoral maquiavélica que le quito a los medios de comunicación, tiempos de publicidad y su presupuesto, les puso una velada ley mordaza y demás.
Ahora, la cámara de la Industria de la Radio y Televisión y el Instituto Federal Electoral firmaron un acuerdo de respeto a los lineamientos que el Instituto Federal Electoral hiciera para que en las próximas elecciones, se guarden las formas en los medios de comunicación.
Joder!, quiero pensar es un acuerdo de buenas intenciones, porque, y lo digo en el mejor de los planes, porque quiero ver si personas como Javier Alatorre, Dolores Ayala, López Doriga, Yuridia Sierra, Jacobo Zabludovsky, Katia de Artigues, Pedro Ferriz de Con, Adela Mitcha, Guillermo Ochoa, Paola Rojas, Leonardo Curzio, Carmen Aristegui, Carlos Loret de Mola, Denisse Merker, etc. van a permitir que venga la CIRT o el IFE y, les diga «como deben dar tratamiento a su información» cuando, en los medios ellos se han desarrollado y crecido y creado y construido su figura.
Triste en verdad que esa venganza que quisiera a cualquier costo López Obrador y esbirros del PRD, PT y Convergencia sumándose los PRIistas contra todo lo tocado y hecho por la maestra Elba Esther, se este traduciendo en un IFE timorato, un IFE sin rumbo o un IFE que parece será, hasta «represor».
Que ahora dice uno de estos diputados que por fin se van, que el IFE no fue, que el congreso de la unión, tampoco, fueron los medios de comunicación los culpables.
Mentiroso.
El artículo 55 del código federal de procedimientos electorales dice que se darán 3 minutos por cada hora para la transmisión de dichos mensajes propagandísticos y este diputado decía que «no por eso, se tenían que cortar los partidos de soccer y futbol americano».
Ok, quiero decir algo, Radio Educación en AM y RadioUnam que son medios enfocados a otro público pero que por ser medios de comunicación, están sujetos a la norma, pusieron una petición para que conciertos de la filarmónica, opera y otros eventos culturales, no tuvieran que ser cortados, que cumplirían la norma al acabar el evento.
El consejo político del IFE rechazo esta petición en su resolutivo del día 29 de enero, para que no le cuenten amigo lector, ya que la «observancia de la norma, es sin distinciones», por lo cual, sino se lograba este caso algo sencillo como un entendimiento, menos en las televisoras y en eventos con tanto rating.
Entonces… ¿quien esta mintiendo?, ¿quien fue quien redacto la ley?, ¿quien hizo esta reforma electoral sin sentido?
Los partidos políticos, PRI, PRD, Convergencia y PT; el PAN tuvo que acceder por sacar la reforma fiscal absteniéndose el PVEM y Nueva Alianza
Los spots de televisión que levantaron ámpula por interrumpir eventos deportivos como el futbol soccer en el canal 2, 13 y súper tazón de futbol americano en canal 7 y 5, quien en si los programo?
Ok, la pauta de medios que se entrego a los medios de comunicación, se hizo en el IFE en compañía de los partidos políticos que ahora, a través de la opinión publica, periodistas y lideres de opinión han dejado sentir lo que la ciudadanía expresan «no se vale».
¿Quien los programo?, ¿quien dio la orden?, ¿a quien colgamos y dejamos se pudra hasta desmembrarse ante la mirada de todos?
Los partidos políticos dicen que los medios o el IFE, el IFE señala a los medios y, los medios evidencia que es el IFE.
Bien, veamos.
Los partidos políticos pusieron en el IFE a un mandatario timorato, aun mas falta de carácter que Luis Carlos Ugalde, solo porque PRD, PT y Convergencia querían forzosamente que Góngora Pimentel, fuera el consejero presidente o dinamitaban la misma reforma que con el PRI, habían creado.
En ella, ponen al IFE a crear pautas de medios, revisar la transmisión efectiva de dichos spots televisivos y, supeditaron dicha institución a los partidos políticos.
