Categoría: Beatriz Gonzalez

  • A donde vamos a parar

    politico, funcionario, personaje, detenido

    Beatriz González Rubí­n

    Creo que a nadie sorprende la detención de Jorge Hank Rhon, corrijo, a nadie sorprende ya lo que pasa en este paí­s, es cada vez más evidente la corrupción de los polí­ticos mexicanos, que por un lado enarbolan banderas de santos que pretenden luchar por el bienestar de la población y por el otro hacen tratos y negociaciones con los narcos y delincuentes de este paí­s.

    El 4 de junio se detuvo al citado personaje en su â??residenciaâ?, como dicen los medios, en Tijuana y se encontraron 88 armas de fuego entre largas y cortas y más de 9 mil cartuchos.

    ¿Alguien me puede explicar que hace una persona inocente, ex Presidente Municipal e importante activista del PRI, con esa cantidad de armas y municiones?

    Hace años fue detenido en el Aeropuerto de la Ciudad de México cuando regresaba de Japón y fue acusado de contrabando, entre su equipaje se encontraron perlas, artí­culos de lujo y algunos fabricados con animales en peligro de extinción. Finalmente fue exculpado. El señor es dueño del Grupo Caliente, posee un hipódromo, hoteles de lujo y centros comerciales.

    Es difí­cil decir que es un ciudadano normal, preocupado por el bienestar de la sociedad y con alma de guerrero que busca el bien común.
    Sólo en México. Nuestros gobernantes, y aspirantes a serlo han estado envueltos en escándalos, robos, fraudes y hasta asesinatos. Viven como millonarios y potentados burlándose del pueblo que pretenden gobernar. Son inmunes a la ley, se la pasan â??por el arco del triunfoâ? como dirí­a mi madre. Son corruptos, ladrones, enemigos de la sociedad, pederastas, asesinos, y de mas adjetivos negativos que se les pueda adjudicar.

    Yo estoy harta de vivir en un paí­s en donde nada es transparente, en donde los que gobiernan velan por sus intereses oscuros y se hacen millonarios mientras miles empobrecen y mueren de hambre. En donde el ciudadano común y promedio, como tú y yo, pagamos impuestos, cuentas, servicios y vivimos dentro de la ley.

    Es patética esta situación, escucho las noticias y ya nada me sorprende, tristemente lo único que puedo decir, parafraseando la canción del Buki â?? A donde vamos a pararâ?¦â?

  • La televisión y su influencia en el mundo actual

    los tiempos actuales con esa compañera que lleva decadas con nosotros

    Beatriz González Rubí­n

    Hace más de un siglo y medio, Kierkegaard postuló las categorí­as de inmediatez y de relación como claves existenciales para comprender el sentido de la vida.

    En la actualidad la actitud que caracteriza en general a la juventud es éste sentido de inmediatez, de personalización, de miedo ante el compromiso, de falta de fe y confianza en el futuro. Esto es evidente en el comportamiento de los jóvenes dí­a con dí­a: diversión como primer interés, relaciones fugaces, necesidad de aceptación aun a costa de sí­ mismos.

    Por otra parte la exigencia de especialización en el rubro profesional, hace que la persona permanezca mucho más tiempo en un limbo adolescente, se retrasa su incorporación al mundo laboral y por lo tanto su independencia económica, lo que da como resultado incapacidad de establecer relaciones afectivas serias: acceder al matrimonio, a la vida en pareja, etc. Si a lo anterior sumamos esta necesidad o visión del mundo inmediato, el joven busca el bienestar fugaz, lo que lo hace ser comúnmente poco solidario y narcisista. Si todo está permitido, el hombre vive solo para sí­ mismo sin preocuparse por el otro, la otredad que es la necesidad del ser humano de encontrar aquellos que lo complementan. â??Reconocer la existencia de mi semejante, de la presencia que me permite tomar conciencia de mi individualidad; ver de frente al extraño a partir del cual me descubro y en oposición al cual mi ser se delimita es un acto que exige ante todo generosidadâ?. (Flores, Ociel)

    Es importante descubrir que la televisión es un reflejo evidente de la sociedad actual, y muchos de los programas actuales cuyo target son adolescentes como Next, My sweet sixteen, Quiero mis quince, Exposed, fomentan esta manera de comportamiento: el egocentrismo y el narcisismo como la mejor manera de vivir.

