Etiqueta: UE

  • México y la UE modernizarán su TLC

    México y la Unión Europea (UE) acordaron acelerar las negociaciones para modernizar su tratado bilateral de libre comercio y concluirlas este mismo año, anunció hoy la secretaría de Economía mexicana.
    La decisión fue tomada por el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, y la comisaria de Comercio de la UE, Cecilia Malmström, en conferencia telefónica.
    Las dos próximas rondas de negociación tendrán lugar del tres al siete de abril, en Bruselas, y del 26 al 29 de junio, en México.
    Entre una y otra, Guajardo y Malmström se reunirán en la Ciudad de México para “evaluar el trabajo de los equipos negociadores y avanzar en el proceso de modernización”.
    “Juntos hemos visto con preocupación el actual ascenso del proteccionismo alrededor del mundo”,señaló la dependencia mexicana.
    “Como socios que comparten una visión, defendemos el principio de una cooperación global y abierta. Aceleraremos el ritmo de las negociaciones para obtener sus beneficios lo más pronto posible”, precisó la fuente.
    “Posicionaremos nuestras relaciones comerciales de lleno en el siglo 21. Seremos capaces de impulsar el crecimiento y la competitividad de nuestras empresas. Ello permitirá ampliar las opciones de consumo y empleo para ambas partes”, aseguró.
    El tratado de libre comercio entre México y la UE entró en vigor en el año 2000 y contribuyó a triplicar el comercio entre ambos socios de 1999 a 2015, cuando pasó de 18.5 mil millones de dólares a 62 mil millones de dólares.
    El proceso de modernización del documento comenzó en junio de 2016.
    México y la UE modernizarán su TLC

  • Viene incertidumbre en Europa

    Académicos británicos advirtieron que habrá un largo periodo de incertidumbre y consecuencias económicas y migratorias ante la eventual salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), conocido como Brexit
    Viene incertidumbre en Europa

  • Los británicos contrarios al Brexit toman las calles

    Miles de británicos tomaron las calles este sábado en Londres para mostrar su oposición a la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), mientras en el partido conservador se desata la batalla por la sucesión de David Cameron como primer ministro.
    Nueve días después del referéndum que decidió el Brexit, un largo cortejo comenzó su recorrido poco antes de las 12H00 (11H00 GMT) en dirección al Parlamento desde Park Lane a través de Hyde Park, en el centro de Londres.
    Decenas de banderas de la Unión Europea salpicaban la marcha, en la que había pancartas en las que podían leerse eslóganes como «Breverse» (aludiendo a la permanencia), «El Brexit es una estupidez» o «La campaña del ‘leave’ (marcharse) ha mentido». «Te queremos, UE», gritaban los manifestantes.
    «Quiero que nos quedemos en la Unión Europea. Podemos hacer algo mientras el artículo 50 no sea activado», declaró uno de los presentes, David, refiriéndose al artículo del Tratado de Lisboa que permite iniciar el proceso de salida de la Unión.
    «Hemos tomado la decisión equivocada por las mentiras de la campaña pro-Brexit. Quiero que revisemos nuestra decisión», explicaba Casey, de 37 años, que portaba una corona de flores amarillas y azules por los colores de la bandera de la UE.
    «Todo el mundo sabe que, en caso de haber un nuevo referéndum, votaríamos por la permanencia», consideraba por su parte Nicholas Light, de 82 años, según el cual «decenas de miles de personas no votaron por salir o quedarse en la UE, sino contra el gobierno».
    Los ministros Theresa May (Interior) y Michael Gove (Justicia), ambos rivales en la carrera por la sucesión del primer ministro, David Cameron, anunciaron que no iniciarían el proceso de Brexit antes de finales de 2016 o incluso en 2017, provocando reacciones de indignación como la del presidente francés, François Hollande.
    La decisión del Brexit «ha sido tomada» y «no puede ser aplazada o anulada», declaró Hollande, en línea con otros dirigentes europeos que piden la activación lo antes posible del artículo 50 para terminar con la incertidumbre sobre la actual situación.
    Los británicos contrarios al Brexit toman las calles

