Hay personas que mejor deberián quedarse calladas, por ejemplo la secuestradora Florence Cassez, quien por cierto, antes de que cualquiera me diga que es incorrecto decirle así, el debido proceso de su detención fue mal llevado, violado, pero no por eso la sociedad mexicana puede decir que Florence Cassez es inocente, no en balde y si lo fuera, no ubiera salido corriendo y ahora, envalentonada desde Francia haga lo que haga,, hable pestes del país donde vino a enamorarse de un criminal y ser complice de la secuestradora.
La francesa Florence Cassez, liberada de una cárcel mexicana sin cumplir 60 años de condena por secuestro, aunque con elementoss como para que pasara un lustro más encerrada minimo, interpuso una demanda por daño moral contra el expresidente Felipe Calderón, informó su abogado, José Patiño Hurtado. Es su derecho, felicidades, pero la cuestión es que nos gustaria ver si prospera y no por defender a Felipe Calderón sino porque la propia Florence Cassez esta estirando la liga de la justicia mexicana mucho más de lo que deberia.
Piden la fracesa Florence Cassez indemnización por 36 millones de dólares, de acuerdo con la capacidad económica y el daño sufrido, porque “la mataron en vida”, si este tipo de acciones en México prosperaran pues medio mexico habria sido ya rico, el gobierno tendría mejor impartición de justicia y todos felices y contentos, pero oh sorpresa, la propia Florence Cassez y su sequito de abogados tendran que aguardar turno ya que esto no avanza.
Florence Cassez llegó a México en 2003 y fue detenida el 8 de diciembre de 2005, acusada por participar con una banda de secuestradores liderada por su entonces novio Israel Vallarta. Que conste, aunque le abrieron la puerta, la justicia no rechazó que es una secuestradora más, de los cientos y cientos en libertad. Que venga a México, aun hay seguns e sabe, cuentas pendientes.
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Florence Cassez demanda a Felipe Calderón
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Felipe Calderón en la memoria de muchos
Felipe Calderón en la memoria de muchos
Una confesión íntima marca el inicio del libro Los retos que enfrentamos: “Quiero aprovechar este espacio para hacer algunos agradecimientos. En primerísimo lugar a la persona más importante en mi vida, mi querida esposa Margarita. Ella ha sido mi luz, mi aliento y mis alas. Sin ella hubiera sido imposible llegar hasta donde llegué”.
Es acaso la única referencia que sobre sus sentimientos comparte el expresidente Felipe Calderón en este texto sobre su gobierno y cuyo subtítulo da cuenta del enfoque del mismo: Los problemas de México y las políticas públicas para resolverlos (2006-2012).
Si bien siendo el jefe del Ejecutivo federal tanto en discursos como en entrevistas siempre ventiló el reconocimiento a las cualidades de Margarita Zavala y la relevancia del vínculo conyugal, incluso en su trayectoria política —toda vez ellos se conocen en la militancia partidista del ala juvenil del PAN— en esta primera memoria de su paso por Los Pinos destaca la vehemencia con la que se refiere al rol que habría jugado en la estabilidad familiar.
En ese mismo apunte de la introducción agrega: “Y con ella, gracias a María, Luis Felipe y Juan Pablo, mis ‘nobletes chavos’, como solía decir mi padre, a quien tanto recuerdo. Mis hijos han sido la motivación fundamental de mi misión. El pensar en ellos siempre me hizo salir adelante y su comprensión y apoyo fue vital en estos años de severa exigencia para la familia”.
“‘Vamos a prestar a tu papá a México estos seis años’, les dijo Margarita antes de entrar a la Presidencia, cuando el menor aún no cumplía cuatro años. Lo entendieron y lo hicieron. Muchas gracias, hijos.”
En los agradecimientos están sus hermanos, los militares del Estado Mayor Presidencial que se han encargado de su seguridad, colaboradores cercanos de la casa presidencial y, de manera destacada, a su primer jefe de la Oficina de la Presidencia: “Juan Camilo Mouriño, que en paz descanse y que fue el personaje clave tanto para ganar la Presidencia de la República como para la organización inicial del gobierno”.
Al margen de esos comentarios que dan cuenta de sus afectos, a lo largo de las 339 páginas que contiene el libro no encontramos ningún párrafo que relate el sentir personal en las circunstancias más críticas o emotivas de su administración. Algunas de éstas, sin embargo, se encuentran evocadas en el aparato de fotografías que el texto de la editorial Debate contiene: cuando les leyó un cuento a unos niños de preescolar en la bliblioteca pública de las Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez, dos años después del asesinato de los jóvenes de aquel barrio popular o la del muro espectacular que en esa ciudad se levantó, casi al cierre del sexenio, con la frase en inglés de “¡No más armas!”.