    Según varios autores, la televisión es necesaria para la construcción de identidades culturales, ya que hace crea una serie de representaciones de clase, género, raza, edad y sexo, con las que nos identificamos o contra las que luchamos. Por lo tanto, la programación juega un papel indispensable para la construcción de identidadâ?.
    Y me pregunto ¿Es la televisión y en particular estos programas el reflejo de la sociedad o por el contrario los programas fomentan tales comportamientos?

    Importantes investigadores en Latinoamérica como Martí­n Barbero, Guillermo Orozco, Néstor Garcí­a Canclini, Valerio Fuenzalida, Roxana Murdochowitz y Marí­a Teresa Quiroz se han dado a la tarea de trabajar en estudios de recepción, muchos de ellos enfocados en los adolescentes y los jóvenes. Uno de los supuestos de ésta corriente es el de que los programas de televisión, no presentan la realidad, sino que la construyen y reconstruyen

    La única manera de encontrar respuestas certeras es trabajar con jóvenes, en ellos está la respuesta, en ellos está el futuro del mundo, dentro de poco estos jóvenes estarán a la cabeza de los medios de comunicación, de las grandes empresas, tal vez habiendo aprendido los patrones de conducta de los medios actualesâ?¦ ¿Qué nos espera?

    Lozano, J.C. (1995/96). Oferta y recepción de televisión extranjera en México. Comunicación y Sociedad, 25/26.

    Cañas Fernández, José Luis(27 mayo 2010) â??Ser inmediato y ser relacional en la filosofí­a de Sí¸ren Kierkegaardâ?

    http://lamiradakierkegaardiana.hiin-enkelte.info/downloads/joseluiscaas.pdf
    Flores, Ociel. (27 de mayo 2010)
    http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n15/oflores15.html

  • Reflexiones de un buen jefe

    la discusion y el sueño

    Beatriz González Rubín

    Desde que abrí los ojos esa mañana sabía que no sería un buen día. La noche fue larga y no descanse, había discutido con mi hijo adolescente por sus calificaciones y por su falta de interés en los compromisos familiares. Mi esposa no estuvo de acuerdo con la manera que le llame la atención y definitivamente fue motivo de pelea.

    Amanecí como si un tren me hubiera pasado encima, el día no era muy alentador, desde temprano junta con uno de los clientes más importantes y exigentes. Al llegar a la oficina llame inmediatamente a Alicia, mi asiente para que me entregara la presentación que le llevaría al cliente, para mi sorpresa faltaban puntos y el trabajo no era como yo lo había pedido. Inmediatamente explote, la joven que tenía a lado recibió toda mi frustración, enojo y reclamo en un solo instante. Con voz fuerte y sin ningún cuidado le exprese lo decepcionado que estaba de su trabajo, a pesar de que yo era consciente que no era sólo su responsabilidad: la presentación había sido realizada por mi equipo de trabajo, las instrucciones las recibieron de mi boca. Eso me causaba una gran decepción ya que yo era claro y conciso en lo que pedía. Inmediatamente convoque una junta con todo mi equipo, quedaban un par de horas antes de que el cliente llegara, tal vez se podía lograr algo.

    A los pocos minutos todo el equipo estaba reunido en la sala de juntas, cuando entre pude percibir la inseguridad y preocupación en el rostro de los presentes, pero eso no me detuvo, comencé a hablar del enojo que sentía, de la falta de responsabilidad y de compromiso, el silencio era total.

    Finalmente en un momento, que de mi boca dejaron de salir palabras de reclamo Julio uno de los jóvenes que era cabeza del equipo me cuestiono sobre los cambios que quería que se realizaran. Yo tratando de mantener la calma, lo cual era casi imposible, di las instrucciones y salí de la sala de juntas hecho una furia, no sin antes dejar claro que tenían poco tiempo para entregarme la presentación corregida. La gente se puso a trabajar inmediatamente, su rostro revelaba la misma frustración que yo sentía.