El IFE, hizo las pautas pero aun cuando en el articulo 55 del código federal de procedimientos electorales para México dice:
«Artículo 55
1. Dentro de los procesos electorales federales, a partir del inicio de las precampañas y hasta el día de la jornada electoral, el Instituto Federal Electoral tendrá a su disposición cuarenta y ocho minutos diarios en cada estación de radio y canal de televisión.»
Duélale a quien le duela, ya que oigan, este tiempo ya lo tenían los medios puesto que así pagaban impuestos las televisoras, ¿pero que creen?, el tiempo lo acomodaban como querían, no como se les ordenaba, pero esperen, en el mismo articulo se señala:
«2. Las transmisiones de mensajes en cada estación de radio y canal de televisión se distribuirán dentro del horario de programación comprendido entre las seis y las veinticuatro horas de cada día. En los casos en que una estación o canal transmita menos horas de las comprendidas en el horario antes indicado, se utilizarán tres minutos por cada hora de transmisión.»
Ahí lo tienen, se respeto el horario y la ley, por eso en el partido de futbol soccer y el súper tazón, se cumplió la norma y como en el palco donde estaban los locutores que estaban narrando el partido, ni como decirles «vamos a corte», el articulo agrega:
«3. El tiempo a que se refiere el párrafo 1 de este artículo será distribuido en dos y hasta tres minutos por cada hora de transmisión en cada estación de radio y canal de televisión. En los horarios comprendidos entre las seis y las doce horas y entre las dieciocho y las veinticuatro horas se utilizarán tres minutos por cada hora; en el horario comprendido después de las doce y hasta antes de las dieciocho horas se utilizarán dos minutos por cada hora.»
Así que… el IFE ordeno a los medios de comunicación que, así se hiciera, los medios de comunicación, así lo hicieron, ¿quien escribió esta ley?, ¿quien calculo absurdamente que fueran 23.4 millones de spots de TV en el país los que ahora, la ciudadanía nos vamos a soplar?, quien determino el uso del tiempo oficial de transmisión pero, NO se redujo medio centavo de sus prerrogativas con lo que antes pagaban dichos spots?
Si, los partidos políticos, tienen nombre y apellido, PRD, PT, Convergencia y PRI; ¿ok?, los otros partidos como Nueva Alianza y Verde Ecologista, se abstuvieron y el PAN tuvo que apoyar por sacar adelante la reforma fiscal.
No se deje engañar amigo lector, nuestros partidos políticos han hecho este nudo gordiano y, cuando ven el tamaño de su error, quieren culpar al IFE o a los medios de comunicación, entérese por quien votar.
Sabia usted mi amigo lector, ¿que estamos por ser bombardeados por 23.4 millones de spots de propaganda política, gracias a la quimera que hicieron los partidos políticos en la reforma electoral?
Si, los medios de comunicación tendrán que transmitir esta cifra de spots de propaganda oficial y electoral, de partidos políticos e IFE en este año, ya que así lo manda la Ley.
La reforma electoral que se hizo en septiembre del 2007, como amague para la aprobación de la reforma fiscal, le costo mucho a México y muy pocos lo llegamos a vislumbrar en su tamaño, que ahora habrá que ver todo en su contexto.
Sabia, mi estimado amigo lector, ¿que en las campañas presidenciales del 2006, con toda la parafernalia del gasto de los partidos políticos, hubo 730 mil spots de propaganda?, y que ahora, nos van hacer tragarnos (porque no se me antoja otro termino ante tal maremagnum mediático) 23.4 millones de spots televisivos?
320% mas que las campañas del 2006… ¿y saben gracias a quien?, no se confunda, es gracias a los partidos políticos PRI, PRD, Convergencia y PT, por la reforma electoral que hizo del IFE, lo que ahora es.
Muchos mientan madres ante los hechos sobre los spots de propaganda (la publicidad con mensajes políticos, se llama propaganda) del IFE y de partidos políticos interrumpiendo los eventos deportivos del primero de Febrero.
