Categoría: Beatriz Gonzalez

  • Blake, A dónde corremos?

    velorio de fco blake mora ex secretario de gobernacion
    Beatriz González Rubí­n

    ¿Es real que pretenden que pensemos que la caí­da del helicóptero de Blake fue un accidente? En cinco años, cinco Secretarios de Gobernación y dos de ellos muertos en situaciones muy similaresâ?¦ Sigo insistiendo, pretenden que somos idiotas, que nos creemos toda la mierda que las notificas transmiten y que nos conformamos con lo que quieren o tienen a bien soltar de información.

    Es evidente que el aviso es claro y conciso: mueren aquellos que están muy cerca de ti, mueren aquellos que son tu brazo derecho. El rostro de Calderón en el acto solemne en el Campo Marte, era el de un hombre cansado, triste, abatido y desesperado., No soy experta en temas polí­ticos, ni una estudiosa de asuntos de estado. Soy una simple y común ciudadana que se siente atemorizada de la situación que vive el paí­s de manera macro y micro, y que nos afecta de manera directa y diaria.

    Ha sido una semana dura y difí­cil para nuestro querido México, tan lastimado, tan humillado, tan peleado y tan desesperanzado. Muchos de nosotros, la gran mayorí­a, los simples mortales que trabajamos dí­a con dí­a para mantener una familia y tener condiciones de vida â??decentesâ?, nos sentimos desesperados, tristes, con miedo y vemos el futuro con poca esperanza.

    Todos tenemos experiencias a nivel micro que contar:

    Ayer desayune con mi amiga Ana que viví­ en Tamaulipas, te transmite su miedo y una realidad muy difí­cil. No puede vender su casa pues se arriesga que al hacerlo, los narcos le secuestren a un familiar para que les entregue el dinero obtenido por la venta, está atrapada ahí­, en una zona residencial casi vací­a, donde es común los viernes por la noche escuchar balazos. Su futuro es incierto.

    La semana pasada, Tere mi hermana fue ví­ctima de unos desgraciados que entraron a su casa y se llevaron todo lo que en años hizo y construyo. Después del evento gasto más de diez mil pesos en chapas y rejas (dinero que no tiene y que pago con tarjeta) para garantizar estar a salvo, claramente te dice que tiene miedo y está asustada.

    Y así­ como estas historias que les relato cada uno de ustedes puede poner el nombre de sus seres queridosâ?¦

    A nivel macro eventos como la muerte de Blake, y en medio cientos de situaciones que pasan a veces inadvertidas:

    Hace unos dí­as se encontró el cuerpo de un hombre en Tamaulipas, que utilizaba Internet para denunciar las actividades del crimen organizado. Junto a su cuerpo, los asesinos dejaron una manta en la que se leí­a: «Hola, soy ‘Rascatripas’, y esto me pasó por no entender que no se deben publicar las cosas en las redes sociales». El 25 de septiembre, también encontraron el cuerpo de la Marí­a Elizabeth Mací­as, «La Nena de Laredo», asesinada por el mismo motivo.

    ¿Qué nos espera? ¿Quién está seguro? ¿Quién tiene la tranquilidad de que dí­a con dí­a va a llegar sano y salvo a casa?

    Los polí­ticos están preocupados y ocupados en sus pre campañas, les importa un pepino la seguridad de aquellos que pagaran sus salarios inmensos y gracias a los cuales llenaran sus bolsillos.

    Y el mundo está igual, desempleo, inseguridad, muertesâ?¦ ¿a dónde corremos, a donde nos vamos?

    Amigos, perdonen mi artí­culo, mi tristeza y mi desesperación, hoy mi corazón y mente, no dan para mas.

  • Indignación Mundial

    los indignados llegan a mexico
    Beatriz González Rubí­n

    Los â??Indignadosâ? han llegado a México, ayer sábado un grupo de manifestantes que se autonombran de esa manera se plantaron frente a las instalaciones de Televisa Chapultepec denunciando el poder mediático de la televisora y afirmando que es la rabia.

    Los Indignados es un movimiento que crece en toda Europa, Estados Unidos con el nombre â??Occupy Wall Streetâ? y ya empieza a manifestarse en algunos lugares de América Latina.

    Stephane Hessel es un francés de origen alemán de 93 años que durante la segunda guerra mundial escapó de un campo de concentración y escribió un pequeño manifiesto llamado Indignez Vouz en donde incita a los jóvenes a manifestarse contra la desigualdad económica y social en el mundo globalizado. El pequeño panfleto dio el nombre al movimiento que ahora recorre el mundo.

