Categoría: Ana Laura Martinez

  • Desalentadora Navidad.Por Ana Laura Martínez

    El tiempo se acaba mientras lees. El lenguaje también se agota. Pierdes identidad cada que avanzas a través de mi lenguaje. ¿Qué le pasa al lenguaje cuando vas más allá?, ¿las ideas quedan atrapadas en el lenguaje?.

    ¿Dónde estamos ahora?, ¿Dónde estaremos en unos años?, ¿Qué demonios le está pasando a la humanidad?, ¿Dónde quedan los sentimientos que nos hacen humanos?, ¿Dónde se esconde el potencial?

    Para poder plantearme las preguntas anteriores primero tengo que responder: ¿Dónde estoy?, estoy en el aquí­ y el ahora, en una realidad en la que me llamo Ana Laura Martí­nez Pereyra y soy un ser humano en proceso de creación, lleno de posibilidades infinitas, al cual le gusta explorar por medio de la literatura y como escritora solo tengo un cliente: Toda la humanidad.

    Me encanta la literatura tradicional y la literatura que aún no existe, la literatura que estoy inventando ahora mismo. Me encanta la idea de poder transformarme, convertirme en alguien más y ver la vida con una nueva perspectiva. La literatura me despierta los sentidos y libera mi imaginación, ya que nuestra habilidad para imaginar nos hace exploradores y nos convierte en creadores e inventores.

    Me encanta la idea de que me estés leyendo, para leer la idea que en este momento estoy gestando para ti, sin importar tu edad, genero, cultura o religión, en este momento tu y yo somos uno mismo en este espacio, en este instante tu y yo trascendemos tiempo y espacio.

    Da miedo, sí­, pero es fascinante, pues en ese espí­ritu, en el espí­ritu de crecimiento, desarrollo, el espí­ritu de revolución, me he permitido comenzar de nuevo.

    ¿Por qué?, vivimos en una generación que se siente con derecho al éxito y a las ganancias sin tener que pensar o trabajar mucho, donde las experiencias virtuales sustituyen el contacto humano y la realidad, es que por primera vez en la historia podemos crear un futuro para nuestros hijos que es menos esperanzador del que tenemos hoy en dí­a y este es un legado EXTRAORDINARIO.

    Esta â??nuevaâ? generación olvida las palabras correctas, las que deberí­an motivarnos, olvida la igualdad, el progreso, la revolución, la paz, el acceso, el levantamiento, la oportunidad, la democracia y sobre todo la libertad.

    Esta â??nuevaâ? generación debe poner en perspectiva lo que realmente importa, dejar a un lado el amor, paz y prosperidad, ya que hay tan poquito, que no debemos dejar que se gaste en personas que no saben utilizarlo, debemos dejarles a los que no forman parte de la â??nuevaâ? generación que se llenen de todo aquello que sí­ importa, que antes para todos significaba el todo y hoy significa la nada.

    El lenguaje avanza y existen sombras, nuestro dialogo continúa y al mismo tiempo se llena de ellas. ¿Cómo son las sombras que dejamos en un espacio invisible?, desconozco cuál podrí­a ser su forma, pero estoy segura que esas sombras algo tienen que ver con la lí­nea de ideas creativas en la que nos encontrábamos años atrás y que fue interrumpida por esta â??nuevaâ? generación.

    Hoy olvidamos ese camino y debemos recuperarlo, debemos regresar a el, a esa locura, debemos volver a sentir para después poder crear, volver a querer para después volvernos locos con el proceso de creación. Debemos ser nosotros mismos, esos que alguna vez fuimos, ¿o es que aún no te has dado cuenta que hoy en dia hemos sacrificado nuestras libertades para protegernos de los demás seres humanos?.

    Sí­, las anteriores son las preguntas que debemos plantearnos esta Navidad, son las que realmente importan, las que nos deben de perseguir en los sueños, en los dí­as y en cada una de nuestras noches solos o acompañados.

    Estamos en un momento extraordinario para la especie humana, en el momento del florecimiento de la mente humana y si queremos, podrí­amos provocar un renacimiento ya que necesitamos que la cultura y el arte sean vitales en la sociedad, para romper los esquemas de pensamiento coordinado por los cuales se rigen las sociedades actuales.