¡¿Quien tiene la culpa?!, levantan la voz en diversos medios de comunicación, comunicadores, periodistas y gente como usted y como yo que no trabajamos en dichos menesteres; como si pidieran el linchamiento publico enardecidas hordas.
¿Los partidos políticos?, digo, ellos aprobaron la reforma electoral donde traspolaron los spots de televisión a control del IFE para «ahorrarse» ese gastos sin que se bajaran un peso en las prerrogativas, ¿verdad?, ¿cual ahorro?, los partidos políticos ya no gastan en comprar tiempo aire en TV, ahora usa el IFE tiempo oficial pero, el dinero que usaban los partidos que ojo, ponemos usted y yo, en el pago de nuestros impuestos, lo siguen recibiendo.
Ladrones, mentirosos y además, engañadores.
El IFE?, acaso porque tiene un consejero presidente «puesto» por consenso cuando PRD quería al ministro de la corte Góngora Pimentel y, algo que debieron poner en menos de 30 días y tardaron mas de 4 meses en «acordar» quien seria el consejero presidente…
Un IFE, débil y manoseado que ahora esta bajo las ordenes de los partidos políticos en el congreso.
¿Los medios de comunicación?, quienes están mas que dolidos porque les quitaron una mina de oro en la contratación de comerciales propagandísticos en espacio de tiempo aire y ahora tendrán que poner 23.4 millones de spots en el horario que el IFE quiera, sin recibir un centavo…
Mezquinos…
Ninguno de los tres tiene idea del daño que le están haciendo a México.
Hay personas que piensa ciertas cosas, pero esta ocasión quiero poner integro el discurso de una reconocida académica y periodista mexicana, especialista en ciencia política que en su cara, le dijo a diputados, senadores, empresarios, funcionarios y gente comun lo que usted y yo hemos pensado, reflexionado, maldecido, callado.
Denisse Desser en el foro â??Mexico ante la crisisâ? en el alcazar del castillo de Chapultepec, gócenlo y sobretodo, creo que hay que replicarle, mas alla de apasionamientos partidistas.
29 de enero de 2009
México es un país privilegiado.
Tiene una ubicación geográfica extraordinaria y cuenta con grandes riquezas naturales. Está poblado por millones de personas talentosas y trabajadoras.
Pero a pesar de ello, la pregunta perenne sigue siendo: ¿por qué no crece a la velocidad que podría y debería? ¿Por qué seguimos discutiendo este tema año tras año, foro tras foro?
Aventuro algunas respuestas, y les pediría que me acompañaran en un ejercicio intelectual, recordando aquel famoso libro de Madame Calderón de la Barca llamado «La vida en México», escrito en el siglo XVII, en el cual intenta describir las principales características del país.
Si Madame Calderón de la Barca escribiera su famoso libro hoy, tendría que cambiarle el título a «Oligopolilandia». Porque desde el primer momento en el que pisara el país, se enfrentaría a los síntomas de una economía política dusfuncional, con problemas que la crisis tan solo agrava.
Aterrizaría en uno de los aeropuertos más caros del mundo; se vería asediada por maleteros que controlan el servicio; tomaría un taxi de una compañía que se ha autodecretado un aumento de 30 por ciento en las tarifas, y si tuviera que cargar gasolina, lo haría sólo en Pemex.
En el hotel habría 75 por ciento de probabilidades de que consumiera una tortilla vendida por un solo distribuidor, y si se enfermara del estómago y necesitara ir a una farmacia, descubriría que las medicinas allí cuestan más que en otros lugares que ha visitado.
Si le hablara de larga distancia a su esposo para quejarse de esta situación, pagaría una de las tarifas más elevadas de la OCDE. Y si prendiera la televisión para distraerse ante el mal rato, descubriría que sólo existen dos cadenas.
Para entender la situación en la que se encuentra, tendría que recordar lo que dijo Guillermo Ortiz hace unos días: no hemos creado las condiciones para que los recursos se usen de manera eficiente; o tendría que ller el libro «Good Capitalism/Bad Capitalism», que explica por qué algunos países prosperan y otros se estancan; por qué algunos países promueven la equidad y otros no logran asegurarla.