Las imágenes recrean sus convivencias con militares y soldados rasos, las visitas a la Plataforma México de la entonces Secretaría de Seguridad Pública (SSP), los encuentros con la sociedad civil para el impulso de la estrategia Todos somos Juárez, el arranque de grandes obras de infraestructura y la entrega de apoyos sociales.
Tache a Guerrero, Tamaulipas y Michoacán
Se trata de fotografías que ilustran momentos significativos de su sexenio, mismos que resultan escasos en el recuento escrito, ajeno a revelaciones o a comentarios que recreen las viviencias durante el ejercicio del poder presidencial.
Sin embargo, asume, en su condición ya de expresidente, una especie de nostalgia del afecto recibido por la gente de a pie: “Gracias a millones y millones de mexicanos que a pesar de la adversidad no dejaron de apoyarnos siempre con una oración, una palmada en el hombro, una palabra de aliento, una foto. Yo también los extraño mucho”.
Pero no hay alusiones a personajes concretos que, como la madre que perdió a sus dos hijos en la matanza de Salvárcar, alcanzaron alta repercusión en los medios y en la opinión pública.
Si bien cita algunos párrafos de sus intervenciones en el Alcázar de Chapultepec, cuando dialogó ahí con familiares de víctimas de la violencia criminal, Calderón no hace referencia directa al escritor Javier Sicilia, con quien habría protagonizado el 23 de junio de 2011 uno de los capítulos más tensos y sentimentales de su gobierno.
Encontramos, eso sí, en ese apartado correspondiente a seguridad, señalamientos directos de las entidades que habrían incumplido los compromisos que en la materia los gobiernos estatales hicieron con la Federación.
Al señalar que los operativos de seguridad con la participación del Ejército y la Marina tuvieron resultados en Baja California, Chihuahua y Nuevo León, porque hubo colaboración de las autoridades locales, el expresidente aborda el caso contrario:
“En aquellos lugares donde los gobiernos locales no depuraron sus cuerpos policiacos, los operativos federales sólo tuvieron un efecto temporal, pero la situación dista mucho de resolverse, y en cuanto se reducía la presencia federal el problema se agravaba. Ese es el caso de Guerrero, Tamaulipas y, especialmente, Michoacán.”
Calderón vuelve a señalar esos estados como omisos, y agrega a Durango, cuando afirma que la obligación legal de depurar los cuerpos policíacos “no se está cumpliendo en todas la entidades”. Y advierte que no es causalidad que, ahí donde la tarea no está hecha, los problemas sigan siendo serios. Y enseguida agrega: “El Poder Judicial debe iniciar un proceso similar”.
El apartado sobre la Estrategia Nacional de Seguridad contiene un detallado análisis de los ejes que la conformaron y de la evolución del fenómeno delictivo cuando avanza hasta infiltrar a las instituciones del Estado. Son reflexiones similares a las que compartía en sus discursos presidenciales, con el agregado de que en el libro da ejemplos que clasifican el grado del problema en algunas entidades.
Pone de ejemplo a Yucatán y Querétaro como espacios donde el crimen en una etapa “predatoria” no tienen capacidad de desafiar al Estado; indica que el Distrito Federal es un caso donde se da la etapa “parasitaria” en la cual las bandas buscan incrementar sus ganancias y usan parte de éstas para cooptar y corromper.
De la tercera y última fase, la “simbiótica”, comenta que es cuando las autoridades electas o designadas se encuentran subordinadas a los grupos criminales. “Es decir, no hay una distinción entre Estado y crimen organizado. Ése llegó a ser, en buena medida, el caso de Michoacán”, enfatiza.
En la defensa de su estrategia, Calderón expone que al llegar a la Presidencia se encontró con “una feroz plaga”, “un problema real, de raíces viejas pero con características nuevas como la lucha terroritorial” y argumenta que desatenderlo puede generar “auténticas puertas falsas”, como las guardias comunitarias o los grupos de autodefensa que “hoy añaden mayor complejidad al problema de seguridad en varias entidades”.
Reitera la metáfora utilizada en su narrativa presidencial del cáncer como una realidad inevitable y del equívoco que representa culpar al médico que lo detectó cuando se sufren las consecuencias de la enfermedad y del tratamiento. Y plantea: “La buena noticia es que si se atiende a tiempo –y ese es el caso de México– es curable”.