    Ya en mi oficina revise nuevamente los papeles que Alicia me había entregado antes de la junta. Trate de respirar y hacer un alto en el camino, me serví un café y comencé a revisar la presentación.
    Al hacerlo con más calma me di cuenta que la situación no era tan grave como la percibí momentos antes. ¿Entonces porqué anteriormente me pareció todo tan malo?

    La razón era muy sencilla, mis problemas familiares y el escaso descanso me habían nublado la razón. Ahora que revisaba el proyecto que sería entregado al cliente, eran pocas y sencillas las correcciones.
    Inmediatamente la culpa se apodero de mí, en pocos minutos había destrozado el trabajo y la dedicación de varios días de la gente, me di cuenta que mi mal humor estaba interfiriendo en mi trabajo, y lo peor de todo es que desquitaba mi frustración en las personas que menos culpa tenían y que definitivamente eran mi responsabilidad.

    Unos leves toques en la puerta me regresaron a la realidad, Alicia me informaba que los cambios que había pedido estaban listos y que mi equipo me esperaba, sus ojos no eran los de siempre, tal parecía que ahora me tenía miedo. La confianza y comunicación que había logrado conquistar desapareció en un santiamén.

    Me dirigí a la sala de juntas, ahí todos los que trabajaban conmigo día con día me esperaban, nuevamente la mirada que reconocí en Alicia se encontraba en los ojos de todos ellos.

    Me entregaron el trabajo, los cambios (que en realidad eran pocos, estaban perfectos, ahora podría estar seguro que el cliente estaría contento), los revise lentamente, sentía la mirada de todos ellos buscando aceptación. Deje los papeles sobre la mesa, los felicite y procedí a pedir perdón (situación que realmente me cuesta trabajo), les explique los problemas de la noche anterior, no tratando de justificarme sólo buscando un poco de entendimiento. Todos me dijeron que no había problema, pero esa mirada de desconfianza no desaparecía, fue hasta que hable de mi torpeza, poco tacto, el terrible error que cometí al dejar que un problema personal amenazara con terminar con la confianza establecida desde meses atrás, que los ojos de cada uno fueron cambiando, lentamente todos reaccionaron y aceptaron de corazón mis palabras.

    Es así como me di cuenta que el camino que recorremos durante meses y quizás años para establecer buenas relaciones se puede romper de un solo golpe. No vale la pena destrozar a alguien solo para sentirnos mejor o descargar nuestra angustia. La comunicación y el buen entendimiento van de la mano de la capacidad de diferenciar las frustraciones personales de la responsabilidad laboral.

  • Ser maestro en México

    el apostolado de la educacion

    Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.
    Pitágoras

    De latin magister, -tri, es una persona que enseña una ciencia, arte u oficio o tiene un título para hacerlo. Creo que esa definición se queda corta y no abarca todo aquello que significa ser maestro.

    Conozco mucha, muchísima gente que se dedica a la docencia, tristemente no todos son maestros en la extensión de la palabra, y mucho más en un país como el nuestro en donde la remuneración económica para aquellos que se dedican a la docencia es muy bajo, y si da para vivir, es de una manera muy precaria.

    Vivimos en un país en donde los puestos de maestros se heredan por generaciones, por lo tanto, en gran cantidad de casos no se da por vocación, sino por necesidad, hecho que repercute en los alumnos, por el poco o nulo compromiso de los maestros, aunado a su falta de preparación.

    Tengo el honor de dar clases en diversas universidades. He visto generación tras generación desde hace 15 años y tristemente puedo afirmar que los chicos llegan cada vez menos preparados, con grandes carencia y lagunas. No es difícil entenderlo con un sistema como la SEP que lo único que busca es no reprobar alumnos aunque su nivel sea cada vez peor.