    Y sí­, este es mi mejor deseo para esta Navidad, porque no puedo creer que esto puede estar pasando y sin embargo está sucediendo. Estamos tan ocupados en el â??no contactoâ? que olvidamos nuestra naturaleza más esencial, que es el sentir. Olvidamos que somos humanos, que tenemos la capacidad de querer, de amar, de luchar por ideales y no pelear como bestias por la gobernabilidad y el poder, sí­, la lucha del poder por el poder mismo, ese poder que no gobierna por ideales, que gobierna por el flashazo y el posicionamiento mediático.

    Sí­, el gran virus que está infectando a esta â??nuevaâ? generación es el poder por el poder mismo, siendo el poder el arma que se dispara segundo a segundo destruyéndonos cada vez más y alejándonos de lo que verdaderamente somos: Seres humanos.

    ¿Cómo romper con el modelo de la â??nuevaâ? generación para conseguir un mundo coordinado que es capaz de todo?, ¿Cuándo piensa detenerse la â??nuevaâ? generación?, ¿Cuándo piensan desocuparse para ocuparse de lo importante?, ¿Cuándo terminaran de ocultarse?, ¿cuánto están dispuestos a dejar ir para moverse hacia la dirección correcta?, ¿cómo haremos buen uso del lenguaje para entendernos y actuar colectivamente?.

    Actualmente hablamos el idioma del no sentimiento, el idioma que se está apoderando de esta Navidad y de las que vienen, y si esto no para no tendremos ni siquiera ví­speras del tan deseado mundo coordinado, ya que nuestra energí­a está atrapada en espacios de los que no estamos conscientes, donde el dinero y el poder lo son todo.

    Esta Navidad me da miedo que no comprendas que el hoy que estas creando para el mañana es totalmente desalentador, me da miedo que sientas que el poder por el poder es la respuesta, me da miedo, mucho miedo que creas que los valores esenciales dejan de ser prioritarios, que el dinero está en primer lugar y que no debemos pensar colectivamente.

    Me da miedo, que puedas ver y no tengas la capacidad de ver que está en tus manos la solución y que nunca te hagas la siguiente pregunta: ¿Por qué vivir en un mundo de aspiraciones comunes, de ideales ordinarios y sin libertad creativa para protegerte del qué dirán que rige a tu sociedad?.

    Me da miedo que no te des cuenta que el dinero en sí­ no existe, al igual que el lenguaje, es solo una creencia, que pierdes identidad cada que avanzas a través de mi lenguaje.

    Sí­, esta navidad me da miedo, mucho miedo que leas este texto y no te enfiles hacia la libertad de la especie humana, que no contribuyas a las acciones coordinadas y que no te des cuenta que el tiempo se acaba mientras lees y que el lenguaje también se agota.

    Desalentadora Navidad.
    Autor: Ana Laura Martí­nez Pereyra.
    Twitter: @AnaLauraMtz
    Brief: Escritora, Directora General de La Primera Plana México y Generadora de contenido Polí­tico 2.0

  • Carlota, Fabio y la del cuarto de arriba. Por Ana Laura Martinez

    Para muchos las fiestas del bicentenario de México fueron motivo de celebración, para mi fueron días de mucha reflexión. La reflexión comenzó el martes 14 de septiembre aproximadamente a las 8:00pm, justo a la hora en la que llegué de trabajar. Al entrar a mi casa, mi actividad próxima a la llegada a mi cuarto era alimentar a Carlota y Fabio, actividad que se vió interrumpida por un suceso inesperado.

    Es importante mencionar que hasta el martes 14 de septiembre me encontraba viviendo en una casa de huéspedes en la Condesa, éramos 12 mujeres, cada quien con su cuarto individual y yo compartía el baño con la del cuarto de arriba.

    Mi contacto con la del cuarto de arriba no pasaba de un hola, adiós y ¿como estuvo tu día,? pero ese contacto mínimo se llevo acabo por 5 meses. La cotidianidad de esa convivencia no me proporcionaba mas que una sonrisa en las mañanas cuando me o le pronunciaba los buenos días.