  • Sigue la UE su vida, dialoga sin Reino Unido

    Los mandatarios europeos sostuvieron una primera reunión sin la presencia del primer ministro británico, David Cameron, en la que subrayaron su unidad y empezaron a marcar su postura para unas eventuales negociaciones con Reino Unido ante su salida del bloque.
    El martes durante su último Consejo Europeo, Cameron solicitó tiempo para comunicar a sus socios europeos la voluntad de Reino Unido de abandonar el bloque, pero subrayó que, aunque se marcharan, querían mantener “una relación económica lo más cercana posible” dentro del mercado único.
    Para ello pidió que la Unión Europea (UE) reformara primero “la libertad de circulación” de personas, uno de los temas claves de la campaña del referéndum británico en el que venció la opción de abandonar el bloque.
    La respuesta de sus socios fue contundente. “No habrá un mercado único a la carta”, afirmó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al término de la reunión informal de los 27 jefes de Estado y de gobierno.
    Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, afirmó que los 27 jefes de Estado y de gobierno que conformarán la UE una vez que Reino Unido abandone el grupo no consideran necesario cambiar los tratados, sino trabajar mejor con los instrumentos disponibles.
    Merkel dijo que todos los líderes coinciden en que sería un “error” abrir ahora el debate sobre cambios en los tratados y negó que esta postura tenga que ver con el “miedo” a referendos similares al británico en otros países, sino con el hecho de que “existe una base jurídica suficiente” para acomodar las necesidades de los distintos países miembros.
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  • Donald Trump aplaude el Brexit

    El precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, elogió este viernes la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea y estableció un paralelo con su propia campaña para limitar la inmigración ilegal y construir un muro en la frontera de su país con México.
    En la reapertura de un campo de golf en Escocia, el multimillonario neoyorquino dijo: «Veo un gran paralelo. Creo que la gente realmente ve un gran paralelo. Mucha gente está hablando de eso y no sólo en Estados Unidos, sino también en otros países».
    Las personas desean tomar el control de su país nuevamente, quieren tener independencia. Tú ves esto con Europa, en toda Europa», dijo el empresario de 70 años, el más probable candidato republicano para la elección presidencial de Estados Unidos el 8 de noviembre.
    Trump, que llegó en su helicóptero a Turnberry, cerca del complejo turístico de su propiedad donde está el campo de golf, dijo que el referendo británico era un revés también para el presidente Barack Obama, que había instado a los británicos a permanecer en la Unión Europea.
    Habrá muchos otros casos en los que ellos (los ciudadanos) buscarán recuperar el control de sus fronteras, recuperar su moneda, tener un montón de cosas de nuevo. Ellos quieren ser capaces de tener un país nuevo», sostuvo el magnate inmobiliario.
    Donald Trump aplaude el Brexit

  • México reanuda labor diplomatica con UE y Reino Unido tras Brexit

    El Gobierno de México afirmó este viernes que buscará seguir estrechando vínculos con el Reino Unido y la Unión Europea, luego de la decisión del pueblo británico de salir del bloque en el referéndum de este jueves.
    En este momento histórico, México reafirma su mejor disposición para continuar fortaleciendo la excelente relación de amistad, los significativos intercambios comerciales y de inversión, así como los estrechos lazos de cooperación educativa, cultural y tecnológica que lo unen con el Reino Unido», destacó la Cancillería.
    En un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) explicó que ante este nuevo escenario, el Gobierno mexicano también quiere «dejar constancia de la fortaleza» de las instituciones europeas.
    Su firme propósito de seguir perfeccionando los vínculos de colaboración que mantiene con la UE en el marco de su Asociación Estratégica y del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación (Acuerdo Global), en vigor desde el año 2000″, indicó.
    La SRE dijo que el Gobierno mexicano siguió con interés «el intenso proceso democrático» que atravesó el Reino Unido y el referéndum de este jueves.
    En la consulta, la campaña «Vota por Salir» ganó con el 51,9 % de los votos, frente al 48,1 % de los conseguidos por los partidarios de permanecer en la UE, en un plebiscito que alcanzó una participación del 72,1%, la más elevada desde 1992.
    El Gobierno de México recordó que ahora se abre una etapa de negociaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido para la desconexión del segundo
    México reanuda labor diplomatica con UE y Reino Unido tras Brexit

