A pesar de los problemas económicos y la poca afición a la lectura entre la población, las librerías principales de esta capital se mantienen a flote gracias a su fiel clientela de «apasionados» por la literatura
A pesar de los problemas económicos y la poca afición a la lectura entre la población, las librerías principales de esta capital se mantienen a flote gracias a su fiel clientela de «apasionados» por la literatura
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