    De la del cuarto de arriba no sabia mucho, mas que los colores con los que se vestía a diario, como eran sus pijamas, que desayunaba, cenaba o a que hora se metía a bañar en las mañanas.

    5 días antes del martes 14 de septiembre escuché a la del cuarto de arriba llorar, lloró poco tiempo y pensé que estaba desahogándose. 4 días antes del 14 la escuché llorar aproximadamente 2 horas seguidas. 3 días antes del 14 mientras lavaba las peceras de Carlota y Fabio en la cocina, ella entró a hacerse de cenar, le vi los ojos rojos, me pasó por la mente preguntarle que le pasaba, pero preferí quedarme callada. 2 días antes del 14 lloró toda la noche, lloraban muy fuerte, parecía que se estaba ahogando en su llanto, pero pudo más mi sueño que subir a preguntarle en que la podía ayudar. 1 día antes lloró poco, lo que me llevó a pensar que el problema que tenía se estaba resolviendo.

    El martes 14 de septiembre mi cotidianidad se vió interrumpida aproximadamente a las 8:00pm, cuando llegué a mi casa y al entrar la veo llena de gente, un olor penetrante a carne quemada y la noticia que la del cuarto de arriba se había suicidado.

    Para muchos las fiestas del bicentenario de México fueron motivo de celebración, para mi fueron días de mucha reflexión, de culparme por no haber tenido la más mínima sensibilidad de preguntarle a la del cuarto de arriba que le sucedía o si la podía ayudar en algo. No imagino cual pudo haber sido el problema tan grande que la afligía como para que se cerraran sus opciones del todo y la mejor salida fuera quitarse la vida.

    Para muchos, las fiestas del bicentenario fueron días de fiesta, para mi fueron y siguen siendo días de remordimiento, de mucho remordimiento, por no haber tenido la más mínima sensibilidad de preguntarle a la del cuarto de arriba si existía en mis manos alguna solución a su problema.

    *Ana Laura Martinez Escritora | Columnista | Video Blogger | Creativa | Genero contenido online, para Radio y Television

  • Carlota, Fabio y el Estado Eficaz. Por Ana Laura Martinez

    Semanas atrás, escribí­ Carlota, Fabio y el poder, acerca del poder y su conquista, los cuales traen consigo mucha responsabilidad en cuestiones estratégicas, tecnológicas, ideológicas y conductuales.

    Carlota, Fabio y el poder, resumen en tres palabras la sed por gobernar. Para los que han leí­do mi columna conocen la historia detrás de Carlota y Fabio y pueden asociar como el poder esta semana se mezcla a este juego de palabras, señalando sin importar el color y como la responsabilidad ciudadana, juega un papel fundamental en la conducta de aquellos que ostentan sentarse en el trono del poder.

    ¿Qué se es después de rey?, ¿Cómo se vive cuando te han quitado la corona?, ¿Cómo vuelves a convivir con tu propio ser humano, cuando no tienes el poder?, ¿Cómo te haces responsable de tu propia madurez, actos y consecuencias?, ¿Cómo se aprende a lidiar en medio de un intenso clima electoral con los demonios internos?, ¿Como?, esa era mi pregunta.

    La respuesta llego con el noticiero en Radio Formula de José Cárdenas, en el cual entrevisto al Gobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto, las siguientes palabras captaron mi atención â??la efectividad de un estadoâ? en las cuales hizo referencia a su V informe. Lo busque en Google, después de dos o tres búsquedas di con unos videos de youtube donde pude escucharlo.

    Cifras, compromisos cumplidos y datos relevantes para el Estado de México comenzaron a pronunciarse en boca de Peña Nieto, que a mi como Veracruzana no me generaban mucho apego, casi al final del informe en cuestion de un parrafo, el texto da un giro agresivo, no se dirije solo a los mexiquenses, sino a todos los mexicanos y no puedo evitar reaccionar ante las descalificaciones al Paí­s, considerandolo un Estado fallido.