    La fuerza del movimiento se dio en España hace unos meses cuando miles de jóvenes se plantaron a reclamar el fallo del sistema socialista, sus reclamos han sido especí­ficos y concretos: la eliminación de lo privilegios de la clase polí­tica, medidas serias para acabar con el desempleo, derecho a la vivienda, servicios públicos de calidad, control de los bancos, revisión de las polí­ticas fiscales, democracia participativa y reducción del gasto militar.

    La protesta de los Indignados no va en contra de un partido polí­tico, o está dirigido por un partido especí­fico. Son miles de jóvenes que ven su futuro reducido a cenizas, en donde no hay esperanza ni salida.

    ¿Qué pasa en México?

    Protestar simplemente frente a una televisora por sus polí­ticas, manejos y contenidos, a mi juicio no es la solución. Fácil es no prender la televisión en esos canales y no consumir sus productos.

    Somos los mexicanos, seres bastante peculiares, nos quejamos de todo y no hacemos nada al respecto, nuestras molestias son cotidianas pero no nos comprometemos con nada. Las calles están permanentemente llenas de plantones y manifestaciones, pero todas están marcadas por tintes polí­ticos y movimientos que les convienen a unos cuantos: el SME, Antorcha Campesina, maestros del SNTE que se niegan a dar clases y desfilan y toman las calles, y así­ diversos grupos que exigen sus derechos y buscan, como dicen coloquialmente â??jalar agua para su molinoâ?.

    ¿Pero qué pasa con los ciudadanos comunes y corrientes como tú y como yo que diariamente somos ví­ctimas de las injusticias y las arbitrariedades?

    En palabras de Hessel â??La responsabilidad de una persona no puede ser asignada por el poder o una autoridad. Al contrario, es necesario estar involucrado en el nombre de la responsabilidad de uno como ser humano.â?

    ¿Qué estamos dispuestos a hacer para mejorar el mundo, nuestro paí­s y más especí­ficamente nuestra comunidad?

    No hacen falta plantones, ni manifestaciones que colapsan una ciudad de por sí­ complicada. Ser Indignado es ser responsable de nuestra situación, exigir mejores servicios, comprometernos con nuestro trabajo y abordar de la mejor manera nuestra vida diaria.

    México necesita Indignados cotidianos, que decidan desde el fondo de su conciencia realizar el mejor esfuerzo en su cotidianeidad. ¿Estamos dispuestos?

  • El unico heredero

    el unico heredero

    En ésta semana de muertos y espí­ritus les dejo un cuentoâ?¦

    EL í?NICO HEREDERO

    Beatriz González Rubí­n

    No estoy segura de que los hechos hayan sucedido así­. Mi abuela me narró la historia y la cuento tal como la recuerdo, de esto, han pasado muchos años, más de los que tengo.

    Don Archibaldo Villafuerte, un rico hacendado, era dueño de gran parte de las plantaciones de café del lugar, un ser oscuro y extraño, estuvo enfermo los últimos quince años de su vida. Su mal lo obligó a permanecer en la penumbra, no permití­a que la luz del sol siquiera lo rozara. Desde su lecho daba instrucciones a sus capataces para que sus cafetos siguieran creciendo.

    Amasó una inmensa fortuna. Su familia anhelaba, a diario, que muriera para poder heredar. Sus parientes eran pocos: tres sobrinos, dos hombres y una mujer. Además de un siervo fiel que le dedicó gran parte de su vida.

    El dí­a que murió, se encontró entre sus manos un sobre lacrado, iba dirigido al notario del lugar, un tal Licenciado Román.

    Los deudos, entregaron el sobre al destinatario; era un testamento ológrafo: escrito de puño y letra de Don Archibaldo. El notario reunió a la familia para dar lectura a la última voluntad del anciano, pero habí­a que cumplir con ciertos » caprichos «: se abrirí­a en la presencia de los sobrinos y el criado, en luna llena empezando justo a las doce de la noche, en punto.

    Les pareció una burla, pero estaban acostumbrados tanto a sus excentricidades como a doblegarse ante su férrea voluntad. Era la única alternativa para recibir lo que, después de haber aguantado tanto tiempo ya les pertenecí­a.

    Una noche de plenilunio, en febrero, justo en la época de la cosecha del café, se reunió toda la familia en la vieja hacienda de Don Archibaldo. En la penumbra, la luz de las velas llenaba el lugar creando una atmósfera fantasmagórica. Sentados en la inmensa biblioteca, esperaban. A lo lejos las campanas de la iglesia anunciaban que la hora habí­a llegado.