La respuesta se encuentra en la mezcla correcta de Estado y mercado, de regulación e innovación. La clave del éxito -o el fracaso- se halla en el modelo económico: en la decisión de promover el capitalismo de Estado o el capitalismo oligárquico o el capitalismo de las grandes empresas o el capitalismo democrático.
Hoy México es un ejemplo clásico de lo que el Nobel de Economía Joseph Stiglitz denomina crony capitalism: el capitalismo de cuates, el capitalismo de cómplices, el capitalismo que no se basa en la competencia sino en su obstaculización.
Ese andamiaje de privilegios y «posiciones dominantes» y nudos sindicales en sectores cruciales -telecomunicaciones, servicios financieros, transporte, energía- que aprisiona a la economía y la vuelve ineficiente. Una mezcla de capitalismo de Estado y capitalismo oligárquico.
Hoy, México -inmerso en la crisis- está aún lejos de acceder al capitalismo dinámico donde el Estado no protege privilegios, defiende cotos, elige ganadores y permite la perpetuación de un pequeño grupo de oligarcas con el poder para vetar reformas que los perjudican.
Al capitalismo en el cual las autoridades crean condiciones para los mercados abiertos, competitivos, innovadores, que proveen mejores productos a precios más baratos para los consumidores. Para los ciudadanos.
Hoy, México carga con los resultados de esfuerzos fallidos por modernizar su economía durante los últimos 20 años.
Las reformas de los 80 y 90 entrañaron la privatización, la liberalización comercial.
Pero esas reformas no produjeron una economía de mercado dinámica debido a la ausencia de una regulación gubernamental eficaz, capaz de crear mercados funcionales, competitivos.
En vez de transparencia y reglas claras, prevaleción la discrecionalidad entre los empresarios que se beneficiaron de las privatizaciones y los funcionarios del gobierno encargados de regularlos.
Las declaraciones de Agustín Carstens el martes pasado, en torno a la necesidad de combatir los monopolios en telefonía, son bienvenidas. Lamentablemente, se dan 18 años tarde. Y allí están los resultados de reformas quizás bien intencionadas, pero mal instrumentadas: una economía que no crece lo suficiente, una élite empresarial que no compite lo suficiente, un modelo económico que concentra la riqueza y distribuye mal la que hay.
Hoy, México está atrapado por una red intrincada de privilegios y vetos empresariales y posiciones dominantes en el mercado que inhiben un terreno nivelado de juego.
Una red descrita en el famoso artículo de la economista Anne Kruege: «The Political Economy of the Rent-Seeking Society» («La Economía Política de la Sociedad Rentista»).
Una red que opera a base de favores, concesiones y protección regulatoria que el gobierno ofrece y miembros de la cúpula empresarial exigen como condición para invertir.
¿Quién? Alguien como el dueño de una distribuidora de maíz o el concesionario de una carrera privada o el comprador de un banco rescatado con el Fobaproa o el principal accionista de Telmex o el operador de una Afore.
Estos actores capturan rentas a través de la explotación o manipulación del entorno económico en lugar de generar ganancias legítimas a través de la innovación o la creación de riqueza.
Y los consumidores de México contribuyen a la fortuna de los rentistas cada vez que pagan la cuenta telefónica. La conexión a Internet. La cuota en la carretera. La tortilla con un precio fijo. La comisión de las Afores. La comisión por la tarjeta de crétido. Ejemplo tras ejemplo de rentas extraídas a trabés de la manipulación de mercado.
Y el rentismo acentúa la desigualdad, produce costos sociales, dilata el desarrollo, disminuye la productividad, aumenta los costos de transacción en una economía que -ante el imperativo de la competitividad- necesita disminuirlos.
Para extraer rentas, los «jugadores dominantes» han erigido altas barreras de entrada a nuevos jugadores, creando así cuellos de botella que inhiben la innovación y, por ende, el aumento de la productividad.