    Carlota, Fabio y el poder, vaya responsabilidad. Mi responsabilidad es hacerme cargo de mis peces, alimentarlos, limpiar sus peceras, ver que estén bien y actuar como buena ciudadana. Gran responsabilidad de nuestros gobernantes de hacerse cargo de un paí­s, un estado y de prácticamente las acciones de todos sus ciudadanos.

    ¿Cuándo es el momento en el que el gobernante abandona el ideal de trabajar para un paí­s o estado?, el poder cambia a los hombres y no es hasta que el ser humano es poderoso que lo conocemos realmente, pues sale a relucir su verdadero yo. El poder te vuelve voraz, te da sed y es un alimento directo al ego. Ser poderoso es un ejercicio responsable inmenso y no cualquier ser humano tiene la capacidad de asumirlo y ejecutarlo. Cuando el gobernante se sienta en la silla del poder, es cuando el paí­s, el estado o los ciudadanos corren peligro de abandono.

    Es cruel y agresivo aceptar que vivimos en un Estado fallido, pero es mas cruel aun, agreder contra uno mismo y ante nuestra sociedad, no aceptando que esa es la realidad en la que vivimos y los ciudadanos tenemos gran parte de culpa, es una generalidad que tomar el camino mas facil por el dinero rapido, es un camino que aleja de la preparacion y de querer generar acciones colectivas para formar en conjunto un mejor pais.

    Mucho se habla de la delincuencia, como si este fuera el principal problema, pero la realidad esta detrás de los reflectores, de la exposicion mediatica, del impulso de accion social por querer trabajar por un Mexico nuevo. La realidad esta frente a nosotros y podemos ver como camina, dejando a su paso los ideales por los cuales ciudadanos decidieron formarse una carrera politica, la realidad es que como dice Enrique Peña Nieto, la delincuencia no es el único riesgo que enfrenta el Paí­s, hay otra grave amenaza: la lucha del poder por el poder mismo.

    No cualquier gobernante puede lidiar con el poder de ser poderoso. Para asumir el poder, hay que responsabilizarse del ejercicio de conducta del ser humano, pero no basta con que el contendiente busque el poder, el poder se contagia, se esparce, te vuelve rey o reina y cuando uno asume el papel, viene la inmensa responsabilidad de la conducta acerca de cómo gobernar el territorio y sobre todo a uno mismo.

    México requiere de congruencia y politicos congruentes, que nos presenten unidad de propósitos, requiere del esfuerzo de todos, no hay otro tiempo, debemos con creatividad y compromiso construir un mejor futuro y mi deber como ciudadana es hacerme cargo de Carlota, Fabio, y mis acciones sociales para poder contribuir en algo para ayudar a mi paí­s. Y así­, solo así­ trabajando en conjunto con los gobernantes que no ostentan el poder por el poder mismo, podremos acercarnos al ideal de un Estado eficaz.

    *Ana Laura Martinez Escritora | Columnista | Video Blogger | Creativa | Genero contenido online, para Radio y Television

  • Carlota, Fabio y mis pies color rosa. Por Ana Laura Martinez

    Vengo llegando de la presentación de unos cigarros de Benson and Hedges en el Palacio de Hierro, a la entrada nos recibí­an con Moet Chandon, evidentemente al momento en el que comenzaron a manifestarse las burbujas en mi persona, mis pies comenzaron a desplazarse el doble de rápido y cuando tuve a bien voltearlos a ver, eran y son de color rosa.

    Si, pies color rosa, pero en mi mente solo sentí­a la necesidad de dar una disculpa a mis lectores, porque la semana pasada ocurrió algo dentro, muy dentro de mi, al grado que no pude escribir de Carlota o Fabio, tuve que escribir de algo que estaba sintiendo, un sentimiento cercano al dolor y a la necesidad, escribí­ â??El amor es una emergenciaâ?, una columna muy mia, de mis letras y lejana de lo que habitualmente escribo para ustedes.

    Hoy me puedo ubicar lejos de ese dolor que nos hace que el amor sea una emergencia, puedo poner distancia entre los objetos de mi afecto y mi persona. Puedo, pues me lo propongo, pero no significa que lo quiera, sin embargo la realidad late en la parte inferior de mi cuerpo, en forma de unos pies color rosa.