    Los futuros herederos se miraban unos a otros con desconfianza. Todos querí­an el dominio absoluto de los cafetales y los bienes, ninguno, incluyendo al fiel criado, se conformarí­a con una parte. La voz profunda del notario se mimetizaba con el ambiente:

    â??Yo, Archibaldo Villafuerte, en pleno uso de mis facultades escribo mi legado para que se cumpla fielmente. Esta es mi última voluntad y quiero que se respete. Yo sé que mis sobrinos José Manuel, Antonio y Arcadia, lo mismo que Eustaquio, mi criado, permanecieron a mí­ lado hasta el final, con la esperanza de ser el » elegidoâ?. Todos y cada uno, han rogado por ello.

    Estarán escuchando estas palabras cuando yo haya partido y la última cosecha del café este lista pero, no habrá manera de cambiar mi deseo: nombro como heredero universal de todos mis bienes al único amigo verdadero que tuve en vida: El Diablo».

    El silencio se apoderó de los presentes. Se miraban incrédulos y a lo lejos, un relámpago iluminó la oscuridad de la noche. Como un aviso del más allá: el heredero agradecí­a el legado.

    Un estremecimiento recorrió el cuerpo del notario. Arcadia fue la primera en atreverse a romper el silencio. De su expresión completamente transformada por el odio, desapareció la dulce belleza que la caracterizaba para dar paso a una llena de ira y resentimiento.
    Los hermanos comenzaron a pelear, mostrándose tal cual eran.

    Olvidaban la aparente dedicación y devoción hacia el tí­o. El único que no hablaba y que miraba a todos con una leve sonrisa, era Eustaquio, quien salió lentamente de la biblioteca, dejando tras de sí­ un murmullo.
    El notario se despidió de los deudos que estaban furiosos contra el finado y contra ellos mismos. Sin hablar se retiraron a sus habitaciones. La mañana traerí­a claridad para encontrar una solución.

    A solas, buscaban la manera de quedarse con la fortuna del viejo y no estaban dispuestos a renunciar a un solo centavo, aunque para ello, fuera necesario deshacerse de los demás.

    La mañana llegó acompañada de una pertinaz lluvia, hacia frí­o. Los tres hermanos se reunieron en el comedor. Se miraban con recelo, y las pocas palabras que salí­an de su boca iban cargadas de odio.

    Al no encontrar dispuesto el desayuno, su enojo creció y las voces subieron de volumen llamando al viejo Eustaquio. Lo único que habí­a sobre la mesa era una humeante jarra de café que era testigo de la tragedia.

    Después de unos cuantos minutos, se dirigieron al cuarto del criado. Lo encontraron muerto. La desconfianza los agobiaba. Eustaquio habí­a muerto a manos de uno de ellos y siendo así­, los otros dos correrí­an la misma suerte.

    Era necesario llamar a la autoridad. Antonio se ofreció, irí­a a caballo y regresarí­a más tarde. La hacienda se encontraba retirada del pueblo. Los otros dos hermanos quedaron solos, sin hablar. Tení­an miedo. José Manuel tomó una pistola, la cargó y se la guardó en el cinto. Arcadia, sola en la biblioteca, buscaba olvidar su miedo distrayéndose con un libro.

    Antonio no regresaba. La muchacha abandonó la biblioteca y salió de la casa pues los nervios la traicionaban. Recordó que los caballos no habí­an comido. Se dirigió al establo, y ahí­, en el centro del mismo, el cuerpo de Antonio colgaba de una viga. Los gritos atrajeron la atención de José Manuel, quien salió corriendo a encontrarse con su hermana.

    Después de bajar el cuerpo lo llevaron dentro de la casa. La mujer que no paraba de llorar, se fue a su cuarto.

    José Manuel montó uno de los caballos para ir a buscar ayuda. Jamás regresó, dí­as después lo encontraron entre los cafetales, parecí­a haberse golpeado contra una rama.

    La ayuda llegó por la tarde, cuando en el pueblo alguien vio humo en la hacienda. Todo se quemó, incluyendo a Arcadia. Nunca supieron porqué la puerta estaba cerrada por fuera.

    De la herencia nunca más se habló, hay cosas que es mejor no recordar. Pero, como decí­a mi abuela, en cuestión de herencias, el diablo nunca pierde.

  • Halloween o día de muertos

    una bella tradicion nacional

    Beatriz González Rubí­n

    Octubre corre estrepitosamente, estamos a pocos dí­a de que noviembre haga su entrada triunfal. En todas partes se pueden ver calabazas, calaveras, disfraces y fiestas que se aproximan.