Estos cuellos de boetella inhiben el crecimiento de México en un mundo cada vez más globalizado y competitivo, y son una razón clave detrás de la persistente desigualdad social, como lo sugiere el reporte dle Banco Mundial sobre México titulado: «Más allá de la polarización social y la captura del Estado».
La concentración de la riqueza y del poder económico entre esos «jugadores dominantes» con frecuencia se traduce en ventajas injustas, captura regulatoria y políticas públicas que favorecen intereses particulares.
Peor aún, convierte a representantes del interés público -muchos de los diputados y senadores sentados aquí- en empleados de los intereses atrincherados. Convierte al gobierno en empleado de las personas más poderosas del país.
Y lleva a las siguientes preguntas: ¿Quién gobierna en México? ¿El Senado o Ricardo Salinas Pliego cuando logra controlar los vericuetos del proceso legislativo? ¿La Secretaría de Comunicaciones y Transportes o Unefon? ¿La Comisión Nacional Bancaria o los bancos que se rehúsan a cumplir con las obligaciones de transparencia que la ley les exige? ¿ La Secretaría de Eduación Pública o Elba Esther Gordillo? ¿La Comisión Federal de Competencia o Carlos Slim? ¿Pemex o Carlos Romero Deschamps? ¿Ustedes o una serie de intereses que no logran contener?
Porque ante los vacíos de autoridad, la captura regulatoria y las decisiones de política pública que favorecen a una minoría, la respuesta parece obvia.
México hoy padece lo que algunos llaman «Estados dentro del Estado», o lo que otros denominan «una economía sin un gobierno capaz de regularla de manera eficaz». Eso -y no la caída de la producción petrolera- es lo que condena a mí«xico al subdesempeño crónico.
Una y otra vez, el debate sobre cómo promover el crecimiento, cómo fomentar la inversión y cómo generar el empleo se encuentra fuera de foco.
El gobierno cree que para lograr estos objetivos, basta con tenderle la mano al sector privado para que invierta bajo cualquier condición. Y el sector privado, por su parte, piensa que la panacea es que se le permita participar en el sector petrolero, por dar un ejemplo.
Pero ésa es sólo una solución parcial a un problema más profundo. El meollo detrás de la mediocridad de México se encuentra en su estructura económica y en las reglas del juego que la apuntalan.
Una estructura demasiado top heavy o pesada en la punta de la pirámide; una estructura oligopolizada donde unos cuantos se dedican a la extracción de rentas; una estructura de complicidades y colusiones que el gobierno permite y de la cual también se beneficia.
Claro, muchos de los miembros del gobierno de Felipe Calderón, y muchos de los presentes en este foro, hablarán de crecimiento como una prioridad central.
Pero más bien lo perciben como una variable residual. Más bien parecería que buscan -y duele como ciudadana reconocerlo- asegurar un grado mínimo de avance para mantener la paz social, pero sin alterar la correlación de fuerzas existente. Sin cambiarl la estructura económica de una manera fundamental.
Y el problema surge cuando ese modelo comienza a generar monstruos; cuando ese apoyo gubernamental a ciertas produce monopolios, duopolios y oligopolios que ya no pueden ser controlados; cuando las «criaturas del Estado» -como las llamal Moisés Naim- amenazan con devorarlo.
Sólo así se entiende la devolución gubernamental de 550 millones de dólares a Ricardo Salinas Pliego, por interses supuestamente mal cobrados, un día antes del fin del sexenio de Vicente Fox.
Sólo así se entiende el comunicado lamentable de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes hace un año celebrando la alianza entre Telemundo y Televisa, cuando en realidad revela una claudicación gubernamental ante la posibilidad de una tercera cadena.
Sólo así se comprende que nadie levante und edo para sancionar a TV Azteca cuando viola la ley al rehusarse a transmitir los spots del IFE o se apropia del Cerro dle Chiquihuite.
Sólo así se entiende la aprobación de la llamada «Ley Televisa» por la Cámara de Diputados y la de Senadores en 2006.
