La violencia es por narcos en Guanajuato

La aprehensión de dos lí­deres del grupo delictivo La Familia Michoacana ocasionó el repunte de la violencia y la afrenta directa de sicarios contra agentes y bases policiales en Guanajuato. Este desafí­o a las Fuerzas Armadas ha dejado al menos 19 ataques a cuarteles de seguridad y 30 bajas de policí­as acribillados a sangre frí­a desde 2007.

Tras la captura de Arnoldo Rueda Medina El Minsa, en julio pasado, ocurrió un ataque a los edificios de la Policí­a Federal de Celaya y León. La noche del pasado jueves, la detención de Cristóbal Altamirano Piñón, La Gí¼era o La Rubia, desencadenó una serie de atentados a cinco bases de Celaya y Villagrán.

El procurador estatal de Justicia, Carlos Zamarripa Aguirre, atribuye los hechos a la venganza de organizaciones criminales por las detenciones de delincuentes y decomisos de droga y armamento. En los diferentes ataques, algunos en acciones simultáneas, se ha identificado la participación de La Familia Michoacana y sicarios de Los Zetas.

Apenas unas horas después de los atentados a cinco bases de seguridad en Celaya y Villagrán, el fiscal del estado culpó de su autorí­a a La Familia Michoacana como parte de una reacción violenta por la captura de Cristóbal Altamirano Piñón, presunto fundador o lí­der del cártel de La Familia en la entidad.

En el reto a las fuerzas de seguridad la delincuencia ha echado mano de artefactos explosivos y armas de alto poder, y ha irrumpido en acciones repetidas en las sedes policiales de Jerécuaro, Celaya, Salvatierra, Acámbaro, Villagrán, Cuerámaro, León, Ciudad Manuel Doblado y San Francisco del Rincón.

Han sorprendido a policí­as y mandos en esas ciudades y en los municipios de Valle de Santiago, Moroleón y Uriangato. El procurador, a casi dos años de la violencia permanente, insiste en que ésta es una revancha del crimen organizado por las acciones del Estado.

De enero a noviembre fueron detenidos 164 delincuentes (280 en los últimos tres años) y 17 han muerto al enfrentarse con la policí­a, han asegurado 121 armas largas, 95 cortas, 39 granadas y 28 vehí­culos blindados.

Recuento de atentados

La cadena de ataques inició el 21 de marzo de 2008 cuando un grupo armado ingresó al edificio del Ministerio Público en Jerécuaro y asesinó a cinco funcionarios. El mismo dí­a dos elementos de la policí­a ministerial de Guanajuato fueron levantados y siguen desaparecidos.

El 26 de agosto de 2008 sicarios, identificados por la autoridad como zetas, arrojaron granadas y se enfrentaron a balazos con soldados en el acceso al cuartel militar habilitado en las instalaciones de la feria de San Francisco del Rincón. El miércoles 10 de septiembre un grupo de hombres usó granadas y disparó contra policí­as en León.

El delegado de la Procuradurí­a General de la República (PGR), Martí­n Levario Reyes, ha dicho que el origen de la violencia es el enfrentamiento de los grupos de narcotraficantes del cártel del Golfo y La Familia, que se disputan el dominio de esta plaza y el control del mercado de las drogas.

El pasado 10 de mayo, el procurador Zamarripa Aguirre declaró por primera ocasión la â??alerta permanenteâ? en todos los edificios de seguridad pública y se incrementaron las medidas de control. Sin embargo, la medida no ha logrado frenar los atentados y ejecuciones de uniformados. El viernes pasado, unas horas después de los ataques en Celaya y Villagrán, el fiscal reiteró el alertamiento para toda la entidad.

Las ejecuciones

El 8 de noviembre pasado, el comandante Juan Calderón Huerta, de la policí­a municipal de Moroleón, murió a manos de un comando en pleno centro del municipio de Uriangato.

En Cuerámaro, el 16 de octubre una banda criminal acribilló al director de la policí­a, el capitán Refugio Pedroza Barrón, junto con su hijo, quien fungí­a como su asesor. Antes fue asesinado el secretario de Seguridad Pública de Villagrán, Alberto Bolaños Galván.

El 5 de agosto sicarios rafaguearon y detonaron granadas en la Subprocuradurí­a de Justicia de Irapuato y en las instalaciones de la Policí­a Ministerial de Silao, con un saldo de dos muertos: un civil y un agente del Ministerio Público.

Las acciones de los sicarios que más han llamado la atención ocurrieron el 11 de julio de 2009, cuando los edificios de la Policí­a Federal de Celaya y León, así­ como una patrulla de la corporación, fueron baleadas por grupos de gatilleros, tras la detención de Arnoldo Rueda Medina, El Minsa, supuesto operador de La Familia Michoacana.

Dos dí­as después ocurrió una nueva agresión a las instalaciones de la PF en León. Ese 13 de julio, un grupo de presuntos sicarios de La Familia Michoacana mataron a balazos al comandante Eladio Romero Durán.

El 10 de mayo el crimen organizado lanzó granadas de fragmentación a la sede del Ministerio Público de Jerécuaro, a la cárcel de Villagrán y a las oficinas de la Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo (UMAN) de Celaya.

El mismo dí­a, un grupo disparó con fusiles de asalto al vehí­culo de un escolta del secretario de Seguridad Pública estatal, Baltasar Vilches Hinojosa

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