    La noche de brujas o Halloween como se le conoce comúnmente es una fiesta cien por ciento heredada y ajena a los mexicanos, pero, que para variar hemos abrazado y hecho nuestra.

    Tiene su origen en la festividad celta celta del Samhain cuyo significado es â??fin del veranoâ?, se celebraba el final de la temporada de cosechas y daba inicio a la temporada â??oscuraâ?, los trajes y mascaras eran utilizados para ahuyentar a los espí­ritus malignos y protegerse de esa manera.

    En la tradición católica, el dí­a de Todos Santos se celebraba el 13 de mayo y fue el Papa Gregorio III que realizó el cambio al 1 de noviembre con la intención de que los pueblos paganos abandonaran sus costumbres y tradiciones y se integraran a las de la iglesia católica, festejando también en estos dí­as a los Fieles Difuntos.

    El Dí­a de los Fieles Difuntos tiene su origen en Francia en el Gran Monasterio de Cluny, el 2 de noviembre de 998, cuando san Odilo, su quinto abad, decidió rezar por el descanso de «todos» los muertos.

    Actualmente es cada vez más común ver en cientos de lugares altares que cariñosamente se ponen para los muertos, en ellos abundan, flores, sal, aceite, pan, fruta, comida, dulces, cigarros, alcohol, y demás delicias favoritas que los difuntos, según reza la historia, vienen por la noche para llevarse los aromas de todo aquello que está dispuesto en las mesas. No debe faltar las foto de la persona a quién se le ofrece el altar.

    Nuestro paí­s está lleno de tradiciones y costumbres remotas, los primeros dí­as de noviembre la gente acude a los panteones a â??arreglarâ? la tumbas de su muertos, el 1 y el 2 de noviembre las costumbres ancestrales regresan y hacen que cientos, detengan sus actividades para pasar tiempo en el â??camposantoâ? acompañando a aquellos que fueron parte importante de su vida.

    Halloween o dí­a de muertos, festejemos lo que festejemos, nos da la posibilidad de pensar en la vida, no sólo en la muerte, hacer un recuento de nuestra historia y decidir ser mejores personas.

    Felices Fiestas.

  • México un pais de hombres

    no llegara pero ojala si
    Beatriz González Rubí­n

    En Polí­tica, si quieres que algo sea dicho, pí­deselo a un hombreâ?¦ pero si quieres que algo se haga, pí­deselo a una mujer
    Margaret Thatcher

    Sólo nueve mujeres han sido jefes de estado en América: Marí­a Estela Martí­nez de Perón, en Argentina; Lidia Gueiler, en Bolivia; Violeta Chamorro, en Nicaragua; Ertha Pascal Troullot, en Haití­; Mireya Mosoco en Panamá; Janet Rosemberg, en Guyana; Rosalí­a Arteaga, en Ecuador y Michelle Bachelet, en Chile.

    Hay algunas a las que se les recuerda como grandes gobernantes y estadistas mundiales: Indira Ghandi en 1974, en el 69, Golda Meir actuó como jefa de gobierno en Israel y condujó las tropas israelí­es durante la guerra del Yon Kipur contra los árabes, en 1973. En 1979, Margaret Thatcher â??La dama de Hierroâ? se convirtió en la primera ministra del Reino Unido y dirigió a las tropas británicas durante un conflicto armado de la Guerra de Malvinas, en 1982.

    Además no podemos dejar de mencionar a las que gobiernan desde la monarquí­a: Isabel II, en Inglaterra; Margarita, en Dinamarca; y Beatriz, en Holanda.

    Ahora México se enfrenta a la disyuntiva de llevar al poder a una mujer: Josefina Vázquez Mota de 50 años. Casada con Sergio Ocampo Muñoz, profesional de la Informática, padres de tres hijas Marí­a José, Celia Marí­a y Montserrat.

    Es Licenciada en Economí­a por la Universidad Iberoamericana, posteriormente cursó el Programa de Perfeccionamiento Directivo en el IPADE y el Diplomado de Ideas e Instituciones en el ITAM. Trabajó como editorialista en EL Novedades, El Financiero y El Economista. En su trayectoria profesional ha sido asesora de la CONCANACO y de COPARMEX.

    Hace poco pidió licencia como Coordinadora del Grupo Parlamentario del PAN y como Diputada Federal para ser candidata del PAN su partido a la Presidencia de la República en 2012.

    ¿Está México preparado para ser guiado y gobernado por una mujer? Mi humilde apreciación es que no. Y siendo sinceros me encantarí­a, no es una cuestión de género y mucho menos de feminismo, simplemente creo firmemente que las mujeres están preparadas (así­ nacimos, es como un chip integrado) para hacer varias cosas a las vez y hacerlas bien.