Igualmente reitera frases que compartió en el balance sexenal hacia finales de 2012: “Yo prefiero asumir la crítica así sea injusta, de haber actuado, a quedarme con el cargo de conciencia de haber visto el problema y –por conveniencia o cálculo político– no haber hecho nada”.
Lamenta el hecho de que “la simpleza” del concepto “guerra contra las drogas” utilizado en los medios de comunicación y “entre ciertos académicos” propiciara la estigmatización y la incomprensión del esfuerzo que se hizo para enfrentar al crimen organizado.
Reivindica lo hecho en términos de inteligencia y sostiene que sin ésta habría sido imposible capturar a 17 cabecillas de organizaciones criminales.
También habla de la prevención y atención a jóvenes adictos. “A través del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, bajo la discreta pero muy activa labor de mi esposa Margarita Zavala, se puso en marcha la campaña nacional Información para una nueva vida!”.
Las reformas
A lo largo del libro hay varias referencias a las reformas legislativas que su gobierno impulsó y a las realizadas en lo que va del presente sexenio.
En el recuento de las medidas tomadas para paliar los efectos de la crisis económica mundial de 2008 y 2009, Calderón reseña el rechazo de los priistas a su iniciativa energética, entonces encabezados por Beatriz Paredes y representados en el Congreso por el diputado Emilio Gamboa y el senador Manlio Fabio Beltrones.
El autor, sin embargo, en ningún momento ofrece nombres ni apellidos. Sus referencias son genéricas.
“Originalmente el proyecto de reforma contendría cambios constitucionales. Era evidente que el apoyo de los partidos de izquierda era impensable. Al comentar la iniciativa a los líderes de los partidos políticos que podrían apoyar (básicamente el PRI), sus dirigentes me hicieron saber no sólo que no aprobarían una reforma constitucional en la materia, sino que la sola presentación de la iniciativa de reforma constitucional les generaría tal presión interna que pondría en riesgo la viabilidad de un cambio legislativo no constitucional. Esa posición fue inamovible”, cuenta.
Narra que si bien presentó un proyecto sin cambio a la Carta Magna, al final el Congreso votó en contra de otros cambios que eran igualmente importantes. “Por ejemplo, se negó a permitir que el sector privado participara en el transporte de gasolinas a través de ductos”, detalla.
Recuerda que si bien se respaldaron algunas mejoras al gobierno corporativo de Pemex, la idea presidencial de no incluir a la parte gremial se frenó “dado que dirigentes del sindicato petrolero, que también son legisladores del PRI, abogaron por sostener su representación”.
Con respecto al sector energético y su gobierno, comenta: “Quizá he sido yo el Presidente, entre los últimos seis, en cuya administración se ha elevado menos el precio de las gasolinas a lo largo de la misma. Sin embargo, la oposición no cejó ni un momento de buscar una raja política para debilitar al gobierno con esa medida que por cierto era mínima, menos de un centavo de dólar cada mes: nueve centavos de peso cada mes por litro”.
Y hace referencia a la Reforma Energética aprobada con el gobierno de Enrique Peña: “Al momento de escribir estar líneas, varias iniciativas de Reforma Energética se habían discutido en el Congreso, y finalmente se aprobó a nivel constitucional una muy ambiciosa que, de llevarse a cabo con imparcialidad y transparencia, permitirá que México recupere su lugar primordial en el sector energético mundial. Enhorabuena al gobierno de la República y a los partidos que la hicieron posible”.
Al describir lo realizado en materia de infraestructura, comenta que su gobierno dio prioridad a los ejes carreteros longitudinales y transversales, a pesar de que los legisladores ejercieron “una enorme presión” para que se apoyaran obras estrictamente locales.
De la reforma en telecomunicaciones hecha en este sexenio comenta que se sustentó en un estudio que él encargo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y advierte: “De nada serviría una nueva regulación si los órganos reguladores carecen de fortaleza e independencia respecto de los actores relevantes en el sector. Deseo sinceramente que las nuevas instituciones respondan realmente al necesario compromiso con la imparcialidad, la independencia y la competencia en el sector. Hago votos porque así sea”.
En ningún momento habla sin embargo de la Reforma Educativa aprobada en el arranque de este sexenio y de sus implicaciones, aun cuando en el capítulo destinado al tema destaca las acciones que la SEP acordó con el SNTE y es particularmente elogioso de la prueba ENLACE. Pero cuestiona a los gobiernos locales que continúan haciendo uso discrecional de las plazas magisteriales y señala a Oaxaca, Michoacán y Guerrero.