    Estoy pseudo acostada en mi cama, con mi laptop en mis piernas, tratando que mis pies color rosa encuentren la forma de regresar a su color habitual, el hecho que no encuentren su color natural, me hacen recordar que de querer, quiero tantas cosas, quiero saber ¿qué es lo que le pasa a Carlota?, lleva dí­as sin nadar, no se si los peces sufren depresión, pero estoy segura que algo esta experimentando y no esta en mis manos poder ayudarla a salir de esa situación. Por el contrario Fabio ha estado mas activo de lo normal, lo veo nadar a altas velocidades de arriba a abajo de la pecera, en cí­rculos y si, por difí­cil que pueda parecer, siento que por momentos me sonrí­e.

    Carlota y Fabio como ustedes bien saben son mis compañeros, al igual que mi planta, son la manifestación fí­sica de mis responsabilidades, representan el que me puedo responsabilizar de algo y definitivamente hoy me responsabilice de todo, menos de mi persona, si no, no traerí­a mis pies color rosa y estarí­a tratando de explicarme ¿que demonios le ocurre a Carlota y Fabio con su inesperado cambio de conducta?.

    Quince centí­metros de tacón me provocaron una inflamación rosa tirandole a fosforescente en mis pies y justo ahora, estos pies laten mientras escribo esta columna, me retumban como una alerta en cuestiones de ego fundamentales, porque no es normal, que en vez de concluir esta columna, este pensando la forma en ¿como preguntarle a ustedes?, si estará mal tratar de conseguir un psicólogo para Carlota y Fabio y un buen novio que desee darme masaje en estos pies color rosa que piden a gritos, nunca mas volver a asistir a la presentación de ningunos cigarros con tacones de 15 centí­metros.

    *Ana Laura Martinez Escritora | Columnista | Video Blogger | Creativa | Genero contenido online, para Radio y Television

  • El amor es una emergencia. Por Ana Laura Martinez

    â??El poeta como el pescador, debe nacer poetaâ?. Frase sencilla que lleva cabalgando en mi mente dí­as enteros, me ha venido persiguiendo a trote lento desde que la leí­ en la pared de un restaurante de mariscos en dí­as pasados.

    Llegue a un restaurante de mariscos con dos objetivos, el primero sin duda saciar mi hambre y el segundo saciar mi sed. Lo que no vi venir, es que un tercer asunto iba a quedarse sin saciar: ¿porque nosotros los poetas, no podemos dejar de pescar historias?.

    A o largo de muchos años he luchado en contra de mi naturaleza de escritora, de poeta, de contadora de historias, no importa a donde me dirija o que tan lejos me aleje de mi misma, la vida siempre me regresa a ese lugar muy dentro del alma, a ese lugar que estoy segura que el amor y el dolor duermen dentro del pecho, para sentir eso que detiene mi rumbo y me dice que no abandone mi pluma, que no abandone las historias, no aprisione en mi mente la vida de los personajes, sino que los deje salir.

    El amor, el dolor y el lugar donde cobran vida las historias me provocan emergencias, ¿cómo argumentas en contra del amor, del dolor y de eso que da vida a la creación?. No puedes ir en contra del amor, mucho menos del dolor y es imposible ir en contra de tu naturaleza. Lucho siempre por ir en contra y eso que habita dentro de mi, ese amor, ese dolor y esa necesidad de escribir regresan siempre.

    â??El poeta como el pescador, debe nacer poetaâ?, yo nací­ poeta, con voluntades incontrolables de buscar historias, escribirlas en mi mente segundo a segundo, porque para mi, el amor es una emergencia, la emergencia que me pide regresar siempre al lugar donde esta el amor, a ese lugar que me trae recuerdos, que a veces me llena de dolor, pues me muestra lo que hace morir las cosas y cuya consecuencia es dar vida a las historias.

    Porque el pescador, como el poeta, debe pensar en lo que comienza, en lo que termina, ¿como comienza lo que termina? y ¿por qué siempre, por sobre todas las cosas, el amor es una emergencia?.