    Si al problema de la SEP sumamos el del SNTE, nos podemos dar cuenta fácilmente que el magisterio no es una tarea fácil de cumplir, que muchas veces por más vocación que tengan algunos, hacer algo en las aulas de México es casi imposible, pues el sistema está en contra de todos: alumnos, maestros, directivos y padres de familia.
    Pero aun así, hoy quiero felicitar a todos aquellos que a pesar de todo, creen en la educación como la mejor manera, es mas corrijo, como la única manera de cambiar la situación del país.

    Gracias a aquellos que han sido mis maestros, no sólo en el aula sino en la vida, que me han enseñado que a pesar de todas las adversidades estar en el aula nos llena de satisfacciones y nos recompensa de manera ilimitada.

  • Quieres hacer reír a Dios

    y tu, ¿para que planeas?

    Beatriz González Rubín

    Lo mejor que uno puede hacer es sorprenderse a sí mismo.
    – Steve Martin

    Estoy convencida y cada vez más, supongo que es algo que tiene que ver con la edad, que la vida es rara y además de rara es incierta y sorpresiva.

    Día con día nos levantamos dispuestos a cumplir con nuestros objetivos, planes y sueños, los que durante años hemos acuñado y acariciado, saboreando en ese momento los futuros triunfos.

    Déjenme decirles que eso de planear y futurear (si se me permite la licencia de inventar una palabra), es lindo y común a todos los seres humanos de cualquier edad: voy a ahorrar para________, voy viajar a _______, cuando cumpla X voy a estar en _______, estudiaré X para_______, te acepto a ti hasta que la muerte nos separe; y así, planes y mas planes, sueños y mas sueños que con el tiempo no se cumplen y no sólo eso, se presentan situaciones que cambian nuestra vida radicalmente.

    Pero poco a poco la vida se encarga de demostrarnos que nuestros planes no sirven de mucho, y no, no me estoy quejando, simplemente me parece difícil aceptar que lo que planeo rara vez se cumple o se logra como lo esperaba.

    Algo en mi interior me dice que lo que sucede es lo que nos conviene, aunque nos cueste aceptarlo, la vida se encarga de sorprendernos y ponernos en los lugares en donde nos podemos realizar o tener éxito, tomando en cuenta que no era los que nosotros habíamos visualizado.

    Alguien alguna vez me dijo que los grandes espíritus son aquellos que se parecen a las ramas de bambú que crecen en los márgenes de los ríos, cuando el río crece dobla al bambú pero nunca lo rompe, poco a poco este se levanta y se limpia de toda la basura que se incrusto a su cuerpo.

    Todos en distintos momentos de nuestra vida somos doblados e inclusive, más de una vez rotos por las circunstancias que nos afectan, por los eventos menos esperados, tantas veces dolorosos. Pero finalmente, nos levantamos, nos erguimos y volvemos a empezar.

    Y no quiero decir que planear, no es bueno, al contrario ser previsores es una gran virtud, pero debemos tener la actitud y disposición de ser flexibles ante los cambios. Nuestros sueños no siempre se cumplen, o por lo menos, no como lo esperábamos, y eso no es malo, finalmente cuando miramos hacia atrás fue lo mejor que nos pudo pasar.

    Estamos donde debemos estar, hay que seguir luchando y persiguiendo nuestros sueños, pero siempre con la mirada fija y la seguridad de que si las cosas no suceden como lo esperábamos, no es un fracaso, al contario es un nuevo comienzo que seguramente nos dará grandes satisfacciones.

  • Mi mejor amigo

    en los momentos de cambio, alguien esta cerca de ti

    Beatriz González Rubí­n

    â?¦si uno se ama a sí­ mismo, dar, ayudar, compartir es algo habitual, algo que fluye sin esfuerzo. Uno tiene reservas ilimitadas de Amor, pues está en contacto con la fuente, que yace dentro de uno mismo.
    Enriqueta Olivari

    ¿Cuántas veces hemos escuchado el término â??Cerrar cí­rculosâ?? La gente lo utiliza constantemente y hablan de ello de manera segura, como si fueran expertos en relaciones.

    Esa es otra palabra difí­cil en estas épocas, â??relacionesâ? y no sólo hablo de las de pareja, en donde vaciamos nuestro ser entero hasta quedarnos sin nada, literalmente damos todo al otro (sea marido, amigo, hijo) y nos olvidamos de nosotros, de cuidarnos, consentirnos, alimentar el alma y darnos uno que otro gusto.