    Llevamos muchos años teniendo al frente del paí­s a hombres que, unos bien, otros mal y otros peor, han hecho lo que han podido en algunos casos y en otros, lo que les ha convenido.

    Tristemente creo que no ganará. De entrada tiene mucho que perder al ser del PAN (y que quede claro que soy PANISTA, eviten las mentadas), después hay que reconocer que tiene fuertes contrincantes como el Señor del Copete que está apoyado por las fuerzas más oscuras de México (y no hablo de Lord Voldemort) y finalmente es mujer. Vivimos en un paí­s terriblemente machista, donde la mujer es maltratada y tratada como material de tercera. Dónde una vez al año se le festeja y se le toma en cuenta por ser madre (comúnmente recibe una plancha o un electrodoméstico para seguir cumpliendo su función) y los 364 dí­as restantes se le recuerda por medio de mentadas y no precisamente de manera cariñosa.

    ¿Qué sucederí­a con un paí­s tan conflictivo como el nuestro con una mujer a la cabeza? Probablemente lograrí­a meter en orden a algunos, serí­a ampliamente criticada por todo, absolutamente todo lo que hiciera y se le acusarí­a de gastar el presupuesto en cosméticos, ropa y zapatos; llamarí­a las cosas por su nombre, cosa que comúnmente a la gente no le gusta; muchas damas de buenas costumbres la condenarí­an por dedicarse a labores creadas exclusivamente para hombres y por abandonar su hogar, lugar que según los antiguos cánones, es su reino y su espacio; y probablemente se propondrí­a un juicio polí­tico contra ella por querer la paz y la seguridad.

    ¿Puede gobernar una mujer un paí­s que es el número uno en feminicidios? ¿Un paí­s en donde el comercio y el abuso sexual son cosa de todos los dí­as?

    ¿Un paí­s que ante una violación argumentan algunos que son las propias mujeres quienes lo buscan?

    ¿Un paí­s donde la mujer recibe un sueldo menor que el hombre aunque realicen el mismo trabajo?

    México es un paí­s de hombres, a pesar que está lleno de mujeres que llevan hogares, mantienen familias y trabajan para hacer del suyo un mejor lugar para vivir. Necesitan pasar muchos años para que el equilibrio domine, para que el hombre reconozca que la mujer tiene los mismos derechos, para que seamos respetadas como humanos de primera.

    Josefina no ganará. Ojala me equivoque.

  • Las Presidenciables

    pocos le conocen pero ella es la otra mitad de creel
    Beatriz González Rubí­n
    â??Las cónyuges de los presidentes tienen una carga simbólica, porque son de algún modo las que llevan a la escena pública lo que cualquier mujer hace en su casaâ?
    Sara Sefchovich

    ¿Quiénes son Paulina Velasco, Rosalinda Bueso, Angélica Rivera, Silvia Sánchez, Beatriz Gutiérrez Muller y Cristina Keller? ¿Qué tienen en común estás seis mujeres?

    Pues simple y llanamente una de las seis puede ser la nueva próxima habitante de los Pinos, la flamante esposa del futuro presidente de México.

    Paulina Velasco trabajó en la coordinación de giras presidenciales durante el sexenio de Fox, posteriormente con el cambió de administración entró a la Suprema Corte de Justicia de la Nación como directora de área, adscrita a la Dirección General de Relaciones Nacionales e Internacionales. Tiene casi un año de casada con Creel.

    Rosalinda Bueso fue embajadora de Honduras en México durante la gestión del presidente Manuel Zelaya y trabajó un tiempo en el gobierno del Distrito Federal. Su matrimonio de llevó a cabo la semana que termina.

    Angélica Rivera, la famosa Gaviota fue una â??flamanteâ? estrella de Televisa, ex esposa del Gí¼ero Castro, hace aproximadamente un año se convirtió en esposa del galán de Toluca en una boda digna de cualquier famoso.

    Silvia Sánchez, egresada de psicologí­a de la UNAM, actualmente es presidenta del voluntariado de la fundación Beatriz Beltrones, lleva 33 años casada y siempre ha mantenido un bajo perfil en los eventos polí­ticos.

    Beatriz Gutierrez Mí»ller Comunicóloga de la Ibero, maestra en Letras Iberoamericanas, trabajó en la Dirección de Difusión del Gobierno del Distrito Federal durante la gestión de López Obrador, tiene cinco años de matrimonio con el tabasqueño y al igual que Silvia Sánchez, prefiere mantenerse en el anonimato.