La banda MVS, Fox y AMLO
Aunque nunca elude su enfrentamiento con los empresarios cuando se frustró el paquete de impuestos que buscaba ampliar la recaudación con fines de política social, la coyuntura que a ojos de quienes cubríamos las actividades presidenciales lo mostró abiertamente molesto y frustrado, Calderón dedica cinco páginas del apartado de Telecomunicaciones y radiodifusión a las diferencias de su gobierno con MVS por la banda 2.5 GHz para internet de banda ancha.
El resumen de lo ocurrido incluye la reproducción de la carta que Joaquín Vargas Guajardo le envió en febrero de 2012 para asegurarle que podía contar con él en la materialización de los propósitos del gobierno. Se trata del único documento que se incorpora en el libro.
De la recostrucción del caso, destaca el señalamiento de que “la autorización para Dish fue otorgada durante mi gobierno, siguiente precisamente la política de competencia que he mencionado, con lo que cae por tierra el argumento de que mi administración pretendía perjudicar a dicha empresa. Creo que ninguna empresa de televisión se vio más beneficiada por una decisión de la SCT que MVS con la concesión de Dish”.
Habla de que que la empresa recurrió a “argucias absurdas” y cuestiona el alegato “verdaderamente pueril” de que había motivaciones políticas para quitarles la concesión de la banda 2.5 GHz.
“En realidad quería que el Estado le diera, a un costo irrisorio, el uso de una banda que tiene un valor económico de varios miles de millones de dólares, propiedad de los mexicanos”, resume.
En cuanto a otras relaciones difíciles de Calderón, como son los casos de su trato con su antecesor Vicente Fox y con su competidor electoral Andrés Manuel López Obrador, no existe referencia alguna.
Sólo encontrados comentarios críticos a sus actuaciones. Cuando habla de su política exterior, retoma la revelación del exmandatario estadunidense George Bush de que Fox quedó de llamarle para evaluar si apoyaría la invasión en Irak, y una hora más tarde entró en el quirófano para ser operado de una lesión de espalda.
El asunto viene a colación cuando Calderón dice que le tocó reconstruir la relación del vecino país y con América Latina.
A Andrés Manuel López Obrador se refiere en el apartado de la Reforma Electoral que, subraya, resultó imprescindible ante la descalificación que el excandidato presidencial del PRD había hecho de las reglas existentes.
“El comportamiento antidemocrático de quien perdió, negándose a reconocer el resultado de las urnas, y llamando abiertamente al rompimiento del orden constitucional e institucional, generó una tensión política que no sólo fue un enorme lastre para el avance del país, sino que erosionó injustamente la credibilidad del sistema y de las instituciones electorales.”
Consejos de un expresidente
El libro se centra en exponer datos cualitativos y cuantitativos del saldo que las políticas públicas calderonistas dejaron. Destaca el caso del Seguro Popular y la construcción de mil 264 nuevos hospitales.
En la revisión de los programas sociales, sostiene que pobreza extrema pasó de afectar al 11.3% de los mexicanos a 9.8%. Y la pobreza en general disminuyó de 46 a 45. 4 entre 2010 y 2012.
Pero aclara que debido al incremento poblacional, la crisis económica impactó en el número de personas pobres: de 52. 7 millones a 53.2 en ese lapso.
En ese contexto, Calderón suelta de manera sutil un comparativo, algo que habría sido recurrente en su sexenio. Lo hace al señalar que la pobreza aumentó de manera concentrada en el área metropolitana de la Ciudad de México.
Y acota: “En ese periodo la pobreza creció en el Estado de México en 617 mil personas”.
Con la mirada en el presente y bajo el subtítulo de “Retos a futuro”, el expresidente acuña una agenda de pendientes, en su mayoría relacionados con asuntos que habrían sido materia de controversia en el actual sexenio en cuanto a la continuidad en el tratamiento de los mismos.
En el apartado económico alerta que la expansión del déficit público como medida contracíclica es “un arma de una sola bala”. Y explica que, como lo aprendió en sus clases de buceo, “más que considerar el aire para entrar, el cálculo más importante debe hacerse respecto al aire disponible para salir”.
Porque, advierte, no calcular una estrategia de salida ordenada puede significar la muerte cuando ese deporte se realiza en cavernas o cenotes.