    Y de repente nos encontramos solos y no sabemos cómo convivir, no nos conocemos, estamos tan acostumbrados a hacer las cosas por el otro, que nos cuesta trabajo hacerlas para nosotros mismos. Seguimos viviendo en el pasado, en el fue, en el hubiera, sin entender que nos estamos perdiendo del presente, es en este momento que tenemos que empezar a cerrar cí­rculos, a dejar lo que ya fue (o no), a convivir con lo único que tenemos seguros: nosotros mismos.

    Finalmente tenemos que entender que la vida es un constante empezar y terminar, se nos presentan diferentes etapas o situaciones y es preciso saber y aceptar cuando el final de un ciclo de vida ha llegado.

    Es necesario saber cuándo cerrar puertas, ciclos, capí­tulos, etapas, simplemente si analizamos la vida misma, es un ejemplo de esto: nacemos y morimos y asumiendo que las relaciones no son estáticas y tienen vida, definitivamente hay un punto final.

    Vivimos añorando en el presente el pasado, nos negamos a dejarlo ir, insistimos en buscar los porqués. Nada es para siempre, todo cambia, evoluciona y se modifica, en este mundo tan veloz, ahora los cambios son rápidos e inesperados, pero suceden igual que siempre han sucedido.

    Amigos mí­os, no crean que les hablo como experta, lo hago simplemente y tal vez, para tratar de entender lo que sucede en mi vida.

  • Felices Pascuas

    Beatriz González Rubín

    La Pascua de los católicos tiene su origen en la pascua de los judíos. Desde tiempos ancestrales, los pastores nómadas celebraban, la época de transición entre el invierno y la primavera. Era la época del año en la cual nacían las crías de los animales, cuando ellos, comenzaban nuevamente el peregrinaje al nuevo lugar en donde pasarían el verano.

    En la celebración agradecían a los dioses la protección sobre su vida y la de su ganado.

    Cuando el pueblo se volvió sedentario, la fiesta de la Pascua, coincidió con la fiesta de primavera de los agricultores, que consistía en una cena en donde comían panes sin levadura, amasados con los primeros frutos de la cosecha de cereales.

    Años después la fiesta se celebraba para recordar el éxodo (la salida de Egipto), en donde los participantes agradecían ser el pueblo escogido para la salvación. Jesús, celebró la cena pascual con sus apóstoles, y ahí mismo instituyó el Sacramento de La Eucaristía, dejando claro a los apóstoles que ellos deberían de seguir con el trabajo del Reino de Dios en la tierra.

    Hoy, nosotros a mas de dos mil años de esté hecho, para muchos ajeno y lejano, festejamos la Pascua exactamente después de la semana santa, el Domingo de Resurrección. Para la iglesia es la fiesta más grande, más importante, inclusive más que la Navidad, es la fecha en donde no sólo se recuerda la resurrección de Jesús, sino que se vive y se celebra como un hecho que sucede año con año, en donde Dios nos asegura que no ha perdido la esperanza en la humanidad.

    Se, queridos amigos que muchos de ustedes no comparten mi creencia, simplemente los invito en esta semana de Pascua a renovarnos, dejar todo aquello que nos pesa y nos dificulta el camino y empezar de nuevo, así como si celebráramos la primera cosecha donde todo es nuevo y fresco. En este mundo tan difícil y complicado, no nos vendría mal empezar de cero, prometiéndonos a nosotros mismos dejar el pasado atrás y ver el futuro con ojos de esperanza.

  • La buena educación está pasada de moda

    los tiempos del baile de salon eran los vals

    Beatriz González Rubí­n

    El hombre de buenos principios no sólo sabe conducirse dignamente con las personas con quienes está relacionado, sino que tributa también sus consideraciones a la sociedad entera.
    Manuel Carreño

    Manuel Antonio Carreño (1812-1874), polí­tico y escritor, escribió hace años un libro que durante mucho tiempo fue la pauta de comportamiento para las â??personas de bienâ?. El Manual de Carreño hablaba de las formas, reglas elementales y buenos modales para comportarse en sociedad.