Sólo así se entiende la posposición ad infinitum en el Senado de una nueva ley de medios para promover la competencia en el sector.
Sólo así se comprende que la reforma de Pemex deje sin tocar el asunto del sindicato.
Sólo así se entiende la posibilidad de dar entrada a Carlos Slim a la televisión sin obligarlo a cumplir con las condiciones de su concesión original.
Síntomas de un gobierno ineficaz. Señales de un gobierno doblegado. Muestras de un gobierno coludido.
Con efectos cada vez más onerosos y cada vez más obvios que la crisis pone en evidencia, porque no logramos reformarnos a tiempo.
Mucha riqueza, pocos beneficiarios. Crecimiento estancado, país aletargado. Intereses atrincherados, reformas diluidas. Poca competencia, baja competitividad. Poder concentrado, democracia puesta en jaque. Un gobierno que en lugar de domesticar a las critaturas que ha concebido, ahora vive aterrorizado por ellas.
¿Cuáles son las consecuencias del mal capitalismo mexicano? Donde las élites tradicionales son fuertes, la gobernabilidad democrática es poco eficaz, los partidos políticos tienden a ser minimalistas.
En México, el incrementalismo de la política pública puede ser atribuido a élites tradicionales que usan su poder para bloquear reformas que afectan sus intereses, o asegurar iniciativas que protejan su situación privilegiada.
Si ustedes verdaderamente quieren que México crezca, tendrán que crear la capacidad de regular y reformar en nombre del interés público.
Tendrán que mandar señales inequívocas de cómo van a desactivar esos «centros de veto» que están bloqueando el crecimiento económico y la consolidación democrática: Los monopolistas abusivos, los sindicatos rapaces, las televisoras chantajistas, los empresarios privilegiados y sus aliados en el gobierno.
Si ustedes verdaderamente quieren que México prospere, tendrán que tomar decisiones que desaten el dinamismo económico, que fortalezcan la capacidad regulatoria del Estado y contribuyan a construir mercados, que promuevan la competencia y, gracias a ello, aumenten la competitividad.
En pocas palabras, usar la capacidad del Estado para contener a aquellos con más poder en el gobierno, con más peso que el electorado, con más intereses que el interés público.
¿Qué hacer? Los conmino a leer textos tan influyentes como «The Growth Report» y «The Power of Productivity».
A estar conscientes de lo que todo país interesado en crecer y competir debe hacer para lograrlo.
A saber que ello requiere una economía capaz de producir bienes y servicio de tal manera que los trabajaodres puedan ganar más y más.
A entender que ello se basa en la expansión ráída del conocimiento y la innovación; en nuevas formas de hacer las cosas y mejorarlas; en técnicas que aumentan la productividad de manera constante.
A reconocer que las economías dinámicas suelen ser aquellas capaces de promover la competencia y reducir las barreras de entrada a nuevos jugadores en el mercado.
A entender que esa tarea del gobierno -a través de lar egulación adecuada- crear un entorno en el cual las empresas se vean presionadas por sus competidores para innovar y reducir precios, y pasar esos beneficios a los consumidores.
A comprender que si eso no ocurre, nadie tiene incentivos para innovar. En lugar de ser motores de crecimiento, las empresas protegidas y/o monopólicas terminan estrangulándolo.
En pocas palabras, la competitividad -factor indispensable para atraer la inversión y con ella remontar la crisis, como sugería Sanguinetti- Está vinculada a la competencia.
El crecimiento económico está ligado a la competencia. La innovación y, por ende, el dinamismo y la creacion de empleos se desperenden de la competencia.
La inversión que se canaliza hacia nuevos mercados y nuevas oportunidades es producto de la cometencia. No es una condición suficiente pero sí es una condición necesaria. No bastará por sí misma para desatar el crecimiento, pero sin ella jamás ocurrirá, por más dinero público que se inyecte a la economía mediante políticas contracíclicas.