    Cristina Keller egresada del ITAM en matemáticas aplicadas, nunca se ha desempeñado en cargo públicos, es discreta respecto a las actividades de Cordero con quien lleva siete años de matrimonio.

    Tenemos memoria y recuerdos (aunque a veces parece que no), hay muchas mujeres que han pasado por Los Pinos, unas ejerciendo un poder grande y manejando los hilos como lo hizo Martha Sahagún en su momento y otras calladas cumpliendo solamente lo que les toca, y con trabajos, notándose apenas como Nilda Patricia Velasco.

    Lo que viene no pinta fácil, el paí­s está cada vez más revuelto y en caos, si tomamos como cierto el dicho â??Detrás de un gran hombre, hay siempre una gran mujerâ?, ¿quién nos conviene como Primera Dama?, ¿esas calladitas que no interfieren en los trabajos de sus esposos o aquellas que aman estar bajo los reflectores?

    No sé quién será el próximo Presidente, me da miedo, últimamente me dan miedo muchas cosas, pero de que la consorte del elegido juega un papel determí­nate, estoy segura.

    ¿Si tuvieras que votar por ellas, quien seria tu gallo?

  • Años o experiencia acumulada

    reflexiones sobre lo que llevamos a espaldas, la vida

    Beatriz González Rubí­n

    Perdonen ustedes queridos lectores, pero el dí­a de hoy comparto reflexiones que tal vez deberí­a de guardarlas para mí­. Si es un hecho, son personales, pero de alguna manera son sentimientos universales. El que esté libre de culpa que arroje la primera piedra.

    Estoy a un mes y un dí­a de cumplir 50 años. Oh Dios mí­o que rápido se ha pasado la vida, por más que busco y busco no encuentro a donde se fueron los años y sobre todo a una velocidad vertiginosa.

    Tal vez, y sólo tal vez, algunos de ustedes, los que me leen de vez en cuando se sorprenden de saber lo vieja que soy, puede ser que lo que escribo no revele mi edad, pero déjenme decirles que yo también me sorprendo, mi corazón, anhelos, sentimientos, deseos, esperanzas y emociones siguen siendo jóvenes, tan diáfanos como los de una quinceañera (que cursi, lo sé, lo pensé primero que ustedes). Y cómo dicen por ahí­ en los pueblos: â??El corazón no envejece, el cuero es el que se arrugaâ?.

    Mirar hacia atrás, ver lo que hemos vivido, es muy similar a presenciar una pelí­cula que no tiene un género definido: muchas partes estas construidas alrededor del melodrama, otras tantas son comedia y no cualquiera, más bien negra y claro de repente hay unos tintes de terror, de ese que asusta y nos hace cubrirnos el rostro con las manos o con la manta que nos protege del frio.

    Llegar a los cincuenta es raro, te hace que inevitablemente hagas un â??recuento de los dañosâ? como dirí­a la nobel Trevi, te sitúa en un momento donde definitivamente tienes que tomar decisiones, ya no tenemos tanto tiempo para gastar ni para derrochar. Lo que viene (y no me estoy tirando al drama, ni nada por el estilo) es la recta final, o le metes velocidad y fuerza o simplemente no llegaras a la meta como siempre soñaste hacerlo.

    Los años pasan y más rápido de lo que creen, así­ que hoy simplemente los invito a disfrutar aquello que estén viviendo por más difí­cil y nefasto que les parezca. Créanme pasa, todo pasa y sobre todo la vida.

  • Mala Costumbre

    las esquelas son el recordatorio diario de la vida
    La vida nos da constantemente señales que nos negamos a escuchar, hoy comparto con ustedes un pequeño cuento que seguramente lo que pretende es, abrirme los ojosâ?¦

    Beatriz González Rubí­n

    MALA COSTUMBRE

    Como todas las mañanas, café y el primer cigarro de muchos que consumí­a en el dí­a, eran mi despertar al mundo de los vivos. Dicen que el ser humano es un animal de rutinas, y yo no era la excepción.

    Diariamente realizaba el mismo rito, después del café y el cigarro, hojeaba el diario matutino con la esperanza de encontrar soluciones nuevas a los viejos conflictos, la bolsa subí­a y bajaba como un columpio, la economí­a del paí­s continuaba a pique, los personajes importantes de la sociedad siempre figuraban en la página de sociales, lo único diferente dí­a con dí­a eran los obituarios que anunciaban nuevas muertes. Una mórbida curiosidad me llevaba a leer las esquelas desde hací­a mucho tiempo. Ese dí­a no podí­a ser distinto, lentamente repasé nombres que para mí­ no tení­an ningún sentido, no los conocí­a. A punto estaba de cerrar el periódico, cuando algo llamó mi atención: un recuadro con gruesos filos en negro enmarcaba un nombre sumamente familiar. La sangre se me heló, tení­a que haber una equivocación que serí­a corregida inmediatamente.