    *Ana Laura Martinez Escritora | Columnista | Video Blogger | Creativa | Genero contenido online, para Radio y Television

  • Carlota, Fabio y el cambio por Ana Laura Martinez

    Todo vuelve a cambiar siempre, la velocidad de los cambios es proporcional a la capacidad de reacción y de aceptación al cambio.

    Cuando todo cambia y sobre todo cuando los cambios se dan a tal rapidez que nos acomodamos dentro de las incomodidades, debemos de valernos de la adaptabilidad. Yo soy una de esas personas que experimentan cambios a alta velocidad y también soy una de esas personas que no sabe ¿Por qué?, pero se adapta.

    Puedes estar totalmente adaptado a una incomodidad, yo me encuentro adaptada a la incomodidad de los cambios, ¿pero que nos hace adaptarnos a las incomodidades?, ¿Qué nos lleva a decir, no importa la velocidad con la que se produzcan dichos cambios,
    si ya me encuentro adaptada a ellos? Yo no sé porque me adapto, yo no sé porque acepto los cambios con mucha naturalidad y tampoco sé porque vivo un cambio tras otro.

    Yo soy una de esas personas que ya no quiere cambios, quiere estabilidad.

    Los cambios, la velocidad de los mismos y la adaptabilidad a su incomodidad nos ciegan.

    El cambio de residencia temporal para incorporarme al proyecto de tv y radio para un candidato, me llevo a dejar a Carlota y Fabio, mis peces beta y única responsabilidad en la vida, en manos de mi primo Juan An y así como dicho cambio llegó, ahora un nuevo cambio se acerca, terminó el proyecto y tengo que regresar a la ciudad de México, poner
    en orden mi vida, encontrar el sentido de las cosas y sobre todo, adaptarme al cambio de regresar una vez más a la inestabilidad en espera del próximo cambio.

    Todo vuelve a cambiar siempre. Ya llegué, ya estuve y ya voy de regreso. Voy corriendo camino a la incomodidad de la inestabilidad propia del cambio. Yo soy una de esas personas que persiguen estabilidad. Y yo no sé porque la vida en vez de estabilidad de
    trae más cambios, siempre cambios, los asumo y sigo adelante.

    Todo vuelve a cambiar siempre. Ya que yo soy una de esas personas, a la cual la incomodidad del cambio le acomoda.

  • Carlota, Fabio y Dios por Ana Laura Martinez

    Treinta y cinco dí­as lejos de Carlota y Fabio, mil trescientos dí­as lejos de Dios. Treinta y cinco dí­as lejos de cualquier tipo de responsabilidad concerniente al cuidado y a la alimentación de mis peces y mil trescientos dí­as lejos de Dios, porque no creo que exista.

    La responsabilidad y la falta de credibilidad llegaron juntas a mi vida, para después separarse. Quienes han tenido oportunidad de leer mi relato â??Techos Matemáticosâ?, en el e-book: Lideres Trendy, han podido conocer una parte de mí­ que con muy pocas personas he compartido y que habla del dí­a en que deje de creer en Dios.

    Sé con seguridad que Dios no existe en mi vida, sé con seguridad que Carlota y Fabio llegaron a mí­ como consecuencia del hecho de asimilar lo anterior y que simplemente no veo razón alguna por la que deba de volver a existir dentro de mi. Dios me ha traí­do muchos problemas, dificultades y no me ha ayudado a solucionarlos, claro que saber que existe un Dios, puede servir de consuelo, pero me queda claro que en mi caso y por ningún motivo es la solución.

    Mi vida como la conozco hoy en dí­a, hubiera resultado casi imposible de llevarse a cabo de la manera en que la conduzco, si Dios me hubiera seguido acompañando a lo largo del camino. Dios cerró mis posibilidades, Carlota y Fabio me dotaron de una, me dieron una nueva visión de la vida y de la responsabilidad desde el sentido más estricto de la profundidad de consciencia del ser humano.

    Mi vida sin Dios, con Carlota y Fabio, ha sido una vida de cambios constantes, de adaptación al medio, de elección, de creer. Si, sobre todo de creer, que cuando existí­a Dios en mi vida estaba ciega y cuando me atreví­ a alejarme de él, fue liberarme en una consecuencia.