Pero igualmente hace comentarios puntuales como el de la necesidad de retomar los estudios técnicos que su gobierno dejó a la administración actual para construir un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México. Lo califica como una prioridad. “De llevarse a cabo no sólo detonaría inversiones por miles de millones de dólares, sino que aumentaría la competitividad del país e impulsaría significativamente el turismo y los negocios.”
En el plano de la seguridad, sostiene: “Tengo muy claro que un gobernante difícilmente puede escoger los desafíos que enfrenta. Están ahí puestos por la historia y por las circunstancias. Quizá algunos piensen que el poder les da la opción de olvidarlos o eludirlos. Pero para quien asume la tarea de gobernar como un compromiso ético y moral, el poblema de la seguridad no puede minimizarse”.
Al reconstruir las medidas que se tomaron durante la emergencia sanitaria por la crisis de la influenza H1N1, en 2009, Calderón reivindica su estilo frontal de señalar los problemas y comparte uno más de sus consejos en calidad de exmandatario:
“La política informativa que asumimos ganó plena credibilidad de inmediato, lo que ayudó a que la población confiara en las medidas que se tomaron, y que cuando dijimos que el problema estaba bajo control, no hubo quien expresara alguna duda al respecto. Algunas naciones, ante problemáticas similares han optado por la opacidad, con funestas consecuencias no sólo para su credibilidad, sino para su capacidad de liderazgo en el mundo y ante sus propios habitantes. Tarde o temprano todo se sabe, incluyendo lo que el gobierno oculta, particularmente en la era de la información que vivimos.”
En el terreno diplomático, suelta una crítica revestida de consejo: “¿Es la solución correcta simplemente voltear la mirada cuando existe una evidente violación a la democracia, a la libertad y a los derechos humanos? Pienso que no (…) La política exterior responsable no puede residir en la pasividad frente a hechos inaceptables.” -
Felipe Calderón deseó éxito a Enrique Peña Nieto
El ex presidente de México, Felipe Calderón deseó éxito al gobierno federal, encabezado por Enrique Peña Nieto, en materia de seguridad en el país ¿le queda de otra?
No.
Y es que ha demostrado que es verdad debia encender el primer cohete contra el crimen organizado que ya tenia rebazado al estado en diversos puntos del pais, pero jamas imagino que hubiera un segundo paso en su estrategia y con ello, ayudo a que la carrera armada al interior del pais entrecarteles del narcotrafico, creciera y llegara a niveles insospechados.
¿Suerte?, la suerte no existe.
Felipe Calderón deseó éxito a Enrique Peña Nieto -
Felipe Calderón expresó su “enérgica protesta” contra el gobierno de Estados Unidos
Felipe Calderón expresó su “enérgica protesta” contra el gobierno de Estados Unidos por haber sido espiado durante su administración, como reveló el pasado domingo el semanario alemán Der Spiegel.
“Más que personal, es un agravio a las instituciones del país, dado que se realizaron cuando ejercía el cargo de Presidente de la República”, aseveró el ex mandatario en su cuenta de Twitter.
Por esa vía informó que solicitó al canciller José Antonio Meade que transmita su inconformidad al gobierno de Estados Unidos y dijo que estará atento a las gestiones que haga la dependencia para exigir explicaciones a Washington y el correspondiente deslinde de responsabilidades.
Felipe Calderón expresó su “enérgica protesta” contra el gobierno de Estados Unidos -
El ex presidente Felipe Calderón en conferencia
El ex mandatario, Felipe Calderón aseguró «Me quiero portar bien como ex presidente», al ser cuestionado sobre su opinión respecto a la reforma hacendaria tras dar conferencia en el Congreso Loud 2013, organizado por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Campus Saltillo (Itesm).
Ante la asistencia de más de 2 mil 500 personas en el auditorio Parque las Maravillas dio la Conferencia Magistral: «Los retos de la Presidencia y el panorama actual».
El ex presidente Felipe Calderón en conferencia -
Enrique Peña Nieto ¿rencoroso?
Quizá y usted le agrade y añore el gobierno de Felipe Calderón, quizá y no, pero hace unos días cumplió 51 años y le dieron una fiesta que dios guarde la hora.
Y es que al ex presidente Felipe Calderón amigos empresarios de su sexenio, le dieron una fiesta digna de un rey, quizá y sea por algo, pero lo cierto es que conociendo a algún político de nombre Enrique y apellidos Peña Nieto, no le gusta competir por reflectores, así que tomaron lista de asistencia a los invitados.
¿Sera que Enrique Peña Nieto es digno de esas frases “conmigo o contra mí”?