    Capí­tulos como: «Deberes morales del hombre», donde pauta las obligaciones para con Dios, para con la sociedad, para con los padres, para con la Patria, para con los semejantes y para con uno mismo; se manejan en el texto.

    Se hace hincapié en principios como el aseo, maneras y modos de comportarse en casa y fuera de ella, reglas a la mesa, modos y formas en el trato con los demás, entre otros, conforman el corpus del libro.
    Como muestra, una de las reglas que hací­an referencia al modo de comportarse en los bailes:

    â??No es un prudente que una señorita conceda todas o casi todas las piezas de una noche a un solo caballero, pues además de las suspicacias que despiertan, se da a entender a los demás hombres presentes que se les desprecia. Tampoco los esposos deben monopolizarse mutuamente, pero si tienen ambos derechos a conceder y pedir piezas a las personas de su simpatí­a y amistad, prefiriéndolas a las demás. Tampoco está bien visto que una joven se le quede mirando fijamente a un caballero, como si le invitara mudamente a que la saque a bailarâ?.

    Es claro que a más de uno nos causa gracia, inclusive risa, reglas como estas. La sociedad ha cambiado (gracias a Dios), las formas y maneras de relacionarse también, ahora todo es más libre, mas fácil, más relajado, pero, tristemente hay cosas elementales de las que nos hemos olvidado, en donde no tienen nada que ver las â??buenas costumbresâ? pero si el tacto y la delicadeza: El trato a los adultos mayores; el consumo desenfrenado de alcohol, tanto en hombres como en mujeres, y por supuesto con las consabidas consecuencias; la descortesí­a cotidiana al volante, donde, al poner la direccional, tal parece que decimos â??no me dejes pasarâ?; la agresión que nos caracteriza en la calle en la vida diaria, tanto como peatones, como automovilistas; la poca delicadeza en el trato entre padres e hijos; y así­ la perorata podrí­a ser interminable.

    Hemos cambiado, nos hemos modernizado, pero tal parece que nos ha llevado inevitablemente a la deshumanización. Ser amable y cordial con nuestros coterráneos seguramente nos dará más satisfacciones, como decí­a mi madre: â??Se cazan más moscas con miel que con hielâ?.

    Sean felices y amables, cuesta menos trabajo que pelear todo el dí­a. Bonita semana.

  • Yo soy incapaz de hacer mal a nadie

    la pirateria es la forma mas simple de hacerle daño a mexico

    Beatriz González Rubí­n

    La semana pasado hubo varios acontecimientos en nuestro paí­s, que son interesantes considerar: Marisela Morales fue ratificada como titular de la PGR, descubrieron fosas con más de 70 muertos en Tamaulipas, encontraron el cadáver de la subdelegada de la PGR en Durango, se registraron dos temblores de mediana intensidad, el fin de semana se llevó a cabo el Vive Latino con cientos de asistentes, manifestantes en más de 19 estados y en algunas ciudades de otros paí­ses marcharon por la paz y la no violencia ante el alarmante número de muertos en los últimos años.

    Es justo en este punto donde me quiero detener. Es claro que cada uno de los habitantes de este paí­s, está en todo su derecho de estar o no estar de acuerdo con la lucha contra el narcotráfico tal y como se está llevando a cabo. Todos nosotros (eso espero) somos gente de bien, que no buscamos más que superarnos y salir adelante, en la medida de nuestra posibilidades. Vivimos el dí­a a dí­a sin robar, matar y traficar, y con eso suponemos que no hacemos mal a nadie. Y claro, nos quejamos de la violencia, del robo y de la terrible delincuencia que azota nuestro paí­s.

    Es momento de cuestionarnos si el hecho de no hacer mal, es hacer bien. Repito, no apoyamos al narco ni estamos de acuerdo con este, ¿pero, estamos seguros de no hacer nada para contribuir aunque sea de una manera muy pequeña con la delincuencia y la inestabilidad?