    La vida, mi vida evoluciona, avanza, y solo cuando pude manejar ese nivel de consciencia, pude entender la capacidad de mi ser humano, que decidió hacer a Dios a un lado, para traer a su vida a dos peces, Carlota y Fabio, para poder decir: â??dentro de quince dí­as me reuniré con ellos y dentro de quince dí­as, tendré mil trescientos quince dí­as, lejos de Diosâ?

    *Ana Laura Martinez Escritora | Columnista | Video Blogger | Creativa | Genero contenido online, para Radio y Television

  • Carlota, Fabio y la noche por Ana Laura Martinez

    ¿Carlota y Fabio me extrañaran?, ¿los peces extrañan?, ¿pensaran que los he abandonado?, ¿se preguntaran dónde estoy?, ¿se imaginaran que son los protagonistas de mi columna de los martes?

    Carlota y Fabio aun viven. Sí, me preocupaba que perdieran la vida, pero sin duda, están en buenas manos cuidados por mi primo Juan An. Pero, ¿me pregunto si Carlota y Fabio se acordaran de mí?, confieso que tengo remordimiento de consciencia de haberlos dejado encargados con Juan An, ¿que va de cincuenta días a diez, que fue la negociación inicial?, mucho va de diez a cincuenta, es mas allá de un favor, viene siendo como un alquiler, que aunque no negociado, se liquidara con algún regalo.

    Carlota y Fabio deberían de estar aquí conmigo, para que en mis mañanas y en mis noches sean lo primero y lo último que vea y me recuerden que ellos están ahí para mí y por mí. También confieso, que extraño a mis compañeritos y casi hijos de menos de diez centímetros que nadan, comen y se me quedan mirando fijamente a través de la pecera.

    Es porque en la tranquilidad de noche de Xalapa, me doy cuenta que duermo sola. Es, porque en mis noches en México, podre dormir sola, pero me siento acompañada por Carlota, Fabio y cada una de mis noches.

    Es en la tranquilidad de la noche cuando pienso en ellos, cuando pienso en mi responsabilidad y los extraño. Son Carlota, Fabio y la noche los que me ponen a pensar, los que me llevan a reflexionar en esas responsabilidades que se esfumaron de mis manos y que quiero volver a recuperar. Es en la tranquilidad de la noche, cuando antes de dormir, extraño

    *Ana Laura Martinez Escritora | Columnista | Video Blogger | Creativa | Genero contenido online, para Radio y Television

  • Carlota, Fabio y el poder por Ana Laura Martinez

    Carlota y Fabio se quedaron en México, como ustedes ya saben, junto con mi sentido de búsqueda de responsabilidades. Ahora me encuentro en Xalapa analizando y viviendo de cerca la lucha por el poder, donde los colores primarios se encuentran en guerra por encabezar las encuestas preferentes de los electores.

    Carlota, Fabio y el poder: Carlota y Fabio son mis dos peces beta, dos seres de menos de diez centímetros que se encuentran bajo mi responsabilidad. El poder y su conquista traen consigo mucha responsabilidad en cuestiones de estrategia, tecnológicas, ideológicas y conductuales.

    Carlota, Fabio y el poder, resumen en tres palabras la sed por gobernar. Para los que han leído mi columna semanal y conocen la historia detrás de Carlota y Fabio, pueden asociar como el poder esta semana se mezcla a este juego de palabras de manera anecdótica, señalando lo que sucede en cualquier clima electoral sin importar el color y como la responsabilidad ciudadana, juega un papel fundamental en la conducta de aquellos que ostentan sentarse en el trono del poder.

    Carlota, Fabio y el poder, vaya responsabilidad. El poder cambia a los hombres y no es hasta que el ser humano es poderoso que lo conocemos realmente, pues sale a relucir su verdadero yo. El poder te vuelve voraz, te da sed y es un alimento directo al ego. Ser poderoso es un ejercicio responsable inmenso y no cualquier ser humano tiene la capacidad de asumirlo y ejecutarlo.

