Categoría: Tania Garza

  • Sin titulo alguno. Por Tania Garza

    Hace algunos años llegó a mi casa â??Ladyâ? una perrita French de un mes de nacida, me la regalaron. Duerme con mis papas y su felicidad más grande es vernos llegar por la tarde o a la hora de la comida, que le rasquemos la panza es su delirio y se deprime cuando uno de nosotros pasa algunos dí­as fuera de la casa. Con los años Lady nos trajo a RayoVaco y a Frida. Frida y Lady son las princesas de mi casa.

    Hace algunos años por azares del destino llegue a Suiza a vivir. Es un paí­s maravilloso en casi todos los sentidos, el clima, las calles, los restaurantes, los horarios, las leyes, la puntualidad, la tranquilidad, las mascotas.

    Al llegar yo a la casa donde iba a vivir me recibió Friskies, la mascota de la casa, como si me conociera de toda la vida. A los dí­as supe su historia, era una perrita adoptada por la familia el dí­a en que vieron como un auto la atropelló, viví­an en ese entonces en la Ciudad de México. Pasó un mes desde el dí­a del atropello al dí­a en que llegó a su casa por primera vez casi totalmente recuperada de su accidente.

    Friskies es la perra más educada que yo conozco, cariñosa y agradecida con sus amos; voló de la Ciudad de México a Suiza con la familia que la adoptó cuando tuvieron que mudarse a aquel paí­s.

    A los dí­as de haber llegado, quedé sorprendida de ver que no habí­a perros ni gatos callejeros en aquella ciudad suiza, que todos tení­an dueño, por ley está prohibido que tu mascota ande sola por la calle, siempre tiene que ir acompañada de un humano. Puedes llevar a tu perr@ a todos lados, si llegas a un restaurante, le traen agua y a veces hasta croquetas, si te subes al tren, le hacen un lugar para que quede cerca de ti. El único lugar a donde no puede entrar es al supermercado pero hay unos ganchos afuera de estos para que ahí­ l@ amarres y puedas hacer tus compras sin ningún problema, nadie se los roba.

    En la casa donde yo viví­a aprendí­ muchas cosas, entre ellas el amor a mi mascota y el amor a todas las mascotas, la Sra. De la casa, vegetariana, dedicada a su familia y al rescate y defensa de los animales, fue la que me enseñó lo que significa amar a tu mascota y a los demás animales y juntas rescatamos algún que otro animalito que nos encontrábamos en la calle, los llevábamos al refugio de animales del gobierno (sorprendente ¿no?). Al mudarnos a Estados Unidos empezamos a rescatar perritos, pero no los podí­amos tener en casa, los llevábamos a un refugio que no tení­a ninguna relación ni era sustentado con fondos del gobierno.

    Terminemos con las mascotas que rondan las calles, se responsable y esteriliza a tus perritas y/o gatitas, ya hay muchos en los refugios esperando ser adoptados, todos merecen tener un hogar y un amo a quien recibir cuando llegue, alguien que esté consciente de la responsabilidad de tener una mascota y tratarla como se merece.

    Siempre habrá en la calle alguna mascota sin nombre esperando a que alguien lo adopte, hasta que tengamos cultura en éste tema como en Suiza y un gobierno como el de ese paí­s preocupado por los animales y su bienestar. No compres, Adopta.

    Tania Garza

  • Donde hay una via, puede haber un tren. Por Tania Garza

    Hace poco leí­ en Internet un artí­culo de Iñaqui Barrón (Director de Viajeros de la Unión Internacional de Ferrocarriles) ferrocarrilero como yo, indignado por la imprudencia colectiva, hablaba sobre el accidente que hubo en una provincia española donde un grupo de personas se atrevió a cruzar las ví­as en una estación de ferrocarril, en lugar de hacer uso de los túneles o puente de la estación para cruzar, 12 de ellas murieron y otras quedaron con heridas graves al ser arrolladas por un tren de alta velocidad que no harí­a parada en esa estación.

    ¿Cuántas veces hemos visto en las noticias algún accidente relacionado con el tren?

    Nos hace falta una cultura en cuanto a éste medio de transporte, las compañí­as ferrocarrileras se han esforzado por inculcarnos una, sólo hace falta buscar un poco en internet para darnos cuenta de que estas compañí­as lo hacen y lo hacen bien. Pero, ¿Qué tanto ponemos de nuestra parte?

    ¿Cuántas veces has intentado ganarle el paso al tren?

    Seguramente has tenido éxito ganándole el paso ¿alguna vez te has puesto a pensar el peligro que corres? Deberí­a ser lógica, sentido común al llegar un crucero de tren el hacer alto y revisar si viene un tren, por R.I.T. el conductor del mismo debe hacer pitar el tren aprox. 100 mts antes de pasar por un crucero (3 veces), entonces mí­nimo, si no lo ves se debe escuchar, sólo pierdes un minuto de tu tiempo a lo mucho! Si el sentido común no te funciona en ese momento, ponlo ahora a funcionar con un poco de matemáticas, piensa: ¿En cuántos metros frena mi auto o un autobús o camión de transporte urbano en una emergencia? ¿5, 10?¿Cuánto pesan estas unidades? Imagina hacer frenar un tren que viaja en â??carreteraâ?, a 80 ó 90 kms/hr (en la ciudad la velocidad se reduce a entre 20 y 30 kms/hr ) con un peso de 9,000 toneladas en promedio. Muchos metros para frenar ¿verdad?

    ¿Cuánto estoy dispuesto a pagar y/o a perder si no alcanzo a ganarle el paso al tren?

    El ferrocarril tiene el derecho de paso en cualquier cruce con automóviles. Cuando hay un accidente en un crucero con un tren, el conductor o chofer del auto, camión, autobús, etc. siempre tiene la culpa por no haber cedido el paso al tren. Veamos algunos de los gastos que se tienen que pagar: los daños causados al tren, a la ví­a (que es propiedad federal), a tu auto, sin olvidarnos de los gastos de hospital, en caso de sobrevivientes, y los gastos funerarios, en caso de muertes. Aparte de todo esto, el conductor o chofer, si sobrevive al accidente, debe vivir con el remordimiento de conciencia, por su imprudencia.

    Ponte a pensar que es lo que vale más para ti, ¿ganarle el paso al tren o tu vida? Este tipo de razonamiento aplica tanto para automovilistas como para peatones que no se salvan de hacer actos imprudentes en cuanto al ferrocarril se refiere, como subirse en un tren en movimiento o cruzar por debajo de un tren detenido que en cualquier momento se puede mover.

    â??Con el tren no se puede tener confianza, no se juega y las imprudencias antes o después se paganâ?. Iñaqui Barrón.

    Yo por eso hago ALTO TOTAL en un cruce de ferrocarril ¿y tú?

    Tania Garza