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A Felipe Calderón se le volteo Gustavo Madero y el PAN cada vez mas dividido
Al ex presidente Felipe Calderón lo que más le conviene es quedarse callado en torno a lo que en el PAN ocurre, quizá ya olvido o le importa muy poco que fue el quien puso a Gustavo Madero tras el golpe de estado a la imagen de Santiago Creel en el Senado de la República, lo que ahora quiere hacer Gustavo Madero con Ernesto Cordero, hijo político de Felipe Calderón.
¿Qué locura no?
Sucede que Felipe Calderón puso en la dirigencia del PAN a Gustavo madero tras la salida y el terrible trabajo que hicieron en el PAN German Martínez y Cesar Nava… Santiago Creel dejo de ser coordinador de senadores gracias al propio Felipe Calderón y Gustavo Madero… pero Gustavo Madero esta más cercano a Enrique Peña Nieto que al PAN, está olvidándose de todo en Acción Nacional y ahora quiere tirar a Ernesto Cordero de la coordinación d senadores del PAN.
Claro, esto ya no le gustó a Felipe Calderón ya que Ernesto cordero es muy cercano a Felipe Calderón y claro, al restarle poder y espacio, el grupo de Felipe Calderón en el PAN y de los panistas de verdad, vaya a usted a dejar de lado si buenos malos o nefastos, son panistas antes que aliados del PRI, pierde terreno, poder y claro, debilitan al PAN mismo.
Ahora que Felipe Calderón se metió a la discusión y les recordó a Ernesto Cordero y en especial a Gustavo Madero que la ropa sucia se lava en casa, es hora de recordar que Felipe Calderón fue quien puso al pocos pantalones y tibio de Gustavo Madero en la dirigencia y que con palabras desde el extranjero no ayuda mucho a que en el PAN se ponga orden, desde ahorita y viendo como esta Acción Nacional, las elecciones del 7 de Julio en 14 naciones, simplemente las llevara de gane en todo el PRI.
A Felipe Calderón se le volteo Gustavo Madero y el PAN cada vez mas dividido -
El autoregalito de Felipe Calderón
El autoregalito de Felipe Calderón
El último día de su mandato, Felipe Calderón ratificó mediante una reforma la decisión de que él y su familia reciban seguridad militar vitalicia consistente en 425 activos del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada, así como servicios médicos exclusivos. Sin embargo no será tan fácil que Calderón siga lastimando el interés público al infinito. Veamos la historia de este abuso.
Primero. Desde el Acuerdo Presidencial 7637, del 25 de noviembre de 1976, los expresidentes de México gozan de pensiones y beneficios. Este documento jamás fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) ni firmado por el presidente de la República (Luis Echeverría Álvarez). Las rúbricas que aparecen son las de Hermenegildo Cuenca, secretario de la Defensa Nacional, y Luis M. Bravo, titular de Marina. Por lo tanto, nunca tuvo valor legal. Además, acusando ignorancia jurídica, el acuerdo de referencia fue publicado en la Gaceta de la Secretaría de la Presidencia por su oficial mayor, Tulio Patiño. Para esa fecha, el expresidente tenía asignados 78 militares y ayudantes civiles.
Once años después, el 31 de marzo de 1987, salió el Acuerdo Presidencial 2763 Bis, que tampoco fue firmado por el presidente Miguel de la Madrid ni publicado en el DOF, amén de haber sido rubricado sólo por el secretario de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari. En este acuerdo se amplían las prebendas de los expresidentes de la República poniendo a su servicio otros 25 funcionarios públicos. De esta suerte, los “apoyos” pasan de 78 en 1976 a 103 en 1987 entre militares y civiles. A finales de 2011, en un acuerdo secreto, Calderón aumentó esa protección a 425 militares, como lo comenté en Proceso 1835, del 1 de enero de 2012. Si de por sí está mal que los expresidentes cuenten con 103 elementos, es gravísimo que esa cifra crezca 400%.
Segundo. En la experiencia comparada no hay parámetros que ayuden a explicar el despropósito mexicano. Por lo que se refiere a seguridad, cabe decir que en Italia, Canadá, Dinamarca, Nueva Zelanda y el Reino Unido no hay servicios de seguridad pagados por el erario para sus exprimeros mandatarios. En Estados Unidos, a partir de George W. Bush, por razones de austeridad la pensión y los apoyos serán sólo por 10 años, no vitalicios como en México. Bush cuenta sólo con 15 elementos del servicio secreto para su seguridad diaria. Puede solicitar seguridad adicional para casos excepcionales, como las ocasiones en que hace visitas internacionales, previo dictamen de un órgano colegiado dispuesto para esos efectos. En Francia el exprimer mandatario tiene dos escoltas y cinco más para la protección de su hogar. ¿Alguien en su sano juicio cree que Felipe Calderón requiere más seguridad que George W. Bush, que tiene enemigos en los cinco continentes?