  • Si el Brexit se hiciera realidad

    Si el Brexit se hiciera realidad. De entrada, una pesadilla para los eurófilos y un peso menos para los eurófobos. Un Brexit, o salida del Reino Unido de la Unión Europea, supondría en realidad un salto al vacío puesto que hasta ahora ningún país se ha separado del bloque.
    La UE, a través del presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, afirmó que no existe un plan B y Downing Street no tiene uno alternativo. Paso entonces a la improvisación.
    Algunos incluso lo han convertido en el tema de un War Game (simulacro) organizado en enero en Londres en presencia de exresponsables europeos. El juego se avinagraba ante la eventualidad de un Brexit.
    La primera etapa para un Brexit pasa por una negociación entre las dos partes, como prevé el artículo 50 del Tratado de Lisboa. En dos años tendría que hallarse una solución, a no ser que las dos acordaran prolongar el plazo.
    La segunda fase dependería del desenlace de estas negociaciones: Reino Unido permanecería en el Espacio Económico Europeo (EEE) como Noruega o Islandia, y por lo tanto seguiría como miembro del mercado único. ¿O no?
    En la City londinense, el barrio de negocios más importante de Europa, contrario al Brexit, se han estudiado todas las posibilidades. El presidente del gigante bancario europeo HSBC, Douglas Flint, que optó por quedarse en Londres, adelantó que podría deslocalizar 1.000 empleos.
    El primer ministro británico, David Cameron, ha advertido del peligro de pensar que una salida de Europa sería jauja.
    Según un estudio del ‘think tank’ Open Europe, un Brexit costaría alrededor de un punto del Producto Nacional Bruto en 2030. «Salir del mercado único y de la unión aduanera no se compensaría con un nuevo acuerdo comercial con la UE», estima. La prosperidad del país fuera de la UE pasa, según el estudio, por una «liberalización comercial y una desregulación».
    Pero abrir sus fronteras a la competencia de países de mano de obra barata contradice la voluntad declarada de limitar drásticamente la inmigración, espina dorsal del Brexit.
    Una evidencia en cualquiera de los casos. Reino Unido retomaría el control de sus fronteras y limitaría la inmigración de todos los países, incluidos los de Europa del Este, privando a sus ciudadanos de subsidios sociales.
    Y es que el Parlamento podría derogar las normas de la UE integradas en la legislación británica.
    Queda otro asunto: ¿la policía fronteriza británica seguiría apostada en Francia o este país decidiría detener los controles y dejar partir por el Eurotúnel (túnel ferroviario submarino en el Canal de la Mancha) a los miles de migrantes bloqueados en la llamada Jungla de Calais?
    También tendría consecuencias para los ciudadanos de la UE residentes en el Reino Unido, que serían tratados como los demás extranjeros y necesitarían un permiso de residencia y de trabajo. Los países de la UE podrían responderle con la misma moneda aplicando las mismas reglas a los británicos.
    En el ámbito de la seguridad y la defensa, es razonable apostar por que todo el mundo tendría interés en proseguir con la cooperación y el intercambio de información.
    Si el Brexit se hiciera realidad