Y, ¿cómo empezar a empujar eso? Con una tercera cadena de televisión; con el fomento de la competencia en banda ancha a través de la red de la Comisión Federal de Electricidad; con el fortalecimiento de los órganos regulatorios, con la sanción a quienes violen los términos de su concesión; con la reación de mercados funcionales, como ya se logró con las aerolíneas de bajo costo; con medidas que se empiecen a desmantelar cuellos de botella y a domesticar a esas «criaturas del Estado».
Tiene que ver con la inauguración de un nuevo tipo de relación entre el Estado, el mercado y la sociedad.
Porque si la clase política de este país no logra construir los cimientos del capitalismo democrático, condenará a México al subdesempeño crónico. Lo condenará a seguir siendo un terreno fértil para los movimientos populares contra las instituciones; un país que cojea permanentemente debido a las instituciones políticas que no logra remodelar; los monopolios públicos y privados que no logra desmantelar; las estructuras corporativas que no logra democratizar.
Será lo que Felipe Calderón llama «un país de ganadores» donde siempre ganan los mismos.
Un lugar donde muchas de las grandes fortunas empresariales se construyen a partir de la protección política, y no de la innovación empresarial.
Un lugar donde el crecimiento de los últimso años ha sido menor que en el resto de América Latina debido a los cuellos de botella que los oligopolios han diseñado, y que sus amigos en el gobierno les ayudan a defender.
Un lugar donde las penurias que Madame Calderón de la Barca enfrentó con los aeropuertos, los maleteros, los taxis, las gasolineras, la telefonía y la televisión son las mismas que padecen millones de mexicanos más.
Ese consumidor sin voz, sin alternativa, sin protección. Ese hombre invisible. Esa mujer sin rostro.
Esa persona que paga -mes tras mes- tarifas telefónicas más altas que en casi cualquier parte del mundo.
Esa compañía que paga -mes con mes- servicios de telecomunicaciones que elevan sus gastos de operación y reducen sus ganancias.
Miles de personas con comisiones por servicios financieros que no logran entender, con cobros inusitados que nadie puede explicar, parados en la cola de los bancos. Allí varados. Allí desprotegidos. Allí sin opciones. Allí afuera.
Víctimas de un sistema económico disfuncional, institucuionalizado por una clase política que aplaude la aprobación de reformas que no atacan el corazón del problema.
Presidentes, secretarios de Estado, diputados, senadores y empresarios que celebran el consenso para no cambiar.
Aunque se agradece que este foro finalmente acepte la magnitud de la crisis, si de aquí no surgen medidas concretas para mirar más allá de la coyuntura, revelará nuevamente nuestra incapacidad para encarar honestamente los problemas que México viene arrastrando desde hace décadas.
Revelará la propensión de los sentados aquí a proponer reformas aisladas, a anunciar medidas cortoplacistas, a eludir las distorsiones del sistema económico, a instrumentar políticas públicas a pedacitos, para llegar a acuerdos que sólo perpetuan el statu quo.
Mientras tanto, la realidad acecha a golpes de 327 mil despedicos, crecimiento negativo, el lugar 60 de 134 en el í¯ndice Global de Competitivdad y una nación que dice reformarse mientras evita hacerlo.
México no crece por la forma en la cual se usa y se ejerce y se comparte el poder. Ni más ni menos.
Por las reglas discrecionales y politizadas que rigen a la república mafiosa, a la economía «de cuates».
Por la superviviencia de las estructuras corporativas que el gobierno creó y sigue financiando.
Por un modelo económico que canaliza las rentas del petróleo a demasiadas clientelas.
Por un sistema político que funciona muy bien para sus partidos pero muy mal para sus ciudadanos. Un sistema de W»extracción sin representación».
Creando así un país poblado por personas obligadas a diluir la esperanza; a encoger las expectativas; a cruzar la frontera al paso de 400 mil personas al año en busca de la movilidad social que no encuentran aquí; a vivir con la palma extendida esperando la próximoa dádiva del próximo político; a marchar en las calles porque piensan que nadie en el gobierno los escucha; a desconfiar de las instituciones; a presenciar la muerte común de los sueños porque México no avanza a la velocidad que podría y debería.