Por cuanto se refiere a atención médica, cabe apuntar que en Estados Unidos los servicios de ayuda y asistencia médica para los expresidentes no son gratuitos. Tienen un descuento en los hospitales militares que asciende a 40%. En Australia los servicios médicos de los exprimeros mandatarios son idénticos a los de cualquier funcionario que se atiende en la seguridad social. Este esquema es igual en Canadá, Chile, Costa Rica, Francia, Nueva Zelanda y el Reino Unido, entre otros. En México, gracias a Calderón, él y su familia gozan de servicios médicos gratuitos en el Hospital Militar.
Tercero. Será muy difícil para la bancada del PAN en la Cámara de Diputados, durante la discusión del Presupuesto de Egresos que se realizará los próximos días, justificar los ingresos de Calderón por ¡2 mil 677 salarios mínimos mensuales!, si se suman pensión y apoyos. Del lado progresista, los diputados Carlos Augusto Morales, Socorro Ceseñas Chapa, Carol Antonio Altamirano, Alberto Anaya, Tomás Torres Mercado, entre muchos más, tienen el deber cívico de detener esta afrenta. Estaremos pendientes de cómo se vota y quién vota de espaldas a la nación. Más todavía, en el numeral III de Acuerdos Presupuestales del “Pacto por México”, firmado por todos los partidos políticos, se establece: “El Presupuesto 2013 considerará un programa de austeridad y racionalidad en el gasto que permita reducir el gasto corriente e incrementar la inversión productiva”. ¿Cómo justificar las pensiones y apoyos a los expresidentes de la República como parte de la “austeridad y racionalidad”?
Un grupo de juristas daremos una batalla legal para combatir este último misil que Calderón ha enviado al pueblo de México. No existen palabras para calificar el hecho de que el último día de su mandato reformó el Reglamento del Estado Mayor Presidencial, que, entre otras cosas, dice: “Los expresidentes de la República mantendrán el mismo número de elementos del Estado Mayor Presidencial que tuvieran asignados para su seguridad y la de su familia con antelación a la entrada en vigor del presente decreto. Lo anterior sin perjuicio de solicitar la autorización a que se refiere la fracción IX del artículo 11 del Reglamento”; es decir, que abre la puerta para requerir todavía más militares de protección. En su huida y a la carrera, Calderón, apoyado por su equipo jurídico, fue afortunadamente desaseado. Esas pifias son oro molido para darle viabilidad a este caso legal que no podría dejarse pasar.
Opinión del especialista en asuntos de transparencia y libertad de expresión e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Ernesto Villanueva -
¿Qué motivó la “guerra” de Calderón?
El balance de la guerra al narcotrafico en México En recuerdo de mi yerno, Julio César,
desaparecido el 10 de abril de 2010El sexenio de Felipe Calderón terminó con un saldo social violento, uno económico de mejores perspectivas a futuro, uno financiero con altos índices de equilibrio —salvo que en los próximos días se destape alguna mentira o se invente otra— y uno político donde, si bien tiene una alta percepción de ineficacia por su labor a nivel mediático, entregó un país en marcha y con aceptación por su labor, según algunas encuestas —las serias—; es decir, no fue reprobado.
Empero, quedan muchas interrogantes sobre las acciones y el rumbo que tomó su gobierno, el cual inicialmente había sido planteado como el del empleo. Y la explicación quizá se remite a que Felipe Calderón se coló a una fiesta a la que no había sido invitado porque no formaba parte de los grupos de poder que decidieron, en 1994 desbarrancar el proyecto reeleccionista de Carlos Salinas de Gortari, para mantener el juego de la alternancia en el poder que se daba en el propio PRI.
Aquel año del levantamiento zapatista y el asesinato de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu, como dijo el hermano de éste, se soltaron los demonios que decidieron jugar a la alternancia del poder fuera del PRI, pero controlada por ellos mismos. Fue así como al año siguiente impulsaron a Vicente Fox para ganar Guanajuato, quien al rendir protesta de inmediato lanzó su candidatura presidencial para 2000.