  • Inglaterra, emigrantes y economía dividen a la UE

    Inglaterra, emigrantes y economía dividen a la UE. Gran Bretaña está pensando en irse. Grecia se siente aislada. Austria y Dinamarca están impulsando medidas polémicas para hacer frente a la llegada de solicitantes de asilo a pesar de lo que piensan sus vecinos.
    Las tensiones entre los líderes de la Unión Europea en una cumbre celebrada esta semana ponen de manifiesto la constante falta de confianza ante la posibilidad de que el bloque de 28 naciones pueda proporcionar respuestas a tiempo para los desafíos que enfrenta Europa.
    Rara vez la Unión Europea apareció tan fragmentada e impotente como el viernes, cuando sus responsables lidiaron con una posible salida británica e intentaron encontrar una respuesta única a la crisis de refugiados.
    «El hecho de que cada política que se discute sea ampliamente refutada está alimentando las dudas sobre si la UE y sus miembros serán capaces de igualar su retórica con acciones concretas cooperando de forma más estrecha», escribió Janis Emmanouilidis del think-tank European Policy Centre, en un análisis.
    Recuperándose todavía de una crisis económica que rivaliza en gravedad con la Gran Depresión, Europa enfrenta ahora su mayor crisis migratoria en más de medio siglo.
    La llegada de más de un millón de personas huyendo de guerras o de la pobreza para empezar una vida mejor en la rica Europa, ha sobrepasado a las autoridades fronterizas y su capacidad de recepción. Al mismo tiempo, se avivaron temores infundados sobre la amenaza que suponen para la identidad cultural e incluso religiosa del bloque, sobre la llegada del extremismo o el robo de puestos de trabajo.
    Mientras miles de personas se subían a trenes abarrotados o recorrían las autopistas europeas desde Grecia hacia su sueño de vivir más al norte, en Alemania o Suecia, las naciones levantaban vallas o endurecían sus controles fronterizos unilateralmente, aumentando la presión sobre los socios comunitarios.
    República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia trabajan juntas impulsando restricciones en sus fronteras, en la principal ruta migratoria que recorre los Balcanes.
    E incluso países como Austria y Dinamarca no están en sintonía con el resto del bloque.
    Austria sorprendió a sus socios limitando el número de solicitantes de asilo que pueden entrar al país, una iniciativa que según la Comisión Ejecutiva de la UE incumple la legislación comunitaria e internacional. Dinamarca, por su parte, aprobó la incautación de pertenencias a migrantes para ayudar a financiar su alojamiento y manutención.
    «El problema es que todos ven la situación desde su punto de vista individual y esperan a que el otro de los primeros pasos para aplicar las soluciones necesarias», dijo el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, a líderes en Bruselas. «Lamentablemente, la crisis está exponiendo graves fallos dentro de nuestra unión».
    La crisis está afectando a Europa también a nivel psicológico ya que la respuesta a la llegada de refugiados es cada vez menos merecedora de los proclamados valores europeos y de sus posibilidades como un potente y relativamente próspero bloque comercial.
    La política migratoria de la UE se está endureciendo siguiendo el ejemplo de Hungría, comandada por el populista Viktor Orban, quien ha levantado vallas con alambre de púas para frenar a los migrantes, dijo el profesor Hendrik Vos, de la Universidad de Gante, en Bélgica.
    «El lenguaje puede ser un poco menos agresivo, y hay preocupaciones humanitarias, pero la política va realmente en una dirección: ¿Cómo mantenemos a los refugiados fuera?», dijo.
    El temor a que trabajadores migrantes procedentes de otros países de la UE se aprovechen del sistema de bienestar de Gran Bretaña impulsó en parte la iniciativa de su primer ministro, David Cameron, de convocar un referéndum este verano sobre la permanencia de la nación en el bloque.
    El viernes, tras 31 horas de tenso diálogo con sus homólogos, logró un reñido acuerdo para tener una Unión Europea menos invasiva. La cumbre se prolongó mientras Cameron presionaba a sus socios para reformas que incluyen limitar los beneficios a los que pueden acogerse esos trabajadores, asegurar que países como Gran Bretaña – que no forma parte de la moneda única- no tienen que financiar los problemas del euro, además de simplificar la burocracia comunitaria. A cambio se comprometió a hacer campaña para que el país no abandone el barco.
    Pero los problemas no se quedan en el futuro de Gran Bretaña o la crisis migratoria.
    Los problemas económicos de Italia han hecho que en los últimos meses su primer ministro, Matteo Renzi, sea más agresivo hacia la canciller alemana, Angela Merkel, en lo relativo a economía, migración y política energética.
    Aunque es la fuerza que impulsa Europa, Merkel se ha convertido también en sinónimo de medidas de austeridad impuestas a países como Grecia para poder cumplir con los objetivos fiscales y presupuestarios.
    Además, se ha cuestionado el futuro dentro del euro de Grecia, gobernada desde hace un año por un ejecutivo de corte comunista.
    Polonia también está haciendo oír su voz. Aupado al poder por una ola populista, el nuevo gobierno de derechas de Varsovia se niega a permitir políticas dictadas desde el exterior. Se resiste a la presión de la UE para enmendar las recién aprobadas leyes que restringen a los medios y los cambios sobre su constitución que, según sus socios comunitarios, no son compatibles con la visión del estado de derecho del grupo.
    El resultado es que cuanto más se discuta en Europa, peor irán las cosas.
    «En un mundo globalizado, hay unidad en las nuevas narrativas. Por lo que es más fácil que partidos populistas critiquen lo que está pasando en Europa», dijo el viernes Daniela Schwarzer, directora del programa Europa de la German Marshall Fund.
    «En Europa hay sociedades con distintos grados de desarrollo», explicó añadiendo que algunos socios de la UE, especialmente en Europa del Este y los Balcanes, tienen poca experiencia con la inmigración y la influencia de nuevas religiones y culturas.
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  • En Bruselas se arregla la UE, Gran Bretaña se quiere ir

