Mi Guadalupe

recordemos no estamos solos

Beatriz González Rubí­n

Hací­a por lo menos un par de años que no visitaba a la Virgen de Guadalupe en la Basí­lica, las razones muchas y muy tontas: lejaní­a, falta de tiempo, compromisos y de más cosas que uno pone de pretexto.
Hoy tuve la fortuna de ir. Deben saber que cada vez que estoy frente a la imagen de la Señora, el corazón se me hace pequeño y vibra en mi interior, es un sentimiento que nada ni nadie me produce.

Vivimos en un paí­s cien por ciento Guadalupano, puede ser que la gran mayorí­a le tiene sin cuidado la religión e inclusive la miran con reticencia y desdén, pero la Guadalupe es harina de otro costal, es venerada y reconocida como la madre de México y no es para menos.
Grandes misterios la rodean:

 En 1979 dos norteamericanos, Phillip Cahhahan y Jody B. Smith estudiaron la imagen con rayos infrarrojos el resultado fue perturbador, no hay huella de pintura y el tejido no ha sido tratado con ningún tipo de técnica.

 Estudios oftalmológicos demuestran que la pupila se contrae al acercársele una luz y se dilata cuando esta se retira, de igual manera los ojos poseen los tres efectos de refracción de la imagen, que un ojo humano normalmente posee.

 En 1791 accidentalmente cayó acido muriático sobre el ayate, sin ningún tipo de tratamiento, en un lapso de 30 dí­as, se reconstituyó el tejido dañado.

 En 1921 un español anarquista, dejó un arreglo de flores a los pies de la virgen, esté ocultaba una bomba, que causó graves daños al lugar, dejando intacto el ayate.

 En el manto se encuentra representado el cielo del solsticio de invierno de 1531 que tuvo lugar a las 10:40 del martes 12 de diciembre, hora de la ciudad de México. Están representadas todas las constelaciones, que se extienden en el cielo visible a la hora de la salida del sol, y en el momento en que Juan Diego enseña su tilma (capa azteca) al obispo Zumárraga.

Sólo por nombrar algunosâ?¦

El Nican Mopohua, contiene el relato de las Apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, ocurridas del 9 al 12 de diciembre de 1531. Escrito originalmente en náhuatl. El tí­tulo completo es: «Aquí­ se cuenta se ordena como hace poco milagrosamente se apareció la Perfecta Virgen Santa Marí­a, Madre de Dios, nuestra Reina; allá en el Tepeyac, de renombre Guadalupe». La copia más antigua se encuentra en la Biblioteca Pública de Nueva York.

Hoy que estuve con ella, rece por mi paí­s y por mi gente. En momentos de incertidumbre como este, a veces es bueno voltear los ojos al cielo y recordar que no estamos solos.

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