Ese mismo año comenzó a descollar otro actor político, impulsado por las cajas de los gastos de campaña de Roberto Madrazo en Tabasco, las cuales sólo se las pudieron entregar por órdenes de Ernesto Zedillo, quien marcó su sana distancia del PRI para dirigir la “transición a la democracia” al imponer un candidato modo para Vicente Fox.
En tanto, Andrés Manuel López Obrador accedía a la Jefatura de Gobierno con un fallo a modo desde el Tribunal Electoral del Distrito Federal, pese a carecer de la residencia legal. Así se impulsaba el eslabón que en 2006 asumiría para entregar el poder nuevamente al PRI este año.
La estrategia para hacer de Fox y López Obrador personajes que en el imaginario popular lograran vencer las inercias del aparato priista en las elecciones, fue idéntica: que el Presidente de la República en turno los subiera al ring nacional, los hiciera visibles y ellos se identificaran con el descontento popular. Uno macho, bravucón, se impondría al PRI; el otro defendería las causas de los pobres con un mensaje de honestidad que sólo él y algunos acólitos se lo creen.
Fox llegó a la Presidencia frente a un Francisco Labastida opacado. La receta la pretendió repetir Fox con Santiago Creel, para dejar el camino libre al tabasqueño. Sin embargo, no tenían contemplado que Calderón se les cruzara en el camino y desbarrancara el proyecto dela transición controlada.
¿Qué ocurrió entre el primer domingo de julio y el 1 de diciembre de 2006, que obligó a Felipe Calderón a declarar la “guerra” al narcotráfico? Algún día deberá aclararlo Felipe Calderón, porque la noche del 30 de noviembre pasado Joaquín López Dóriga presentó la segunda parte de una entrevista en la que, al final, dijo: “Hay quien apostaba que yo no llegaría a la Presidencia; hay quien apostaba que yo no tomaría protesta; hay quien apostaba que yo no llegaría a los tres meses de mandato”. Ese alguien, aclaro, no fue López Obrador, sino una conjunción de fuerzas, la misma que descarriló el proyecto de Salinas de Gortari.
Porque tras la toma de protesta de Calderón y su declaración de “guerra”, en los estados no sólo dejó de combatirse a la delincuencia organizada, sino que, por el contrario, existen indicios no sólo de que se le solapó, sino también se le protegió. López Obrador mantuvo un plantón que en cualquier parte del mundo lo habrían llevado a la cárcel y aquí, incluso, se le protegió.
Dentro del PAN Manuel Espino inició una campaña nacional con recursos aún no revelados en contra de Calderón, fortalecida en los últimos meses de la pasada campaña presidencial por Vicente Fox —por cierto, el viernes 30 de noviembre dijo Calderón que no le merecía el menor respeto. Tampoco podemos olvidar que el dirigente de este grupo político, Diego Fernández de Cevallos, fue “secuestrado” en un momento de gran trascendencia política, cuando se tomaban importantes decisiones sobre el futuro del PAN y sus candidatos.
Es claro que Calderón no estaba invitado a la “fiesta de la democracia” y la “alternancia controlada” y, por lo mismo, tuvo un sexenio donde la apuesta era el desgobierno y que otras fuerzas no se apoderaran del poder con Calderón por delante. Hoy parece volver a tomar rumbo “el destino del país”, mientras varios de los actores principales reciben su pago por retornar el tren al camino inicialmente trazado. López Obrador no alcanzó la Presidencia, pero tendrá un partido para jubilarse, lo mismo que Manuel Espino.
El destino de Calderón en Harvard es incierto, como en su momento lo fue el de Carlos Salinas. Calderón le debe una explicación a la Nación sobre quién o quienes apostaron a que no gobernaría y que son, seguramente, los responsables de miles de muertos y desaparecidos.
E-mail: renatoconsuegra@yahoo.com.mx
Twitter: @renatoconsuegra -
Felipe Calderón juzgado por la historia
Felipe Calderón juzgado por la historia
Ya termino el gobierno de Felipe Calderón y hay que puntualizar algo, con tanta exposición que tuvo en los medios de comunicación, cumplía el dicho de “el que mucho se despide, pocas ganas tiene de irse”.
Felipe Calderón dio entrevistas en la ultima semana a muchas mas personas y medios de comunicación que ningún otro presidente, es mas, mostró en red nacional el bunker de los pinos que se hizo para manejo de crisis, en el cual se manejaron varias pero una que hay que recordar fue la del incendio del casino royal en Monterrey.
En fin, ya termino el sexenio que se llama de sangre, Felipe Calderón sabe perfectamente que hizo lo que su juicio le dicto como lo mejor, ahora veamos como le juzga la historia.