    Corrí­ a darme una ducha, el teléfono no paraba de sonar, decidí­ no contestarlo, pues de hacerlo retrasarí­a mi salida y por consecuencia mi llegada a la redacción del periódico para rectificar el terrible error.

    Mientras me bañaba el agua se terminó, estaba completamente enjabonado, después de esperar cinco minutos, un pequeño hilo de agua salió por la regadera, el baño se prolongó por quince minutos más. Para entonces la cabeza estaba a punto de estallarme. El vestirme me tomó poco tiempo, me serví­ otra taza de café y con ella tragué las aspirinas para menguar la jaqueca. Dejé mi departamento y subí­ al elevador, algo me dijo que no debí­a hacerlo, pero el tener que bajar diez pisos por las escaleras, acalló la voz interior. Ya adentro, el ascensor se detuvo. Con una rabia incontrolable, oprimí­ el botón de la alarma. Parecí­a que nadie lo oí­a, desesperado inicié una lucha contra la puerta la cual pude abrir después de rasgar mi camisa, el maldito aparato estaba entre dos pisos, como un animal, me arrastre al piso de abajo, al salir un enorme ocho anunciaba mi arribo al octavo piso; busqué la puerta de las escaleras y emprendí­ mi descenso bufando como un toro, al llegar a la planta baja, la puerta que comunicaba las escaleras con el lobby, estaba cerrada; arremetí­ a patadas contra ella sin ningún resultado, dándome por vencido decidí­ olvidar mi visita al periódico, regresar a mi apartamento y mandar todo al diablo;cuando sin más la puerta se abrió y pude salir primero al lobby y luego a la calle. Subí­ a mi automóvil, la llave de ignición hizo contacto con el switch, sin ningún resultado, la baterí­a estaba completamente descargada. Salí­ del vehí­culo histérico, la rabia habí­a hecho presa de mi, sin ninguna precaución comencé a cruzar la calle, cuando de pronto un inmenso camión salió de la nada y me hizo volar por los aires; quedé tirado en el pavimento bañado en sangre, lo último que alcance a ver fue el puesto de periódicos donde habí­a comprado el diario matutino, el cual como un aviso personal se habí­a adelantado a mi muerte.

  • En busca de la palabra perdida

    el lenguaje de las tribus urbanas
    Beatriz González Rubí­n
    â??Nos conformamos con vivir infelices porque nos da miedo el cambio y que todo quede reducido a ruinas.â?
    Elizabeth Gilbert
    Vivimos en un mundo moderno, globalizado, lleno de avances tecnológicos y cientí­ficos, donde se busca el progreso. Curiosamente y a pesar de la modernidad que nos rodea, somos incapaces de dejar atrás nuestros orí­genes ancestrales. Ya lo dijo Maslow en su teorí­a de jerarquización de las necesidades básicas del ser humano, una de ellas que forma parte de la pirámide, es la búsqueda de afiliación, aceptación y participación.
    Seguimos buscando â??ser parteâ? y se ve claramente en las tribus urbanas que por definición son â??un grupo de gente que se comporta de acuerdo a las ideologí­as de una subcultura, que se origina y se desarrolla en una ciudad o una urbeâ? (1)
    Entre la variedad de tribus urbanas que pueblan nuestra ciudad, una de ellas atrae especialmente mi atención: el mirrey, que â??es aquel que anteriormente era conocido como junior. El hijo acaudalado que gusta de ropa de marca, fiestas, antros exclusivos y viajes constantes a la playa, dejando huella de todo esto con fotos en las redes socialesâ? (2)
    Universidades, centros comerciales, antros, bares de moda, están llenos de esta particular tribu en donde el toque femenino lo dan las llamadas, a mi parecer de una manera muy despectiva, â??lobukisâ?, slang utilizado para describir a las chicas de clase alta que son bien conocidas por â??rondarâ? y ser compañeras de los mirreyes, y son parte esencial de las fotos de estos chicos pues de alguna manera confirman su hombrí­a.
    Los mirreyes también utilizan el término â??papaloyâ? que es una contracción de palabras en ingles father, papa, y lord, e intentan ser parte de la clase dominante y superior de la sociedad. El â??papaloyâ? viste de manera impecable, con lo último de la moda y por supuesto de marcas relevantes.
    Es curioso analizar a esta tribu urbana, que ante todo buscan no ser estereotipados ni encasillados y no se reconocen como mirreyes.
    Las â??etiquetas socialesâ? son, han sido y serán parte del mundo en que vivimos y nos desarrollamos dí­a con dí­a, pero la pregunta es ¿esas etiquetas nos determinan y nos caracterizan?, creo que no, de alguna manera todos buscamos pertenecer y con el paso de los años nos vamos â??cambiando el sombreroâ? y adoptando identidades y comportamientos acordes a nuestra edad y a nuestras actividades.
    Hace poco volví­ a ver â??Comer, rezar, amarâ? una excelente pelí­cula, adaptación del libro de Elizabeth Gilbert, que te hace reflexionar y mirar desde afuera tu vida. En alguna parte de la trama le preguntan a la protagonista que, cual es su palabra, ella considera que es aquello que la describe, su respuesta es â??escritoraâ?, su interlocutor responde que eso es su profesión, no lo que ella es. Hoy me vuelvo a cuestionar ¿Cuál es mi palabra? No lo sé, aun la busco.
    Pertenecer a un grupo social, ser â??mirreyâ?, â??hipsterâ?, â?? emoâ? , â??fresaâ?, â??floggerâ?, o cualquier otro, no te da TU palabra. Creo y sólo creo, que esa se encuentra en el interior de uno mismo, ahí­ en lo más profundo de nuestro ser que es lo único que realmente nos pertenece.
    (1) http://www.detribusurbanas.com/
    (2) http://h3inz.wordpress.com/2011/06/08/hipsters-y-mirreyes-lo-mas-extrano-de-las-tribus-urbanas/
    http://www.urbandictionary.com/define.php?term=lobuki