    No cualquier gobernante puede lidiar con el poder de ser poderoso. Para asumir el poder, hay que responsabilizarse del ejercicio de conducta del ser humano, pero no basta con que el contendiente busque el poder, el poder se contagia, se esparce, te vuelve rey o reina y cuando uno asume el papel, viene la inmensa responsabilidad de la conducta acerca de cómo gobernar el territorio y sobre todo a uno mismo.

    ¿Qué se es después de rey?, ¿Qué se es después de reina?, ¿Cómo se vive cuando te han quitado la corona?, ¿Cómo vuelves a convivir con tu propio ser humano, cuando no tienes el poder?, ¿Cómo te haces responsable de tu propia madurez, actos y consecuencias?, ¿Cómo se aprende a lidiar en medio de un intenso clima electoral con los demonios internos?, ¿Cómo me hago cargo de Carlota, Fabio, el poder de la responsabilidad que trae consigo su cuidado y la sed por gobernar mi propia vida?.

    *Ana Laura Martinez Escritora | Columnista | Video Blogger | Creativa | Genero contenido online, para Radio y Television

  • Carlota, Fabio y una planta por Ana Laura Martinez

    Mi propósito era después de Carlota y Fabio, comprar una planta, mi plan mental de aumento de responsabilidades iba en aumento y según yo alimentar, limpiar las peceras, cuidar a mis dos peces y regar mi planta, me iban a dar fortaleza tal para tomar las riendas de mi vida y por fin decir: â??Me encargo de mí­, no dependo de nadie más y de mi dependen Carlota, Fabio y una planta.â?

    A principios de la semana pasada comencé a ver qué planta comprar, estuve a punto de caer en la tentación de comprar unas patas de elefante que vendí­a un señor en la calle, pero no me que quise precipitar, quise tomar la mejor decisión en cuanto a la planta y para eso comencé a buscar en internet que planta me gustaba más y se ajustaba a los niveles de cuidado que le podí­a ofrecer.

    Tení­a ya la fotografí­a mental de donde iba a poner la planta en mi cuarto, como se iba a ver y sobre todo si a Carlota y Fabio les iba a gustar tener de compañerita a una planta en mi ausencia. Fui al cajero para ir a un vivero medio fancy que está en la calle de Mazatlán en la condesa, cuando repentina e inesperadamente, recibí­ una llamada donde me daban luz verde para integrarme a un proyecto de cincuenta dí­as fuera de la ciudad de México.

    Por cuestiones de trabajo como decir â??No puedo irme tantos dí­as porque tengo a mi cargo dos peces y en unas horas una plantaâ? mis planes de salir a comprar la planta cambiaron bruscamente, me senté en la cama de mi cuarto viendo de frente las peceras de Carlota y Fabio, preguntándome ¿Cómo demonio le voy a hacer para llevarme conmigo a estos dos seres de menos de diez centí­metros que dependen de mi?, por más vueltas que le di, ningún forma era viable, Carlota y Fabio no me podí­an acompañar a mi viaje de trabajo, pero ¿Qué iba a hacer con ellos?.

    Me pasaron por la cabeza miles de posibles escenarios de cómo traerlos conmigo, pero desgraciadamente ninguno de ellos era favorable, la solución fue recurrir a mi primo: â??el cara de águilaâ? quien tiene una pecera increí­ble y tiene al igual que yo dos peces a su cargo. Le pedí­ de favor que me cuidara a Carlota y Fabio, aceptó de inmediato y sé que no pueden estar en mejores manos. Cuando los fui a llevar a casa de mi primo, coloque las peceras a un lado de la de él, por lo menos me tranquiliza que Carlota y Fabio no se sentirán solos y sobre todo la curiosidad del nuevo entorno los va a tener ocupados.

    Lo que me tiene intranquila es que cuando decidí­ aumentar mis responsabilidades a â??Carlota, Fabio y una plantaâ? la vida con su azar tan espontaneo, me desprendió de todas ellas, responsabilizando a alguien más por el cuidado y la alimentación de Carlota y Fabio. Tengo una pregunta que no me deja de rondar por la cabeza, ¿Por qué la vida me da estas vueltas? ¿Por qué este giro argumental en la trama de mi vida? ¿Por qué cuando me iba a hacer responsable, me quedo temporalmente sin Carlota, Fabio y mi planta?