    Diplomáticos europeos y británicos mantenían este lunes en Bruselas «intensas» y «cruciales» discusiones para alcanzar un acuerdo sobre los pedidos de reforma de la Unión Europea (UE) por parte de Londres para que Gran Bretaña permanezca dentro del bloque.
    El primer ministro británico, David Cameron, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, no alcanzaron un acuerdo el domingo por la noche en Londres y decidieron extender las negociaciones por 24 horas.
    De momento sólo se alcanzó un acuerdo, según una fuente europea, sobre uno de los cuatro puntos de reforma que pide Cameron, presionado en su país por los euroescépticos de su propio partido y los eurófobos del UKIP.
    Cameron prometió organizar una consulta en su país sobre la permanencia de Gran Bretaña en la UE, pero para sosegar a los escépticos se lanzó en una cruzada para que sus 27 socios del bloque europeo acepten reformas en los tratados.
    El domingo, Tusk -que representa a los 28 miembros de la UE y tiene mandato para negociar- prometió un «trabajo intensivo en las próximas 24 horas» y estimó la secuencia como «crucial». Cameron quiere obtener un acuerdo con sus socios en la cumbre del 18 y 19 de febrero.
    En tanto, un portavoz de Cameron estimó el domingo por la noche que se lograron «numerosos progresos» desde el viernes, cuando el primer ministro británico almorzó con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker en Bruselas. «Deberemos trabajar más», insistió.
    Este lunes por la mañana una fuente europea indicó que «las negociaciones continúan».
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  • La UE, dispuesta a estudiar polémico acuerdo fiscal de Londres y Google

    La Unión Europea dijo este jueves que está dispuesta a investigar el acuerdo entre Reino Unido y Google para liquidar impuestos atrasados y que ha recibido fuertes críticas por ser demasiado suave con la empresa estadounidense.
    La comisaria europea de la Competencia, Margrethe Vestager, dijo que esos acuerdos tan benignos pueden ser «injustos» e incluso «ilegales».
    La empresa estadounidense pagará 130 millones de libras (172 millones de euros, 185 de dólares) en concepto de impuestos atrasados desde 2005 en Reino Unido, lo que, según el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, equivaldría a una tasa impositiva del 3%.
    El ministro de Finanzas, George Osborne, tildó el viernes de «victoria» el acuerdo, pero en los días siguientes se supo que países como Francia e Italia están negociando cantidades varias veces superiores, cuando los beneficios de Google en esos país fueron muy inferiores.
    «Deberíamos estar en una unión en la que todo el mundo tiene una oportunidad justa», dijo Vestager a la radio BBC. Aunque puntualizó que era pronto para juzgar el acuerdo, «si vemos que hay motivo de preocupación, si alguien nos escribe diciendo que no debería ser así, entonces lo examinaremos».
    El Partido Nacional Escocés (SNP), en la oposición, anunció, a través de su responsable de temas económicos, Stewart Hosie, que había enviado ya una carta a Bruselas reclamando tal investigación.
    Peter Barron, vicepresidente de comunicaciones de Google, se defendió de las acusaciones en una carta al diario Financial Times. «Los gobiernos hacen las leyes fiscales, las autoridades fiscales hacen cumplir independientemente la ley, y Google obedece la ley», escribió.
    Sin embargo, uno de los principales accionistas de Google en Reino Unido, James Anderson, dijo que habría que pagar más en impuestos. «Es bueno para los intereses a largo plazo de Google y otras empresas de ese tipo pagar unos impuestos decentes», dijo al diario The Times. «A cambio lograrían respeto», aseguró Anderson, que tiene 120 millones de libras en acciones en Alphabet, el consorcio que Google integra.
    Precisamente, el propietario de The Times, el magnate de la prensa australiano Rupert Murdoch, criticó el acuerdo, afirmando que Google «paga una cantidad ridicula sólo por una cuestión de imagen», en su cuenta en Twitter.
    La UE, dispuesta a estudiar polémico acuerdo fiscal de Londres y Google