  • Nuestra selva de asfalto

    la locura del trafico en la capital
    Beatriz González Rubí­n
    … la ciudad, rota en mi frente, despeña su discurso incoherente.
    Octavio Paz

    La ciudad de México no es ciudad como todos creemos, es una selva donde predomina la ley del más fuerte. Pretender ser amable y gentil puede ser sinónimo de estupidez. Y no, querido lector, no soy pesimista o imagino lo que no existe, simplemente manejo y transito por esta ciudad todos los dí­as.

    Estoy convencida que el tráfico mejorarí­a considerablemente, por lo menos un 50% si los automovilistas fueran un poco educados y se comportaran cí­vicamente, palabra que por supuesto está en desuso, o simplemente es desconocida para la mayorí­a.

    Microbuseros que utilizan el carril confinado del metrobus en el pequeño tramo de Insurgentes en el que tienen acceso; taxistas y automovilistas que reaccionan inmediatamente si pones la direccional aventando el coche y acelerando; mamás que manejan inmensas camionetas que son directamente proporcionales a su status social, que se paran en segunda y hasta tercera fila para recoger a sus retoños; juniors que manejan autos espectaculares, que aceleran como locos, en un Periférico que otrora fuera ví­a rápida y en la actualidad es un inmenso estacionamiento lleno de obras viales, policí­as que ignoran las faltas automovilí­sticas por flojera o simplemente porque tienen cosas más interesantes que hacer; los mismos policí­as, que aceptan mordidas y sobornos para no poner una multa; baches, hoyos inmensos que acechan las llantas de nuestros autos cuando manejamos ligeramente distraí­dos del pavimento; bocinas que inundan con su asqueroso ruido las calles; infinidad de obras viales que prometen ser terminadas un dí­a; lava parabrisas que esperan el menor momento de distracción para llenar con su chorro de agua mugrosa los vidrios y que se indignan si les niegas una moneda; vende chiches, mujeres cargando bebes de meses que piden limosna, traga fuegos, malabaristas, y demás especí­menes que atacan a todo aquel que se atreva a manejar, son algunos de los peligros a los que nos enfrentamos diario aquellos que tenemos la suficiente locura o poca cordura de tener automóvil.

    Nos quejamos de esos que nos gobiernan, criticamos hasta el cansancio a los diputados y senadores que pelean en la cámara, pedimos juicio polí­tico para el presidente, odiamos la situación de nuestro paí­s, alabamos a los paí­ses del primer mundo sin ser conscientes que los paí­ses no se hacen solos, han llegado a ser lo que son por sus presidentes, senadores, diputados, pero sobre todo por su gente común y corriente que es educada y practica diariamente las reglas de educación aunque se sitúen detrás del volante.

    Vamos poniendo de nuestra parteâ?¦