Corrupción en el gobierno.

í?ltimamente ha habido mucha discusión alrededor de las grabaciones que salieron al aire que involucran al IMSS y a una farmacéutica por exigir un 5% del costo de una medicina por costo de la tan famosamente mordida; lo cual hace preocupante que un costo tan grande se vaya hacia la corrupción elevando los precios al consumidor y engrosando las billeteras de los â??servidores públicosâ?. Sucesos como este nos hace pensar hasta que nivel ha llegado el paí­s ya que por ahora todos hablaran de lo mal que esta el IMSS y de las malas prácticas de la farmacéutica pero como antes con las grabaciones del â??niño verdeâ? y de Bejarano, estos incidentes solo se convertirán en una forma más de iniciar una plática o de quejarse del paí­s pero no hacer nada al respecto.

Es increí­ble que aunque se demuestre el estado en el que esta nuestro gobierno y la forma en la que las personas con los medios económicos necesarios pueden hacer lo que deseen sin importar sus consecuencias y aun así­ en las inmortales palabras de Jaime Mussan â??Nadie hace nadaâ? pero eso si no falta quien se queje continuamente de la situación y el porqué no se hace nada por mejorar al paí­s. Hasta que nivel tendremos qué llegar para decidirnos a hacer algo no solo porque nos incomoda que se hable mal del paí­s; sino para cambiar la ideologí­a tanto mundial como nacional.

Gracias a este tipo de sucesos, en el extranjero nuestro paí­s es visto como un paí­s con un alto grado de dificultad burocrática que se liga a mas costos para las empresas, a una difí­cil inversión directa extranjera y en resumen a una mala imagen para el paí­s haciendo que no solo los inversionistas se la piensen dos veces para venir al paí­s sino que también los turistas no vienen tan fácilmente porque no confí­an en el gobierno y en la seguridad y servicio que este mismo les proporcionara.

Es por esto que ante este tipo de hechos no debemos simplemente quejarnos sino ejercer fuerza ante nuestros diputados, senadores y representantes gubernamentales para que hagan algo al respecto y castiguen más severamente a las prácticas de corrupción.

También hay que recordar que nosotros mismos fomentamos esta actitud de las empresas y el gobierno cuando le damos al policí­a de tránsito para su chasco y su torta, cuando le pagamos a alguien porque haga el trabajo que nos corresponde y nos damos el crédito del mismo; cuando no denunciamos a alguien que hace trampa, en fin cuando vemos estas actitudes en menor cantidad y no hacemos más que dejarlas pasar, actitudes que después se convierten en una perversión directa al gobierno, la economí­a, el paí­s y la misma sociedad.

Escrito por Raúl Pérez D’amiano

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