    Revisemos nuestra videoteca: ¿cuántas pelí­culas piratas tenemos? Bajo el argumento de â??no voy a pagar 50 o 100 pesos por ver una pelí­cula una sola vezâ? compramos en los puestos que invaden las calles copias, muchas veces de muy buena calidad, por diez pesos.

    En las calles de colonias sumamente complicadas como Polanco, la Roma y la Condesa, â??pagamosâ? por un lugar para dejar el auto a los sujetos que se han nombrado por sus propias pistolas, dueños de los lugares.

    ¿Qué tan seguido compramos en la calle en los puestos improvisados productos de dudosa procedencia? Llámense bolsas piratas, por supuesto, chamarras, playeras, ropa, etc. que seguramente en algún momento fueron el botí­n de un camión asaltado en la carretera.

    Es una práctica común â??regatearâ? a los artesanos de nuestro paí­s para pagar el precio mí­nimo por un producto que llevó dí­as enteros y tal vez semanas elaborar.

    En nuestro historial de automovilistas cuantas â??mordidasâ? hay para evitar pagar una multa, ser remitidos al corralón, o algo por el estilo.

    Y así­ podrí­amos seguirâ?¦ ¿no hacemos mal a nadie? ¿no contribuimos a la delincuencia?, ser bueno y honesto no significa hacer el mí­nimo.

    Hay que cuestionarnos: ¿Qué podemos hacer en nuestro pequeño entorno? Comprometernos con el paí­s es comprometernos con nosotros mismos. No podemos esperar los ocho años que augura el Secretario de Seguridad Pública para que la violencia en nuestra tierra termine, hay que hacer lo que está en nuestras manos para avanzar en este oscuro camino hacia la paz.

  • ¿Tienes seguro? Seguro no te paga

    Beatriz González Rubín

    Recientemente viví un acontecimiento desagradable y poco afortunado, que finalmente y, a pesar de todos los pronósticos evoluciono hasta el momento de la mejor manera.

    Una persona muy querida por mí, cabe aclarar que casi de 90 años, fue atropellado, el accidente sucedió cuando él se bajo de la banqueta para tomar un taxi y un auto que estaba estacionado se echo en reversa y lo golpeó. El dueño del auto, tuvo la amabilidad (lo cual es muy raro en estas épocas) de bajarse y ver el estado de el hombre al que había golpeado, prestó su celular para llamar a un familiar y llamó a su seguro, es justo aquí donde empieza la maldición.

    La ambulancia llego y el herido fue llevado al hospital, ingresado, canalizado y de más acciones necesarias, pero el gusto duro poco pues el encargado del seguro informo que la póliza no cubría ese hospital y el paciente tenía que ser trasladado. Así se hizo, ya en el nuevo hospital y después de la valoración el diagnostico fue que había que operar para cambiar una prótesis pre existente pues esta había sido dañada con el golpe.

    El paciente fue operado, y pasó casi 10 días en el hospital, ha sido una recuperación difícil y todavía falta mucho. El seguro en todo momento, se encargo de recordar lo que no cubren (sólo como ejemplo: el pato, agua embotellada, etc), el doctor siempre velando por los intereses del seguro, fue un hueso duro de roer, al principio prepotente y altanero, poco a poco se dio cuenta que no éramos la clase de personas que se deja y acepta las explicaciones a la ligera que intentaba dar.

    Ahora que este hombre se encuentra en su casa, con necesidad de cuidador las 24 horas del día (situación que antes del accidente era completamente distinta ya que él se valía por sí mismo) el seguro se niega a pagar pues eso no cubre su póliza de daños a terceros. La familia se encuentra en la encrucijada de demandar y tener que cubrir los gastos de un abogado, ya que definitivamente en este país eso es un proceso largo y cansado.

    Es un hecho que las compañías de seguros hacen lo posible por todos los medios de pagar lo mínimo, el usuario puede pasar años enteros pagando una cuota para estar asegurado, y en el momento que tiene necesidad de utilizar estos servicios, empiezan los problemas.

    Como casi todo en México los servicios que se nos brindan son de tercera aunque se nos exija pagar como de primera.