Todavía parece que fue ayer cuando Marcelo Ebrard había recibido el cargo de responsable de las relaciones exteriores de México por el cuasi Tlatoani López Obrador.
Mucho se habla de que Marcelo Ebrard tendría todo a su favor
para ir en “caballo de hacienda” de frente al 2024, siendo uno de los favoritos
de Andrés Manuel junto con Claudia Sheinbaum ambos podrían hacer una dupla imbatible
en los comicios, que le permitiera a Morena otros seis años estar en la silla
del águila.
Pero ni doña Claudia la tiene sencilla en la Ciudad de México y don Marcelo tampoco en la Cancillería.
De la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México hablaremos en
otra ocasión, pero del encargado diplomático de México en el exterior, diremos
que todo mundo apuesta a su fracaso, el tema migratorio no le tiene cómodo al
Canciller, pero tampoco el saber que tiene un presidente qué defender en la
escena mundial, ya sea en el G20, G8, APEC, Norteamérica, pero a la vez Centroamérica
y Sudamérica.
Por si fuera poco, el presupuesto de la Secretaría de
Relaciones Exteriores fue disminuido en todos los sentidos por la dupla del
terror, la Secretaria de la Función Pública, Dra. Irma Eréndira Sandoval
Ballesteros, junto con el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Dr. Carlos
Manuel Urzúa Macías quienes han pasado guillotina a todos los programas
sociales, a todas las dependencias y organismos de gobierno.
Con una serie de cuestionamientos que ya comienzan a llegar
a Relaciones Exteriores, eventos a los que el presidente no va y un gasto
acotado, Marcelo Luis Ebrard Casaubón todavía se echa a cuestas el plan para
disminuir el flujo migratorio a Estados Unidos o, firmar un cheque en blanco
con el congreso, al tener que proponer que México sea un Tercer País Seguro.
Ebrard Casaubón sabe que lo que tiene es un equipo de
personalidades diplomáticas, no tiene programas de asistencia social, de
empleo, de seguridad, personal capacitado en manejo de grupos grandes y con
apego a derecho y respeto a los derechos humanos.
En los últimos días hemos visto que la Secretaria Olga Sánchez
Cordero ha sido disminuida por los reflectores que ha tomado el Canciller, pero…
la renuncia (que fue despido elegante) de Tonatiuh Guillén López como titular
del Instituto Nacional de Migración, dejó más dudas que respuestas ¿no se
alineó con Ebrard? ¿es un movimiento para simular acciones de fondo en las
instituciones mexicanas? O lo más sencillo, ¿es un chivo expiatorio para decir “ahora
lo haremos bien”?
Todo mundo apuesta al fracaso de Marcelo Ebrard, todo mundo
es testigo de la militarización de las rutas que han servido por años el paso
de los migrantes y todo México es testigo de la falta de experiencia del
Gobierno Federal.
Andrés Manuel López Obrador está ponderando la lealtad a la
capacidad en los puestos y ya le ha costado varios señalamientos y críticas, se
permitió que el muro fronterizo de Trump se colocara en el rio Suchiate de Chiapas
con la militarización y detención de los migrantes.
Lo que México siempre ha señalado como negativo y violatorio de los Derechos Humanos por décadas en el tema migratorio de los Estados Unidos, está por comenzar a hacerlo.